Segunda Declaración de La Habana

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Plantilla:Hechos

Segunda declaración de La Habana: Constituye un documento de excepcional trascendencia latinoamericana, pues en él se analizan las raíces históricas que sirven de base a la inevitable revolución de los pueblos de nuestro continente contra el imperialismo. Contiene la que quizá es una de las alocuciones más importantes y famosas de Fidel Castro, pronunciada en Cuba el 4 de febrero de 1962.

Extractos de la II Declaración de La Habana

Cuando en 1962 Cuba fue expulsada de la OEA se le acusó de promover la revolución generalizada de los pueblos de América Latina, Castro cumplía lo alegado en la Primera declaración de La Habana de 1960. Entonces vino la II Declaración de La Habana de 1962. Este espíritu emancipador se ha visto a diario durante estos 50 años. La independencia de Puerto Rico, los Tupamaros en Uruguay, el Gobierno de Salvador Allende en Chile, La guerrilla del Che en Bolivia, la guerrilla de Colombia, las guerrillas en Centro América y en especial en Guatemala y Nicaragua, el apoyo a la Revolución Sandinista, el Gobierno de Barbados, hasta el mas reciente apoyo a la Venezuela de Hugo Chávez. En el continente africano Cuba ha estado en Argelia, Etiopia, Mozambique, El Congo y Angola en África. En la II Declaración Castro preconizaba además que un día los presidentes que habían expulsado a Cuba de la OEA vendrían a disculparse, ahora ya al haber roto con el imperialismo yanqui.

Casualmente eso es lo que ha ocurrido en estos meses con el largo desfile de presidentes latinoamericanos visitando Cuba en procesión. Presidentes de países que jamás habían estado en el país desde su fundación en 1902, ahora corren a hacerse la foto con el Sr. Castro. Todo esto tiene la metáfora maligna de una mente retorcida. Todo en vísperas a la Asamblea General de la OEA. Cuba readmitida sin condiciones. Son para mi gusto muchas casualidades, comportamientos extraños.

Para la nueva administración americana, para el ilustre gobierno del Canadá y para el gobierno socialista del Reino de España, revisen los textos de la I y II Declaración de La Habana, es la esencia del pensamiento de Castro respecto a los que él llama responsables de los males de América. En estos 50 años los Castro han mantenido al pie de la letra su línea, tienen una abultada hoja de servicios de rebeliones, revoluciones, guerras y subversiones en dos continentes. ¿Qué les hace pensar que ahora de pronto va a ser distinto? ¿Es que creen en milagros? Aprendan de la historia, chocar con la misma piedra no es bueno.
Aquí he recogido algunos párrafos selectos de la II Declaración de la Habana, año 1962 a solo tres años de llegar al poder.

“En muchos países de América Latina la revolución es hoy inevitable. Ese hecho no lo determina la voluntad de nadie. Está determinado por las espantosas condiciones de explotación en que vive el hombre americano, el desarrollo de la conciencia revolucionaria de las masas, la crisis mundial del imperialismo y el movimiento universal de lucha de los pueblos subyugados. La inquietud que hoy se registra es síntoma inequívoco de rebelión.

Se agitan las entrañas de un continente que ha sido testigo de cuatro siglos de explotación esclava y feudal del hombre desde sus moradores aborígenes y los esclavos traídos de África, hasta los núcleos nacionales que surgieron después: blancos, negros, mulatos, mestizos e indios que hoy hermanan el desprecio, la humillación y el yugo yanqui, como hermana la esperanza de un mañana mejor. Los pueblos de América se liberaron del coloniaje español a principios del siglo pasado, pero no se liberaron de la explotación.

Los terratenientes feudales asumieron la autoridad de los gobernantes españoles, los indios continuaron en penosa servidumbre, el hombre latinoamericano en una u otra forma siguió esclavo, y las mínimas esperanzas de los pueblos sucumbieron bajo el poder de las oligarquías y la coyunda del capital extranjero. Esta ha sido la verdad de América, con uno u otro matiz, con alguna que otra variante. Hoy América Latina yace bajo un imperialismo más feroz, mucho más poderoso y más despiadado que el imperio colonial español.”

