Dennis Brutus
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Dennis Brutus. Dennis Brutus picó piedras junto a Nelson Mandela cuando fueron encarcelados juntos en la prisión de la isla Robben. Su delito, al igual que el de Mandela, fue luchar contra la injusticia y el racismo, desafiar al régimen del apartheid en Sudáfrica. Tras la caída del apartheid y el ascenso al poder del Congreso Nacional Africano, Brutus se mantuvo fiel a sus principios. Dijo: “Cuando se privatiza el agua, se privatiza la electricidad y las personas son desalojadas de sus viviendas precarias porque no pueden pagar el alquiler, la situación empeora. Y me parece, que el centro de la cuestión es que el gobierno sudafricano, liderado por el Congreso Nacional Africano y Mbeki, decidieron adoptar la solución empresarial”.
Sumario
Poeta
Las armas de Brutus eran sus palabras: elevadas, agudas, poéticas. Fue prohibido, censurado, y herido de bala. Pero el compromiso y activismo de este poeta, su defensa de los pobres, nunca claudicaron.
Brutus murió mientras dormía el 26 de diciembre en Ciudad del Cabo, a los 85 años de edad, pero vivió con los ojos bien abiertos. Su vida resume el siglo XX, e incluso hasta sus últimos días inspiró, guió y movilizó a la gente en la lucha por la justicia en el siglo XXI.
Lo extraño, para un mágico poeta e intelectual como él, es que fue el rugby lo que le hizo ver a temprana edad la injusticia racial en su patria. Brutus siempre recordaba que un hombre blanco lo llamó en forma sarcástica “futuro Springbok”.
Los Springboks
Los Springboks era el equipo nacional de rubgy, y Brutus sabía que quienes no eran blancos nunca podrían estar en el equipo. Escribió:
Este tema aparece en la nueva película de Clint Eastwood, “Invictus”. El Presidente Mandela, caracterizado por Morgan Freeman, apoya a los Springboks durante la Copa Mundial de 1995, reconociendo que hasta entonces los negros siempre supieron a quienes apoyar: a cualquier equipo que jugara contra los Springboks.
Al borde de la muerte
A fines de la década del 50, Brutus escribía una columna de deportes bajo el seudónimo “A. De Bruin, que en afrikaans significa “un negro”. Brutus escribió:
Fue prohibido, una práctica del apartheid que imponía, entre otras cosas, restricciones al movimiento, al derecho de reunión y de publicación. En 1963, al intentar huir de la custodia policial, recibió un disparo. Estuvo al borde de la muerte en una calle de Johannesburgo mientras esperaba una ambulancia especial para negros.
Prisión
Brutus pasó 18 meses en prisión, en la misma sección de la isla Robben que Nelson Mandela. Allí escribió su primer conjunto de poemas, “Sirenas, nudillos, botas”. Su poema “Sharpeville” describe la masacre del 21 de marzo de 1960 en la que la policía sudafricana abrió fuego y mató a 69 civiles, un hecho que lo radicalizó. En su poema escribió:
“Recuerden Sharpeville el día de las balas por la espalda porque encarnó la opresión y la naturaleza de la sociedad más claramente que ninguna otra cosa: fue el hecho ejemplar”
Al salir de la cárcel, Brutus comenzó su vida como refugiado político. Formó el Comité Olímpico No Racial Sudafricano para incluir a los deportes en una campaña mundial contra el apartheid de gran envergadura. Logró que a Sudáfrica se le prohibiera participar en los Juegos Olímpicos de 1970.
Brutus se mudó a Estados Unidos, donde se desempeñó como profesor universitario y líder contra el apartheid, a pesar de los esfuerzos del gobierno de Reagan de impedir que mantuviera su condición de refugiado y de los intentos por deportarlo.
Fiel a sus principios
Tras la caída del apartheid y el ascenso al poder del Congreso Nacional Africano, Brutus se mantuvo fiel a sus principios. Dijo: “Cuando se privatiza el agua, se privatiza la electricidad y las personas son desalojadas de sus viviendas precarias porque no pueden pagar el alquiler, la situación empeora. Y me parece, que el centro de la cuestión es que el gobierno sudafricano, liderado por el Congreso Nacional Africano y Mbeki, decidieron adoptar la solución empresarial”.
Continuó diciendo:
Actualidad
Muchos activistas jóvenes conocen a Dennis Brutus no por su militancia en contra del apartheid sino por su activismo a favor de la justicia global, por su participación en todas las grandes movilizaciones contra la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Y, más recientemente, aunque no estuvo presente, su figura le dio inspiración a los manifestantes que protestaron en Copenhague durante los días de la cumbre sobre el cambio climático de la ONU. En su cumpleaños número 85, días antes del inicio de las negociaciones sobre el clima, dijo: