Coniopterygidae

Coniopterygidae
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Clasificación Científica
Reino:Animalia
Filo:Arthropoda
Clase:Insecta
Orden:Neurópteros
Familia:Coniopterygidae

Coniopterygidae. Son insectos pequeños superficialmente semejan moscas-blancas pero son distinguibles por la característica postura de sus alas en forma de techo cuando estan en reposo con una longitud de las alas anteriores de 2 a 4 mm.

Distribución

Desde el punto de vista filogenético, la familia de los coniopterígidos aparece bastante aislada en el ámbito de los verdaderos neurópteros (Planipennis o neurópteros s. str.) y se distingue inmediatamente de cualquier otra incluso por su aspecto exterior. En efecto, se trata de insectos pequeños (la longitud del ala, salvo pocas excepciones, es de 5 mm o menos), recubiertos de un polvo ceroso blancuzco segregado por unas glándulas especiales (de aquí su nombre en inglés de "dusty wings"), venación alar reducida y membrana alar, salvo en algunos géneros, inmaculada.

Los conocimientos taxonómicos sobre la familia distan aún de ser satisfactorios. Quedan muchas especies por describir en las áreas tropicales y subtropicales del planeta y probablemente hay muchas especies cripticas aún sin descubrir en zonas más conocidas de clima templado. Hoy en día se conocen alrededor de 500 especies.

Los coniopterígidos se dividen en tres subfamilias: Brucheiserinae, geográficamente limitadas a América del Sur (Chile y Argentina) y con sólo cuatro especies conocidas, y Aleuropteryginae y Coniopteryginae distribuidas en todo el mundo. Estas dos subfamilias incluyen algunos géneros con distribución geográfica limitada y otros que están ampliamente distribuidos.

Los géneros de posible interés como agentes de control biológico son los siguientes: (entre las Coniopteryginae) Coniopteryx, cosmopolita; Conwentzia, cosmopolita con exclusión de Australia y América del Sur; Semidalis, ausente sólo de Australia; (entre las Aleuropteryginae) Aleuropteryx, holoártico y africano; Cryptoscenea, australiano y surasiático; Helicoconis, holoártico y africano; Heteroconis, indoaustraliano.

Hábitat y alimentación

La mayoría de los coniopterígidos viven, tanto en su estado adulto como en el larvario, en el follaje de árboles y arbustos. Pocas especies frecuentan el estrato herbáceo de la vegetación.

También en los coniopterígidos, por lo menos en la fauna europea más conocida, existe una fuerte diferenciación entre las especies que habitan en las coníferas y las que escogen las latifolias. Entre las primeras, son particularmente fieles a la planta hospedera las que viven en las cupresáceas.

Las especies residentes en latifolias parecen estar condicionadas, más que por la especie vegetal, por la fisonomía de la vegetación (densidad, estructura, condiciones microclimáticas). Esta característica es aún más evidente en los ecosistemas mediterráneos dominados por latifolias perennes.

Las larvas y los adultos de coniopterígidos cazan una gran variedad de artrópodos, entre los cuales se encuentran pequeños áfidos, cochinillas y ácaros y probablemente también tisanópteros, aleiródidos y psílidos. Está comprobado que comen los huevos de todos los grupos citados y también los de holometábolos de pequeñas dimensiones.

Existe poca información sobre las preferencias y la especialización alimentaria de cada especie. Stelzl (1991) examinó el contenido estomacal de ejemplares adultos de dos especies europeas (Semidalis aleyrodiformis y Coniopteryx sp.) y encontró principalmente ácaros eriófidos.

Al estudiar dos coniopterígidos del ciprés en Italia, De Marzo y Pantaleoni (1998) descubrieron que las larvas de uno de ellos, Aleuropteryx juniperi, podían considerarse oligófagas especializadas en diaspinos, mientras que las del otro, Semidalis pseudouncinata, aunque se mantenían estrechamente ligadas al ciprés, eran mucho más polífagas. También la especie asiática Heteroconis picticornis,introducida en E.U.A., parece estar especializada en diaspinos y lecaninos.

Los adultos necesitan una dieta mixta, integrando las presas con una alimentación glucídica a base de néctar, polen y melazo. Los que llevan una dieta exclusivamente glucídica ponen más huevos y viven más tiempo que los que se alimentan sólo de ácaros o cochinillas. Por otra parte, los adultos de ciertas especies, como muchos otros depredadores de dieta mixta, sienten gran atracción por el hidrolizado de proteína envenenado contra los dípteros tefrítidos.

Características

Las alas son grises oscuras enpolvadas finamente con cera. Por lo general no tienen manchas pero algunas especies pueden tener un patrón de puntos blacos. La cabeza y el tórax son negros con el abdomen café pálido. Los machos pueden ser distinguidos de las hembras por el extremo negro del abdomen de éstos. En todo el mundo hay alrededor de 30 géneros y 300 especies pero la familia es poco colectada y probablemente muchas especies tropicales están aún sin describir.

Ciclo biológico

Las informaciones sobre el ciclo biológico de los coniopterígidos se basan casi exclusivamente en especies de las áreas templadas de Europa y América del Norte. La descripción siguiente se refiere a dichas zonas y nada excluye que, en áreas tropicales, subtropicales o desérticas, otras especies tengan comportamientos totalmente diferentes.

Los huevos se depositan normalmente sobrehojas o ramas pequeñas, ya sea aislado o, en presencia de altas densidades de población, en pequeños grupos. Las distintas especies tienen modalidades propias en cuanto a la posición de los huevos en las hojas: Mientras algunas prefieren depositarlos en el margen, otras los adosan a las nervaduras principales de la cara inferior.

