Guerra del Pacífico

Guerra del Pacífico (1879-1884) 
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Mapa de las fronteras actuales y anteriores a la Guerra del Pacífico entre Bolivia, Chile y el Perú.
Fecha:1879-1884
Lugar:Costa de Bolivia Bandera de Bolivia Bolivia; costa y sierra del Perú Bandera de Perú Perú en Sudamérica.
Descripción:
Conflicto armado en el que se enfrentaron la República de Chile contra las repúblicas del Perú y de Bolivia.
Resultado:
Victoria chilena.
Consecuencias:
Chile se anexa el departamento Litoral (de Bolivia) y el departamento de Tarapacá y la provincia de Arica (de Perú).
País(es) involucrado(s)
Bandera de Bolivia Bolivia, Bandera de Perú Perú, Bandera de Chile Chile
Organizaciones involucradas:
Ejército de Bolivia, Ejército del Perú, Marina de Guerra del Perú, Ejército de Chile, Armada de Chile


La Guerra del Pacífico (nombre con que se conoce en Chile) llamada, con propiedad, Guerra del Guano y Salitre fue un conflicto armado que enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia entre 1879 y 1884. Bolivia perdió su salida al océano Pacífico y parte de su territorio. Chile resultó limitando, por el norte, con el Perú al usurpar las provincias peruanas de Tarapacá y Arica.

Causas

Durante la época colonial las fronteras de Chile estaban, al norte, situadas en el desierto de Atacama, desde donde comenzaba el virreinato del Perú. Después de lograrse la independencia de los correspondientes países, los mapas mantuvieron su configuración anterior.

El Desierto de Atacama había adquirido un gran valor económico debido al descubrimiento de valiosos yacimientos de guano primero, y salitre (nitrato de sodio) después.

El 13 de octubre de 1842, Chile promulga una ley que declara suyas todas las guaneras hasta la península de Mejillones, con la intención de detener faenas de extracción ilegal por parte de buques extranjeros. Bolivia reclamó inmediatamente contra esta ley, alegando que el territorio les pertenecía. Desde 1831, se habían establecido formalmente en la caleta de Cobija, al norte de Mejillones.

Las discusiones se prolongaron por más de 20 años, en los que, a pesar de la seguridad que intentaba demostrar Bolivia sobre sus títulos, se mostró varias veces amedrentada por las notas del ministro Tocornal y los trabajos de Amunátegui en favor de Chile, publicados en 1863 y se negó a continuar con las negociaciones. Ese mismo año, el Congreso de Bolivia facultó al presidente a declarar la guerra a Chile.

Entre 1865 y 1866 se produjo la alianza de los países sudamericanos del Pacífico Perú, Ecuador, Bolivia y Chile contra la amenaza de restauración colonial por parte de España, cuya escuadra había tomado las islas guaneras peruanas de Chincha. Esto alimenta una serie de febriles sentimientos americanistas en este continente. Chile decide llegar a un acuerdo con Bolivia para terminar con aquel problema que los dividía, en donde Bolivia crearía las bases de tal acuerdo. Para aliviar la tensión, Chile y Bolivia pactan un límite en el paralelo 24° y establecen una zona económica compartida entre los paralelos 23° y 25°, con el Tratado de Límites de 1866, según lo acordaron los presidentes J. J. Pérez de Chile y M. Melgarejo de Bolivia.

De esta manera, en pro de generar un ambiente de vecindad americanista, avivada por el conflicto entre los paises del pacífico y España, se configura dentro de Bolivia una franja de territorio sin soberanía, para ser explotada económicamente, y cuyos beneficios se repartirían en partes iguales entre Bolivia y Chile.

Al termino de la guerra contra España, Chile queda mal parado debido al bombardeo de Valparaiso, principal puerto chileno y a la apresurada creación del tratado con Bolivia, que lejos de ser una solución al conflicto y de satisfacer las necesidades del Gobierno Boliviano, alimentaría aún más aquella ilusión de poseer derechos soberanos sobre todo en Atacama. Pero el auge del salitre y la aparición de ricos yacimientos minerales como el de Caracoles dentro de la zona boliviana compartida entre Bolivia y Chile, hicieron imposible mantener los acuerdos y Bolivia se empeñó en desconocer el Tratado de 1866.

Al mismo tiempo, iniciaba hacia 1872 las conversaciones con el Presidente Manuel Pardo del Perú que, al año siguiente, culminaron en la firma del Pacto Defensivo de carácter secreto al que, además, se invitó a la Argentina.

En 1874 Chile convence a Bolivia para que ambos países firmen el Tratado de 1874, por el cual se fijaba el límite en el paralelo 23°, accediendo el gobierno boliviano de Melgarejo congelar temporalmente los impuestos a las inversiones chilenas en el territorio boliviano.

