Luis de Valdivia

Luis de Valdivia
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sacerdote misionero jesuita
Nacimiento1560
Granada, España
Fallecimiento5 de noviembre de 1642
Valladolid
Nacionalidadespañol

Luis de Valdivia. Fue un misionero jesuita español que defendió los derechos de los indígenas y abogó por la reducción de las hostilidades mantenidas con los mapuches en Chile.

Historia

Luis de Valdivia nació en Granada, en 1560 y fallece en Valladolid, el 5 de noviembre de 1642. Predicó el establecimiento de una frontera, y el reemplazo de las campañas militares por obras misioneras que, desde su punto de vista, habrían de procurar la conquista religiosa de los rebeldes. Su proyecto, denominado guerra defensiva, concitó el apoyo inicial de la monarquía española, pero con el paso del tiempo fue considerado un fracaso y cayendo el padre Valdivia en el descrédito.

Primeros servicios

A los 20 años ingresó a la Compañía de Jesús. En 1589, recién ordenado de sacerdote, fue comisionado al Perú. Allí, tras pasar por Lima y Cuzco, se le destinó a la misión de Juli, donde los religiosos realizaban trabajos tipográficos en lengua aymara. A finales de 1592 fue integrado al grupo de jesuitas comisionados de fundar una nueva provincia de la Compañía en Chile. Esta avanzada se embarcó en El Callao en febrero de 1593, siendo triunfalmente recibida en Santiago de Chile el 12 de abril, Lunes Santo, del mismo año. En esa ciudad se convirtió en rector del colegio jesuita local, erigiendo, además, el primer templo santiaguino de su congregación. Emprendió, así mismo, temporadas de evangelización de indígenas, familiarizándose con sus costumbres locales y conociendo de la implacable Guerra de Arauco.

Debates

La tesis de la esclavitud

Por aquellos años, el alzamiento de los mapuches se había generalizado, tras su victoria en el llamado Desastre de Curalaba, en 1598. Por lo mismo, en 1599, Melchor Calderón presentaba en la Catedral de Santiago de Chile su memorial Tratado de la importancia y utilidad que hay en dar por esclavos a los indios rebelados en Chile. Tocó en suerte que la lectura pública de este documento la hiciera en el padre Luis de Valdivia, pese a su profunda discrepancia con el planteamiento. Para Luis de Valdivia no solo era incorrecta la tesis de reducir a los rebeldes a la esclavitud, sino que la causa de la rebelión misma eran los "servicios personales", o trabajos forzados, que los indígenas debían tributar a los encomenderos españoles.

En búsqueda de aprobación real

En 1602, una nueva comisión académica llevó a Valdivia de vuelta a Lima, como maestro de novicios y, después, catedrático de teología. En 1606 tuvo lugar en dicha ciudad un debate sobre el curso de la Guerra de Arauco. El oidor de la Real Audiencia de Lima, Juan de Villela, en coincidencia con las ideas de Valdivia, propuso un sistema denominado Guerra Defensiva. El recién llegado virrey, el marqués de Montesclaros también acogió los informes del jesuita sobre la guerra. Valdivia proponía eliminar los servicios personales, establecer una frontera firme en el Río Biobío e iniciar una conquista religiosa por medio de la actividad misionera. El virrey, bastante convencido, envió al sacerdote a España, en 1609, en búsqueda de aprobación real para el sistema propuesto. Sabiendo de esta gestión, los colonos de Chile, apoyados por el gobernador Alonso García Ramón enviaron a sus propio representante a la corte, el capitán Lorenzo del Salto, esperando desvirtuar las ideas del jesuita.

Convenciendo a Felipe III de España

Valdivia y su contrincante, Del Salto, viajaron en el mismo barco a Europa. 1610 fue un año de largas deliberaciones en el Consejo de Indias. Valdivia, más ducho en el arte de la argumentación, logró convencer al religioso rey Felipe III de España. Con el plan de Guerra Defensiva aprobado y el cargo de Visitador General de Chile, el sacerdote partió de vuelta a Chile en los primeros meses de 1611. Lo acompañaban otros diez misioneros jesuitas, dispuestos a solucionar el conflicto mapuche por medio de la predica cristiana.

Guerra defensiva

Desde un principio en Chile el plan de Valdivia fue considerado irrealizable. Además de afectar los intereses particulares de los encomenderos, los jefes militares españoles temían que animara a los mapuches a emprender una nueva sublevación general. Por lo mismo, no es extraño que Valdivia haya chocado con mucha resistencia pasiva y entorpecimientos para llevar a cabo su proyecto. Pese a esto, los gobernadores locales se atuvieron en lo formal a las órdenes reales, pero no se abstuvieron de advertir que las consideraban erróneas:

El interino Juan de la Jaraquemada terminó su gobierno enviando memoriales en los que definía a la Guerra Defensiva como una política nefasta y auguraba multitud de desgracias por su aplicación. También hacía votos para que su sucesor tuviera el talento para subsanar los males que veía venir. Alonso de Ribera inició entonces su segundo mandato y pronto las ideas del padre Valdivia chocaron con las del gobernador, convencido de que al mapuche sólo se le podía mantener a raya con la fuerza de las armas. Al final, se estableció una profunda enemistad entre ambos. El padre Valdivia planteó establecer la defensa de las plazas y fuertes en los lugares ya establecidos e intentar ganarse la buena voluntad de los belicosos mapuches, mediante gestos y acciones reconciliadoras. Para esto envió regalos a los caciques y buenas nuevas mesiánicas para intentar la paz; pero los indígenas interpretaron este gesto como una muestra de debilidad y fingieron acceder a sus peticiones, mientras observaban a sus enemigos. Las gestiones aparecían como exitosas. 600 guerreros de la zona de Arauco acordaron la paz.

