Filosofía preática

Filosofía preática
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Concepto:Se denomina así por preceder a la filosofía socrática, que se desarrolló en la península ática (Grecia peninsular), donde posteriormente, en Atenas, tendrá lugar la Edad de Oro de la filosofía griega.

Se denomina filosofía preática o filosofía presocrática a la que se desarrolló en la Grecia antigua entre el siglo VIII y VI a. n. e.. Los griegos, geográficamente, tenía una posición privilegiada para el progreso. Esto favoreció que los griegos se desprendieran de sus propias tradiciones al entrar en contacto con otros pueblos.

Este período preático tiene como marco geográfico las colonias griegas de Mileto, y Éfeso en el Asia Menor (actual Turquía) y el sur de Italia, la isla de Sicilia, y Abdera.

Los milesios

Mileto era una ciudad del sur de la Jonia (extremo occidental del Asia Menor). Era una ciudad muy importante en la economía griega y muy propicia para el despertar del pensamiento filosófico. Por eso, es en Mileto donde nace la filosofía griega.

Los representantes de la filosofía milesia fueron Tales, Anaxímenes y Anaximandro de Mileto. Las ideas filosóficas de los materialistas milesios formaban un todo único con sus ideas científicas sobre la naturaleza y asumieron como problemática filosófica fundamental el estudio del cosmos o problemática cosmológica, que no era otra cosa que el conjunto de problemas que giraban entorno a la naturaleza, concebida como un organismo integrado o cosmos, dinámico, ordenado, vivo, activo. En la época, la ausencia del método experimental como instrumento de búsqueda y comprobación de conocimientos condujo al predominio de la observación en la investigación científica, apoyada en diversas hipótesis, con las cuales los filósofos intentaban explicar racionalmente los diferentes fenómenos y procesos de la realidad circundante.

La problemática cosmológica que operaba con conceptos básicos como lo Uno y lo Múltiple, y la cuestión del devenir agrupó a los filósofos que estudiaban la naturaleza, con el propósito de revelar sus secretos y descubrir el principio que daba unidad al universo y servía como «arjé» o punto de partida al cosmos. Entre esos filósofos sobresalen los milesios, pitagóricos, eleáticos y atomistas.

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Aristóteles llama a estos pensadores los "físicos" o "filósofos de la naturaleza". Les preocupa fundamentalmente la constitución de la naturaleza, la materia prima de que está constituido el cosmos, el principio al cual todo se pueda reducir. Creen hallar esta explicación en las cosas materiales, físicas: el agua, el aire, el fuego. Las tres figuras capitales de este primer brote filosófico son:

Tales de Mileto (624-546 a. n. e.)

Los relatos antiguos le atribuyen múltiples actividades: ingeniero, astrónomo, financiero, político. Por eso es considerado como uno de los siete sabios de la antigüedad griega. Probablemente viajó por Egipto y por eso se le atribuye la introducción en Grecia de la Geometría Egipcia. También predijo un eclipse.

Según Tales, el principio de todas las cosas es el agua, y al ser el agua, fuente y principio de vida, y constituir el elemento básico que todo lo penetra y lo sostiene, piensa que todo está lleno de espíritus, de fuerzas, de muchos demonios y de poderes extraños: Hylozoismo (Animación o vivificación de la materia). Considera el agua como un ser existente en sí y a todos los demás seres como secundarios.

Algunos intérpretes sostienen que el gran pensador griego asombró a los egipcios, al medir la altura de las pirámides, mediantes cálculos basados en la sombra que proyectaban. Realizó estudios sobre la influencia de los vientos alisios sobre el cause del Nilo, como posible causa de los desbordamientos del gran río. Fue el primero que llegó a la conclusión de que la luna debe su resplandor a la luz del sol. Estos ejemplos demuestran el marcado interés del filósofo por descubrir la causa de los fenómenos de la naturaleza. Pero lo más significativo es que Tales no fue atrapado de modo exclusivo por la indagación de las causas de los fenómenos aislados. En realidad, sintió un gran interés por investigar un problema general: la base primaria de todas las cosas.

Según el filósofo, los objetos y fenómenos, surgen y desaparecen, pero su base material común, el agua, ni surge ni desaparece, sino que existe eternamente. Esto condujo a Tales a afirmar que el fundamento o elemento primario de todas las cosas es el agua.

Tales, fundador de esta filosofía, considera el agua como primer principio. Por esto llega hasta pretender que la tierra descansa en el agua; y se vio probablemente conducido a esta idea, porque observaba que la humedad alimenta todas las cosas, que lo caliente mismo procede de ella, y que todo animal vive de la humedad; y aquello de donde viene todo, es claro, que es el principio de todas las cosas.
Aristóteles (Metafísica, libro primero, tomo III, pág. 18)

Anaximandro de Mileto (610-547 a. n. e.)

