Comunicaciones en Pinar del Río

Comunicaciones en Pinar del Río
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Historia de las telecomunicaciones en la provincia de Pinar del Río (República de Cuba).

Reseña histórica

Desde 1862, las principales líneas del telégrafo de La Habana (capital de la capitanía general de Cuba) llegaban a la ciudad de Pinar del Río a pesar del subdesarrollo existente. Ello se explica por la necesidad que tenían los colonialistas españoles de mantener las comunicaciones con la región más occidental de Cuba, en el entorno de una situación revolucionaria que pronto encontraría salida, con el estallido de la Guerra de los Diez Años (1868-1878), la primera guerra de independencia.

El desarrollo de esta guerra incrementó la prestación de los servicios de correos, telégrafos y radio-comunicaciones; con posterioridad, concluida la misma, fue necesario reparar el servicio telegráfico.

Período 1895-1910

La Guerra Necesaria (1895-1898), la tercera y última guerra de independencia, interrumpió el incipiente desarrollo de las comunicaciones que mantenía el Reino de España en esta región del país. Los mambises, en lucha heroica, cortaban a machetazos las líneas telefónicas, eliminaban los correos e irrumpían la radiocomunicación.

Concluida la guerra, se inició la intervención militar estadounidense (1898-1902) y los gobernantes intervencionistas ―al hacerse cargo de la provincia― determinaron que el servicio telegráfico fuera separado de la Dirección General, para pasar al Cuerpo de Señales del ejército de ocupación. De esta forma entran las comunicaciones en una nueva fase de tecnificación y extensión, según las proyecciones estadounidenses.

Al instaurarse la República Neocolonial, el 20 de mayo de 1902, existían en Pinar del Río 71 estaciones de correos y telégrafos, un centro telegráfico y una estación radio-telegráfica.

Ocho años más tarde Pinar del Río contaba con uno de los más modernos sistemas telefónicos, local y de larga distancia, que abarcaba desde el cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí, en virtud de la introducción de técnicas novedosas por los estadounidenses durante la primera y la segunda intervención militar.

El servicio telefónico instalado en esta provincia, era operado por la Cuban Telephone Co. asociada a la International Teleophone and Telegraph Corporation, lo que evidencia la penetración estadounidense en la economía de esta región a través de la prestación de servicios telegráficos, de correos y radio-comunicación.

Vías de transporte por tierra y mar

A la conducción y tráfico de personas y cosas se le denomina generalmente transporte de viajeros, cuando se trata de personas y de carga, cuando son las cosas que se conducen. En el orden histórico, en Pinar del Río aparecieron primero los transportes por tierra y por mar el transporte aéreo apareció avanzado ya el siglo XX.

Las vías de comunicación por tierra, indispensables para el transporte, siempre fueron en Pinar del Río escasas.

Los caminos reales para el servicio público, los vecinales para el de vecindario y las serventías para el particular entre fincas, constituyeron la vía de comunicación terrestre de pésimas condiciones, tanto porque no se construían propiamente ni se reparaban, como por que las destruía la carreta, el más generalizado, para no decir, el único vínculo de transporte entonces para el tránsito por esas carreteras, que en la época de lluvia eran intransitables muchas veces hasta para las cabalgaduras que empleaba el hombre y para las arrías que se usaban en la carga de mercancías y los frutos de la tierra.

Las arrías de mulas y cabalgaduras eran juntos con las carretas, como se ha dicho, los medios de transporte terrestre comúnmente usados para la carga y las personas por los referidos caminos reales, entre los cabe mencionar el llamado Camino Real Pinar del Río-Habana.

Por las carreteras transitaban las llamadas diligencias, guaguas de gran tamaño tiradas por mulos para el uso de las personas y carromatos para el tráfico de carga.

Para el transporte marítimo en las aguas juridiscionales existían vapores que navegaban por ambas costas: La del Norte y la del Sur de la provincia. Antes de constituirse la República Mediatizada había otras empresas a saber, la de Antinógenes Menéndez (después Odriozola y CIA), que poseía los vapores "Purísima Concepción", "Reina de los Ángeles", "Josefina" y "Antinógenes Menéndez", que prestaba servicios por la costa sur de Cuba (en un tiempo partiendo de batabano y después de la propia Habana), dando la vuelta al cabo de San Antonio y la empresa "Julián Alonso", S en C, que poseía los siguientes buques "Antolín del Collado", "Rita y Alava", cuyo principal servicio se desarrollaba en la costa norte de Vuelta Abajo.

Transporte por Ferrocarril

En el curso del siglo XIX surgió el ferrocarril del oeste (La Habana-Pinar del Río). El 15 de abril de 1894 había llegado el ferrocarril a la ciudad de Pinar del Río y al comenzar la guerra de 1895, se detuvo la prolongación de la vía férrea, concebido en proyecto hasta Mantua.

El último acto del gobierno de España en Cuba en cuanto al ferrocarril se refiere, fue autorizar el 24 de diciembre de 1896, la prolongación de la misma desde Pinar del Río hasta Mantua, hecho que no pudieron materializar por la derrota sufrida ante las fuerzas mambisas.