Pero la política de Valdivia se vio duramente desacreditada, en 1612, por la muerte de tres sacerdotes de su congregación en un confuso incidente relacionado con el rapto de una de las esposas del cacique Anganamón durante el Parlamento de Paicaví a orillas del lago Lanalhue, estas víctimas serían conocidas como los mártires de Elicura.

Enemistado con el Gobernador

Con respecto a los sacerdotes misioneros, Valdivia envió a los padres Martín de Aranda y Horacio Vechi, quienes se adentraron en territorio indígena solamente para encontrar, en definitiva, la muerte. Este suceso obligó al padre a aprobar la defensa militar de los territorios ubicados al norte de la frontera de Arauco, debiendo justificarse con mucho cuidado la acción defensiva de los españoles ante los ataques indígenas. Paulatinamente, Valdivia y Ribera empezaron a distanciarse, y la enemistad entre ellos hizo crisis en 1614 con críticas y quejas mutuas. A pesar de las presentaciones en contra del sistema de guerra defensiva, la Corona española optó por mantenerlo en 1615. En enero de 1617, a propósito de esto, el Rey Felipe III le recomendaba al Valdivia que "procurase vivir en armonía con Ribera", quien moriría unos meses después.

De nuevo la guerra ofensiva

Poco a poco, la aplicación de la política de Guerra Defensiva se fue volviendo más teórica que práctica. Sus principios no se cumplían ni aplicaban.

El sucesor del rey Felipe III, Felipe IV, entronizado en 1612, no era tan afín a las ideas Valdivia. Dispuesto a convencerlo, el jesuita viajó de Chile a España en 1620. Pero este cabildeo de poco sirvió. El rey reimplantó oficialmente la guerra ofensiva en 1623.

Fracaso de su sistema

La oposición a la guerra defensiva fue creciendo y en 1619 Luis de Valdivia partió a Lima y a España a defender nuevamente su aplicación; sin embargo, Felipe III ya no estaba tan dispuesto a colaborar con el jesuita. El Rey le concedió entonces el cargo de Consejero de Indias. En 1621, Valdivia se retiró a Valladolid donde sirvió el cargo de Prefecto de Estudios y de Director de la Congregación de Sacerdotes en el Colegio de San Ignacio. El sistema de guerra defensiva fue abandonado.

Sobre su muerte

Valdivia pasó los últimos años de su vida en Barcelona, dedicado a la pedagogía y el trabajo intelectual. El Padre Luis de Valdivia regresó a España y murió en Valladolid en 1642.

Criterios de Valdivia

Se le considera un gran conocedor de varias lenguas indígenas americanas, especialmente de la mapuche, de la que dejó la primera gramática conocida, aunque también dejó estudios sobre otros idiomas, como el de los huarpes. Suele ser descrito, por los historiadores clásicos chilenos del siglo XIX, como un iluso e iluminado idealista. Sus detractores contemporáneos, entre los que se encontraban numerosos gobernadores y encomenderos, consideraban que la política propuesta por él era ruinosa y que envalentonaba a los mapuches.

Obras

  • Arte y gramatica general de la lengua que corre en todo el Reyno de Chile : con un vocabulario, y confessionario. Lima, 1606, Sevilla, 1684.
  • Doctrina christiana y cathecismo, confessionario breve, arte y gramática y vocabulario breve en la lengua Allentiac. Lima, 1607.
  • Confessionario breve en la lengua del Reyno de Chile, provechoso para confessar a los Indios de Chile y otras personas. Lima, 1616.
  • Sermón en lengua de Chile: de los mysterios de nuestra santa fe catholica, para predicarla a los indios infieles del reyno de Chile, dividido en nueve partes pequeñas, acomodadas a su capacidad. Valladolid, 1621.
  • Textos Millcayac, Lima, 1607. Publicados en: Márquez Miranda, Fernando (1943). «Los textos Millcayac del Padre Luis de Valdivia (con un vocabulario español-allentiac-millcayac)». Revista del Museo de La Plata (Nueva Serie). Tomo II, Sección Antropología: 61-223. Esta obra ha sido publicada nuevamente, incluida en el libro: Tornello, Pablo; Roig, Arturo; Díaz, Nora y Aguirre, Luis (2011). Introducción al Millcayac: idioma de los huarpes de Mendoza. Mendoza, Argentina: Zeta Editores. ISBN 978-987-1794-10-2.

Fuentes