Sucedió a Tales a mediados del siglo VI a. n. e. en la dirección de la Escuela de Mileto. Gran filósofo y astrónomo que introdujo en Grecia el uso del reloj de sol y el gnomon (instrumento astronómico tomado presumiblemente de los babilonios). Escribió una obra filosófica conocida como En torno a la naturaleza, de la cual sólo han llegado a la actualidad vagas informaciones. A él es atribuida la autoría del primer mapa geográfico del mundo. Planteó significativas ideas científico-naturales sobre astronomía, como las siguientes: el sol, la luna y las estrellas surgieron de una esfera de fuego; la tierra es el centro del universo. Expuso una idea muy atrevida sobre la pluralidad de los mundos. Sostuvo que la tierra flota en el espacio, con lo cual rechazó los mitos y concepciones religiosas que sostenían la idea de la tierra sostenida sobre columnas o pedestales. La idea acerca de la infinitud del universo en el espacio y el tiempo de Anaximandro tiene un elevado valor teórico, porque al considerar al universo eterno en el tiempo, realzaba el carácter materialista ingenuo de sus reflexiones filosóficas y dejaba abierto el camino para inferir que el mundo era increado, por lo cual las interpretaciones religiosas acerca del origen divino del universo chocaban abiertamente con este postulado.

Anaximandro intentó explicar otros fenómenos naturales como la lluvia, el trueno y el relámpago. Es importante resaltar que su especulación filosófica naturalista abordó los fenómenos del mundo atendiendo a los datos de la experiencia y la observación, por eso puede afirmarse que este filósofo dio los primeros pasos en la búsqueda de un método empírico para estudiar los fenómenos del universo. Desde esta perspectiva realizó importantes indagaciones acerca del surgimiento de los seres vivos, incluido el hombre. A él corresponde la primera explicación científica-natural elemental acerca de la evolución de las especies, señalando que los primeros animales habían nacido de la humedad bajo la acción de los rayos solares, estos estaban cubiertos de escamas, más tarde algunos de ellos pasaron a la tierra, cambiando de vida y de aspecto exterior. Sostuvo que los hombres nacieron en el interior de los peces y que una vez alimentados y fortalecidos fueron lanzados fuera y tomaron tierra.

El Apeiron infinito e indeterminado, pero con capacidad de tornarse en determinado. Todos los seres surgen del Apeiron por un proceso de separación o disociación de los contrarios, un movimiento interno en su interior produce perennes remolinos que dan origen a distintos mundos y diferentes elementos por disociación en cada uno de ello. Estos elementos se ordenan según la gravedad.

El Apeiron es también el fin de todas las cosas, el tiempo hará que las cosas vuelvan a su unidad primera, al equilibrio absoluto original de donde han salido injustamente. De donde proviene el nacimiento de las cosas, de allí proviene también su corrupción, finalmente, este Apeiron, lógicamente es concebido por Anaximandro como sustancia divina, y posee los atributos impersonales de la divinidad.

Anaxímenes de Mileto (585-525 a. n. e.)

Seguramente contemporáneo y discípulo de Anaximandro. Considera el mundo como un gran animal viviente, que respira. Para él, el arjé es el aire, pero no se trata aquí de un aire atmosférico, físico, sino de un aliento vital, espiritual, de una fuerza poderosa que se halla dentro del aire atmosférico. Por eso, es algo vivo y divino, que conserva, anima y ordena todo.

Afirma que del aire nacen todas la cosas, por condensación o por dilatación, y a él vuelven cuando se corrompen. El aire enrarecido se torna fuego; condensado, viento, después nubes, luego agua, tierra y piedra, y de ahí todo lo demás. Poco después de la muerte de Anaxímenes, Mileto es arrasado por los persas (año 494 a. n. e.), desaparece así este centro de reflexión filosófica, sin embargo el pensamiento filosófico prosigue en Grecia gracias a Pitágoras.

Sus conocimientos en meteorología le permitieron afirmar que los terremotos ocurren en períodos muy secos o lluviosos, porque cuando la tierra está seca tiende a resquebrajarse y cuando tiene exceso de humedad pierde la impermeabilidad. El rayo, el trueno y el relámpago son originados por el viento que corta las nubes; la lluvia cuando las nubes se condensan, el granizo cuando la lluvia se solidifica y la nieve cuando el agua es enfriada por el viento.