Durante el gobierno del interventor militar estadounidense, la extensión de la vía férrea continuó paralizada; sin embargo, con las oportunidades ofertadas al capital extranjero por el gobierno de Tomás Estrada Palma, por iniciativa privada, se reinició la construcción de la vía férrea desde Pinar del Río hasta San Luis (1902-1906) y de allí hasta San Juan y Martínez.

Con la segunda intervención militar estadounidense, por conveniencia de la empresa Cuban Land y otros extranjeros en contubernio con los intereses foráneos cubanos, se continúo la vía desde San Juan y Martínez hasta el Sábalo y desde este poblado hasta Guane.

A finales del siglo XIX y durante las primeras décadas del siglo XX se incrementaron los caminos de hierro con la promulgación de ley de consolidación de los ferrocarriles, el 9 de octubre de 1923, llamada comúnmente Ley Tarafa, se autorizó la constitución y organización de una compañía de carácter nacional, para que adquiriese la totalidad de la mayoría de las acciones de las compañías de ferrocarriles de servicio público, con el fin de regular el funcionamiento de los mismos.

Esta acción sin lugar a dudas, logró el incremento de las vías férreas y de servicio público y particular, que constituyeron un progreso notable por la cantidad de líneas en explotación que existían.

Transporte de pasajeros por ómnibus

La existencia cada día mayor de carreteras, aunque nunca las necesarias para satisfacer las exigencias de la producción agrícola y el comercio interior, fue sin embargo aumentando paulatinamente el tráfico de los vehículos autorizados, tanto de carga como de viajeros.

En el año 1943 existían en la provincia de Pinar del Río 20 empresas de transporte de pasajeros por ómnibus, de clasificación municipal, cuyas rutas principales partían de la Ciudad de Pinar del Río, Artemisa, Consolación del Sur, Mariel, Candelaria, San Juan y Martínez y Guane, con un total de 38 ómnibus que poseían la licencia de circulación.

Transporte de carga por camiones

Circulaban además por las poblaciones y carreteras en el año 1943, camiones de servicio particular para la distribución de los productos comerciales, industriales o agrícolas, de personas naturales ó jurídicos privadas, que obtuvieron ese año comprobantes de licencia de circulación; pero este servicio resultaba insuficiente, por lo cual existieron en esa año, porteadores de servicio de alquiler por carretera y porteadores de servicio de alquiler local complementario qué prestaban servicios en los centros comerciales e industriales y en las principales zonas agrícolas.

Por las carreteras y poblaciones de Pinar del Río circulaba un número considerable de vehículos motorizados, tanto para el transporte de pasajeros como para el de carga, además de automóviles de toda clase, que bien puede decirse, excedían la capacidad de las carreteras y calles de la provincia para soportarlo, tanto por su estrechez, como para el mal estado de las mismas.

Transporte aéreo

El 21 de abril de 1928, por Decreto No. 548, se puso en vigor el Reglamento de Navegación Aérea Civil y por Decreto 1807, del 6 de noviembre de 1928, se consignaron los aeropuertos marítimos oficiales para el uso de la navegación aérea civil en la costa norte: Bahía Honda y Mariel.

También se habilitó como subpuerto marítimo para aeronaves y el despacho de buques procedentes del extranjero, Santa Lucía, en esta provincia.

En 1943, había en Cuba varias compañías dedicadas al transporte aéreo, las que se encontraban inscriptas en la Comisión Nacional de Transporte. Dos de ellas tenía escala en tierra pinareña:

  • La Pan American Aiways, empresa estadounidense, autorizada para operar en Cuba en transporte aéreo de pasajeros y expreso que tenía entre sus punto de escala en Cuba: Habana (Rancho Boyeros) Cienfuegos, Camagüey, Santiago de Cuba, San Julián y Antilla.
  • El Expreso Aéreo Interamericano, S. A., empresa cubana con domicilio en el Edificio Hoster (en calle Obispo esquina a Oficios, en la ciudad de La Habana. Autorizado para el establecimiento de un servicio regular aéreo entre Cuba y Estados Unidos, tenía como terminal internacional en Cuba el Aeropuerto Internacional de Rancho Boyeros, San Julián, Mérida.

Los efectos del subdesarrollo también se reflejaron en las comunicaciones y el transporte y mucho más en este último, que ni en sus proporciones cuantitativas, ni cualitativas podía prestarle servicio a una población de más de 400 000 habitantes.

Además de ser insuficientes este servicio, debemos tener en cuenta que la mayoría de la población no tenía acceso a los mismos, por carecer de los recursos económicos necesarios.

Véase también

Fuente

  • Censo del año 1943. Informe General. República de Cuba. Pág.536
  • Cuba en la mano. Enciclopedia Popular Ilustrada. La Habana, 1940. Pág. 1-105.
  • Antonio Delgado Villa. Comunicaciones terrestres con Vuelta Abajo. Periódico Guerrillero. Martes 3 de mayo de 1991. Pág.2.