Convolvulus arvensis

Convolvulus arvensis
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Convolvulus arvensis.jpg
Nombre Científico:Convolvulus arvensis
Reino:Plantae
Subreino:Tracheobionta
División:Magnoliophyta
Clase:Magnoliopsida
Subclase:Asteridae
Orden:Solanales
Familia:Convolvulaceae
Género:Convolvulus
Especie:C. arvensis, L.

Convolvulus arvensis, es una maleza perenne persistente, que se propaga radialmente, produciendo hasta 25 o más tallos en una temporada, muchos de los cuales pueden alcanzar hasta 3 m de longitud, formando un manto denso sobre el suelo. El sistema radical es profundo, extenso y puede profundizar hasta 3 m o más, mientras que las raíces laterales rastreras pueden alcanzar longitudes de hasta 2 m. La planta también forma rizomas subterráneos, que varían en longitud desde pocos centímetros hasta más de un metro. Es una maleza difícil de controlar en cultivos de importancia económica.

Caracteres Generales

Las raíces de C. arvensis tienen una alta capacidad regenerativa, sobre todo aquellas dispuestas más profundas, debido a las reservas alimenticias almacenadas en ellas. Es por ésto que aún después de una labranza profunda reaparecen plantas de la maleza sobre la superficie del suelo.

Detalle cercano de las hojas de C. arvensis

La planta también produce semillas viables, que son una fuente importante de infestación, pero no la única. Las semillas se convierten en viables de 10 a 15 días después de la polinización y pueden permanecer como tal en el suelo durante veinte años o más. Esta especie puede germinar en un rango amplio de temperaturas, desde casi la congelación hasta 40 °C. Las plántulas emergen en aproximadamente 10 días y, bajo condiciones favorables, pueden crecer muy rápido, trepandose alrededor de plantas u otro soporte, de manera contraria a las manecillas del reloj. Las raíces de las plántulas segadas tienen buen poder regenerativo. Así, las plántulas segadas 18 días después de la emergencia (DDE) mostraron un 50% de regeneración, mientras que las segadas 34 DDE regeneraron el 100 %.

Detalle cercano de las flores acampanadas de C. arvensis característico de la familia Convolvulaceae

Los fragmentos de raíces y rizomas también son medios importantes de propagación de la maleza, por lo que las labores de cultivo o labranza que fraccionan y distribuyen estas partes subterráneas, pueden en realidad ayudar a elevar las infestaciones.

Distribución e Importancia

C. arvensis se presenta en todos los continentes, por lo que tiene una distribución mundial. Ésta es una maleza importante y problemática en muchos países desde partes septentrionales como Inglaterra hasta meridionales como Nueva Zelendia., incluyendo países con climas templados y tropicales. La planta aparece en suelos húmedos y fértiles, pero puede sobrevivir veranos calurosos y secos sobre terrenos en barbecho. También tolera las heladas, pero no la sombra densa. C. arvensis se puede encontrar en campos de diversos cultivos, que incluye las hortalizas, los cereales, viñedos, plantaciones de olivos, los cítricos y puede infestar prácticamente cualquier cultivo.

Su capacidad de crecer rápidamente y su tolerancia a la mayoría de los herbicidas pre-emergentes le permite competir con efectividad con los cultivos, a pesar de su hábito de crecimiento postrado. Aún cultivos con un follaje denso, como la papa, no pueden inhibir con eficacia al C. arvensis, ya que cuando el cultivo ha formado su follaje, la maleza lo ha ya enrollado.

La presencia de C. arvensis causa considerables pérdidas a los cultivos. Una infestacion fuerte puede reducir a la mitad los rendimientos en viñedos. Los cultivos de campo y las hortalizas sufren la presencia de esta maleza, que está entre las más peligrosas competidoras del trigo de invierno, la cebada de primavera, la remolacha azucarera y la colza de invierno. C. arvensis reduce los rendimientos hasta un 50% del tomate en el campo.

Además de sus efectos directos de competencia sobre los cultivos, C. arvensis es una especie potencialmente peligrosa en áreas donde se presenta Cuscuta campestris Yunker, ya que es una hospedera favorita de la maleza parasíta indicada. Un aspecto útil de C. arvensis es que resulta ser el alimento preferido de conejos de cria doméstica.

Estrategias de manejo

C. arvensis es muy difícil de controlar, debido a las reservas considerables de su extenso sistema radical y el poder de regeneración a partir de fragmentos de raíces y rizomas. Es más probable que tenga éxito un programa integrado de manejo de la maleza, que un programa basado en un solo método.

Control Cultural

El control cultural comienza por el desarrollo de un cultivo vigoroso y bien manejado. Especies de cultivo competitivos,como alfalfa, también pueden contribuir a reducir las infestaciones de C. arvensis, la cual debe reducir la luz disponible a un 6% o menos de la radiación solar total durante 3 años para ser efectiva. El acolchado que opaque la luz de la superficie del suelo puede controlar C. arvensis, siempre que la maleza no pueda crecer a traves del material de acolchado.

La solarización del suelo consiste en cubrir el suelo mojado con láminas de plástico transparente durante el verano por períodos de seis a ocho semanas. Este método sólo puede ser útil en áreas con veranos calurosos y en campos en barbecho. La solarización del suelo no es muy efectiva contra las plantas de C. arvensis establecidas, pero ha demostrado ser útil para eliminar semillas de la maleza.

