Batalla Naval de Accio

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Batalla de Accio
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La Batalla de Accium, pintada por Lorenzo A. Castro.
Fecha 2 de septiembre de 31 a.n.e.
Lugar Golfo de Ambracia y el promontorio de Actium (Accio), en Grecia.
Resultado Victoria octaviana decisiva
Beligerantes
Roma (Octavio) Roma (Marco Antonio)
Egipto
Comandantes
Marco Vipsanio Agripa Marco Antonio
Fuerzas en combate
400 navíos
80.000 hombres
500 navíos
120.000 hombres
Bajas
35 barcos hundidos
2.500-2.700 muertos
140-300 barcos capturados o hundidos
5.000 muertos

Batalla Naval de Accio o de (Accium). Se produjo el 2 de septiembre del año 31 a.C, entre las flotas de Cayo Julio César Octavio (o César Augusto u Octavio Augusto), dirigida por Agripa, y la de Marco Antonio y su aliada Cleopatra, frente al golfo de Ambracia y el promontorio de Actium (Accio). La batalla se saldó con la victoria absoluta de Octavio Augusto y la huída de Antonio y Cleopatra.

La fuerzas de Marco Antonio (triunvirio romano veterano de las legiones casi invencibles de Julio César rival de Octavio Augusto una vez muerto Pompeyo) estaban compuestas por más de 400 magníficas galeras pero no contaba con buena tripulación porque parte de su tripulación había sido reclutada entre agricultores y gente poca entendida en la mar.

En cambio la flota de Octavio Augusto preparada ya en las costas de Calabria con menor número de barcos y de dimensiones más pequeñas tenía una tripulación altamente calificada y eran más ligeras y maniobrables.

Antecedentes

Los conspiradores y asesinos de Julio César ya habían sido eliminados, en un trabajo conjunto entre Octavio Augusto y Marco Antonio. Tras su eliminación, el llamado Segundo Triunvirato se repartió los territorios bajo dominio romano, Lépido, el jefe de los ejércitos de César, se quedó en África, mientras Octavio, su heredero, y Marco Antonio, ex-lugarteniente de César, se repartían la parte occidental y oriental del Mediterráneo respectivamente.

Tras el reparto, cada uno se dedicó a consolidar su posición y a conspirar contra el otro. A Octavio no le resultó fácil hacerse con el poder de la capital, tras años de guerra civil y enfrentamientos y con muy poco haber en su historial como gobernante. Pero lo consiguió, y en pocos años ya gozaba de crédito suficiente como para afrontar su propósito eliminar a Marco Antonio y quedarse con todo el poder. Marco Antonio, por su parte, había malgastado esos años en una vida libertina en Alejandría, junto a Cleopatra.

Los preparativos

La propaganda oficial de Augusto, unida a la negligente actuación de Marco Antonio, su alianza con la reina Cleopatra y la deserción y huida de Roma de los cónsules y senadores partidarios de Marco Antonio el año 31 a.C, provocaron una escalada en las hostilidades entre ambos triunviros.

Marco Antonio sabía que el enfrentamiento entre las tropas de oriente y occidente no tardaría en llegar y se preparó para ello. Convenció a numerosos reyes orientales para que lo apoyaran con tropas, entre ellos a los del Ponto, Galacia, Capadocia y Mauritania. Herodes de Judea se excusó diciendo que estaba en guerra con Arabia. Ello le salvó probablemente la vida y el reinado.

Marco Antonio se trasladó primero a Efeso, después a Samos, Atenas y la ciudad de Patrás, concentrando sus fuerzas en las costas griegas. Octavio y su general Agripa llevaron sus tropas al otro lado del Mar Adriático, evitando que el conflicto armado llegase a Italia. Marco Antonio se trasladó a Accio.

Con audaces victorias navales, las naves de Octavio llegaron a ocupar Corinto y cortaron las líneas de suministro del ejército de Antonio, que quedó anclado en el Golfo de Ambracia. Las naves de Octavio no podían entrar en el golfo porque estaba bien protegido por torres de defensa con catapultas a ambos extremos de su entrada. De todas formas, la flota de Marco Antonio estaba encerrada en el interior sin poder salir sin plantar batalla. Las escaramuzas eran continuas, pero la batalla dependía de la salida de las naves de Marco Antonio.

Delante el terreno descendía en suave pendiente hasta la entrada del Golfo y hacía frente a una pequeña península en cuyo extremo se había construido un templo consagrado a Apolo con el nombre de Actium punto de tierra en que el ejército de Marco Antonio había establecido el campamento.

