Ataque a Caimanera

Ataque a Caimanera
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Fecha:19 de diciembre de 1958
Descripción:
Antes de atacar a Guantánamo era necesario liberar Caimanera, única vía de suministros que le quedaban a las fuerzas armadas de la tiranía de Batista en la zona.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Ejecutores o responsables del hecho:
Columna 20 Gustavo Fraga
Organizaciones involucradas:
Ejército Rebelde y Ejército Batistiano

Ataque a Caimanera. Ataque llevado a cabo por combatientes de la Columna 20 Gustavo Fraga del Ejército Rebelde para liberar el poblado de Caimanera .

Antecedentes históricos

En diciembre de 1958 se desarrollaba exitosamente la batalla final por Oriente ordenada por la Comandancia General, que habría de culminar con la toma de Santiago de Cuba.

En el sur del Segundo Frente Oriental habían caído todas las avanzadas enemigas en los alrededores de Guantánamo. Sólo esa ciudad, donde se encontraban acantonados más de mil soldados bien armados y el poblado de Caimanera, estaban en poder del enemigo.

Antes de atacar a Guantánamo era necesario liberar a esa urbe, única vía de suministros que le quedaban a las fuerzas armadas de la tiranía en la zona.

El Servicio de Inteligencia Rebelde recopiló información y precisó que lugar era defendido por más de 50 efectivos entre marinos, miembros del ejército, paramilitares y chivatos. Además determinó su distribución y armamento.

Por su parte, el jefe de la Columna 6, comandante Efigenio Ameijeiras Delgado, se comprometió a garantizar con su tropa que ningún refuerzo procedente de Guantánamo irrumpiera en el poblado.

El 19 de diciembre comenzaron a concentrarse los rebeldes, fue instalada una avanzada médica y se puntualizó la cooperación con las milicias del Movimiento 26 de Julio.

Desarrollo del ataque

El ataque se haría desde cuatro posiciones, incluida la marítima para actuar contra el fondo de la instalación y evitar una fuga por el mar. Previamente fue apresada una lancha desde la cual combatirían cuatro compañeros, que llegaron a la entrada de Caimanera a la 1 y 10 de la tarde.

El jefe de la Columna decidió estrenar en el combate un cañón de 20 milímetros, rescatado de un avión norteamericano que se accidentó y estrelló fuera de los límites de la base militar de Estados Unidos. El arma fue puesta de alta en la armería de la Columna.

A las 2 y 50 de la tarde, para aprovechar el factor sorpresa de un ataque diurno, la caravana de tres yipis, dos camiones y una zapa con el cañón, avanzó por la calle principal.

La población se lanzó a la calle para saludar a los barbudos, que a la vez los exhortaban a refugiarse ante el inminente combate.

Minutos después, las posiciones aledañas a la guarnición enemiga estaban casi cubiertas. La lancha se ubicó a unos 50 metros.

A las tres de la tarde, el enemigo abrió fuego con una ametralladora calibre 30 situada en la azotea del puesto naval, sin tomar en consideración a los civiles, entre ellos mujeres y niños.

El nutrido fuego rebelde y dos disparos de cañón, el segundo con efectividad, precipitó la solicitud de parlamentar.

El emisario planteó que se rendían con la condición de permanecer en libertad y armados. El capitán Montseny Villa respondió que la rendición tenía que ser incondicional.

Como el enemigo no aceptó, los rebeldes salieron en zafarrancho de combate, seguidos por el pueblo enardecido que daba vivas a Fidel, a la Revolución, a Cuba libre y al 26 de Julio.

La impetuosa avalancha neutralizó a los guardias. El cuartel cayó a las 4 y 35 de la tarde.

El enemigo sufrió dos muertos y tres heridos, además de hacerle 17 prisioneros.

Se ocuparon en el cuartel 37 armas largas, incluida una ametralladora calibre 30 y cuatro subametralladoras, armas cortas, más de diez mil balas de diferentes calibres, cuatro granadas de mano, un radio transmisor, otros equipos y vituallas.

Los rebeldes tuvieron dos heridos, ambos de la lancha Santa Cecilia: el teniente José Arnaldo Trutié y el sargento Luis Felipe Matos.

Hubo que lamentar la muerte del colaborador del Movimiento 26 de Julio, Manuel Loureiro, quien había buscado refugio en una caseta de madera al lado del muelle.

