Expedición de Cayo Confites

Para otros usos de este término, véase La Expedición de Cayo Confites (desambiguación).


Expedición de Cayo Confites
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Cayo Confites.JPG
Fecha:1947
Lugar:Archipiélago de Camaguey
Descripción:
Movimiento militar contra Rafael Leonidas Trujillo, originado en Cuba en 1947, que promovió la invasión armada para derrocar el régimen. Su nombre proviene del cayo perteneciente al archipiélago de Camagüey en el océano Atlántico llamado Cayo Confites.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
José Horacio Rodríguez]],Ramón Emilio Mejía ( Pichirilo Mejía ),Mauricio Báez,Fidel Castro,Carlos Gutiérrez Menoyo,Pedro Mir

Expedición de Cayo Confites. Fue un movimiento militar contra Rafael Leonidas Trujillo, originado en Cuba en 1947, que promovió la invasión armada para derrocar el régimen. Su nombre proviene del cayo perteneciente al archipiélago de Camagüey en el océano Atlántico llamado Cayo Confites.

Inicios

A partir de la aplastante derrota del fascismo en Europa, proceso que culminó con el ajusticiamiento en Italia de Benito Mussolini y el suicidio de Adolfo Hitler en Berlín en 1945, la euforia creada en todo el mundo a favor de la democracia, favoreció dentro del exilio dominicano la idea de organizar la lucha armada contra Trujillo.

Tales criterios se fortalecieron con las llegadas a Cuba, primero del rico ganadero y hacendado, don Juan Rodríguez en 1946, y poco después, de su hijo José Horacio Rodríguez, y docenas de otros exiliados que arribaron también ese año a ese país procedentes de Venezuela,Puerto Rico y Estados Unidos, pues desde que piso la patria de Martí, el rico ganadero dominicano ofreció aportar su fortuna a la organización de una expedición armada para derribar a Trujillo.

También contribuyó a fortalecer la idea de iniciar la lucha armada contra esa tiranía, el cálido clima de solidaridad del pueblo cubano y sus principales intelectuales y dirigentes políticos a favor de la libertad de los dominicanos. En Cuba se formaron varias organizaciones de estudiantes, intelectuales y políticos, para ayudar a la causa dominicana.

Para principios de 1947 en medio de los aires democráticos de la Post Guerra, Rafael Leónidas Trujillo se encontraba rodeado de gobiernos opuestos a su dictadura; Rómulo Betancourt en Venezuela, Juan José Arévalo en Guatemala, Ramón Grau San Martín en Cuba, y Elli Lescot en Haití. Luego de un congreso unificador el exilio dominicano celebrado en la Universidad de La Habana, quedó constituido el frente unido de la liberación Dominicana, con Ángel Morales como presidente, los doctores Ramón del Lara y Juan Isidro Jiménez Grullón, secretarios, Leovigildo Cuello delegado plenipotenciario y Juan Bosch delegado especial ante los países americanos.

Esta dirección hizo gestiones antes los gobiernos americanos del área del Caribe con la finalidad de obtener ayuda para una acción militar contra Trujillo.

Aporte Cubano a esta expedición

Por esa razón, cuando bajo la dirección de don Juan Rodríguez se dieron los primeros pasos en la organización de los planes expedicionarios, como fueron la aportación de los recursos para la compra en Estados Unidos de tres barcos, (desechos de la II Guerra Mundial, bautizados como: El Fantasma, Antonio Maceo y El Aurora) y ocho aviones de combate (cinco P-38 y tres P-51) a los que se sumaron otros dos aviones bimotores Douglas, DC-3, aportados con recursos que consiguió Juan Bosch en Venezuela, centenares de jóvenes cubanos (entre ellos Fidel Castro Ruz), se unieron a la causa dominicana integrándose a los entrenamientos que, con la autorización del gobierno cubano de Grau San Martín, se efectuaban en un cayo de Cuba, denominado Cayo Confites, a principios de 1947.