Control Mecánico

El control mecánico de C. arvensis puede tener éxito si se mantiene durante un número de años y si las labores son oportunas. Las labranzas habituales incluídas en la preparación del terreno antes de la siembra o plantación de un cultivo, o algunas labores de cultivo para la destrucción de malezas en viñedos y huertos de frutales, son inefectivas para controlar esta especie de maleza y, en realidad, pueden contribuir a su propagación. El control requiere de labranza o labores de cultivo frecuentes, que no deben ser demasiado profundas. Se ha demostrado que el mejor momento para cultivar era 12 días después de la emergencia, repetido a intervalos de alrededor de 18 días. En esta opercvaión se debe tener cuidado de no dañar la planta cultivable. La profundidad óptima de la labranza es de 10 cm. Cortes más profundos alargan el intervalo entre labores, pero requieren de mayor potencia. La escarda manual frecuente y poco profunda puede ser tan efectiva como las labores de cultivo o las labranzas.

Control Químico

Los herbicidas pueden jugar un papel significativo en un plan de manejo. Aunque muchos herbicidas pueden controlar C. arvensis existen pocas alternativas de uso selectivo en los cultivos, especialmente en hortalizas. La eficacia está afectada por el estado del tiempo, la humedad del suelo, así como el estadio de desarrollo de la maleza al momento de la aplicación. En la agricultura de bajos insumos, donde se debe lograr el máximo de beneficio del insumo invertido, estos factores adquieren mayor importancia.

En cultivos de cereales, incluyendo el arroz, se pueden aplicar herbicidas poco costosos, tales como 2, 4-D y MCPA, así como dicamba, algo más costoso que los anteriores y repetir su uso inmediatamente después de la cosecha.

En cultivos bajo irrigación, como papa, en los que la susceptibilidad a los herbicidas hormonales excluye su uso durante el ciclo de desarrollo del cultivo, se pueden hacer aplicaciones pocas semanas después de la cosecha, cuando el rebrote de C. arvensis esté avanzado, pero antes que el agotamiento de la humedad del suelo cree condiciones de stress que afecten negativamente la acción del herbicida.

En climas cálidos la adición de un coadyuvante adecuado, tal como el novedoso fosfolípido de la soya, a 0.5% v/v, permitió una reducción del 25% de la dosis de glifosato, sin pérdida de eficacia. Este herbicida se puede usar en todos los cultivos arbóreos sin ramas bajas, así como en viñedos.

En huertos de frutales irrigados, C. arvensis ha sido controlada con glifosato en dosis tan bajas como 1.6-2.0 kg e.a./ha. Al aplicar glifosato el volumen de aplicación o solución final no debe ser muy alto, de lo contrario se puede reducir la eficacia; 200-3001/ha suele ser lo más adecuado.

Otro herbicida no selectivo que controla C. arvensis, a dosis de 5-10 kg i.a./ha, es aminotriazole, cuya acción es afectada por condiciones adversas de igual forma que es afectado glifosato. El uso de aminotriazole en viñedos y otros cultivos alimenticios ha sido prohibido en algunos países.

El control de C. arvensis con herbicidas pre-emergentes, a dosis toleradas por los cultivos, en pocos casos ha tenido éxito. En viñedos, aplicaciones anuales consecutivas de una mezcla de terbutylazina + terbumeton, cada uno a 3.75 - 5 kg i.a./ha, ha controlado completamente la maleza. Sin embargo, por razones de seguridad para el cultivo, este tratamiento se debe aplicar fraccionado en dos aplicaciones, dos tercios de la dosis se aplican inicialmente y el restante cuatro a cinco meses después. La misma mezcla, así como terbumeton solo, a 7.5-10 kg i.a./ha han controlado C. arvensis igualmente en cítricos.

Existen varios ejemplos de control satisfactorio de C. arvensis con el uso de herbicidas residuales que poseen actividad foliar, los que se aplican en post-emergencia en cultivos establecidos o en terrenos en barbecho.

Control Biológico

Insectos depredadores y parasíticos se han ensayados en pequeña escala con algún éxito, pero el método aún no ha encontrado aplicación práctica.

Referencias

  • Agulhon R., P. Dumartin, Y. Heinzle, E. Meyer y J.P. Rozier 1979. Destruction de plantes vivaces. 10e Conference du Comite Francais de Lutte contre les Mauvaises Herbes (COLUMA) pp 980-988.
  • Americanos P.G. 1975. New Herbicides for Citrus Orchards. Technical Paper 9, Agricultural Research Institute, Chipre, 14 pp.
  • Americanos P.G. 1978. Chemical Weed Control in Vineyards. Technical Bulletin 25, Agricultural Research Institute, Chipre, 19 pp.
  • Americanos P.G. 1982. Chemical Control of Weeds in Deciduous Fruit Trees. Technical Bulletin 44, Agricultural Research Institute, Chipre, 9 pp.
  • Americanos P.G. y N.A. Vouzounis 1991. The effect of the addition of an organic adjuvant on the effíciency of four systemic herbicides. Míscellaneous Reports 44, Agricultural Research Institute, Chipre, 6 pp.