Anabaptismo

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Anabaptismo
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Concepto:El Anabaptismo es una corriente religiosa que predica la igualdad religiosa, sino civil.

Anabaptismo, (del griego ana, de nuevo, y baptizo, bautizar; rebautizados). Un grupo violento extremadamente radical de reformistas eclesiástico-civiles que apareció por primera vez en 1521 en Zwickau, en el actual reino de Sajonia y que todavía existe aunque en formas más moderadas.

Origen

La pregunta sobre la validez del bautizo aparece en dos grandes fases de la historia eclesiástica. La primera controversia se puso de moda en una fecha temprana (Siglo III y Siglo IV) y se refería al ministerio del sacramento (el bautizo conferido por herejes). Fue mucho después que se originó una segunda discusión, en la cual el tema del bautizo de infantes era el punto en controversia. En los Siglo XI y Siglo XII, los petrobrusianos rechazaban el bautizo de infantes y tanto ellos como otros herejes medievales (seguidores de Enrique de Lausana, (n.tr. Henricians) Waldenses, Albigenses y Hermanos de Bohemia, tenían puntos de vista que se asemejaban en ciertos aspectos a los principios de los anabaptistas. Sin embargo, hay escasa, o ninguna conexión histórica entre los anabaptistas y aquellas sectas originales. Los principios de Lutero y sus ejemplos ejercieron una mayor influencia sobre el nuevo movimiento. Sin embargo, las interpretaciones privadas de las Escrituras, y las enseñanzas del Espíritu Santo podían ser mantenidas por cualquier individuo y lógicamente llevaron a los puntos de vista extremos de los anabaptistas.

El Anabaptismo en Sajonia y Turingia

(1521-1525) Nicolás Storch, un tejedor y Tomás Münzer, un predicador luterano (1490-1525), junto con los otros auto-llamados “Profetas de Zwickau” hicieron, durante la Reforma, el primer ataque contra el bautizo de infantes. La doctrina de absoluta igualdad de todos los hombres y la completa comunidad de bienes y los subsiguientes disturbios muy pronto les ocasionaron conflictos con las autoridades civiles de Zwicau.

Antes de que se tomara represalias contra él, Storch se dirigió con dos seguidores a Wittenberg, y los procedimientos iconoclastas de Carlstadt obligaron a Lutero a abandonar Wartburg para apersonarse en Wittenberg. Él predicó contra los nuevos apóstoles con tal vehemencia que ellos tuvieron que abandonar la ciudad. Hasta su muerte en Munich, Stoch viajó por Alemania, divulgando sus doctrinas, específicamente en Turingia (1522-1524) donde fue uno de los principales instigadores de la Guerra de los Campesinos.

Münzer rechazó, en teoría, el bautizo de infantes, pero en la práctica lo retuvo. Fue expulsado de Zwickau (1521) y fue a Bohemia; pero tuvo poco éxito como propagandista. En 1522 fue a Alstedt (Sajonia Electoral) como predicador y se casó con una monja. Muy pronto se vio rodeado por muchos seguidores, introdujo un servicio religioso alemán y atacó a Lutero como también al orden establecido. Su estadía temporal en Mühlhausen (Turingia), que fue interrumpida por un viaje a través del sur de Alemania, fue igualmente exitosa. Enrique Pfeifer, un monje apóstata, quien fue su colaborador en Mühlgause, había preparado el terreno para el nuevo evangelio. Münzer y Pfeifer se convirtieron en los amos absolutos de la ciudad, y multitudes de campesinos y vecinos de la ciudad descontentos con las condiciones existentes, se les unieron, saquearon y devastaron las áreas vecinas.

Para sofocar el movimiento revolucionario, Juan, el Elector de Sajonia, Felipe, landrave de Hesse, y Enrique, duque de Brunswick, se unieron y, comandados por Münzeer, atacaron a los campesinos en Frankenhausen (1525). Los insurgentes fueron totalmente derrotados. Después de la batalla, Münzer fue descubierto en Frankenhausen en una cama en la que se había escondido y fue entregado al verdugo. Recibió los sacramentos de la Iglesia Católica antes de su muerte, mientras que su compañero Pfeifer, sin haberse arrepentido, se le aplicó la pena capital (1525).