El gobierno cubano además, por la vía de su Ministro de Educación, José M. Alemán, aportó varios millones de dólares que fueron invertidos en la compra de armas, (cañones, ametralladoras de varios calibres, rifles, etc.), casi todos comprados al gobierno de Perón en Argentina, por medio de las discretas diligencias efectuadas por el Dr. Juan José Arevalo, presidente de Guatemala.

En total, y en poco tiempo, el proyecto de Cayo Confites, logró reunir en lo que se llamó: “Ejército de Liberación Dominicano”, cerca de mil doscientos hombres, la mayor parte dominicanos y cubanos, pero también venezolanos, guatemaltecos, nicaragüenses, españoles, puertorriqueños, etc. Por la gran cantidad de personas envueltas en el enrolamiento, fue imposible que tal actividad permaneciera en secreto.

Actividades efectuadas para la expedición

En enero de 1945 Juan Bosch viaja a México, a Venezuela en octubre, donde se entrevistó con el presidente Rómulo Betancourt, y en noviembre viajó a Haití donde el Presidente Ellie Lescot le entregó la suma de 25 000 dólares como aporte a la lucha contra Trujillo.

En enero de 1946 Juancito Rodríguez, un rico terrateniente de la La Vega, salió al exilio y se puso al frente de los planes expedicionarios que se encontraban en la Habana. José Manuel Alemán, Ministro de Educación del gobierno de Grau San Martín, que como el contacto entre los exiliados dominicanos y el gobierno cubano, mientras que Manolo Castro, Director de deportes del mismo ministerio, dirigente del movimiento socialista revolucionario MSR se puso al frente de las labores de reclutamiento de voluntarios cubanos para la expedición.

Tomando como base de operaciones las instalaciones del hotel San Luis en la Habana, dominicanos, cubanos y de otras nacionalidades lograron conformar un ejército de más de 1000 hombres, entre ellos, veteranos de la guerra civil española y de la Segunda Guerra Mundial. Del 13 de julio de 1947, los exiliados eligieron un comité central para dirigir la expedición integrado por:

Batallones de la Expedición

Días después los expedicionarios salen de la Habana hacia el politécnico de Holguín en el oriente de Cuba donde reciben entrenamiento militar bajo las órdenes de Manolo Bordas quien ostentaba el rango de teniente del ejército norteamericano y quien organizó a los expedicionarios en cuatro batallones:

Del politécnico de Holguín los expedicionarios fueron trasladados bahía de Nipe donde les esperaba el buque Aurora y la goleta Berta con gran parte del cargamento para la expedición, abordaron los barcos y se dirigieron hacia un cayo perteneciente al archipiélago de Camagüey en el océano atlántico llamado cayo Confites.

El Gobierno Norteamericano al enterarse de los planes de invasión comenzó a presionar al presidente Grau San Martín, para que detuviera la acción militar que se preparaba contra Trujillo, con ese propósito su embajador en la Habana Henry Norweb en Julio de 1947 visito dos veces al presidente Grau y dos veces al canciller de su gobierno.

Trujillo declara la guerra

El 22 de julio de 1947, Trujillo se enteró de los planes de invasión contra él desde territorio cubano, e inició una serie de protestas por la vía diplomática contra el gobierno de Cuba. Semanas después, ante la inminente salida de los expedicionarios, Trujillo declaró: Desde que el primer invasor pise tierra dominicana, comenzaremos a bombardear la Ciudad de La Habana.

Implicados en la expedición

Los principales jefes del Ejército de Liberación Dominicano lo fueron: el general Don Juan Rodríguez, jefe supremo, Juan Bosch y Miguel Ángel Alcántara.

