Fuente de la India

Fuente de la India o La Noble Habana
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Obra Arquitectónica  |  (Fuente)
Fuente india3.jpg
Majestuosa figura de la India Habana.
Descripción
Tipo:Fuente
Localización:Paseo del Prado y Calzada de Monte,Bandera de Cuba Cuba
Datos de su construcción
Inauguración:1837
Otros datos
Arquitecto(s):Escultor italiano Giuseppe Gaggini

Fuente de la India (Cuba). También conocida como La Noble Habana. Representa la imagen de la India Habana, en cuyo honor fue nombrada la ciudad.

Ubicación

Al final del paseo de Isabel II o del Prado, a unos pasos de la Avenida Máximo Gómez, que popularmente se conoce como la calle Monte, aproximadamente a unos 100 metros al sur del Capitolio Nacional de Cuba.

Otras ubicaciones

Colocada al final de la Alameda de Extramuros, hoy Paseo del Prado, en el lugar donde hasta entonces había estado desde 1803 la estatua del rey Carlos III.

Su inauguración constituyó un acontecimiento en la entonces aún joven villa de San Cristóbal de la Habana.

En 1863, por acuerdo del Ayuntamiento, se trasladó al Parque Central. En 1928, cuando ese campo se transformó en Plaza de la Fraternidad, se le volvió a dar la posición actual, o sea la inicial.

Historia

La fuente de la India o de la Noble Habana fue inaugurada el 15 de febrero de 1837. Su construcción y colocación se debió a la iniciativa del Conde de Villanueva. Tanto esta fuente, como la de los Leones de la Plaza de San Francisco, fueron encargadas a Italia a los señores Gerolamo Rossi y Antonio Boggiano, quienes confiaron el trabajo artístico al afamado escultor italiano Giuseppe Gaggini, basándose en los diseños preparados en La Habana por el coronel Don Manuel Pastor con las modificaciones que le introdujo el arquitecto italiano Tagliafichi.

La Fuente de la India o de la Noble Habana, es una representación donde figura la imagen de la mítica india “Habana”, esposa del cacique “Habaguanex”, regente de la zona antes de la llegada de Colón y de la cual se cree que toma el nombre la capital de Cuba.

Está inspirada en una leyenda de una bella aborigen que recibió en el siglo XVI a los navegantes españoles que realizaban el bojeo a Cuba, en 1509. Según los cronistas de la época, al llegar los españoles al actual puerto de La Habana una india sentada sobre una colosal roca los observaba en silencio y luego se acercó a ellos con cautela. Con un gesto circular de sus manos la india hizo referencia a la espaciosa bahía y al monte virgen y pronunció la palabra “habana”. Uno de los marinos trazó enseguida un boceto de la nativa sentada sobre la roca y la llamó “La Habana”.

Descripción

De unos tres metros de altura, La India es una fuente de mármol blanco sobre un pedestal cuadrilongo con cuatro delfines, uno en cada esquina, cuyas lenguas son surtidores que vierten el agua sobre las enormes conchas que forman su base.

Sobre una roca marmórea está sentada la bella joven india mirando hacia el Oriente como si oteara en el horizonte a algún ser perdido. Su rostro es el de una nativa, pero, y es una de las críticas más contundentes a su creador, la estatua presenta un perfil típico de una mujer griega, que, para su época, era el prototipo de la perfección femenina. Pero si griego era el perfil de la indígena, las piernas de la escultura si denotan las formas menos mórbidas patentes en las autóctonas de la Isla.

Fuente de la India y el Paseo de Isabel II según un plano pintoresco de 1853. (Fragmento)

Lleva en la cabeza una corona de plumas y sobre el hombro izquierdo el carcaj repleto de flechas va sujeto al hombro izquierdo, mientras que con la mano derecha sostiene el extremo superior de un escudo oval, que ostenta los símbolos de la ciudad en su primera concepción.

En la mano izquierda lleva la cornucopia de Amaltea, pero el italiano sustituyó frutas europeas por cubanas, coronados por una piña. Su imagen es resaltada por un pedestal adornado por laureles y guirnaldas, que soportan cuatro enormes delfines.

Otra descripción muy pintoresca fue la que hace Roig de Leuchsenring:

El gran vaso o pilón de la fuente es de forma elíptica y mide cerca de 9 metros por su parte exterior, en su eje mayor, con una altura de 76 cm. El brocal formado por 14 bloques de mármol de un espesor promedio de 40 cm., es liso en su parte interior y graciosamente moldurado por su parte exterior con su base, afectando forma de cáliz. La banqueta, por fuera del pilón y envolviendo las piletas se encuentra una banqueta o andito de mármol, de planta elíptica, que enmarca el monumento: está formada por 14 bloques de 85 cm de ancho por 20 cm de espesor a manera de escalón... El basamento: En el centro de la fuente se levanta un grueso basamento de mármol, de planta rectangular de 3.50 metros por 2.50 y de 2.50 metros de altura... Los delfines: Por sus grandes dimensiones, fina talla y precioso material empleado, constituyen estos elementos escultóricos, una parte de la más impresionante y original del monumento... Sus ondulados cuerpos, por su admirable lisura, parecen ser más bien de marfil que de mármol.

De las bocas de los delfines salen surtidores que arrojan chorros de agua en el pilón. La estatua: Representa la figura de una doncella india sentada, de 2.10 metros. de altura, sosteniendo en su mano derecha un escudo de armas de la Ciudad, tallado por su cara exterior y en la mano izquierda una cornucopia. Los mármoles empleados: La pila, las piletas, la banqueta, el basamento y los pedestales de la fuente son de mármol blanco, conocido en Italia con el nombre de Ravaciones, extraído de las mejores canteras de Carrara, de tinte parejo y sin defectos.

Tradiciones

La fuente ha sido inspiración de poetas, y también de cuentos fantásticos. Se dice que la noche anterior a su inauguración sopló en la villa un viento tan fuerte que varios árboles y viviendas resultaron derrumbadas. Sin embargo, la tela que cubría la estatua ni siquiera se movió.

Pero, con independencia del lugar en que se encuentre situada, esta bellísima obra escultórica que identifica a La Habana es sitio obligado de los habitantes de la populosa barriada donde se encuentra. Allí a sus pies se conversa, se hacen historias, se enamora, se vive. Ella, siempre en busca de un tiempo lejano y añorado, mira hacia el horizonte las calles de La Habana para soñar, amar y vivir.

Enlaces externos

Fuentes

  • Habana Radio
  • Trabajadores
  • De las Cuevas Toraya, J. 500 años de construcciones en Cuba. Edit. D.V. Chavín, Servicios Gráficos y Editoriales, S.L. Madrid. 2001.