Los pitagóricos

Pitágoras

De Mileto, la filosofía pasó a Samos, donde se cree que nació Pitágoras hacia el año 578 a. n. e. Varios historiadores dicen que al salir de Samos viajó por el Oriente, donde aprendió bastante de los Egipcios. Al regresar de Oriente se estableció en Crotona, ciudad de Italia, perteneciente a Grecia. Allí funda la escuela pitagórica, de carácter ascético, filósofo y científico a la vez. De él hablaron varios filósofos, entre ellos Heráclito, Platón y Aristóteles, pero rara vez se refieren directamente a su nombre, hablan con más frecuencia de los pitagóricos. No se pudieron distinguir, entre las doctrinas de Pitágoras y la de sus discípulos.

Los pitagóricos formaron una liga o secta, con gentes emigradas que se caracterizan por un marcado sentido de amistad y de fraternidad, y por el estilo de vida propio en el que se iniciaban sus miembros. Se sometían a una gran cantidad de extrañas normas y prohibiciones. No comían carne, ni habas, ni podían usar vestidos de lana, ni recoger lo que se había caído, ni atizar el fuego con hierro.

Esta comunidad influyó bastante en la vida política de la región... tenían una tendencia contraria a la aristocracia, pero acabaron por formar una e intervenir en política. Como consecuencia de esto se produjo una violenta reacción democrática en Crotona, y los pitagóricos fueron perseguidos, muchos de ellos muertos y su casa incendiada.

Esta persecución trajo como consecuencia la dispersión, la cual dio lugar a que la influencia de los pitagóricos fuera mayor, puesto que se situaron en diversas ciudades. Pitágoras ya viejo se retiró a Metaponte, donde murió aproximadamente en el año 495 a. n. e.

Los principales representantes de esta escuela fueron: Euclides, Hipaso de Metaponto, Ecfanto, Alcmeón de Crotona, Arquitas de Tarento y Filolao de Tebas.

Principales elementos de la doctrina pitagórica

  • Doctrina de la transmigración de las almas o metempsicosis: sostiene que el alma procede de otro mundo, se ha manchado, vive encadenada al cuerpo y debe llevar una larga vida de expiación y purificación, hasta que logre liberarse del cuerpo y alcance su pureza espiritual primitiva.

La vía de purificación abarca una práctica rigurosa, que comprende:

  • El trabajo intelectual.
  • El cultivo de la música.
  • La práctica de la gimnasia.
Concepto sobre el cosmos

Es aquel que está formado por el neuma ilimitado... es uno, sin partes, compacto, pero limitado. Las cosas se formaron por el movimiento eterno que hay en el ser. Este cosmos limitado comenzó a respirar y en el aire que respiraba recibió el ser y el no ser; de este modo se rompió su unidad y comenzó a disgregarse, dando origen a la multiplicidad, a la pluralidad numérica. Ahora bien, si el mundo está lleno de contrarios, se necesita un elemento que coordine esas oposiciones, y ese elemento es armonía.

El número como esencia de las cosas

El arjé o principio último que sostiene las cosas en sí es el número. Aristóteles dice: «Los pitagóricos conciben las cosas como números, porque conciben los números como cosas». Según ellos, el número surge de la oposición entre elementos antitéticos: par-impar, limitado-ilimitado, lleno-vacío, ser-no ser. Pitágoras hablaba de los números, partiendo de una experiencia: las cosas son números. Por eso, no diferenciaba entre números concretos y abstractos.

Heráclito y los eleatas

A fines del siglo VI a. n. e. surgen dos nuevas escuelas filosóficas: una jónica, la de Éfeso y otra itálica, la de Elea. Se preguntan no ya por el primer principio de las cosas, sino por el modo de ser de la realidad y su devenir.

Heráclito de Éfeso (536-470 a. n. e.)

Se dice que era de familia real y que estaba llamado a regir la ciudad de Éfeso, pero que renunció y se dedicó a la filosofía. Se pude considerar filosóficamente como sucesor de Parménides, aunque no descarta la posibilidad de que hayan sido contemporáneos.

Se le llamaban «el filósofo llorón y melancólico» y «el filósofo oscuro», por cuanto escribió un libro muy preciso, para que no lo entendiera el pueblo, sino sólo los intelectuales. Supremamente orgulloso e impulsivo. En varias de sus expresiones deja traslucir el desprecio por la gente del pueblo. Condenaba los cultos y ritos de la religión popular y en sus últimos años se aburrió de vivir con los hombres y se retiró a los montes.