Como comandantes de batallones se encontraban los cubanos, Rolando Masferrer y Eufemio Fernández. En medio de ejercicios militares, prácticas de desembarco y otras maniobras, los expedicionarios de Cayo Confites esperaban más barcos, así como completar un buen número de aviones para un sólido respaldo aéreo. Al entrar el mes de septiembre, el movimiento contaba con 4 barcos, 13 aviones y 1,200 hombres armados. Entre los expedicionarios se encontraban:

Fracaso de la Expedición

La prensa internacional informó al mundo sobre los preparativos de la expedición, hecho que favoreció que el dictador Trujillo se dirigiera el 20 de agosto de 1947 al presidente Grau San Martín, señalando que su gobierno tenía informe de los mismos, y como el gobernante respondió por la vía diplomática con evasivas, amenazó a Cuba con una declaración de Guerra.

Aterrorizados por la respuesta evasiva que recibió del presidente de Cuba,el dictador dominicano cambió de método y enterado de que el jefe de las Fuerzas Armadas de Cuba, general Genovevo Pérez Damera y el jefe de la Policía, coronel Fabio Ruiz Rojas se encontraban en Washington, envió de inmediato al general Arturo Espaillat para que se entrevistara con los oficiales cubanos, con instrucciones de que pactara con ellos el sabotaje a la acción programada por el exilio dominicano a cambio del pago de una suma millonaria. Pacto que el general Pérez Damera y el coronel Ruiz Rojas cumplieron rigurosamente, pues regresaron de inmediato a Cuba con el propósito de lograr la disolución del campamento de Cayo Confites.

A finales de septiembre de 1947 los jefes de la expedición de Cayo Confites dieron la orden de partida en los buques Fantasma y Antonio Maceo y las dos embarcaciones fueron interceptadas en alta mar por unidades de la Marina de Guerra cubana, que apresó a todos los expedicionarios, los cuales fueron conducidos al campamento militar de Columbia de La Habana. Pérez Damera y sus hombres, además, incautaron las armas y los buques. Pudo escapar del apresamiento, el joven de 21 años Fidel Castro Ruz, quien se lanzó al mar con un grupo de sus amigos.

Mientras los expedicionarios esperaban que los aviones fueran equipados con armamento de combate para poder iniciar la invasión a Santo Domingo contando con respaldo aéreo, el general Genovevo Pérez Damera, jefe del ejército cubano, viajó a Washington DC, donde se entrevistó con altos militares del ejército norteamericano y con diplomáticos al servicio de Trujillo.

Varios días después, el general Pérez Damera procedió a confiscar un cargamento de armas de la finca del ministro José Manuel Alemán y a intervenir el local que los expedicionarios de Cayo Confites tenían en el hotel Sevilla. Paralelo a la acción de Pérez Damera, el embajador norteamericano en Cuba, Henry Norweb, exhorta a los aviadores Rupert E. Waddel, Thomas Sawyer y Hollis Smith, los tres norteamericanos, comprometidos en Cayo Confites, a que regresen a Estados Unidos y abandonen la expedición, los pilotos se acogen al llamado y regresan a su país.

El 21 de septiembre de 1947, los expedicionarios de Cayo Confites deciden salir del Cayo al enterarse por la radio del allanamiento del hotel Sevilla y ante los rumores de que el jefe del ejército se rebelaría contra el gobierno.

Luego de deserciones de tropas, confusiones entre las naves expedicionarias y escaramuzas con la marina cubana, los expedicionarios fueron obligados a desembarcar en el puerto de Antillas, donde fueron apresados, desarmados y conducidos al recinto militar de Columbia en la Habana.

Finalidad de las Armas

Estando prisionero en Colombia, Juan Bosch se declaró en huelga de hambre hasta tanto no fueran liberados todos los expedicionarios. Luego de un acuerdo entre el general Pérez Damera y Juan Bosch, los prisioneros fueron liberados y los dirigentes del movimiento iniciaron gestiones ante el gobierno cubano para que les devolvieran las armas confiscadas. Ante la negativa del gobierno cubano de devolver las armas a los expedicionarios intervino el presidente de Guatemala, Juan José Arevalo, quien reclamó la propiedad de las mismas.

Fuente