Guayos (Cabaiguán)

Guayos
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Localidad de Cuba
EntidadLocalidad
 • PaísBandera de Cuba Cuba
 • ProvinciaProvincia Sancti Spíritus
 • MunicipioMunicipio Cabaiguán
 • Fundación1896
Elevados guayos.jpg
Elevados de Guayos en la Carretera Central

Guayos. Consejo popular y localidad del municipio Cabaiguán de la provincia Sancti Spíritus, Cuba; pueblo de tradiciones y parrandas.

Ubicación

Ubicado en la región central de Cuba, a escasos 22 km del centro geográfico de la isla; sus coordenadas geográficas son 22° 2' 59" norte, 79° 27' 44" oeste. La ciudad de La Habana, capital del país se ubica a 373 km de distancia de Guayos, y la ciudad de Sancti Spíritus, capital provincial y una de las 7 primeras villas fundadas en Cuba, se encuentra a tan solo 13 km de distancia de Guayos. Pertenece al municipio de Cabaiguán. Limita al norte con la Autopista Nacional y el Consejo Popular Neiva, al sur con el Río Tuinucú y la localidad La Trinchera, al este con el Consejo Popular Tres Palmas y parte de Taguasco y al oeste con la circunscripción Carboney.

Posee una extensión territorial de 41,53 km2, se encuentra a una altitud de 96 msnm. Su población sobrepasa los 15.000 habitantes y está compuesta mayoritariamente por descendientes de las islas españolas de Canarias. A los habitantes de Guayos se les nombra guayenses. Toma su nombre de un árbol entonces abundante en la zona cuya madera es roja y dura. Algunos hallazgos prueban la existencia de población aborigen. En 1514 se funda La Villa de Sancti Spíritus, a la que pertenecía el Corral Los Guayos. En 1577, el cabildo espirituano demarca la zona de los futuros poblados, entre los que se encontraba el poblado de Los Guayos.

Sus orígenes

Se ha podido comprobar que en el poblado existieron diferentes asentamientos aborígenes, entre ellos los más importantes son los de Tres Palmas, Sierra de Gabino, área de Los Silva y La Aurora, eran grupos preagroalfareros, excepto los últimos los de La Aurora que presentaban rasgos atípicos ya que se han encontrado allí, montículos y herramientas elaboradas con caracoles marinos y conchas. Se cree que vivieron en estos lugares hasta los años 1500 d.n.e. lo que se ha determinado mediante la aplicación de diferentes métodos paleontológicos.

Hacia 1640 aparece el hato de Cabaiguán, perteneciente a Luis Pérez de Corcha, dueño también del corral de Los Guayos, hecho refrendado con la demarcación de las áreas realizadas en 1577.

Según documentos de la época, las tierras de la hacienda Los Guayos pasaron a manos de los sucesivos descendientes de Pérez de Corcha, dedicándose a la cría de ganado vacuno y algunos cultivos.

Economía

Durante el siglo XVIII, pese a que la economía del lugar continúa basándose en la cría del ganado vacuno y menor, y el cultivo del tabaco, se produce una especie de recolonización, la hacienda Los Guayos se fragmenta en diferentes fincas y lotes de terreno que fueron vendidas a nuevos pobladores. A finales de esta centuria el área se incorpora al auge de la industria azucarera apareciendo los ingenios “Candelaria” o “La Esperanza” y "Guadalupe", restos de los cimientos del segundo aún se conservan en su antiguo emplazamiento.

En 1902 llega el ferrocarril central, cuya estación se inaugura el 23 de febrero con el nombre de “Guayos” lo que denominaría a la localidad en lo adelante para diferenciarlo de otro lugar en Oriente. Se funda en 1901 la primera escogida con el nombre de “La Bija” y para 1908 ya funcionaban una docena. El auge económico se refleja en un aumento de la población que alcanzó en 1910 los 4 343 habitantes. El área urbana progresa, se construyen comercios, viviendas, nuevas calles y en 1912 se instala una planta eléctrica.

La economía local recibe un segundo impulso con el establecimiento de los comerciantes españoles Indalecio Fernández y José Viña en calidad de banqueros y la construcción del central “La Vega” que se extendió de 1913 a 1917y realizó su primera zafra ese último año.

El cierre del central “La Vega” golpeó grandemente la economía, se mantuvo inactivo hasta 1936. La construcción de la Carretera Central (1927-1931), y la edificación de la Colonia Española, disminuyen el desempleo

En 1936 reinició sus labores el central “La Vega”, entonces propiedad de la Tuinucú Sugar Company, dirigido por la familia Rionda, hecho que favorece la economía local.

Asentamiento poblacional

No es hasta el siglo XIX que llegan al lugar un grupo de emigrantes canarios, los cuales se asientan en los alrededores del poblado, fundamentalmente en los límites con Neiva, en la Fragua y Cayajaca. En estos lugares se constituyen núcleos campesinos dedicados al cultivo del tabaco.

