Bahía de Buenavista

Bahía de Buenavista
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Mapa buenavista.jpeg
Localización geográfica / administrativa
ContinenteAmérica
ArchipiélagoSabana-Camagüey
Ecorregión----
País (es)Bandera de Cuba Cuba
División (es)Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila
Cuerpo de agua
TipoNatural
Ríos drenadosRío Jatibonico del Norte
SuperficieÁrea de 3.135 km².
Accidentes del cuerpo de agua
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Bahía de Buenavista. Extensa zona que comprende espacios terrestres y marítimos de las provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, reconocida como Reserva de la Biósfera y Sitio Ramsar desde el año 2000.

Situación geográfica

Está ubicada en la costa del Océano Atlántico. Se extiende desde Punta Yaguey hasta la desembocadura del Río Jatibonico del Norte y comprende todo el litoral del municipio Yaguajay y Cayos de Piedra (13 islotes rocosos de litología calcárea de edad miocénica, rasgo que los hace poseer peculiaridades geomorfológicos y unicidad paisajística). Se localiza en la parte norteña de tres provincias Villa Clara, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.

Existen numerosos cayos que definen los límites septentrionales de la bahía incluyen Cayo Francés, Cayo Fragoso y Cayo Santa María del Archipiélago de Sabana-Camagüey, y más allá de estos, la bahía abre en el Canal de San Nicolás al noroeste y en El Canal Viejo de Bahamas al nordeste.

La zona del sur está enclavada en las municipalidades de Caibarién, Yaguajay, Chambas y Morón, así como la Bahía de Perros. Al este se encuentra Cayo Coco y Cayo Guillermo del archipiélago Jardines del Rey , donde el turismo está en ascenso , con numerosos hoteles que disponen de centros de buceo y marinas hasta la Bahía de Jiguey.

Características

Como ninguna otra de las seis existentes en Cuba, casi las dos terceras partes de su extensión se localizan en áreas marinas ubicadas en la región centro norte de la Isla, coincidiendo con parte del Archipiélago Sabana-Camaguey. En esa área el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) mediante el Fondo Ambiental Global(GEF), promueve junto con las autoridades cubanas un proyecto para la protección de la biodiversidad.

Ubicada en el centro norte de Cuba, abarca una franja de 76 mil hectáreas de tierra y mar y atesora importantes recursos espeleoarqueológicos, faunísticos y florísticos con elevados niveles de endemismo. Una mayor calidad de los fondos marinos, mejor nitidez del agua y una paulatina recuperación de la fauna se yerguen como evidencias concretas de los progresos cualitativos experimentados por la Bahía desde que fuera reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera en el año de despedida del milenio.

Incluida entre los humedales de relevancia del mundo luego de su declaración como sitio Ramsar, el paraje acoge, entre otras reservas de trascendencia, al Parque Nacional Caguanes, donde se asientan más de 11 mil 500 metros de galerías en sistemas cavernarios horizontales con bellas y caprichosas formaciones que avalan su conversión en punto de referencia para los espeleólogos del país y de toda el área del Caribe.

Formaciones pétreas sin iguales en Cuba, acantilados costeros, arcos naturales abrasivos, y nichos de marea, se unen al nutrido inventario de especies de la flora y la fauna presentes en la región, entre las que resaltan valiosas colecciones de iguanas. Desde la Bahía de Buenavista el paisaje es sorprendente, lugar considerado Refugio de Fauna con varias especies endémicas, contada la Jutía rata. Esa bahía limita con una amplia barrera coralina y por ese entorno se puede llegar a 500 cayuelos.

Las aguas se mueven tranquilas. La brisa apenas se percibe en momentos cuando el Sol parece desafiar los termómetros. La vegetación en la orilla protagoniza una retirada ante el empuje de la salinidad tierra adentro.

Biodiversidad

Playas que constituyen la bahía

Las costas son predominantemente acumulativas biogénicas (de manglares) con pequeños sectores abrasivo — acumulativos como Caguanes, Judas y parcialmente en los Cayos de Piedra. Por las características de sus sedimentos, estas costas son limosas, protegidas en zonas de aguas tranquilas. Los ecosistemas marinos más importantes son los manglares, los pastos marinos y algunos arrecifes coralinos en forma de parches.

Esta bahía alberga un gran número de especies marinas entre las que se destacan peces, moluscos y crustáceos de gran valor para el comercio interno y exportable.

En el área se reportan individuos aislados de Trichechus manatus (manatí), especie en peligro por la disminución de los habitats, además están presente 12 formaciones vegetales (bosque de mangle, bosque semideciduo micrófilo, bosque semideciduo mesófilo, complejo de costa rocosa, matorral xeromorfo sobre arenas y matorral xeromorfo sobre carso, bosque siempreverde micrófilo subcostero, bosque siempreverde micrófilo bajo subcostero, bosque siempreverde micrófilo temporalmente inundado, matorral xeromorfo costero y subcostero sobre pavimento carcificado, complejo de costa arenosa, comunidades halófitas con elementos de manglar por partes, con más de 263 especies inventariadas hasta la fecha que representan a 145 géneros y 64 familias.

