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Crescencio Galañena Hernández
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Víctima del terrorismo
NombreCrescencio Nicomedes Galañena Hernández
Nacimiento14 de septiembre de 1949
Yaguajay, Las Villas, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento1976
Argentina, Bandera de Argentina Argentina
NacionalidadCubana
OcupaciónFuncionario diplomático

Crecencio Nicomedes Galañena Hernández. Mártir revolucionario cubano, víctima del terrorismo. Fue asesinado en Argentina después de ser secuestrado. su cuerpo estuvo desaparecido por 35 años, hasta que fue hallado accidentalmente por unos niños en agosto de 2012.

Síntesis biográfica

Nació el 14 de septiembre de 1949 en Yaguajay, actual provincia de Sancti Spíritus, en el seno de una familia campesina humilde, integrada por Elena Hernández y Mario Galañena, quien era un viejo militante comunista

Al triunfar la Revolución se incorporó a una escuelita construida en el barrio por el gobierno revolucionario, donde permaneció hasta alcanzar el quinto grado.

Trayectoria revolucionaria

Desde muy niño comenzó a colaborar con sus hermanos en la vigilancia de los alrededores de los locales donde se celebraban las reuniones del Partido Socialista Popular (PSP) y llevaban mensajes. Desde su fundación ingresó en la Unión de Pioneros de Cuba, donde desarrolló disímiles actividades, siempre con disciplina y entusiasmo.

En 1964 se incorporó a los Comités de Defensa de la Revolución CDR, organización con la que realiza diversos trabajos, tales como apoyo a la vacunación masiva, recogida de materias primas, guardias, trabajos productivos. Llegó a ocupar el cargo de Organización y Finanzas del Seccional de los CDR en la región de Yaguajay, así como la presidencia del CDR de su barrio. Conjugaba estas actividades con las desplegadas como miembro de las Brigadas Juveniles Campesinas y con los trabajos que realizar en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), el Partido Comunista de Cuba (PCC) y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) de su zona.

En 1966 perteneció al Departamento de Orden Público como auxiliar y laboró como maestro popular en la superación de los campesinos ya alfabetizados de aquella zona. La ardua actividad desplegada con las organizaciones de políticas y de masas le avalan su captación por parte de la Unión de Jóvenes Comunistas UJC en el municipio, que lo procesa y admite en sus filas.

En 1967 es llamado por el Servicio Militar Obligatorio y pasa directamente a las filas del Ministerio del Interior. Comienza su vida como combatiente en Caibarién, pasa la escuela de soldado durante dos meses, tras los cuales es ubicado en el Puesto de Observación de Vigilancia de Costas (POVC) de Valle Chico de las Tropas Guardafronteras de Las Villas.

En 1969 es nombrado combatiente permanente y pasa al POVC de cayo Fragoso. En 1970 es seleccionado para pasar un curso en la Dirección General de Seguridad Personal en La Habana. Concluido este pasa a ser miembro de la Dirección General de Operaciones Especiales el 13 de septiembre de 1970, un día antes de cumplir 21 años de edad.

Ingresa en la Facultad Obrero Campesina. La vida en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el manejo de las armas y las especialidades militares le atraían fuertemente, lo que le permite un rápido desarrollo en su trabajo y ser designado por la jefatura para cumplir importantes misiones de protección y seguridad al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y demás miembros del Buró Político. En el seno de la UJC cumple con todos sus deberes como militante, lo avalan como cuadro dirigente, llega a ocupar los cargos de Secretario de Propaganda del Comité de Dirección del que después fuera organizador.

Misión en Argentina

Por su destacada labor es designado para cumplir misiones en Argentina. Crescencio junto a Jesus Cejas Arias, integraba el grupo que custodiaba al embajador cubano en Buenos Aires, Emilio Aragonés, a quien ya habían tratado de asesinar en ese país. Compartía con su trabajo la responsabilidad de Secretario General del Comité de Base de la UJC de la sede diplomática en este país.

Secuestro en Buenos Aires

El 9 de agosto de 1976 es secuestrado en unión de Jesús Cejas Arias en una callejuela de Buenos Aires frente al parque Belgrano, en un barrio residencial surcado de embajadas y pequeños hoteles. La superioridad numérica hace infructuosa la valerosa resistencia ante los atacantes.