También en 1873, el Perú iniciaba un plan de monopolización del salitre con objeto de pagar enormes deudas por créditos excesivos de extracción que fueron agotando a sus recursos guaneros. Bolivia se había manifestado dispuesta a vender los derechos de explotación salitrera en Atacama al Perú, pero las inversiones eran mayoritariamente chilenas. Perú inicia, entonces, una política de apoyo mutuo con Bolivia.

En aquella época más del 90% de la población de la ciudad boliviana de Antofagasta era chilena.

Tras un nuevo golpe militar, llega al poder en Bolivia el caudillo Hilarión Daza. Considera que tratados firmados por un gobernante anterior no tienen validez. En febrero de 1878 decreta un alza de los impuestos a las empresas chilenas e inglesas en Antofagasta, desconociendo por completo el Tratado de 1874, al subir 10 centavos por cada quintal de salitre, pensando que estas estarían desprotegidas por el Gobierno Chileno. Amenazó con confiscar la totalidad de las infraestructuras de las compañías si éstas no cancelaban su deuda.

En febrero de 1879 Daza expulsa a los chilenos de Antofagasta y procede a iniciar el remate de todos los bienes de la compañía, el Gobierno de Chile, que tenia intereses económicos en el negocio salitrero, reacciona declarando nulos todos los acuerdos anteriores y decide iniciar el enfrentamiento armado con Bolivia, con el pretexto, del alza del impuesto de 10 centavos por cada quintal de salitre exportado, y ocupa militarmente la ciudad. Comenzaba así la Guerra del guano y del salitre.

El nombre de “guerra del Pacífico” es completamente falso e inadecuado para denominar a esta guerra de carácter económico, más adecuado sería denominar a esta guerra de conquista iniciada por Chile como la “la guerra del guano y de salitre” o la “guerra del impuesto de diez centavos”. Su origen y desarrollo fue económico: el gobierno de Aníbal Pinto estaba sufriendo la peor crisis económica del siglo XIX y, para evitar la quiebra tuvo que terminar con el patrón oro y reemplazarlo por el papel moneda; el Perú también estaba en crisis económica por lo cual se vio obligado a nacionalizar el salitre; los bonos peruanos estaban completamente depreciados. Además, Chile consideraba erróneamente el Tratado defensivo, de carácter secreto, entre Perú y Bolivia, como una intriga diplomática entre ellos.

La Guerra

A comienzos de la guerra era evidente que antes de cualquier operación militar en un terreno tan difícil como el desierto, debía ganarse el control de los mares. Los bolivianos obviamente no tenían escuadra, mientras que la peruana y la chilena eran las más poderosas de sudamerica junto con la brasileña.

El 21 de mayo ocurre el Combate naval de Iquique acción naval en la que muere Arturo Prat, capitán de la Esmeralda, nave de madera que bloqueaba Iquique mientras el resto de la escuadra chilena buscaba a la peruana. Durante este combate, a la altura Punta Gruesa, el capitán Carlos Condell, a mando de la Covadonga, aprovechando que su nave, de madera y de poco peso, era de menor calado, se dirige a aguas poco profundas para protegerse de los espolonazos del blindado Independencia, que era el blindado más poderoso después del Blindado "Huáscar", el cual al intentar espolonear a la Covadonga encalla por un defecto del comando.

Después del combate del 21 de mayo, la balanza, en el ámbito marítimo, se inclina en favor de Chile, lo que era de gran importancia para el desembarco de sus tropas en el territorio a invadir.

El Monitor "Huáscar", el único acorazado que le quedaba ya al Perú, tuvo gran relevancia después del combate, ya que a través de diversas correrías enfrentó a las naves chilenas, sin poder ser atrapado por estas que eran de mayor poder, lo que creó un malestar general en el pueblo chileno. Finalmente el Blanco Encalada y el Lord Cochrane consiguieron encerrar, cañonear y capturar al monitor Huáscar, en el Combate naval de Angamos, que fue usado en el resto de la campaña marítima por Chile y luego conservado hasta el día de hoy como museo flotante.

A finales de 1879, obtenida la superioridad naval, los chilenos iniciaron una serie de maniobras militares contra bolivianos y peruanos en el Desierto de Atacama. Luego de la batalla de Tacna, ocurrida el 27 de mayo de 1880 los chilenos ingresan a esta ciudad, finalizando la alianza peruano-boliviana y el 7 de junio siguiente consiguen tomar la cima del Morro de Arica.

Chile consiguió victorias y avances en su guerra contra el Perú, generando serios temores entre los países que afirmaban ser acreedores del negocio peruano del salitre, como Estados Unidos y Francia.

