Marcos del Rosario

Marcos del Rosario
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NacimientoRepública Dominicana
FallecimientoLa Habana, Cuba Bandera de Cuba Cuba

Marcos del Rosario. Héroe dominicano de Playitas de Cajobabo, atendido y salvado de heridas graves en el territorio de Jagüey Grande.

Opiniones de grandes hombres

General en Jefe Máximo Gómez en su Diario de Campaña
“Día 6. A las cuatro de la tarde hemos desembarcado en Cabo Haitiano; nos dispersamos por la población para no ser notados…Los demás compañeros, José Martí, Francisco Borrero, Ángel Guerra, César Salas, se han alojado en distintas casas de amigos. Marcos del Rosario, dominicano, se ha quedado a mi lado.”
El día 6 de abril, introducen la cuarta figura de este trabajo sobre los Héroes de Playita de Cajobabo. La oración final del párrafo escrito por Gómez acerca de la estancia de los héroes en Cabo Haitiano, en vísperas del desembarco, destaca a Marcos, el dominicano, al lado de quien sería su jefe y amigo personal e inseparable a lo largo de toda la gesta emancipadora del 95.

Sobre Marcos del Rosario, el “bravo dominicano negro” de Playita, único sobreviviente de aquellos 6 hombres, después de la desaparición física del Generalísimo, el 17 de junio de 1905, y cuya decisiva colaboración hizo posible la reconstrucción de la trayectoria seguida por los héroes, desde el desembarco el 11 de abril, hasta la muerte en combate del Apóstol en Boca de Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895, trata la presente propuesta.

José Martí en su diario de Campaña

¿Cuáles eran las cualidades de este hombre que hizo posible su selección por Gómez y Martí para participar en la travesía? ¿Cuál fue su trayectoria, a partir del desembarco, primero al lado de Martí, hasta su muerte, y posteriormente al lado de Gómez, a quien cuidó celosamente, para que se preservara la vida de este hombre excepcional hasta el fin de la guerra? ¿Cuáles fueron las batallas y campañas militares en las que participó?
Develar parte de la limpia trayectoria de este patriota, mediante las fuentes bibliográficas más valiosas y documentos importantes de la Historia de Cuba, hace posible presentar aspectos hasta hoy poco conocidos de la vida de un hombre al que el Apóstol, tres días antes de morir, dejara inmortalizado en su Diario de Campaña con esta hermosa metáfora:”Marcos, el dominicano: ¡Hasta sus Huellas!” refiriéndose, desde luego, a su extraordinario valor, su honradez y lealtad infinita a la causa que lo trajo a Cuba junto a sus cinco compañeros expedicionarios.

En los meses de febrero y marzo de 1895, durante los cuales permaneció en Montecristi, Martí conoce a Marcos, a través del “cojo virtuoso” Mayía Rodríguez; se lo presenta a Gómez y le propone incorporarlo a la expedición que los conduciría hasta las costas cubanas.

Participación en importantes acciones

Sucesos del desembarco por Playitas de Cajobabo

Según lo expresado por Gómez y Martí en relación con el momento del desembarco en bote, el 11 de abril de 1895, Marcos remaba en el centro, junto a Ángel Guerra, veterano de la guerra del 68, mientras que los cuatro compañeros restantes se distribuían en dos grupos la proa y la popa; de esta manera: Martí y César Salas en proa, mientras Gómez y Paquito Borrero remaban en popa.

Inmediatamente después del desembarco, Marcos permanece muy cerca de Martí, abriendo montes, desmochando, buscando alimentos, cazando. Todo parece indicar que el dominicano cumplía estas funciones de tanta utilidad en estos primeros días de la vida de los héroes, en las montañas cercanas a Baracoa y Guantánamo.

Campaña Circular de Camagüey

Durante los meses de junio a octubre participa Marcos, teniente ya y ayudante de campo del Generalísimo, junto a su jefe en los combates de la famosa Campaña Circular de Camagüey, entre los que se destacan el de Cascorro, El Mulato, San Jerónimo, etc.

Trocha de Júcaro a Morón

En octubre cruzan la trocha de Júcaro a Morón, e inmediatamente se producen varios combates, distinguiéndose de ellos, la toma del fuerte de Pelayo, donde fueron Marcos y otros de la escolta del General los que, de forma temeraria, llevaron a cabo el asalto.