El Movimiento Anabaptista Suizo

(1523-1525) Al igual que Lutero, Zwingly, el iniciador de la Reforma en Suiza, prontamente encontró más competidores radicales. En 1525 algunos de sus seguidores se separaron de él y predicaron el rebautismo y el comunismo. El partido encontró dos líderes muy capaces en Juan Denk y Baltazar Hubmaier. Sus seguidores, reclutados especialmente de la clase obrera, fueron numerosos no solamente en Suiza, sino también en el sur de Alemania y Austria; Augsburg, Nuremberg y, en fecha posterior, Estrasburgo, vinieron a ser los principales centros del movimiento. Se encontró resistencia a su esparcimiento desde dos fuentes. Las enseñanzas anabaptistas apoyaron sustancialmente la causa de la Lucha del Campesinado que estalló en 1524 en el mismo territorio donde los anabaptistas había efectuado su propaganda. Como resultado de la derrota del campesinado (1525) se produjo, en gran medida, la dispersión de los anabaptistas. Por otro lado, algunos de los ayuntamientos como el de Zúrich (1526) decretaron las más severas penas contra sus seguidores. No obstante, a pesar de la derrota y la represión constante, la secta sobrevivió.

Los anabaptistas en Münster

(1533-1535) La expansión de los anabaptistas por el sur de Alemania y de Holanda debe acreditársele principalmente al trabajo de Melchior Hofmann, un curtidor de pieles muy viajado. El arribo de algunos de sus discípulos (melquioritas) a Westfalia (1533-1534) marca el inicio del período más extraordinario de la historia de los anabaptistas y la ciudad de Münster. En esta última, Bernardo Rothmann, un capellán, y Knipperdollinck, un comerciante de telas, ya habían tenido éxito en difundir las ideas luteranas. Se unieron al movimiento anabaptista, del cual John Matthys o Matthiessen, un antiguo panadero, y John Bockelsohn o Bockold, un sastre holandés, se convirtieron en dos grandes representantes locales. Knipperdollinck fue electo burgomaestre (Febrero 1534) y la ciudad estuvo bajo el completo e irrestricto control de los seguidores del rebautismo.

Münster, en vez de Estrasburgo, se convertiría así en el centro de la conquista proyectada del mundo, la “Nueva Jerusalén”, cuya fundación fue caracterizada por un reino de terror y orgías indescriptibles. Se destruyeron tesoros literarios y artísticos; y se introdujeron el comunismo, la poligamia y la comunidad de mujeres. Rothmann tomó para sí mismo cuatro mujeres y John de Leyden, dieciseis. Este último fue proclamado Rey de la “Nueva Sión”, cuando Francis de Waldeck, Obispo y señor temporal de la ciudad, ya había iniciado su sitio (1534). En junio 1535, la defensa de la ciudad, fue cada vez más difícil y John, como último recurso para escapar, decidió incendiar la ciudad. Su plan fue frustado por la inesperada captura por los sitiadores (24 de junio de 1535). El Rey, su teniente Knipperdollinck, y su canciller Krechting fueron capturados y luego de seis meses de prisión y torura, fueron ejecutados. Como advertencia espantosa, sus cuerpos fueron colgados en jaulas de hierro en la torre de la iglesia de San Lamberto.