El periodista John Dinges asegura que conversó con testigos que presenciaron el secuestro de Jesús y Crescencio, cuando caminaban tranquilamente por Virrey del Pino, en el punto exacto donde cruza la calle Arribeños. Unos 40 hombres armados bloquearon con sus Ford Falcón ambos lados de la vía. “Los dos jóvenes ofrecieron una resistencia tremenda. Los argentinos no dispararon sus armas porque los querían vivos. Fueron interrogados por oficiales argentinos y chilenos. Tanto el FBI como la CIA fueron informados de los arrestos y de las interrogaciones”.

El 22 de septiembre de 1976, el hombre del FBI en Buenos Aires, Robert Scherrer, envió a Washington un minucioso informe -desclasificado y publicado en el libro de Dinges- con información de “sus fuentes”. El secuestro de los cubanos había sido una operación de la SIDE y el oficial del FBI había recibido un reporte de los interrogatorios. Scherrer afirma que el agente de la CIA y de la DINA chilena Michael Towley, también participó en los “interrogatorios”.

El 17 de agosto se informó que la agencia de noticias Associated Press había recibido un sobre, por correo simple y con estampilla argentina, conteniendo las credenciales de los empleados administrativos de la embajada de Cuba, cuyo texto en letra manuscrita decía:

Nosotros (Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena) ambos cubanos nos dirigimos a usted para que por este medio comunicar que hemos desertado de la embajada para gozar de la libertad del mundo occidental.[1]

La nota no lleva firma al pie ni ninguna otra aclaración. La Cancillería argentina certificó la autenticidad de la credenciales. Después la dictadura argentina montó un operativo para hacer creer que los dos hombres habían abandonado el régimen cubano y no tener que dar explicaciones por la desaparición de dos diplomáticos.

Tortura y asesinato en Automotores Orletti

Crescencio fue conducido al centro clandestino Automotores Orletti, sede del Plan Cóndor donde fue asesinado posteriormente.

El 22 de diciembre de 1999 Juan Manuel Contreras Sepúlveda, ex jefe de la DINA, durante una entrevista en Santiago de Chile con la jueza federal argentina María Servini de Cubría que investigaba el asesinato de Letelier, ofrecería más detalles de la presencia de la CIA en Automotores Orletti. Contreras declaró voluntariamente que el norteamericano Michael Townley y el cubano Guillermo Novo Sampoll viajaron desde Chile a Argentina el 11 de agosto de 1976.
“Allí cooperaron en la tortura y el asesinato de los dos diplomáticos cubanos”.
En su autobiografía Los caminos del guerrero, Luis Posada Carriles incluye el asesinato de Crescencio y Jesús Cejas Arias entre los éxitos de su lucha contra el “comunismo castrista”. Orlando Bosch se jactó en El Miami Herald de esta operación concertada con la CIA y con las dictaduras de Chile y Pinochet:
“Nuestros aliados se hubieron de comprometer, y así lo realizaron, en el secuestro de dos miembros de la embajada en Buenos Aires, que no han aparecido jamás.”

Hallazgo de sus restos

Las autoridades argentinas dieron con el lugar donde fueron encontrados los restos de Galañena a partir de un comentario aparecido en un libro de dos periodistas estadounidenses, quienes afirmaron que los cuerpos de los diplomáticos cubanos habían sido colocados en tanques de 55 galones en el canal de San Fernando. En 2009 realizaron una búsqueda con buzos de la Prefectura Naval pero no se encontraron los restos[2].

El 11 de junio de 2012, un grupo de niños reparó en un barril de metal oxidado con capacidad para 200 litros en las cercanías del aeródromo de San Fernando. Al encontrar huesos llamaron a la policía. Esta descubrió luego otros dos toneles similares que también tenían restos óseos. Después de analizarlos, se estableció que uno de los cuerpos pertenecía a Crescencio[1].

Tras la identificación rigurosa hecha por los forenses argentinos y las diligencias del sistema judicial a distintas instancias, el gobierno argentino informará oficialmente al gobierno de Cuba e iniciará los trámites para la repatriación de sus restos[2].

Referencia

  1. 1,0 1,1 Indentifican restos de diplomático cubano asesinado en Buenos Aires en 1976. Disponible en Cubadebate. Consultado el 3 de agosto de 2012
  2. 2,0 2,1 Revelan vínculos de la CIA con desaparición de diplomáticos cubanos. Disponible en Prensa Latina. Consultado el 4 de agosto de 2012

Fuente