La batalla

Marco Antonio estaba en Patrás cuando se enteró de la llegada del enemigo y se dirigió velozmente a su campamento, paso el estrecho, se atrincheró y ordenó a su caballería que se dirigiese hacia el fondo del Golfo para dar un rodeo y atacar la retaguardia de las legiones romanas pero se olvidó de las fuerzas de Agripa que ocuparon Patrás tras el abandono de Marco Antonio y siguiendo el recorrido de este llegó a la isla de Leucadia próxima a la entrada del golfo e interceptó una división naval enemiga.

Se entablaron varios enfrentamientos militares entre los dos bandos y en uno fue vencido el mismo Marco Antonio que debido a este y otros fracasos le hizo cambiar su plan primitivo de atacar a las fuerzas de Octavio Augusto por el frente y por el flanco y hacer caso de la forma de pensar de su amante la faraona Cleopatra que era el regresar a Egipto con el cuerpo más importante de las fuerzas de tierra y marítimas para auxiliar las plazas más importantes.

Con la determinación de conservar apariencia hostil (si tu enemigo descubre flaquezas te va atacar) la flota egipcia salió a la mar en orden de batalla teniendo Marco Antonio enormes recursos aún ya que sus gigantescas naves de guerra al ir en orden cerrado en compactas filas a la boca del estrecho, parecían capaces de masacrar con su solo peso las naves pequeñas y ligeras de los romanos.

Pero la escuadra marítima de Octavio Augusto no dió muestras de vacilación ni de miedo, separadas en dos escuadras que mandaban Octavio una y Agripa otra observaron sorprendidos que el enemigo egipcio no buscaba batalla alguna y extendieron sus alas con el propósito de envolverlos por los flancos y Marco Antonio se vió obligado a dar el aviso de poner en combate sus naves que quizá se libró ya en alta mar porque las aguas inmediatas a la entrada del golfo tiene escasa profundidad para permitir las maniobras de los grandes barcos que en aquella acción lucharon.

El enfrentamiento fue muy largo e indeciso ya que se dió la circunstancia, pues no había manera de acabar con las formidables galeras egipcias comandadas por Marco Antonio, que, si veían reducidas sus posibilidades de ataque por sus grandes dimensiones poseían en cambio formidables condiciones para rechazar una y otra vez las embestidas de las ligeras naves romanas.

Anteriormente ya se ha comentado que el propósito de Cleopatra y Marco Antonio era evitar un enfrentamiento decisivo ante la escuadra romana de Octavio pero el ataque de este no les dejó otra alternativa que luchar.

De forma inesperada sucedió que la dirección del viento cambió y los grandes bajeles egipcios que de forma lenta se desplazaban por el agua consiguieron emprender la fuga y la enorme y hermosa galera de Cleopatra que estaba anclada en retaguardia desplegó sus velas de púrpura y atravesó a gran velocidad entre las naves de guerra que luchaban entre sí seguida por 60 navíos de escolta.

Marco Antonio al verla partir hizo que su corazón se olvidara de la batalla y siguió a su amante y cuando sus hombres observaron que el que porque luchaban les abandonaba desesperados y lanzando exclamaciones de dolor lo siguieron provocando que muchas tripulaciones de esos formidables navíos de guerra egipcios lanzaran al mar las torres de los puentes con objeto de aligerar sus barcos y buscar la salvación en la fuga y otros los valientes que jamás mueren se prepararon para morir en una lucha encarnizada.

Los romanos viendo las posibilidades de victoria se arrojaron a abordar temerariamente las naves enemigas. Pero para acabar o hundir con aquellas galeras egipcias verdaderas fortalezas flotantes fue preciso utilizar el fuego griego e una por una incendiarlas lanzando antorchas y linternas con combustibles y así unas detrás de otras fueron consumiéndose por el fuego esas imponentes galeras sepultándose para siempre en las abismales profundidades del mar (No obstante a esto Plutarco afirmó que se capturaron 300 navíos).

El tiempo total de duración de esta batalla decisiva fue de más de cuatro horas y el incendió de estas naves se prolongó hasta bien entrada la noche.

Después de la batalla

La batalla de Actium decidió el resultado del enfrentamiento entre Marco Antonio y Octavio Augusto, pero no terminó la guerra. Antonio y Cleopatra reorganizaron la resistencia en Alejandría, donde fueron vencidos sin lucha en agosto del año 30 a. C . Antonio terminó entonces su vida atravesándose con su propia espada. Cleopatra se suicidó también para evitar figurar en el desfile triunfal de Augusto. El ejército de tierra de Antonio se rindió y fue tratado con clemencia.

La propaganda oficial convirtió a Actium en un enfrentamiento entre los dioses romanos y los dioses animales egipcios. El futuro político de los nobles romanos quedó marcado por el lado del que se habían puesto. La fecha de esta batalla se ha usado para marcar el final de la República Romana y el comienzo del Imperio.

Véase también

Fuentes