Doctrinas

El nombre anabaptistas, aplicable etimológicamente y, algunas veces, aplicado a denominaciones cristianas que practican el re-bautizo está, en el uso histórico general, restringido a aquellos que, negando la validez del bautizo infantil, adquirieron prominencia durante el gran movimiento reformista del siglo dieciséis. Este nombre fue generalmente repudiado por parte de aquéllos a quienes se les aplicaba, ya que la discusión no se centraba alrededor de la pregunta de si el bautizo podía repetirse, sino sobre la validez del primer bautizo. Los principios sobre los cuales los anabaptistas estaban, generalmente, de acuerdo eran los siguientes:

Pretendían restaurar lo que ellos argumentaban que eran las bases del cristianismo primitivo. Esta restauración incluía el rechazo de juramentos y la pena capital y abstenerse del ejercicio del magisterio. De una forma más consistente que la mayoría de los reformistas protestantes, los anabaptistas sostenían la supremacía absoluta y la competencia única de las Escrituras canónicas como una norma de fé. Sin embargo, la inspiración individual y sentimientos religiosos jugaban un papel importante entre ellos. El bautizo de infantes y la doctrina luterana de la justificación sólo por la fe eran rechazados por carecer de fundamento en las Escrituras. El nuevo Reino de Dios, que ellos pretendían haber encontrado, consistía en la reconstrucción, sobre una base totalmente diferente, de tanto la sociedad civil como eclesiástica. El comunismo, incluido para alguno de ellos la comunidad de mujeres, era el principio fundamental del nuevo estado.

Aparte de compartir las principales doctrinas de la Reforma, como la definición de la Biblia como única regla infalible de fe, inspirada indudablemente por el Espíritu Santo; la aceptación de Jesucristo como único mediador; el sacerdocio de todos los creyentes y la presencia del Espíritu Santo y sus dones en cada cristiano; y el rechazo de la creencia en la transubstanciación durante la misa y de ésta como sacrificio; defienden la idea de que los cristianos convencidos, bautizados, deben vivir libres de la esclavitud del mundo, amar a los enemigos, abstenerse de toda violencia, y solidarizarse materialmente con los pobres, sin apelar a las relaciones con el estado para conseguir prebendas.

Características

El anabaptismo puede definirse en tres puntos principales:

  • Un concepto de la esencia del cristianismo como discipulado.
  • La Iglesia como fraternidad.
  • Una ética y moralidad basada en el Sermón del monte.

Por eso, insisten en la importancia de la comunidad de fe para la oración, la mutua corrección fraterna, mutua ayuda material, ser una comunidad establecida voluntariamente y el Cuerpo de Cristo que se celebra en la Eucaristía.

Rechazan enérgicamente las persecuciones y guerras religiosas y consideran un crimen la ejecución de cualquier persona por sus creencias. Su norma fue y sigue siendo “Libertad religiosa para todos los hombres para vivir la fe de su elección o ninguna”.

Trasfondo cultural y social del anabaptismo del Siglo XVI

Europa se hallaba a caballo entre la Edad Media y el mundo moderno. Tocaba su fin un milenio largo de sociedad unificada en torno a la religión cristiana. La palabra «cristiandad» describe la unidad absoluta entre sociedad, iglesia, y un marco geográfico que abarcaba a toda Europa, que se pretendía como valor indiscutible. Sin embargo al arrancar el Siglo XVI la sociedad europea había empezado ya el camino hacia el nacionalismo, por un lado, y los intereses comerciales e industriales, por otro lado, en sustitución de la religión cristiana como fuerza impulsora de la sociedad. En ese preciso instante surge como un estallido, en boca de los anabaptistas, el concepto de iglesia libre, de libertad de conciencia religiosa personal. A pesar de hallar una resistencia sin concesiones, ese concepto tan revolucionario pudo salir victorioso porque en los siglos siguientes la religión ya no sería indispensable como fuerza impulsora de la sociedad, salvo en algunos movimientos extremadamente retrógradas.