Afirma que la realidad está en continuo cambio y movimiento, que todo fluye y nada permanece. Se apoya en el famoso aforismo: «Nadie se puede bañar dos veces en el mismo río, porque el río permanece, pero el agua ya no es la misma». Se puede decir que la esencia de las cosas es el devenir, el hacerse. De ahí que las cosas sean y no sean al mismo tiempo.

De todos los elementos naturales, el que le parece más acorde con el devenir es el fuego. Un fuego vivo, eterno e inextinguible es el principio y fin de todas las cosas: «Ningún ser humano, ni divino ha hecho este mundo, sino que siempre fue, es y será eternamente fuego vivo que se enciende según medida y según medida se apaga».

El logos es la causa de la armonía universal, es la misma razón universal, la ley eterna, el orden necesario que rige el proceso de cambio en las cosas; tiene carácter divino pero inmanente. El devenir se produce por el enfrentamiento de los contrarios. La transformación universal sigue dos vías: una descendente, por condensación (fuego, aire, agua, tierra) y otra ascendente, por dilatación (tierra, agua, aire, fuego). Según el momento en que se encuentren las cosas en esta doble vía aparecen los contrarios que al chocar engendran nuevas realidades.

Esto lo lleva a afirmar que la guerra es el padre de todas las cosas. Afirma que el proceso general del cosmos es cíclico, que cada mundo tiene la duración de un Gran Año (10.800 años solares) y luego vuelve a repetirse todo. Heráclito es el primer filósofo que trata de estudiar el ser humano. El hombre está compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo se forma de la tierra por vía descendente. El alma del aire por vía ascendente.

El alma más perfecta es la del sabio, porque vive acercándose al logos. Aquí es aplicable su famosa frase: «Los que velan tienen un mundo común y los que duermen un mundo particular». El hombre vigilante, que sigue lo común, es el que llega a «lo sabio». El mundo del sueño, que es el mundo particular no le permite al hombre superar el campo de la opinión.

Los eleatas

La segunda escuela itálica de filosofía aparece en la Ciudad de Elea, al sur de la península. Tres hombres la harán célebre: Jenófanes, cuya obra es de carácter teológico y mora; Parménides, el principal representante y el gran metafísico de la escuela, y Zenón de Elea, el defensor dialéctico de la escuela de su maestro.

Jenófanes (570-475 a. n. e.)

Natural de Colofón, en el Asia Menor. Se le considera el precursor de Parménides. Según la tradición era un rapsoda (poeta). Unió la filosofía con la poesía... filosofaba con versos. Después de muchos años de andar errante de ciudad en ciudad cantando sus versos se establece en Elea. Entre sus escritos se habla mucho de los «silloi», que son poemas satíricos. También se menciona el poema Naturaleza, del cual se conservan algunos fragmentos.

Defiende la unidad de Dios contra el politeísmo de su tiempo y dice: «Dios es único, inmóvil y está por encima de cualquier representación humana». Sin embargo su concepción es panteísta. Encontraba inmorales y absurdos a los dioses de Homero y Hesíodo, de los que sólo se pueden aprender robos, adulterios y engaños. Se preocupa también por la ética y critica de sus contemporáneos el lujo, los placeres y los deportes por anteponer la fuerza bruta a la sabiduría y a la virtud.

Afirma que el primer principio de las cosas es la tierra, de la cual salen y al cual vuelven todas las cosas. Los vivientes nacen del fango, o sea, de la tierra mezclada con agua. Afirma que el mundo estrena cada mañana un nuevo sol. La luna es una nube densa, con luz propia, que se forma y se extingue cada mes. El arco iris es una niebla aparentemente de varios colores. Todas las cosas del mundo se destruyen periódicamente, mediante la disolución de la tierra en el océano, volviendo al fango primordial, de donde vuelven a salir indefinidamente.

Parménides (540-470 a. n. e.)

Natural de Elea y discípulo de Jenófanes. Conoce el pensamiento pitagórico. Es el filósofo más importante de todos los presocráticos, con él la filosofía adquiere su verdadera jerarquía y se constituye en forma rigurosa. En sus manos la filosofía llega a ser metafísica y ontología. Son exagerados los elogios que Platón hace de él, probablemente motivado por una fina ironía. Incluso le dedica uno de sus Diálogos: el «Parménides».

Escribe un poema en hexámetros con el título tradicional «Sobre la Naturaleza», en un tono polémico contra los pitagóricos y Heráclito. Este poema está dividido en dos partes: la primera describe el camino de la verdad, recorrido por la razón y la segunda describe el camino de la apariencia u opinión, recorrido por los sentidos. La primera parte es la más importante para conocer su pensamiento sobre el ser.

Bibliografía

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Fuentes