Anabolizante

Anabolizantes
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Concepto:Los Anabolizantes son sustancias capaces de estimular el proceso de formación de los distintos tejidos del cuerpo, incrementando su volumen, proceso conocido como anabolismo.

Anabolizantes Comprenden varios tipos de sustancias, muchas de ellas hormonas como la insulina, la hormona de crecimiento y la testosterona, sin embargo sus principales representantes son los esteroides anabólicos, se trata de sustancias químicas derivadas de la testosterona, que es la hormona sexual masculina.

Estos productos tienen un amplio uso bajo prescripción médica como es el caso del tratamiento de condiciones debilitantes que se acompañan por pérdida de la masa muscular o sarcopenia, como ocurre en los ancianos, pacientes con cáncer y personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (HIV). Otro uso de estas sustancias es en el tratamiento de los trastornos asociados con desarrollo tardío en los varones.

Hormona anabólica

La finalidad de todos estos productos anabólicos es la de construir. Así pues, los esteroides anabólicos son hormonas diseñadas para aumentar tu masa muscular y corporal. Realmente, no todos los componentes que se conocen como esteroides anabólicos son esteroides, pero sí que son hormonas. Por ejemplo, la testosterona es una hormona anabólica esteroide. Por otro lado, la hormona del crecimiento no es un esteroide.

Podríamos definir las hormonas como mensajeros químicos liberados por tejidos del cuerpo humano a la sangre como respuesta a un estímulo concreto. Su principal función es ayudar a nuestro organismo a adaptarse y permanecer en equilibrio.

Por sí solo, el cuerpo humano es muy eficiente para regular el estado anabólico. Sin embargo, muchas personas sienten la necesidad de recurrir a hormonas anabólicas para poder aumentar sus resultados. En este sentido, siempre se puede utilizar anabolizantes naturales para ayudar a nuestro organismo.

Hace unos años, la hormona del crecimiento se extraía de las glándulas pituitarias de cadáveres. No obstante, la ciencia ha evolucionado mucho en las últimas dos décadas y ya se puede manipular el ADN de diversas bacterias para poder producir grandes cantidades de esta hormona.

En el mundo del culturismo, siempre hemos sido testigos del uso de esteroides, pero parece que se ha ido extendiendo a otras disciplinas deportistas. Ahora, se ha hecho muy popular en otros deportes e incluso entre atletas muy jóvenes. Dos de los principales motivos por los que sucede es por la alta presión de grupo y las mayores expectativas a las que se ven sometidos desde una temprana edad.

Usos

Estas sustancias se utilizan con fines médicos en primer lugar por sus acciones androgénicas, pues la testosterona enfatiza la diferenciación, desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios masculinos, además de regular la espermatogénesis y el comportamiento sexual de los varones. Los médicos prescriben esta hormona en los casos en los que el paciente no posee suficiente testosterona de forma natural.

Además, se usan en casos de desnutrición severa o en el tratamiento de ciertos tipos de cánceres y anemias por sus efectos anabolizantes, pues ayudan a que las personas con este tipo de problemas aumenten su masa muscular.

Consumo

Los esteroides anabolizantes son administrados por vía oral o inyectados. Una de las formas de consumo más común entre las personas con adicción a los anabolizantes es por medio de patrones llamados de uso cíclico, que consiste en tomar varias dosis de esteroides en un período determinado, detener el uso durante un tiempo y comenzar de nuevo. Además, los usuarios recurren muchas veces a la práctica del amontonamiento, la combinación de diferentes clases de esteroides para maximizar su eficacia y al mismo tiempo, minimizar sus efectos desfavorables.

Peligros para la salud

El consumo de estas sustancias en grandes dosis puede provocar fallos renales, problemas cardiovasculares e impotencia en los hombres, pues el cuerpo humano no tiene la capacidad de procesar grandes cantidades de estas hormonas. Además, estudios recientes han demostrado que el consumo de esteroides anabolizantes puede producir adicción, pues no deja de tratarse de una droga.

Otros efectos adversos del uso de esteroides anabólicos son la posibilidad de padecer tumores hepáticos, ictericia (la pigmentación amarillenta de la piel, los tejidos y los fluidos corporales), retención de líquidos, hipertensión arterial, acné y temblores. Además, hay otros efectos específicos de cada sexo como la reducción del tamaño de los testículos, un menor recuento de espermatozoides, infertilidad, calvicie y desarrollo de los senos, en el caso de los hombres, y el crecimiento de vello facial, cambios en el ciclo menstrual, aumento en el tamaño del clítoris y cambio de la voz, en el caso de las mujeres.

También puede producir cese precoz del crecimiento por madurez esquelética prematura y cambios acelerados en la pubertad, cuando los anabolizantes son consumidos por adolescentes. Otro posible efecto adverso de los anabolizantes son los trastornos psiquiátricos, pues pueden causar extrañas alteraciones de conducta y del estado de ánimo, con síntomas similares a los que presentan los maníacos y que pueden llevar a episodios violentos e incluso homicidas. Por otro lado, dejar de consumirlos puede llevar a la depresión, lo que contribuye a la dependencia a estas sustancias.

Por último, según investigaciones recientes, estas sustancias pueden llevar a quienes las consumen a sufrir celos, paranoias, irritabilidad extrema, delirio y alteraciones del juicio.

Historia

Aunque la influencia de los esteroides anabolizantes sobre la masa muscular fue establecida en 1935 a través de la experimentación animal, su uso extraclínico se inicia a mediados de los años 50.

Los levantadores de pesas fueron los primeros que decidieron sacar partido a sus efectos para mejorar el rendimiento muscular. Diez años después, en las olimpiadas de 1964 su uso se había extendido hasta el punto de llegar a considerarse un serio problema. Es en 1968 cuando el Comité Olímpico Internacional acuerda una definición de dopaje, y en los juegos olímpicos de 1976 cuando se prohíbe definitivamente su uso en los deportistas participantes en las pruebas.

Véase también

Fuentes