Las hembras ponen alrededor de 10 huevos diarios y poco más de 200 en toda su vida. Las larvas aparecen tras un período embrional de una o dos semanas. Son muy activas y empiezan desde el primer momento a explorar hojas y ramas tiernas en busca de presas. Las larvas de algunas especies depredadoras de cochinillas, como las de Aleuropteryx, son ligeramente más remisas y lentas.

Como todos los neurópteros planipennis, pasan a través de tres estadios. Se han publicado dos importantes estudios que registran cuatro estadios larvales en dos especies pertenecientes a dos subfamilias: Badgley et al. (1955) sobre Heteroconis picticornis (Aleuropteryginae) y Muma (1967) sobre Semidalis vicina (Coniopteryginae).

No obstante, estos datos nunca han sido verificados y por el momento no parecen ser atendibles. Los capullos tienen distintas formas según las especies y el lugar donde los tejen. Por lo que sabemos están siempre formados por dos capas, y la interior, de trama más densa, suele estar bien separada de la exterior.

Normalmente los construyen entre la vegetación o en los troncos. A este respecto son interesantes las observaciones de Withycombe (1924), confirmadas por Pantaleoni (1996), sobre Conwentzia psociformis, cuya primera generación del año adosa el capullo principalmente a la cara inferior de las hojas de la planta hospedera (un roble caducifolio) mientras que la generación que deberá hibernar lo teje sólo en el tronco.

El apareamiento se realiza a los pocos días de emerger los adultos. Los rituales del cortejo y las modalidades de copulación han sido descritos por pocos autores (Withycombe 1922, Eglin 1940, Collyer 1951, Henry 1976, Johnson y Morrison 1979). El apareamiento de los Coniopteryginae es extraordinariamente similar al que se refirió anteriormente para los inocélidos.

La diferencia es que el macho sujeta con sus patas delanteras las patas traseras o intermedias de la hembra. En la fase previa a la cópula, también en este caso, es probable que la hembra emita feromonas. En las Aleuropteryginae, en cambio, los dos sexos se sitúan cola con cola. El número de generaciones varía con la especie y en una misma especie, parece cambiar con la latitud. Pero, lamentablemente, hay pocos datos comprobados.

Uno de los estudios más minuciosos (Castellari 1980) demuestra que en Italia, cerca del paralelo 45, Coniopteryx esbenpeterseni tiene en condiciones naturales tres generaciones al año. En todas las especies cuyo ciclo biológico se ha estudiado, la fase que inverna es la larva encerrada en el capullo (prepupa). La larva sufre sin duda una diapausa pero no se conocen los factores que la inducen, aunque casi seguramente están ligados al fotoperíodo.

Cría

Las pequeñas dimensiones de los coniopterígidos influyen notablemente en los métodos de cría. Por un lado los facilitan porque no exigen grandes espacios ni estructuras especiales; por el otro, complican las operaciones manuales y aumentan el tiempo de trabajo.

Las informaciones que poseemos se refieren, en su gran mayoría, a pequeños criaderos experimentales describen la producción de millares de Heteroconis picticornis (a partir de ejemplares colectados en Taipo, Hong Kong) en el Departamento de Control Biológico de la Citrus Experiment Station de la Universidad de California en Riverside. Sin excepción, todo el ciclo vital de la especie se desarrolló con presencia de hojas verdes en las probetas de cría.

Estas hojas, de Citrus, Pittosporum y Prunus, tenían varias funciones: Sustrato para la oviposición y el tejido del capullo, fuente de alimento para las presas y regulación de la humedad. Esta última propiedad, en un ambiente limitado como es una pequeña probeta, no debe subestimarse. En efecto, parece bastante improbable que la humedad relativa de 50-60% existente en el criadero, fuese suficiente para las necesidades de los coniopterígidos criados. De todos modos, las hojas se deben sustituir constantemente y esto supone una gran carga de trabajo adicional.

Existen algunas características de las especies investigadas sobre las cuales todos los autores concuerdan. En primer lugar, los adultos necesitan una dieta mixta de presas y sustancias azucaradas. Es más, como ya se ha dicho, la carencia de estas últimas causa una mortalidad bastante más elevada que la falta de presas. En segundo lugar, los ácaros no parecen ser una presa ideal para las larvas.

Es un dato extremadamente curioso, puesto que estos artrópodos son una de sus principales fuentes de alimentación en la naturaleza. Algunas pruebas preliminares dejan abierta la posibilidad de utilizar dietas artificiales para la nutrición de los adultos y suministrar a las larvas presas de sustitución, como los huevos de Phthorimea operculella. Los apareamientos, si bien no se han observado con frecuencia por ser nocturnos, se realizan fácilmente en los tubos de cría.


Presencia en los cultivos

No hay plantación de árboles frutales donde no habiten coniopterígidos. Sin hacer una recopilación exhaustiva, se pueden citar indicaciones sobre manzanos, perales, melocotoneros, , albaricoqueros, viñedos, olivos, nogales, pecaderos, plantas del té, de fresas y sobre todo, cítricos.

En lo que respecta a este último cultivo, encontramos abundantes indicaciones de los coniopterígidos como depredadores de ácaros y aleiródidos. También en el ámbito forestal los coniopterígidos tienen una presencia masiva y han sido señalados por un número tan grande de autores y para tal cantidad de situaciones que es imposible hacer una lista incluso parcial.

Sin embargo, cabe citar el caso de Aleuropteryx juniperi, especie que como se ha mencionado, está estrechamente ligada a las cupresáceas y ha sido introducido involuntariamente, con el comercio de ciertas variedades ornamentales de enebro en Inglaterra y América del Norte.

Fuentes