Mas adelante dice:

“Los pueblos piensan muy distinto, los pueblos piensan que lo único compatible con el destino de América Latina es la miseria, la explotación feudal, el analfabetismo, los salarios de hambre, el desempleo, la política de represión contra las masas obreras, campesinas y estudiantiles, la discriminación de la mujer, del negro, del indio, del mestizo, la opresión de las oligarquías, el saqueo de sus riquezas por los monopolios yanquis, la asfixia moral de sus intelectuales y artistas, la ruina de sus pequeños productores por la competencia extranjera, el subdesarrollo económico, los pueblos sin caminos, sin hospitales, sin viviendas, sin escuelas, sin industrias, el sometimiento al imperialismo, la renuncia a la soberanía nacional y la traición a la Patria”.

El alegato concluye:

“Ahora sí, la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados de América Latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia. Ya se les ve por los caminos un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los «olimpos» gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve, armados de piedras, de palos, de machetes, de un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, fincando sus garfios en la tierra que les pertenece y defendiéndola con su vida; se les ve, llevando sus cartelones, sus banderas sus consignas; haciéndolas correr en el viento por entre las montañas o a lo largo de los llanos. Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron. Porque esta gran humanidad ha dicho: « ¡Basta!» y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia.”
Sin comentarios!

Fragmento

Fragmento, que sin duda más de alguno reconocerá, especialmente por esa versión que hizo de ella en una de sus canciones el grupo Quilapayún, y que aparece en el disco "Vivir Como Él".

"Con esta humanidad trabajadora, con estos explotados infrahumanos, paupérrimos, manejados por los métodos de foete y mayoral no se ha contado o se ha contado poco. Desde los albores de la independencia sus destinos han sido los mismos: indios, gauchos, mestizos, zambos, cuarterones, blancos sin bienes ni rentas, toda esa masa humana que se formó en las filas de la «patria» que nunca disfrutó, que cayó por millones, que fue despedazada, que ganó la independencia de sus metrópolis para la burguesía, esa que fue desterrada de los repartos, siguió ocupando el último escalón de los beneficios sociales, siguió muriendo de hambre, de enfermedades curables, de desatención, porque para ella nunca alcanzaron los bienes salvadores: el simple pan, la cama de un hospital, la medicina que salva, la mano que ayuda.

Pero la hora de su reivindicación, la hora que ella misma se ha elegido, la viene señalando, con precisión, ahora, también de un extremo a otro del continente. Ahora, esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el Continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir. Porque ahora, por los campos y las montañas de América, por las faldas de sus sierras, por sus llanuras y sus selvas, entre la soledad o en el tráfico de las ciudades o en las costas de los grandes océanos y ríos, se empieza a estremecer este mundo lleno de razones, con los puños calientes de deseos de morir por lo suyo, de conquistar sus derechos casi quinientos años burlados por unos y por otros. Ahora sí, la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados de América Latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia. Ya se les ve por los caminos un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los «olimpos» gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve, armados de piedras, de palos, de machetes, de un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, fincando sus garfios en la tierra que les pertenece y defendiéndola con su vida; se les ve, llevando sus cartelones, sus banderas sus consignas; haciéndolas correr en el viento por entre las montañas o a lo largo de los llanos. Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron.

¡Patria o Muerte!
¡VENCEREMOS!

Canción " Segunda declaración de La Habana "(Quilapayún)

Ha llegado la hora en que el pueblo
reivindique el derecho de ser
dueño al fin de su tierra robada
tierra inmensa que ha de germinar
con la paz del empeño ganado
con sus manos de fuerza tranquila;
ahora sí que la historia tendrá que contar
con los pobres de América.

Porque ahora por campos y montes
por las sierras, llanuras y selvas
se empezó a estremecer este mundo
que está lleno de duras razones
deseando morir por lo suyo,
Por la tierra que les pertenece;
ahora sí que la historia tendrá que contar
con los pobres de América.

Se les ve día a día marchando
día a día en marcha sin fin
con machetes y palos y piedras
conquistando las tierras ya están
se les ve ya fincando sus garfios
en el suelo que les pertenece;
ahora sí la historia tendrá que contar
con los pobres de América.

Este pueblo levanta sus puños
este pueblo levanta su voz
ya no mira hacia el suelo, ni calla
ya la sombra se empieza a aclarar
nuestra América rompe el engaño
y su pueblo ha tomado conciencia;
ahora sí la historia tendrá que contar
con los pobres de América.

Fuentes