Epístola a los colosenses

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Epístola a los colosenses
Información sobre la plantilla
Categoría:Histórico
Idioma:Hebreo
Origen:escrita desde Roma, año 60 - 64 d.C.

Epístola a los colosenses es un mini curso de ética, dirigido a cada una de las áreas de la vida cristiana. Pablo va desde la vida individual a la vida en el hogar y la familia, desde el trabajo, hasta la manera en que debemos tratar a otros. El tema de este libro es la suficiencia de nuestro Señor, Jesucristo, para suplir nuestras necesidades en cada área.


Versos Clave

Colosenses 1:15-16, “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”


Colosenses 2:8 “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.”


Colosenses 3:12-13, “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.”


Colosenses 4:5-6, “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.”


Breve Resumen

Colosenses fue escrito expresamente para anular la herejía que había surgido en Colosas, la cual ponía en peligro la existencia de la iglesia. Mientras que no sabemos que le fue dicho a Pablo, esta carta es su respuesta.


Podemos resumir, basados en la respuesta de Pablo, que él estaba lidiando con una percepción equivocada de Cristo (Su real y verdadera naturaleza humana y la falta de aceptación de su completa deidad.) Pablo parece también disputar respecto el énfasis “judío” sobre la circuncisión y las tradiciones (Colosenses 2:8-11; 3:11). Aparentemente la herejía provenía del gnosticismo-judaico o de una mezcla entre el ascetismo judío y la filosofía griega (¿Estoicos?). Él logra un increíble trabajo en señalarnos la suficiencia de Cristo.


El libro de Colosenses contiene instrucción doctrinal acerca de la deidad de Cristo y las falsas filosofías (1:15—2:23), así como exhortaciones prácticas respecto a la conducta cristiana, incluyendo las amistades y el hablar (3:1—4:18).

Conexiones

Como con todas las iglesias primitivas, el problema del legalismo judío en Colosas fue de gran preocupación para Pablo. Tan radical era el concepto de la salvación por gracia, aparte de las obras, que para aquellos sumergidos en la ley del Antiguo Testamento, les resultaba muy difícil de entenderla.

Por consecuencia, había un continuo movimiento entre los legalistas, para añadir ciertos requerimientos de la ley a esta nueva fe.


Primeramente entre ellos estaba el requisito de la circuncisión, el cual aún se practicaba entre algunos de los judíos convertidos. Pablo contradijo este error en Colosenses 2:11-15, en donde declara que la circuncisión de la carne ya no era necesaria, porque Cristo había venido. La suya era la circuncisión del corazón, no de la carne, haciendo ya innecesarios los ritos ceremoniales del Antiguo Testamento (Deuteronomio 10:16, 30:6; Jeremías 4:4, 9:26; Hechos 7:51; Romanos 2:29).


Aplicación Práctica

Aunque Pablo abarca muchas áreas, la aplicación básica para nosotros en la actualidad, es la total y completa suficiencia de Cristo en nuestras vidas, tanto para nuestra salvación como para nuestra santificación.


Debemos saber y entender el evangelio, a fin de no ser desviados por sutiles formas de legalismo y herejía. Debemos estar en guardia para cualquier desviación que minimice la grandeza de Cristo como Señor y Salvador.


Cualquier “religión” que trate de equipararse a sí misma con la verdad, usando libros que afirman estar en igual autoridad que la Biblia, o quienes combinan el esfuerzo humano con el logro divino en la salvación, deben ser evitadas.


Otras religiones no pueden ser combinadas con o añadidas al cristianismo. Cristo nos da las normas absolutas de la conducta moral. El cristianismo es una familia, una forma de vida, y una relación –no una religión. Las obras de Dios, la astrología, el ocultismo y los horóscopos, no nos muestran los caminos de Dios. Solo Cristo lo hace. Su voluntad está revelada en Su Palabra, es Su carta de amor para nosotros; ¡debemos llegar a conocerla!


Fuentes