Polineuropatía Epidémica

Polineuropatía Epidémica
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Concepto:Entidad que adquirió la categoría de epidemia en Cuba en el año 1992-1993, cuyas dos formas clínicas de presentación son la neuroóptica y la polineuropática

Polineuropatía Epidémica. Entidad que adquirió la categoría de epidemia en Cuba en el año 1992-1993, con dos formas clínicas de presentación, la neuroóptica, caracterizada por disminución de la visión de cerca o de lejos, de aparición en días o semanas, con fotofobia o sensación de deslumbramiento y mejoría de la visión en penumbra, y la polineuropática, tipificadas por síntomas sensitivos irritativos que predominan en miembros inferiores y alteraciones de los reflejos osteotendinosos y en las formas graves evidente participación del sistema nervioso autónomo. Pueden concomitar en un mismo paciente ambas formas clínicas.

Cuadro clínico

En el cuadro clínico de la polineuropatía epidémica se debe tener presente los factores de riesgo que se asocian y condicionan la aparición de la afección, la presencia de síntomas generales y manifestaciones neurológicas que preceden o acompañas a la enfermedad.

Factores de riesgo

  1. Favorecedores: alimentación inadecuada, más evidente en la forma periférica.
  2. Predisponentes: la edad y el sexo, poco frecuente en edades extremas de la vida, así se presenta principalmente en los grupos de 25 a 44 años y en ambos sexo, aunque esta forma de presentación predomina en el sexo femenino.
  3. Precipitantes: hábito de fumar e ingestión de bebidas alcohólicas
  4. Reforzantes: aumento del ejercicio, la no ingestión de vitaminas.

Síntomas generales

  1. Pérdida de peso de causa inexplicable, más marcada en la forma periférica
  2. Adinamia, fatiga, cansancio fácil que no mejora con el reposo
  3. Alteraciones de la micción: urgencia miccional, nicturia y poliuria.
  4. Alteraciones neurovegetativas, palpitaciones o taquicardia y sudación en manos y pie.
  5. Trastorno de la memoria, de la atención, irritabilidad, e insomnio.

Síntomas que pueden acompañar la enfermedad

  • Síntomas sensitivos irritativos, distales, predominante en miembros inferiores (adormecimiento, hormiguero, calambres)
  • Sensación de calor en la planta de los pies y las palmas de las manos
  • Hiperreflexia osteotendinosa

Grado de afectación ligero

  • Síntomas sensitivos irritativos: hormiguero, calambres, quemazón, adormecimiento, etc.
  • Alteraciones de la sensibilidad demostrada por disminución de la percepción al diapasón, algodón o pinchazo, predominante distal.
  • Alteraciones de los reflejos osteotendinosos bilaterales en forma de hiperreflexia rotuliana sin otros reflejos patológicos.
  • Cualesquiera de los criterios menores de la definición de caso excepto: ataxia, impotencia sexual y toma de pares craneales (hipoacusia, disfonía y tros).

Grado de afectaciones moderado

  • Alteraciones de los reflejos osteotendinosos bilaterales en forma de hiporreflexia o arreflexia aquileana con ella hiperreflexia rotuliana.
  • Puede encontrarse disminución de la fuerza muscular.
  • Ausencia de ataxia

Grado de afectaciones severo

  • Ataxia u otro trastorno de la marcha
  • Afecciones de pares craneales
  • Disminución marcada de la fuerza muscular
  • Impotencia sexual.

Las manifestaciones neurológicas expresadas por parestesias se inician casi siempre por los miembros inferiores, aunque simultáneamente se refieren también a los miembros superiores. A veces son verdaderas disestesias simétricas que extienden de las partes distales a las proximales y adaptan la distribución en “calcetín”, “botas”, o “polainas” y en miembros superiores de “guantes”, o “mitones”. Pocos pacientes refieren manifestaciones motoras de importancia, pero cuando estas aparecen se quejan de debilidad en las piernas, cansancio fácil e inseguridad de la marcha, que los limita a caminar. Los pocos casos que desarrollan la forma mielopática o neuromielopática desarrollan bandas hiperestésicas en fajín o cinturón, dificultad en la marcha de varios tipos y acentuados síntomas disautonómicos. Los casos con afecciones óptica asociada, además de la disminución de la agudeza visual que puede llegar a “cuenta dedos”, presentan escotomas centrales cuando se explora el campo visual y alteraciones de la visión de colores especialmente al rojo y verde. En el fondo de ojo de los pacientes con más de un mes de evolución se observa palidez temporal de la papila por atrofia del haz papilomacular.

Tratamiento profiláctico

  1. Adecuada orientación de hábitos dietéticos.
  2. Consumo diario de una tableta de Multivit o polivit u otro suplemento vitamínicos, preferentemente separado de las comidas.

Tratamiento curativo

Para el caso potencial o sospechoso

  • Multivit o polivit: 2 tabletas. 3 veces al día durante 10 días. Continuar con dosis de mantenimiento de acuerdo con las necesidades del paciente.
  • Vitamina B12 (100µg): 100µg/sem (i.m) durante cuatro semana, después de 100 mg (i.m) mensul durante 3 meses.

Para el paciente con criterio de caso

  • Vitamina B1 (clorhidrato de tiamina): bbo. 100 mg/ml y tab. de 50 mg. Dosis: 100mg/día (i.m), durante 10 días. Continuar por v.o con 1 tab de 25 mg/día hasta 3 meses.
  • Vitamina B12: bbo de 100 o 1000 µg/mL. Dosis: 100 µg/día (i.m) durante 10 días, continuando con 100mg (i.m) semanal durante un mes y después 100mg (i.m) mensul durante 6 meses.

En los casos severos y principalmente en pacientes fumadores con la forma neuróoptica, se debe utilizar la Bitamina B12 de 1000µg, preferentemente en su forma de hidroxicobalamina.

  • Vitamina B2 (riboflavina): tab. de 5 mg. Dosis: 2 tab. día durante 10 días, después de continuar con 1 tab./día hasta los 3 meses.
  • Vitamina A: perlas de 50 mg. Dosis 50mg/día por 10 días y continuar con 50 mg 2 veces por sem durante 3 meses.
  • Ácido fólico: tab de 1mg. Dosis: 1 tab/día durante 3 meses. Terminado este periodo, evaluar y desidir conducta que se debe seguir.
  • Rehabilitación: su indicación temprana contribuirá en la rápida recuperación y disminución de las secuelas que se pueden presentar en estos pacientes sobre todo en las formas severas de la enfermedad.

Fuentes

Miguel Matarrama Peñate. Medicina Interna. Diagnóstico y Tratamiento. Editorial Ciencias Médicas, La Habana 2005