Abecedariano

Abecedarianos
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Eran unos sectarios del siglo XVI que declaraban que para salvarse era necesario no saber leer ni escribir

Abecedariano. Este grupo de personas religiosas[1] eran una secta[2] del siglo XVI[3] que en sus declaraciones afirmaban, siguiendo a Nicholas Stork[4], que para alcanzar la salvación[5] era necesario no saber leer ni escribir.

Creencias

Lutero, líder de la Reforma.

Cuando Lutero se apareció frente a la Dieta de Worms[6] (un concilio que lo estaba acusando de herejía por causa de sus enseñanzas), declaró:

“Si no se me convencen con las Escrituras y claras razones - pues yo no acepto la autoridad ni del Papa ni de los concilios exclusivamente, ya que con frecuencia se han contradicho entre sí – mi conciencia está prisionera de la Palabra de Dios. Por tanto, no puedo ni quiero retractarme, porque hacer algo contra la conciencia no tranquiliza ni estaría bien. Dios mío, ayúdame. Amén”

Cuando Lutero[7] enseñó que cada uno era dueño de interpretar a su modo las Sagradas Escrituras[8], según la doctrina de la interpretación privada[9], su discípulo Stork afirmó que cada fiel podía conocer el espíritu de los libros sagrados tan bien como los más hábiles doctores.


El falso profeta Stork

Abecedarianos bautizándose.

Storck aseguraba que tenía visiones[10] por lo que se consideraba un profeta[11] de Dios con la misión de luchar contra la corrupta Iglesia Católica[12], de forma particular afirmaba que:

el Arcángel Gabriel[13] se me apareció y me ordenó tomar la cabeza de la "Iglesia de los Elegidos" y nombrar 12 apóstoles y 72 discípulos como lo había hecho Jesucristo.

Stork rechaza el bautismo de los recién nacidos[14], predica que Dios les habla a todos directamente a través de sueños y visiones, sin la mediación de los sacerdotes, y anuncia el inminente regreso de Cristo. Aboga por la igualdad de todos los seres humanos, el reparto comunitario de bienes y trabajo, la asistencia a los pobres y la expropiación de los monasterios, con resistencia si es necesario a las acciones del Estado.

La incorrecta aplicación de la doctrina de la interpretación privada

Las afirmaciones de Stork y sus seguidores se basa en el argumento de que solo Dios es quien da la inteligencia de ellos a cada hombre, sin el auxilio de otros libros ni ciencias, deduciendo de aquí que el estudio solo servía para producir distracciones e impedir estar atento a la voz de Dios y, por consiguiente, que convenía no saber leer para no estar en peligro de perder la salvación.

Siguiendo las corrientes que caracterizan a las sectas se fueron a los extremos despreciando de manera absoluta toda forma de conocimiento humano, alegando que Dios puede iluminar interiormente y darles conocimiento de las verdades necesarias por medio de visiones y éxtasis.

Rechazaban cualquier otro medio de instrucción, y reclamaban que para ser salvados uno debe ser ignorante hasta de las primeras letras del alfabeto, de ahí su nombre.

Difusión

Este grupo sectario hizo progresos en Alemania, llegando a contar, aunque por poco tiempo, entre sus adeptos a Carlstad, catedrático de zoología de la universidad de Wittemberg y uno de los primeros discípulos de Lutero, que rasgó su Toga doctoral y se hizo mozo de cuerda para abrazar el partido de los abecedarianos.

Esta secta, hija de la Reforma, fue considerada como una protesta contra los intelectuales que interpretaban las Escrituras cada uno según su capricho (esto aseguraba la secta). Nunca fue numerosa y se confundió con la de los anabaptistas.

Referencias

Fuentes