Apnea del prematuro


Apnea del prematuro
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Concepto:La apnea es el cese temporal de la respiración. Es un fenómeno frecuente en los recién nacidos prematuros y de bajo peso.

Apnea del prematuro. Estos bebés tienen, muy a menudo, una respiración irregular. Es posible que después de hacer varias respiraciones rápidas la interrumpan durante unos segundos y después comiencen a respirar normalmente.

Cuando la pausa respiratoria dura más de 15-20 segundos se llama apnea y, suele acompañarse, de bradicardia, hipotonía y cambio de coloración a pálido o azul. Cuanto más prematuro sea el bebé, mayor riesgo de padecer apnea. Aproximadamente el 50% de prematuros padecen apneas. La mayoría de bebés se recuperan sin secuelas.

Causas

La apnea del prematuro puede deberse a una alteración en el centro de control respiratorio del cerebro (apnea central), o bien, por un bloqueo de las vías respiratorias (apnea obstructiva). El centro de control respiratorio puede verse afectado por otras enfermedades que padezca el neonato. La causa de la apnea puede ser idiopática (también llamada primaria, es decir, de causa desconocida); se cree que en estos casos la causa de la parada transitoria de la respiración, es debida a la inmadurez del sistema nervioso y respiratorio del neonato. Es más frecuente cuanto más inmaduro es el bebé y durante el sueño. En otros casos la apnea y la bradicardia pueden ser la manifestación de un problema subyacente en el recién nacido:

  • Infección.
  • Efectos secundarios de fármacos.
  • Enfermedades del sistema nervioso central.
  • Sepsis.
  • Enfermedad metabólica.
  • Enfermedad respiratoria.
  • Inmadurez del sistema nervioso y respiratorio por la prematuridad.

Síntomas

Son pausas en la respiración, durante el sueño profundo (principalmente en la fase REM) de 20 segundos o más de duración que se acompañan de disminución de la frecuencia cardíaca (bradicardia) y, si duran mucho, aparece una coloración azulada en la piel y en las mucosas (cianosis).

Tratamiento

Apnea del prematuro

Hay que tratar la causa de la apnea. Por este motivo en las unidades de cuidados intensivos neonatales existen protocolos de estudio para bebés que realizan apneas. En los casos en que la única causa es la prematuridad del recién nacido, a medida que va madurando el bebé van desapareciendo las apneas.

Se coloca un monitor de apneas al bebé que controla la respiración, la frecuencia cardíaca y la oxigenación de la sangre; sirve para avisar al personal sanitario cuándo se produce una apnea de más de 20 segundos, una bradicardia o una bajada de la saturación de oxígeno que ponga en riesgo la vida del bebé. Cuando el monitor pita se debe estimular al bebé suavemente para que reanude la respiración (frotando la piel o dando pequeñas palmadas en el pecho o espalda). Se pueden dar fármacos para ayudar a respirar al recién nacido; estos medicamentos son estimulantes del centro respiratorio del sistema nervioso central. Los más usados son la cafeína y la teofilina.

En los casos más graves se le puede colocar al bebé un tubo en la nariz que le administra presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) para facilitarle la entrada de aire en cada inspiración. Cuando todo lo anterior es ineficaz, se recurre a la ventilación mecánica.

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