Bronquitis de los bóvidos


Bronquitis y bronconeumonía infecciosa de los bóvidos
Información sobre la plantilla
Bronquitis de los bóvidos. (Small).JPG
Bronquitis verminosa.

Bronquitis y bronconeumonía infecciosa de los bóvidos. Según las investigaciones de WALDMANN y KÖBE (1934) y Rossi (1937), el agente patógeno de esta enfermedad, extremadamente contagiosa, es un virus neurnótropo, tal vez idéntico al causante de la Tos contagiosa de los équidos.

Etiología

Por una parte, WALDMANN y KÖBE lograron producir una bronquitis artificial en bóvidos, con material pulmonar de caballos enfermos, y, por otra, se han observado casos espontáneos de explosión de la epizootia en su forma típica en un establo de vacas, tras la llegada de potros enfermos de tos contagiosa.

De la misma manera que en la Tos contagiosa de los équidos, también en la bronquitis infecciosa de los bóvidos el virus sólo causa una bronquitis benigna, que, sin embargo, puede transformarse en bronconeumonía cuando concurren circunstancias que favorecen la acción de gérmenes patógenos facultativos (estrepto y estafilococos, Pasteurella multiseplica, Bacterium pyogenes) en las vías respiratorias altas y en los tejidos pulmonares. Entre los factores predisponentes destacan, aparte la edad juvenil de los animales, sobre todo los enfriamientos desde finales de otoño hasta la primavera, de un modo especial en el invierno, así como los agotamientos de los animales a causa de transportes de larga duración y los defectos en la alimentación. Por tales razones, a veces sólo enferman pocos animales; otras, muchos o casi todos los animales del establo presentan síntomas graves, mientras que los demás no padecen la enfermedad o bien ésta pasa inadvertida y apenas se nota. Todavía no se puede enjuiciar la posible relación existente entre este virus y el estudiado por HUPBAUER y otros, responsable de determinadas neumonías de terneros jóvenes.

Infección natural

La importación de la enfermedad se debe, casi siempre, a la transferencia de ganado, ante todo, el ganado comercial (neumonía comercial), que muchas veces tiene ocasión de contagiarse en los mercados, en ocasiones, por contacto con équidos enfermos de tos contagiosa. La transmisión del virus de animal a animal se realiza casi siempre por la inspiración de gotitas resopladas y eliminadas con la tos; muchas veces, también por contaminación de los piensos y el agua de bebida con eliminaciones virulentas.

Alteraciones anatómicas

En los casos de curso benigno se observan, en la necropsia, enrojecimiento difuso o en estrías de la mucosa laríngea, traqueal y bronquial, y la luz de los bronquios y de la tráquea aparecen llenas de exudados viscosos y mucosos. En los casos graves, sobre todo cuando se presentan complicaciones, tanto en la tráquea como los bronquios hay masas de exudado purulentos que contienen, a menudo, coágulos hemáticos. Además de esto, en las zonas orales de los pulmones aparecen focos de hepatización rojos o amarillorrojizos y, ocasionalmente, también focos gangrenosos aislados, y en la superficie pulmonar se aprecian depósitos fibrinosos. Es frecuente el enfisema intersticial en los pulmones, en el mediastino y en el tejido conjuntivo subcutáneo. Entre otros hallazgos posibles pueden citarse las tumefacciones agudas de los ganglios peribronquiales y mediastínicos, tumefacción del bazo y del riñón, degeneración muscular y enrojecimiento con hemorragias puntiformes en la mucosa del intestino delgado.

Síntomas

Tras un período de incubación de 2 a 10 días, y rara vez de 12 días, se observa fiebre, que llega hasta 41,5° C., y, simultáneamente, disminución del apetito, laxitud, y en vacas lecheras, disminución de la secreción láctea. Los síntomas más manifiestos son los accesos de tos dolorosa y seca, con notable sensibilidad de la laringe y de la tráquea. Además, puede observarse enrojecimiento de la mucosa nasal y catarro conjuntival, e incluso conjuntivitis purulenta. En los casos graves hay también copiosa salivación, y los animales extienden la cabeza y respiran con dificultad. Cuando se ha producido una bronquitis, se aprecian signos de murmullo vesicular rudo, así como estertores, crepitaciones, zurridos y gemidos y otros ruidos bronquíticos; pero la demostración de una matidez, con soplo bronquial o sin él, en las zonas correspondientes a las porciones craneales del tórax, revela la existencia de neumonía. En estos casos aparecen también, frecuentemente, enfisema pulmonar intersticial y enfisema subcutáneo. Con aumento del número de pulsaciones hasta 70-100, se observa rápida pérdida de fuerzas y adelgazamiento, muchas veces también diarrea. Los terneros recién nacidos de vacas enfermas muestran, 1-3 días después del parto, ligero flujo nasal lagrimeo, tos y disnea (WISSNANN).

Curso y pronóstico

Mientras que en muchos casos se produce sólo un catarro más o menos manifiesto de las vías respiratorias, e incluso un leve catarro infeccioso de las altas, mientras la fiebre remite después de algunos días y se recupera totalmente el apetito, en otros animales, o en otros establos, se tiende al desarrollo de una bronquitis o neumonía grave, que muchas veces llega a hacer preciso el sacrificio de urgencia. En los casos benignos, la enfermedad dura 8-14 días; en los demás, 3-4 semanas, aunque pueden aparecer ruidos catarrales y tos, ya como consecuencia de pequeños movimientos, aun en animales curados, después de dos meses de pasada la enfermedad. La mortalidad oscila entre el 2,5 y 30 %.

Tratamiento y profilaxis

Se pueden emplear envolturas de Priessnitz expectorantes, antitérmicos, cafeína y calmantes de la tos. Si los animales aparecen muy intranquilos, deberán evitarse tales medidas, así como las inhalaciones, además del tratamiento sintomático, DIERNHOFER (1956) aplica con buenos resultados, y según las circunstancias, penicilina durante 1-4 días (1,5-2 000 000 de unidades, por vía intramuscular, cada día), para evitar las infecciones secundarias.

Las medidas profilácticas vienen a ser las de la tos contagiosa de los équidos. Las reses recién adquiridas conviene instalarlas en el establo después de algunos días de observación asidua.

Fuente.

  • Libro de texto Patología y Terapéutica Especiales de los Animales Doméstico

Dr. Rudolf Manninger y Dr. Johannes Mócsy