Otros isleños se dedicaron al comercio, a su vez se incrementó el asentamiento de criollos comenzando la evolución económica y civil del entonces corral de Guayos.

En 1919 Guayos ya tenía una población de 5 066 habitantes, de ellos 2 087 en la zona urbana y 2 979 en la rural. Ese propio año se financia la construcción de un matadero de reses y se finaliza la construcción del parque.

Cultura

En la década de 1840 ya Guayos había alcanzado cierto desarrollo cultural impulsado por españoles, canarios y criollos, que poseían en sus manos el control económico del territorio. En esta etapa se crean dos sociedades de recreo e instrucción denominadas "La Aurora" y "La Alborada". En ambas se impartían conferencias, se desarrollaban recitales, juegos florales y otras actividades instructivas.

En 1878 como resultado de una reforma administrativa fue creado el barrio rural de “Los Guayos”. Este pueblo crecía, agrupándose las viviendas alrededor de los fuertes españoles, así se crea el juzgado municipal de Tuinucú con residencia en el poblado y comienza a funcionar en 1885.

Ya en 1885 se crea el Juzgado Municipal de Guayos. En la localidad las bodegas comienzan a convertirse en centros de tertulias y reunión, en estos lugares iba renaciendo el espíritu de rebeldía de las familias guayenses, muchas de las cuales se incorporarían a la gesta del 95.

En 1925 aparecen los lectores de escogidas, Tomás Álvarez de los Ríos, destacado escritor cubano, fue uno de ellos), se forma la banda de música y se crean varios grupos de teatro. Esta actividad cultural tiene su clímax con la realización de las primeras fiestas de barrios (parrandas) que permanecen hasta hoy como el más importante acontecimiento cultural de Guayos.

Biblioteca

Biblioteca de Guayos

Se realizan importantes actividades culturales como: El día de la poesía. La Casa de la Cultura de Guayos es el centro de la actividad cultural y artística de la localidad. Se encuentran vinculados a ella todos los sectores de la población quienes encuentran en la institución el lugar ideal para la formación, la creación y el intercambio. El objetivo primero de las instituciones culturales del pueblo es llevar la cultura en su más amplia expresión a la población, para ello cuenta con instituciones tales como La Casa de la Cultura, biblioteca, librería, un museo dedicado a Elcire Pérez, cine, sala de video. Existen instructores de las disciplinas danza, música y teatro, promotores culturales que promueven, coordinan y organizan los eventos, un asesor literario, etc. Todos los meses se celebra un Té cultural, en el que se promocionan personalidades de las letras, se hacen lanzamientos de libros y se celebran fechas significativas. Contamos también con extensiones culturales que llevan el acontecer artístico a lugares de la comunidad como el Hogar de ancianos, el Círculo infantil, las comunidades de Tres Palmas, La Aurora, La Esperanza y San Rafael. Cada diciembre se celebra la Semana de la Cultura cuyo principal evento lo es La Gala Cultural que honra cada vez una personalidad o manifestación relevante en el desarrollo artístico cultural de la localidad. En el marco de las actividades por el Día de la Cultura Cubana se realiza el Coloquio de la Cultura en el que se exponen trabajos investigativos del quehacer cultural y el desarrollo social de la localidad.

Literatura

La calidad de nuestros escritores trasciende los límites físicos de la localidad y se situa en lo más alto del mundo de las letras. La obra gigante de Fayad Jamís, sin dudas el guayense más universal, constituye orgullo de nuestras letras. El moro (como era conocido) vino a vivir a Guayos a los tres años y se marchó a conocer mundo cuando, siendo ya un joven, había calado en él la fiebre de la creación. En este pueblito conoció la primera inspiración y estuvo presente en su obra y en su alma hasta cerrar sus ojos. Sabida es su intención de pasar en Guayos la vejez que la muerte le impidió conocer.

Otro creador total de este pueblo es sin dudas el querido Tomás Alvarez de los Ríos, escritor y cronista de la vida sencilla del campesinado espirituano. Hombre locuaz, arraigado y amante como pocos de este pedacito de tierra, plasma en su obra con singular humorismo las costumbres y tradiciones de los hombres sencillos del campo cubano.

Si de delicadeza y dulzura se hablara, nadie como la poetisa Crucelia Hernández para merecer esos adjetivos. Conocida por su amable y eterna sonrisa, así como por su optimismo, posee Cruz una obra poética de hondos valores estilísticos y humanos. Abarcando tanto lo íntimo como lo social, su poesía se regala como un remanso de espiritualidad y sosiego.