Ya en la provincia de Las Villas, en la región espirituana de La Reforma, establecen el campamento y esperan la llegada del Titán Antonio Maceo, que había partido de Mangos de Baraguá con sus tropas, el 22 de octubre. El encuentro con Maceo se produce el 29 de noviembre, después que éste cruza la Trocha de Júcaro a Morón, en el campamento Lázaro López, desde donde parten juntas, las tropas del Generalísimo y el Titán, hacia el referido campamento espirituano.

Combates de Iguará, Boca del Toro y Mal Tiempo

En diciembre de 1895, los combates de Iguará, Boca del Toro y Mal Tiempo, marcan la gloriosa marcha de Gómez y Maceo, unidos ya hacia el occidente. Un papel muy destacado en estos combates correspondió a los ayudantes de campo del General en Jefe, y el primero de ellos era el Capitán Marcos Del Rosario. Fue Marcos uno de los héroes indiscutibles de Mal Tiempo, donde también brillaron el General Ángel Guerra, compañero suyo, expedicionario de Playita, Bernabé Boza, jefe de la escolta de Gómez y otros valerosos combatientes, todos miembros de la escolta.

Batalla de Coliseo

Avanza la invasión por tierra matancera, y el 23 de este mes se produce en Coliseo el encuentro con las tropas del ejército español. En ese combate contra una fuerza muy numerosa dirigida por el General español Arsenio Martínez Campos, cae gravemente herido el dominicano.

El jefe de la escolta del Generalísimo, coronel Bernabé Boza, narra lo acontecido ese día:
“Día 23. Hemos escapado bien, pues sólo tenemos que lamentar unas doce bajas, tres de estas de la escolta del General en Jefe y su ayudante el valiente dominicano que vino con él y con Martí, capitán Marcos del Rosario, herido grave…”

Gómez por su parte, con posterioridad, relata lo ocurrido en el momento de la tragedia, haciendo énfasis en el extraordinario valor y la pureza del dominicano:

“En la reñida acción de Coliseo, con cuatro mil hombres que dirigía el general Martínez Campos, me pareció quedar sólo ese día. Marcos fue derribado junto con su mula (montaba ese hermoso animal que parecía un caballo) ¡Sacadlo! Grité yo mientras traté de reforzar la línea de fuego. Cuando nos retiramos vi. la herida de Marcos, que se había roto una pierna; la mula quedó muerta con cuatro balazos. Con lo que sufrió Marcos en la curación de la herida, se puede escribir un libro interesantísimo. Más tarde y aún no del todo curado, se me incorporó. Es compañero inseparable y hombre en toda la extensión de la palabra; es el tipo verdadero de la pureza, la lealtad y el valor probados. Significa una honra para su raza y para sus patriotas”.

Resulta difícil encontrar una forma más bella y definitoria, que supere a la empleada por el General en Jefe, para expresar el alto concepto que tenía sobre las virtudes del dominicano Marcos del Rosario y lo que para él significaba este hombre.

Desde Sumidero, caserío situado al oeste de Coliseo, lugar donde acamparon esa noche, inician Gómez y Maceo, el día 24 de diciembre, el famoso Lazo de la invasión, y avanzan con sus tropas en dirección sudeste, en vez de continuar hacia occidente. La noche de ese mismo día, arriban al ingenio Josefita, en las cercanías de Crimea, territorio de Jagüey Grande. Allí cenan, descansan toda la noche y dejan a Marcos, el herido de la batalla de Coliseo, ascendido ahora al grado de Coronel del Ejército Libertador, al amparo del señor José Díaz Ortega, dueño de esa colonia.

Documentos históricos

Existen dos documentos históricos originales, cuyas fotocopias se conservan en el Museo Histórico Municipal de Jagüey Grande, que dan fe de la presencia de Gómez y Maceo con sus tropas esa noche en el ingenio Josefita, dejando allí al cuidado de ese señor al dominicano gravemente herido en el combate del día anterior.