Tras la toma de Chorrillos, Miraflores y Lima, en 1881, Chile comenzó una campaña de presión contra el Perú para forzar su rendición, pero la inestabilidad política en Perú, la intromisión norteamericana en el Gobierno y la aparición de guerrillas en la zona cordillerana, obligaron a los chilenos a enfrentar una serie de presiones diplomáticas y a la resistencia que en la sierra peruana oponían las guerrillas del General Caceres quien vislumbraba el cercano agotamiento de las fuerzas chilenas para derrotarlas.​

En la sierra peruana, en el pueblo de Concepción, una compañía de infantería chilena al mando de Ignacio Carrera Pinto e integrada por 76 hombres, es aniquilada por completo por las fuerzas peruanas (compuesta por fuerzas regulares y guerrilleros) del General Caceres, entre los días 9 y 10 de julio de 1882.

Finalmente, la ofensiva de Cáceres en Huamachuco, el 10 de julio de 1883, no logra su objetivo de vencer al invasor al ser superadas las fuerzas peruanas por las tropas chilenas, al mando de Gorostiaga, que estaban bien armadas, eran de mayor numero y disponían de infantería, caballería y artillería. La violenta jornada pone fin a la guerra y Chile consigue su objetivo de apoderarse de los territorios salitreros peruanos, firmando el gobierno de Iglesias el Tratado de Ancon el 20 de octubre. El 4 de abril de 1884, Bolivia accede a firmar el Pacto de Tregua con Chile.

A consecuencia de la Guerra del guano y del salitre, Chile se aseguraba los depósitos salitreros peruanos y bolivianos. Sin embargo, éstos fueron entregados a los capitales británicos, quienes soterradamente manipularon la política chilena para favorecer sus propios intereses, lo que estaría en las raíces de la Revolución de 1891. El salitre sería la principal fuente de riqueza de Chile hasta el descubrimiento del salitre sintético por los alemanes durante la Primera Guerra Mundial.

¿Quiénes ganaron con la Guerra del nitrato?

En primer lugar, la oligarquía chilena, los banqueros y los especuladores, que no pagaron nunca más impuesto a la renta y vivieron del ocio que permitían los millones, producto de este regalo del desierto; en segundo lugar, el imperialismo inglés, representado por los reyes de la especulación de fines del siglo XIX, entre quienes se cuenta a John Thomas North, llamado el rey del salitre; North era un genio de la publicidad: inventó su origen pobre y que, a fuerza de trabajo, había llegado a la cima de la riqueza. Los inversionistas le creían a pie juntillas; sus acciones en la bolsa de Londres pagaban enormes dividendos y, como North no era nada de tonto, sabía muy bien que la riqueza del salitre era efímera y que sus precios subían y bajaban. Al morir North, había vendido todas sus acciones, dejando en la estacada a los ingenuos que le dieron fama de gurú.

North construyó en Tarapacá un verdadero imperio y, como sabía relacionarse muy bien, se hizo amigo de Robert Harvey, quien estaba a cargo, nombrado por los chilenos, de la administración de las Oficinas salitreras de Tarapacá y Antofagasta. North fanfarroneaba que sabía, por adelantado, el triunfo de los chilenos en la Guerra, por eso compró bonos peruanos, que estaban a precio bastante ínfimo; como el presidente Federico Santamaría reconoció la deuda del Perú, los activos de North se fueron a los cielos.

North se apropió, de muy mala manera, de la propiedad de las aguas que venían del valle de Pica. Su primera empresa estuvo destinada a vender agua potable – lo de potable es muy discutible, pues el agua era de muy mala calidad y cara, como lo asevera el profesor Venegas, en su visita a Iquique. Posteriormente, creó un banco dirigido por su amigo Dawson, un famoso banquero de Valparaíso que había proporcionado créditos blandos a North; además, inventó una empresa que abasteciera las pulperías y sólo le faltaba el ferrocarril que llevara el salitre a los puertos de Iquique y Pisagua. A causa del monopolio del transporte del salitre explotó el conflicto con el presidente chileno José Manuel Balmaceda, que quería chilenizar los ferrocarriles. El Consejo de Estado de Chile dio razón a Balmaceda, a pesar de las presiones de la oligarquía chilena.

North tenía competidores, por cierto, entre ellos la famosa casa Gibbs y Hermanos, que también querían construir un ferrocarril. Ambas empresas habían comprado a sendos abogados y parlamentarios de la oligarquía chilena, entre los más conocidos se cuenta a Julio Zegers y su hijo; los hermanos Enrique y David MacIver, Carlos Walker y Eulogio Altamirano, entre otros, todos enemigos de Balmaceda. En ese tiempo, como hoy, la política estaba completamente mezclada con los negocios.

Grandes personalidades del Conflicto

Peruanos

Chilenos

Bolivianos

Véase también

Fuentes