Han sido identificadas 429 especies de fauna que representan a 340 géneros y 170 familias; los invertebrados con 267 especies y los vertebrados 162.

Se registran para la fauna 81 especies y subespecies endémicas, de ellas 10 con distribución local y 2 regionales.La protección de los humedales, ecosistemas vitales y especies en peligro de extinción son hoy acciones priorizadas en esta central provincia cubana. Los cayos contienen más de 20 especies endémicas, entre las aves podemos encontrar sevillas, gaviotas, garzas, el catey. Reptiles como la iguanas son muy comunes.

Las formaciones costeras más importantes de la bahía incluyen playas rocosas y arenosas, manglares, donde predomina el mangle rojo Mangle rojo(Rhizophora mangle), depósitos de margas, uverales, la manigua costera y monte seco, donde alberga una fauna muy diversa.

Contaminación marina

Durante mucho tiempo, la Bahía de Buenavista fue receptora de grandes cargas contaminantes provenientes de tres centrales azucareros y una planta de torula, cuyos vertimientos incidieron negativamente en la calidad ambiental de las aguas litorales con episodios de turbidez, degradación del manglar, modificación de los fondos marinos, mortalidad importante de peces y de la flora acuática por disminución del oxigeno disuelto, lo cual produjo alteraciones en la composición y número de especies, situación que resultó en su momento muy preocupante en el contexto del litoral centro-norte del país.

En los últimos años, las decisiones con respecto al reordenamiento de la industria azucarera, según las cuales fueron desactivados dos centrales, repercutieron de manera positiva en el mejoramiento ambiental de las aguas marinas y los ecosistemas costeros, lo que se corrobora con los resultados de los análisis de campo y laboratorio de la estación de Monitoreo Costero de Yaguajay.

Los pobladores locales, tradicionalmente se han servido de los recursos naturales del humedal, los mayores usos económicos del sitio son agrícolas, forestales, pesqueros, apícola y recreativo, estas actividades han influido negativamente en la conservación del área, por constituir actividades tradicionales realizadas desde épocas pasadas de forma incontrolada, cuando aún no existían normas ambientales que regulasen la actividad.

Medidas de conservación

Para garantizar la recuperación y sostenibilidad, el manejo y la explotación de los valiosos recursos que distinguen la zona, donde hoy se suma a las actividades tradicionales un impetuoso desarrollo del turismo, se dispone de los elementos técnicos, científicos y ambientales en la Estación de Monitoreo Costero, en Yaguajay.

Convencidos de esa necesidad y como parte del empeño por contrarrestar la especial vulnerabilidad a la contaminación marina predominante en la demarcación de los Jardines del Rey, el colectivo dispone de tecnología de avanzada y de personal debidamente calificado para prestar atención al ordenamiento forestal, la interpretación ambiental, el ecoturismo, la investigación y otras muchas aristas.

El proyecto incluye la educación de la población en el cuidado del entorno, porque el impacto de la instalación, la segunda de su tipo dentro de la red de laboratorios de monitoreo ambiental en el Archipiélago, se engrandece como ojo protector de una de las zonas de mayor prioridad para la conservación de la biodiversidad en Cuba, a partir de criterios de desarrollo sostenible.

Entre las evidencias de la mejora aparecen el retorno de algunas especies de la fauna y de la vegetación típica del lugar y la transformación de los fondos fangoarenosos en arenofangosos, todo a partir del esmerado quehacer de medio centenar de especialistas, técnicos y otros trabajadores, quienes se encargan desde hace varios años de transformar la depredación y la incultura ambiental.

Valores arqueológicos

Sitios de alto valor arqueológico

Las características físico – geográficas que se observan en el territorio, que debieron ser en épocas remotas mucho más ricas en flora y fauna, hicieron posible, que hombres precolombinos, se asentaran aquí desde 900-600 AP hasta el siglo XVIII, arribos que fueron llenando el territorio de sitios.

Dentro del área del humedal ocupa un lugar preponderante la presencia de 36 sitios arqueológicos aborígenes entre los que se encuentran representadas todas las categorías de las culturas que habitaron el Archipiélago Cubano, así se conjugan sitios habitacionales, rituales y funerarios, representando hasta el momentos el área más densa por Km2 que existe en todo el territorio nacional. De igual modo, la mayor densidad de representaciones del arte rupestre (pictogramas y petroglifos), con 284 manifestaciones en 17 cuevas con 27 murales, de los que 14 son Monumentos Locales.

Como puede observarse, la cantidad y diversidad de culturas aborígenes existentes en el territorio, pone de manifiesto la enorme importancia que toma la región para la conservación y estudio de las comunidades aborígenes que habitaron el archipiélago cubano, lo que da al humedal una singularidad que le caracteriza en toda el Área Antillana.

Fuentes