Por otra parte, a principios del Siglo XVI, el mundo se halla en un período de grandes contrastes socioeconómicos. En la época en que surgieron los anabaptistas, los campesinos de Europa central protagonizaron alzamientos revolucionarios contra la nobleza que les tenía oprimidos bajo el yugo pesado de una sociedad feudal. Estos alzamientos fueron aplastados sin misericordia con el aliento de las autoridades eclesiásticas, tanto las católicas como las protestantes. Los ideales de solidaridad fraternal que inspiraron a los anabaptistas a compartir lo que tenían, ideales que en algún caso llegaron a generar comunidades de bienes, supusieron un reto no violento al sistema social y económico imperante. Varios siglos antes de Marx, basándose sencillamente en el evangelio como ya antes lo había hecho Francisco de Asís, los anabaptistas montaron un reto a la opresión y la injusticia.

Representantes

Hans Denk († 1527). Una de sus cualidades más destacadas fue su espíritu pacífico; detestaba la cerrazón con la que cada cual, tanto los Reformadores oficiales como sus propios colegas anabaptistas, se encerraban en sus cuatro doctrinas predilectas. Fiel sucesor de la corriente mística medieval, Denk prefería antes que nada hablar del amor de Dios. Era éste el tema que de verdad le apasionaba. En cuanto a las Escrituras, no compartía la convicción reformada (compartida también por muchos anabaptistas) de que con la Biblia sola se bastaban. Le parecía que tan importante como las Escrituras, e indispensable para comprenderlas, es el Espíritu de Cristo. Denk insistía que Dios se sigue comunicando con el ser humano mediante su presencia y su amor, que no solamente por medio de la Biblia. Otra de sus convicciones inamovibles era la que expresa su frase más famosa: «Nadie puede conocer de verdad a Cristo a no ser que le siga en la vida».


Pilgram Marpeck († 1556). Fue un ingeniero hidráulico de capacidad excepcional. Fue tan solicitado como ingeniero que se salvó del martirio a pesar de que de todos era conocida su defensa del anabaptismo. Después de Menno Simons, Marpeck es el pensador anabaptista del Siglo XVI que más obras escritas nos ha dejado. Lo más destacable de su pensamiento tiene que ver con el lugar del Antiguo Testamento en el pensamiento cristiano. Para los Reformadores de Estrasburgo, por ejemplo, la Biblia era toda de una pieza; gozaba de la misma autoridad el ejemplo de los reyes David y Salomón, que el de Jesucristo. De ahí justificaban toda una manera de entender la sociedad cristiana y la relación entre la iglesia y el estado. Marpeck veía la relación entre los testamentos como una de promesa y cumplimiento. Hablaba de dos pactos en la Biblia: el antiguo, de esclavitud; el nuevo, de libertad. El pacto antiguo obliga a obedecer por la fuerza; el pacto nuevo deja en libertad para obedecer voluntariamente. De esto se desprenden consecuencias prácticas respecto a la tentación por el legalismo en la vida cristiana, respecto a la naturaleza voluntaria de la iglesia, respecto en última instancia a la libertad de conciencia y la libertad religiosa.

Hans Hut († 1527). Evangelizador fogoso, se calcula que en tan sólo dos años de ministerio antes de morir mártir, produjo más convertidos que el total de todos los demás anabaptistas. En tres aspectos la prédica de Hut eran bastante distinta a la de los Hermanos Suizos. Era enorme su fascinación con el regreso de Cristo. Se dice que llegó a precisar la fecha para ello: Pentecostés de 1528. Sabemos que Denk le aconsejó que se moderara en este tema. Predicaba una identificación mística con los sufrimientos de Cristo, que de alguna manera hacía del cristiano un partícipe de la obra redentora de los padecimientos del Señor. Aunque los demás anabaptistas esperaban el sufrimiento como consecuencia natural de seguir a Cristo, negaban que este sufrimiento contribuyera a la salvación. Hut predicaba un mensaje radical acerca de compartir los bienes materiales. Aunque este mensaje era típico de todos los anabaptistas, en Hut era una columna central del mensaje. En su juicio se le acusó de promocionar una revolución comunista, cosa que él negó; aunque también es cierto que no medía sus palabras y algunas personas parecen haberse llevado esta impresión cuando le escuchaban.

Bibliografía

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Fuentes