Despotismo Ilustrado en Cuba

Despotismo Ilustrado en Cuba
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Luis de las Casas y Arragorri, Capitán General y Gobernador de la Isla de Cuba durante la etapa colonial. (17901796). Fue uno de los representantes más destacados del Despotismo Ilustrado en Cuba
Fecha:Segunda mitad del siglo XVIII
Lugar:Cuba
Descripción:
Política aplicada en Cuba en la segunda mitad del siglo XVIII
Resultado:
Se inició un amplio plan de construcciones en La Habana y se permitió a la isla una mayor libertad de comercio
Consecuencias:
Estas medidas favorecieron el desarrollo económico de la isla y posibilitaron el enriquecimiento de muchos criollos y de la corona española
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba, Bandera de España España
Líderes:
Gobierno de España
Ejecutores o responsables del hecho:
El rey Carlos III de España, Conde de Ricla, Marqués de la Torre, Don Luis de las Casas
Organizaciones involucradas:
Sociedad Económica Amigos del País, Papel Periódico de La Havana

Despotismo Ilustrado en Cuba. Como consecuencia de la política del Despotismo Ilustrado, en Cuba se inició un amplio plan de construcciones en La Habana y se permitió a la isla una mayor libertad de comercio. Estas medidas favorecieron el desarrollo económico de la isla y posibilitaron el enriquecimiento de muchos criollos y de la corona española.

Origen

Al finalizar la ocupación inglesa en 1763, España volvió a gobernar en toda la isla de Cuba, pero de una forma diferente a como lo había hecho antes. En la segunda mitad del siglo XVIII surgió el Despotismo Ilustrado y el rey Carlos III de España, bajo la influencia de ese movimiento, inició una serie de reformas económicas, políticas y sociales en su país y en las colonias. Debido a esos cambios, España envió a Cuba capitanes generales y altos funcionarios que se destacaban por su cultura e inteligencia, entre ellos el Conde de Ricla que gobernó en Cuba de 1763 a 1765, el Marqués de la Torre que gobernó de 1771 a 1776 y Don Luis de las Casas que ocupó el gobierno de 1790 a 1796 y fue uno de los representantes más destacados del Despotismo Ilustrado en Cuba.

Reformas

Fortificaciones

Durante el gobierno de Ricla las primeras medidas se encaminaron a convertir La Habana en una plaza inexpugnable. Con ese fin, ordenó la reconstrucción de las fortalezas de El Morro, La Punta, y El Arsenal puesto que habían sido afectados por los cañones ingleses. También comenzaron a construirse las fortalezas de La Cabaña y los castillos de Atarés y El Príncipe, este último con una capacidad grande ya que tenía que albergar una guarnición de novecientos hombres. Los castillos y torreones protegerían los puertos de la costa más próximos a la ciudad por donde era más fácil y probable un nuevo desembarco enemigo. Las murallas de La Habana que habían comenzado a construirse en 1674 se terminaron a fines del siglo XVIII, así, la ciudad quedó totalmente rodeada de un poderoso recinto amurallado que aseguraba las defensas por la zona terrestre.

Todas estas obras, como de costumbre, fueron costeadas con fondos procedentes de México, lo que hizo que circularan grandes cantidades de dinero en La Habana. El trabajo de construcción de estas inmensas moles de cantería recayó sobre los hombros de esclavos y presidiarios. Los amos alquilaban al gobierno, algunos de sus esclavos, para que trabajaran en las construcciones, y de otras colonias españolas se trajeron unos mil presidiarios para esas labores. Más de 4000 hombres fueron empleados en estas obras.

Obras públicas

Además de las fortificaciones que se repararon o construyeron, se llevó a cabo un plan de obras públicas para embellecer La Habana. Se empedraron algunas calles y se construyó la Alameda de Paula, primero paseo habanero que todavía se conserva. En uno de los extremos de dicha Alameda fue edificado el Teatro Principal, el primero que tuvo la ciudad. El Paseo del Prado o Martí, la Plaza de Armas y la Catedral de La Habana son también construcciones realizadas en el siglo XVIII. Por otra parte se construyeron palacios y edificios donde radicarían instituciones administrativas coloniales como el Palacio de Gobierno y la Casa de Correos llamado también Palacio de Segundo Cabo. También se dieron los primeros pasos para el establecimiento del alumbrado público.

En el interior de la isla se fundaron nuevos pueblos como Pinar del Río, Jaruco y Güines. Se construyeron algunos puentes, se ensancharon algunos caminos y se reconstruyó el castillo del Morro de Santiago de Cuba, sin embargo, estos pequeños cambios no mejoraron la difícil vida que llevaban las poblaciones de la isla.

Concesiones comerciales

La política del Despotismo Ilustrado posibilitó que la economía de Cuba evolucionara favorablemente; se suprimieron los monopolios comerciales y los privilegios de que disfrutaba la Real Compañía de Comercio de La Habana y se autorizó el comercio con varios puertos españoles y con las colonias hispana de América. Otra medida fue la eliminación o rebaja de los impuestos a las mercancías que entraban o salían de la isla, entre ellas el azúcar. Esto favoreció la producción azucarera por lo que comenzó a aumentar número de ingenios de La Habana. A partir de entonces el rey de España ordenó que todos los meses saliera de la península un barco español para Cuba, el cual traía mercancías europeas y recogía productos cubanos. Entre 1774 y 1776 entraron el Puerto de La Habana más de 250 de esos barcos.

Por otra parte, España, autorizó el comercio con naciones extranjeras pero a cambio del pago de impuestos. Algunas poblaciones del interior fueron autorizados a participar de esta actividad comercial. Batabanó, Santiago de Cuba, Nuevitas y otros puertos salieron del aislamiento en que habían vivido y alcanzaron cierta prosperidad. Todas estas reformas beneficiaron la isla, el comercio aumentó y muchos criollos se enriquecieron. El rey de España lógicamente recibió múltiples ganancias.

Véase también

Fuentes

  • Historia Universal y de Cuba en los Tiempos Modernos (I Parte)