El primer documento escrito el día 25 de diciembre, cuando temprano parten desde ese lugar para continuar con rumbo sudeste, dice textualmente:

República de Cuba.
Cuartel General del Ejército Libertador
Queda competentemente autorizado el portador Don José Díaz Ortega para extraer de su finca y vender donde mejor lo pueda hacer todos sus ganados vacunos y de Cerda.
Todos los jefes oficiales y soldados de mi ejército no solamente respetan esta orden sino que también le prestarán los auxilios que dicho señor necesitase: Todo esto en razón de la neutralidad que en esta guerra está observando el señor Díaz Ortega.

Colonia Josefita Dbre 25 de 1895
El General en Jefe
M. Gómez
Y el otro documento, revelador en este caso de la estancia de Marcos del Rosario, al cuidado del Sr. Díaz Ortega, así está redactado:

En esta fecha me ha sido entregado por el Sr. José Díaz Ortega, el herido que tenía en su poder para asistirle, el Co. Marcos del Rosario Mendoza, de la escolta del General en Jefe Máximo Gómez, cuyo individuo pondré a disposición del Coronel García encargado de los heridos en Majuarí.
Colonia Josefita Enero 19 1896
El tte ayudante
Jesús Aguilera

Hospital de heridos de Manjuarí

En este hospital de heridos de Manjuarí, ubicado al noroeste de la Ciénaga de Zapata, cercano a Hatos de Jicarita, permaneció Marcos el dominicano hasta los primeros días de marzo de 1896, en que de nuevo se incorpora, aún convaleciente, al estado mayor de su querido jefe y amigo personal Máximo Gómez.
Su convalecencia de más de dos meses en Josefita y Manjuarí, es la razón que explica la ausencia de Marcos a la batalla de Calimete, efectuada el 29 de diciembre de 1895, así como a la marcha junto a Gómez y Maceo, hasta la provincia de La Habana, y también su ausencia durante la genial campaña de La Lanzadera, al lado del General en Jefe, que se desarrolló durante los meses de enero y febrero de 1896, y abarcó casi toda la provincia de La Habana, con el propósito de facilitar el avance de Maceo hasta la zona más occidental de la provincia de Pinar del Río, objetivo estratégico de la invasión.

Reincorporación al puesto de primer ayudante

Parece probable, aunque resulta difícil precisarlo, que la reincorporación de Marcos a su puesto de primer ayudante del Generalísimo, se haya producido a partir del momento en que se despidieron Gómez y Maceo en las cercanías de Nueva Paz, una vez finalizada la primera incursión del Titán por tierras pinareñas y de la campaña de Gómez en tierra habanera. Según José Luciano Franco, Gómez partió con rumbo a Manjuarí y Maceo haciaSan Antonio.

Durante los días finales de febrero y primeros de marzo, el Generalísimo recorrió la región noroeste de la Ciénaga de Zapata, lugar preciso donde se encuentra Manjuarí y donde, como se ha confirmado, se encontraba Marcos. Se sabe que, al fin, Gómez parte hacia Las Villas.

La otra probabilidad de su reincorporación al Estado Mayor, pudiera relacionarse con el último encuentro que se produce entre Gómez y Maceo, el día 10 de marzo de 1896 en el campamento El Galeón, cercano a los territorios de Bolondrón y Güira de Macurijes y también a Manjuarí. El General en Jefe regresaba de la zona del Hanábana, en los límites de las provincias de Matanzas y Las Villas, donde había contactado con los Generales Ángel Guerra y Quintín Banderas, que se dirigían con sus tropas hacia occidente, al encuentro con Maceo, para reforzar las de éste en la campaña de Pinar del Río.

Lo que sí se conoce es que Marcos se reincorporó al campo de batalla, estando aún convaleciente de sus graves heridas, y es Gómez quien lo confirma, cuando en 1897, al escribir Recuerdos dedicados a la familia, relata lo ocurrido a Marcos durante la batalla de Coliseo.
Ya para esta fecha, de los Grandes de Playita, tres habían caído gloriosamente en los combates: Martí en Dos Ríos, provincia de Oriente; Francisco (Paquito) Borrero, en el combate de Altagracia, Camagüey y Ángel Guerra, en el combate de la colonia Algarrobo, en Matanzas. César Salas, que era el otro, estaba en misión para el exterior y no había logrado regresar con Panchito, el hijo de Máximo Gómez. El día preciso que dieron sepultura al General Ángel Guerra en el ingenio José Marcos escribió Bernabé Boza en su diario: “De los seis hombres que formaban aquella expedición, solo quedan ya los dos dominicanos: el General Gómez y el Capitán Marcos Del Rosario, que es uno de los hombres más leales y valientes que he conocido...”

Durante el año 1896, el Generalísimo se desplaza hacia el centro y Oriente, lugares donde se estaban produciendo una serie de manifestaciones de desorden, indisciplinas y falta de combatividad que dañaban de manera sensible el ideal independentista. Este fue un año muy duro para Gómez, quien tuvo que padecer incomprensiones, insubordinación e ingratitud de altos jefes del Ejército Libertador y del Gobierno de la República en Armas. A ello se sumaron las irreparables pérdidas del General Antonio y su amado hijo Panchito. Haciendo un balance señala Gómez en su diario:

“¡Triste muy triste, más que triste desgraciado ha sido para mi, el año 96!”

Lo acompañaba en esas circunstancias, el leal dominicano Marcos del Rosario, en su trayectoria por la provincia de Las Villas, Camagüey y Oriente, participando con él en combates del nivel de Saratoga, ocurrido los días 11, 12 y 13 de junio del 96, comparado alguna vez por el propio Gómez con la extraordinaria batalla de Las Guásimas de la Guerra del 68. También estuvo el dominicano en la campaña de Cascorro que duró 17 días, extendiéndose el sitio a este lugar y la resistencia española desde el21 de septiembre hasta el 8 de octubre del propio año.

La Reforma

Permanece Marcos durante el año 1897 al lado de su jefe y amigo, tomando parte en todos los combates de la también genial campaña de La Reforma, que se inició en enero de 1897 y se extendió hasta enero de 1898; estructurada, según el propio General en Jefe, en tres etapas fundamentales: la primera, que se inició en febrero y se extendió hasta mayo de 1897; la segunda, que comprendió los meses desde mayo hasta octubre del mismo año y la tercera, que abarcó, desde octubre de 1897, hasta enero de 1898.
En febrero de 1898, después de la deserción de un grupo relativamente numeroso, quedaban con Gómez solo 30 hombres de probado valor y lealtad al Generalísimo, que eran los oficiales ayudantes de campo, los de la escolta y el resto de su Estado Mayor; ellos fueron los que lo acompañaron hasta el final.

Se produce la intervención norteamericana en junio de 1898 y Marcos permanece hasta el mes de agosto en el Estado Mayor de Gómez, en que el Generalísimo, cumpliendo la voluntad del dominicano, le permite regresar a su país.
En el año 1922, solicitan sus servicios para reeditar la ruta Martiana de Playita a Dos Ríos, como único sobreviviente de aquellos seis expedicionarios y, por tanto, testigo excepcional del histórico acontecimiento. Quienes solicitan sus servicios fueron Arturo R. de Caricarte, prestigioso periodista y escritor cubano y Rafael Lubián y Arias, militar vinculado a los servicios en el Negociado de Cartografía de la Sección de Ingeniería del Estado Mayor del Ejército, también cubano, para integrar una expedición cuyo propósito era rescatar y señalizar la “ruta de gloria”.

El testimonio de Marcos el Dominicano, fue un elemento decisivo, de extraordinario valor, que hizo posible ubicar el lugar preciso donde desembarcaron (La Playita), y la trayectoria y también señalización de los diversos lugares que sirvieron de campamento a los héroes y los hombres que los acompañaban, hasta el sitio de la caída del Apóstol. El significado del testimonio de Marcos del Rosario es mucho mayor si se tiene en cuenta que en el año 1922, aún no se habían publicado los diarios de Martí y Gómez, y quién si no el dominicano, podría describir con mayor precisión aquella ruta gloriosa, como definitivamente él lo hizo, a pesar de haber transcurrido ya 27 años.

Muerte

A partir de ese año, Marcos del Rosario regresa a su país y visita a Cuba en varias ocasiones, hasta que en el año 1939 establece residencia definitiva en La Habana, lugar donde le sorprende la muerte en el año 1947.

Fuentes

  • Tomado del libro que saldrá en próxima publicación: “Nube de ideas para guerra mayor”. Escrito por el Dr. Juan Ramón Pentón López y el Mrc. Julio Castellanos Rodríguez.
  • Marti, José. O.C. Tomo 20. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 1975.