Cuenta la localidad con un movimiento de escritores que de manera independiente o afiliados a las instituciones culturales del pueblo, desarrollan su labor creativa como muestra del carácter democrático y masivo del movimiento cultural de nuestra nación. En la biblioteca Ramón Balboa se realizan talleres y encuentros en los que se expone y debate la obra de quienes se vinculan a estas actividades con el afán de dar a conocer sus creaciones. Participan de estos encuentros representantes de todas las edades y sectores de Guayos quienes llevan sus experiencias y su obra a otros eventos que abarcan desde la base hasta eventos nacionales.

Parrandas

Rivalizando con los famosos elevados, las parrandas o changüises son nuestro mayor orgullo. Surgidas en 1925, fueron traídas por tabaqueros y comerciantes de Remedios y Camajuaní. Han conocido el esplendor y a ella se han entregado con pasión sin límite los pobladores de los dos barrios que conforman el pueblo así como visitantes que la sienten suya y acuden a la cita anual como quien vuelve a reencontrarse con un viejo amor.

Estas festividades en la zona central de Cuba, tuvieron sus orígenes en las añejas celebraciones de la Misa del gallo, en la villa de San Juan de los Remedios, cuando vecinos de los dos principales barrios del lugar, convocados inicialmente por los sonidos de los tambores y otros instrumentos, competían en cantidad de feligreses asistentes a la ceremonia religiosa. Estas costumbres fueron extendiéndose por los pueblos cercanos como Camajuaní, Vueltas, Encrucijada, Zulueta y otros, a donde desde finales del siglo XlX y principios del XX, habían llegado grandes oleadas de españoles, fundamentalmente canarios.

Entre fuegos de artificio, comidas y bebidas, fueron mostrándose, primeramente elementos de identidad local, como el tabaco, la casa campesina, el campo de caña, la fábrica de azúcar, entre otros, hasta que se incorporaron valores de la cultura universal, como leyendas del lejano oriente y de las mitologías griegas y latina, por solo mencionar algunos.

El pueblo de Guayos, tomó para sus fiestas una curiosa división de sus barrios, muy bien definidos, La Loma y Cantarrana, el primero de ellos se ubica en la zona alta del lugar, identificándose con la figura del chivo, animal muy adicto a merodear, incluso a permanecer en las alturas. Por su parte la zona baja del pueblo, hacia donde corre y se estanca el agua es representada muy acertadamente por la figura de la rana.

En sus inicios los barrios además de utilizar cantos y banderas distintivas, se caracterizaban por pasear muñecotes similares a los cabezudos de las fiestas de la Palma, con figuras de personajes que constituían símbolos de los componentes étnicos del poblado. Cantarrana presentaba a la China y al Gallego, sin dudas haciendo alusión a los hijos de esa nación asiática que tantas tintorerías y pequeños establecimientos esparcieron por el lugar, y por otra parte el popular personaje de bigotes y boina, llegado de la lejana Galicia y tan encariñado con la atractiva mulata cubana, que le bailaba permanentemente muy a gusto en las pupila de sus ojos. Por el otro lado, el barrio de la loma, hacía circular por calles y parques la figura de Maconcha y Liborio, La primera representando a los personajes de la raza africana, que tanto aportaron a la nacionalidad cubana y el segundo, retomando al personaje de Ricardo de la Torriente, dibujante del semanario satírico habanero la política Cómica, en las primeras décadas del siglo XX, quien representaba al pueblo cubano a través de la caricatura de un isleño llamado Fermín, que usaba grandes patillas era narizón y llevaba inseparables machete y su sombrero, este emigrante había sido obrero agrícola del central Guerrero propiedad de su padre en la provincia de Matanzas.

Las parrandas que son precedidas durante tres meses por la salida de los changüíes callejeros de ambos bandos se han caracterizado siempre por las bellas carrozas, grandiosos trabajos de plazas y el colorido de sus fuegos artificiales, y aunque nunca ha existido un jurado, cada barrio se declara vencedor y al día siguiente realiza el entierro simbólico del contrario, ritual entusiasta y victorioso aunque parezca inconcebible, porque Guayos es un pueblo Alegre, que ama y disfruta las fiestas como la vida misma.

Aunque castigadas severamente por las carencias y las secuelas del Período Especial, estas fiestas continúan siendo un derroche de luces, ilusión esfuerzo, amor al terruño, amistad y hospitalidad. La fantasía se desborda en la belleza de sus carrozas, que recrean los más diversos temas en un alarde de lujo y artesanía que las convierten en un espectáculo visual impresionante. Los trabajos pirotécnicos enardecen a los fanáticos de cada barrio que con gritos de júbilo reciben estos ingeniosos artificios. El tablero final de cada barrio es la culminación de una noche de guerra fraternal, todos se dan por vencedores y la noche recibe el día con la esperanza en la próxima vez. Parranda o Changüises, da igual, fiesta del pueblo y hecha por el pueblo, música, cerveza, imaginación, amores ocasionales, madrugada insomne, voladores, pasión, tradición que es vida y esencia de este pequeño poblado que te invita a descubrir tan inolvidable experiencia.

Fuentes