La Columna pasa a la defensa

Con el poblado en manos rebeldes, el jefe de la Columna tomó decisiones militares, políticas y sociales que garantizaran la defensa, el orden y la vida cotidiana.

En lo militar se situaron fuerzas en playa Tokio, Loma Negra y Loma Blanca, todas con apoyo de una ametralladora calibre 30 y en la última también el cañón de 20 milímetros; una escuadra en el embarcadero donde se hallaba el almacén El Deseo, que actuaría como punto de observación, y un pelotón como reserva del jefe de la Columna en las instalaciones de la salina. El puesto de mando se colocó detrás de una casa del poblado.

Hombres contra barcos de guerra

El 20 de diciembre, a las 6 y 45 de la mañana, el buque patrullero escolta PE-20 Caribe penetró en la bahía y cruzó frente a Caimanera, siendo atacado con el cañón de 20 milímetros.

La nave ancló a un costado de Cayo Piedra, desde donde disparó hacia el poblado.

Dos veces intentó el Caribe, abandonar la bahía sin lograrlo debido al intenso fuego que recibía desde Loma Blanca y Loma Negra.

En horas del mediodía izó una bandera blanca con una cruz roja, respetada por los rebeldes que dejaron de disparar. El barco, medio escorado, abandonó la bahía.

En la mañana del día 21, el puesto de observación avistó dos naves: era la fragata F-303 “Máximo Gómez” antecedida por el PE-20 Caribe.

El patrullero escolta recibió los disparos rebeldes, ripostó el fuego y se situó en Cayo Brook.

La fragata emprendió una posible maniobra de desembarco y se le abrió fuego. La nave se alejó en dirección a Cayo Piedra, desde donde concentró el fuego hacia Loma Blanca y Loma Negra.

En aquel momento se partió el extractor del cañón rebelde y quedó fuera de servicio.

Durante más de dos horas ambas unidades de la Marina de Guerra cañonearon el poblado, la mayor cantidad de disparos a una altura lo suficientemente elevada para no destruirlo. Algunos proyectiles hicieron impacto en instalaciones civiles y dos mujeres fueron heridas.

Poco después, dos buques de guerra norteamericanos conminaron a las dos naves de la Marina de la tiranía a cesar el fuego bajo amenaza de hundirlas, ya que habían caído proyectiles en territorio de la base naval.

Esa noche se reunieron en Caimanera Efigenio Ameijeiras Delgado, Manuel Piñeiro, Demetrio Montseny Villa, Félix Pena y otros oficiales.

El comandante Ameijeiras traía instrucciones de Fidel de no atacar a las naves de la Marina de Guerra, ya que se conocía sobre probables conspiraciones y levantamientos a bordo para incorporarse a las fuerzas revolucionarias.

Al amanecer del 22 de diciembre, la fragata Máximo Gómez notificó que estaban dispuestos a devolver una compañera que había sido hecha prisionera y solicitaban ultimar detalles.

El día 23 tuvo lugar la entrega. Por la parte rebelde participó el capitán Montseny Villa, aunque por razones de seguridad fue el teniente José Antonio Borot quien asumió el papel de jefe de la Columna, aunque no pasó inadvertido para el oficial de la Marina.

Como parte del diálogo se invitó a los marinos a pasarse a las filas revolucionarias. Más tarde se les envió una misiva con similar propósito a título personal del jefe del Segundo Frente Oriental. En ambos casos no fue aceptada la propuesta.

El 24 de diciembre, los rebeldes enviaron a los marinos diversos productos para que festejaran la Nochebuena.

Sobre todos estos acontecimientos, el comandante Raúl Castro mantenía informado al Comandante en Jefe.

El 25 de diciembre, Fidel dirigió una carta al comandante de la fragata. Su contenido podría haber cambiado los acontecimientos, pero no llegó a tiempo. En las primeras horas del 26 de diciembre la fragata había abandonado la bahía.

El último esfuerzo por tratar de alcanzar a la nave con una pequeña embarcación resultó infructuoso.

El propio día, el guardacostas 108 y su tripulación se entregó.

Faltaban seis días para el triunfo de la Revolución.

Fuentes

  • Epopeya de la Libertad. Historia del Segundo Frente “Frank País”. Martha Verónica Álvarez. 2007. Casa Editorial Verde Olivo.
  • En la Línea de Fuego. Casa Editorial Verde Olivo. Ciudad de La Habana, 2008.
  • Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte (1510 1868) Tomo II Acciones Combativas. Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2004.