Marie Laurencin

Marie Laurencin
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Pintora francesa
NombreMarie Laurencin
Nacimiento31 de octubre de 1883
Paris, Bandera de Francia Francia
Fallecimiento8 de junio de 1956
Alma materAcademia Humbert
CónyugeOtto von Wätgen

Marie Laurencin (1885-1956), pintora francesa que nació cerca de París; se cree que pudo seguir algunas clases nocturnas de dibujo. Gracias a su relación con el poeta Guillaume Apollinaire, conoció y fue amiga del artista francés Georges Braque y del español Pablo Picasso, junto a quienes expuso en 1907. Aunque influenciada por las formas planas y los ritmos vigorosos que estos y otros exponentes del arte moderno habían introducido, su obra nada tuvo que ver con el cubismo. Sus temas artísticos fueron, a menudo, figuras femeninas individuales o en grupo, frágiles y distantes, vestidas con colores azul y rosa pastel. Sus pinturas tienen una atmósfera de ensueño y sus tonos son tan suaves como los utilizados en las primeras miniaturas persas. Destacó también como impresora, ilustradora de libros y figurinista. Aunque vinculada al círculo vanguardista del Bateau-Lavoir, desarrolló un estilo decorativo y refinado. Sus obras más características son los retratos a lápiz y los decorados para ballets.

Síntesis biográfica

A partir de 1903 cursó estudios en la Academia Humbert, donde conoció al pintor y escultor Georges Braque, quien, junto con Picasso, fueron los creadores del cubismo. Marie frecuentó el Bateau-Lavoir, en el barrio de Montmartre, lugar de residencia y de reunión de numerosos pintores y escritores. Pintaba retratos y autorretratos. Expuso por primera vez en 1907 en el Salón de los Independientes; ese mismo año se convirtió en la compañera y musa del novelista y crítico de arte Guillermo Apollinarie (1880-1918), y con quien mantuvo una relación apasionada y tumultuosa hasta 1912. Participó de todas las manifestaciones del grupo cubista.

En 1914 se casó con el pintor Otto von Wätgen, y al estallar la Primera Guerra Mundial, se exiliaron en España. Asociada con Sonia Delaunay, compuso varios poemas para revistas artísticas durante 1917. Separada de su esposo, volvió a París en 1921. Se dedicó a pintar retratos de mujeres o escenas femeninas, también flores y bodegones, con suaves y pálidos colores, en tonos rosados, azules y blancos. Con formas curvilíneas expresó la seducción femenina. Junto a sus retratos, Marie realizó grabados, xilograbados e ilustró obras literarias de numerosos escritores: André Gide y Max Jacob, entre otros. También creó decorados de teatro e hizo vestuarios para los Ballets Rusos: el ballet Las Ciervas (1924), para las compañías de la Opera Cómica y la Comedia Francesa.

Una creativa autónoma

Marie Laurencin no cedió ante la presión de los estilos artísticos de su tiempo y conservó su particular forma expresiva. Justamente tal podría ser el valor más admirable de sus creaciones: esa proyección directa, sencilla y sin pretensiones. Laurencin, complementó su labor artística ilustrando con acuarelas libros de célebres autores: Gide, Jacob, Carroll, John Perse, etc. Contaba Marie, además, con el beneficio de pertenecer a un ámbito social y cultural frecuentado por Picasso, Braque, Matisse, Delaunay y Gris. Estos grandes artistas, con su contacto y amistad, coadyuvaron al desarrollo de su sensibilidad estética, lo cual queda plasmado en su singular y exquisita producción.

Obra Las bailarinas

La belleza de lo espontáneo

Las jóvenes que se muestran en su cuadro motivan una admiración que no se corresponde a lo sensual. Más bien, estas mujeres atraen por su autenticidad, por su femineidad transparente. Ellas exponen una cierta danza interior y su armonía no precisa de coreografía ni de música alguna, sino solamente de su simple ser. Las pinceladas de Laurencin comparten esa misma proyección: no implican sentidos ocultos, ni hermenéuticos acertijos. Por el contrario, suya es la belleza de lo espontáneo, esa misma que celebró Seneca en una de sus mejores reflexiones. De acuerdo a este sabio, mucha es la felicidad de quien no esconde su propia esencia y sencillamente se expone tal como es. Las bailarinas de Marie Laurencin hacen solo eso, manifiestan la belleza inherente a su ser-mujer y motivan un sentimiento de sublime idealidad. Pero además, lo espontáneo no deja de tener algo de imprevisible, y la coquetería de las facciones y ademanes de las féminas de Laurencin exponen una sutil seducción, gracias a- precisamente- su frescura y naturalidad.

Museo Marie Laurencin

Museo Marie Laurencin
"La pintura de Marie Laurencin debe verse con la luz más pura y transparente"

Este era el deseo de Masahiro Takano, el fundador del único museo consagrado a la pintora francesa Marie Laurencin. Inaugurado en julio de 1983, está situado en una estación estival de montaña, Tateshina -en la región de Nagaro-, situado a unos 200 Km. al noroeste de Tokio (Japón) en un entorno natural que, desde los años 30' , a principios de la Era Suowa, fué elegido como lugar de moda entre la alta sociedad nipona. El éxito del Museo Marie Laurencin animó a su propietario a aumentar la oferta expositiva, rodeando el Museo con un jardín de esculturas, el Tateshino Open Air Museum, que se extiende a través de 10 hectáreas de espacio natural, y añadiendo un hotel. El conjunto es conocido como Artland.

Estilo

Su estilo pictórico comprende un empleo particular de colores fluidos y suaves, una creciente simplificación de la composición, una predilección por ciertas formas femeninas alargadas y graciosas que le permiten ocupar un lugar privilegiado en el París mundano de los años 1920. Es conocida como una de las pocas artistas femeninas cubista, con Sonia Delaunay, Marie Vorobieff, y Franciska Clausen. Si bien su trabajo demuestran la influencia de los pintores cubistas Pablo Picasso y Georges Braque, que era su amigo, ella desarrolló un enfoque único para la abstracción que a menudo se centra en la representación de los grupos de mujeres y de retratos femeninos. Además, su trabajo se encuentra fuera de los límites de las normas cubista en su búsqueda de una estética específicamente femenina por su uso de colores pastel y formas curvilíneas. Laurencin, al pintar sus visiones de licitación, trató de reafirmar la seducción femenina en la cara de la modernidad triunfante. La insistencia en la creación de un vocabulario visual de la feminidad en su arte puede ser visto como una respuesta a lo que algunos consideran que la masculinidad arrogante del cubismo.

Cita

"La pintura me apasiona y por lo tanto me atormenta"

Enlaces externos

Fuentes