Batalla del Salado (Cuba, 1868-1869)

Para otros usos de este término, véase Batalla de El Salado (desambiguación).
Batalla del Salado
Información sobre la plantilla
Parte de Guerra de los Diez Años
Fecha Diciembre de 1868 - enero de 1869
Resultado Derrota de las tropas mambisas
Consecuencias Entrada del Conde de Valmaseda a la ciudad de Bayamo
Beligerantes
Ejército Libertador Bandera de Cuba Ejército Español Bandera de España
Fuerzas en combate
Al rededor de 2 300 hombres Más de 3 000 hombres

Batalla del Salado. Batalla que tenía como fin detener el avance de las tropas de Valmaseda e impedir su llegada a la ciudad tomada de Bayamo.

Antecedentes

El 30 de diciembre de 1868 mientras se encontraba en la villa de El Cobre, Céspedes conoció del avance de Valmaseda. La situación era compleja para continuar enfrentándolo y, por consiguiente, para la defensa de Bayamo. Debía mantener protegidos los caminos de Manzanillo, Santiago de Cuba y Holguín, desde donde también podrían llegar ataques convergentes. [1] Céspedes envió un oficio a Mármol para que se dirigiera a Bayamo con todas las fuerzas que tuviera reunidas para oponerse resueltamente a la columna del conde.

Mármol contaba con unos 2 300 hombres. En su mayor parte estaban desarmados, solo unos 300 portaban carabinas Miniet y escopetas viejas. El resto simplemente portaba como defensa largos palos de yaya, machetes y chuchos. Fundamentalmente eran negros liberados de las fincas de El Cobre y Sabanilla, sin otra organización que estar divididos en grupos bajo el mando de jóvenes de Santiago de Cuba.[2] La cantidad de hombres del general Mármol varía en cada uno de los autores examinados, siendo la cifra más común 2 300 efectivos.

Plan de acción

El día 5 de enero de 1869 Céspedes intercambia nuevamente con sus generales, presentando una vez más las bondades del río Cauto como una barrera natural de contención contra Valmaseda. El enemigo podría solamente cruzarlo haciendo uso de las chalanas. El general Mármol con los suyos debía mantenerse en Cauto del Paso, el punto más probable, pues estaba sobre el camino real y era el trayecto más corto hacia Bayamo. Del plan escribió José María Izaguirre: [3]

Valmaseda quedaría entre los ríos Salado y Cauto, en un terreno sin recursos y cubierto de tibisí, donde su caballería no podría maniobrar: tenía por detrás el río Salado en cuyos márgenes se hallaba el general Díaz con un buen cuerpo de ejército, pisándole la retaguardia, y por delante el Cauto que no ofrecía nado por ninguna parte. (...) era en efecto, muy difícil la situación del jefe español y no le quedaba más recurso que retroceder, en cuyo caso se encontraría con el estratégico general Díaz y avanzaba en condiciones muy desventajosas que le traería una completa derrota, imposibilitando de todos modos su propósito de destruir la revolución. No desconoció Mármol la prudencia que detectaba la orden de Céspedes

Enfrentamiento

El día 5 la columna de Valmaseda, con más de 3 000 hombres, abandonaba Las Tunas en dirección a Las Arenas. En el Cauto del Paso, el general Mármol, cruzó el río Cauto para presentarle batalla a Valmaseda a orillas del río Salado, a unos dieciséis kilómetros por el camino real de Las Tunas. Mármol no entendió los consejos del general Díaz sobre lo inadecuado del terreno para librar una batalla contra un enemigo más poderoso en hombres, armamento, disciplina y técnica.[4] Según Izaguirre lo hizo por su carácter indómito y celoso de que el general Díaz le robara la gloria de derrotar a Valmaseda. [3]

El conde se enteró muy pronto de los planes y la situación de los hombres del ejército cubano, lo que le permitió tomar una mejor estrategia de avance. El general Mármol descuidó un tanto la observación del enemigo y levantó algunos atrincheramientos en los vados del Salado. Esta falta de previsión la aprovechó Valmaseda para contramarchar rápidamente y caer el 7 de enero sobre el paso del Saladillo. En el acto destruyeron las trincheras de los patriotas en la orilla opuesta. Las fuerzas cubanas acudieron al lugar librando un violento choque. Los cubanos se lanzaron contra los cuadros de hierro que lo barrían a quemarropa.

El coronel Pío Rosado informó a Mármol que era imposible detener el avance de los contrarios. En la noche ambos ejércitos se dedicaron a enterrar a sus muertos y curar a sus heridos, y Mármol aprovechó la noche para cruzar el Cauto y tomar posiciones en la margen opuesta, con los hombres que pudo reunir. El día 8 los españoles continúan su avance, siendo castigados por los fusileros del general Díaz y el sostenido fuego de los hombres de Mármol desde la otra orilla. [5] Durante muchas horas Valmaseda empleó la artillería para tratar de desalojar a Mármol de sus trincheras, pero no pudo. El 11 de enero el conde logró comprar con oro al peninsular que custodiaba las barcas en Cauto Embarcadero. A pesar de la resistencia de los cubanos se impuso la superioridad de técnica-militar de los hispanos.

Citas

  1. Ramiro Guerra: Guerra de los Diez Años, Ed.cit., t.1, p.82.
  2. Collazo, Enrique. Desde Yara hasta el Zanjón, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1990, p.8.
  3. 3,0 3,1 José María Izaguirre: Asuntos cubanos, Impr. América, Nueva York, 1896, p.29
  4. Jerez Villareal, Juan: Oriente (biografía de una provincia). academia de Historia de Cuba, La Habana, 1960, p.173.
  5. Loc. cit., (1), t.1, p.83.

Fuente