Grito de Luyanó

Grito de Luyanó
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Fecha:2 de noviembre de 1868
Lugar:Luyanó, Municipio 10 de octubre, Bandera de Cuba Cuba
Descripción:
Grito de Luyanó. Hacho histórico poco conocido ocurrido en el Municipio de 10 de Octubre en la barriada de Luyanó en donde se demostró las ancias de luchar porque Cuba fuera libre.

Grito de Luyanó. Alzamiento patriótico que tuvo lugar el 2 de noviembre de 1868 en la finca Cintra, barrio de Jesús del Monte, en las afueras de la ciudad de La Habana actualmente municipio 10 de octubre en la barriada de Luyanó.

Historia

Anécdota

El Grito de Luyanó, una breve anécdota poco conocida de nuestras luchas de independencia. Pocos días después del Grito de la Demajagua empezaron a circular noticias de alzamientos cuyos resplandores columbrados a través de la cortina densa, caldearon la capital, sorprendiendo muchos cubanos en el esfuerzo de taladrar el tupido telón oficial. Entre ellos Francisco Lufriu Arrogui, mozo entonces de 21 años, Sotolongo y compañía, establecida en los altos de Vartillo No 2 que al conocer la sublevación sintió un súbito anhelo de lanzarse a la lucha. Al abandonar por la tarde el trabajo topó en la puerta con Carlos Trista, dependiente de una oficina de expreso instalada en la planta baja del edificio. La vecindad había creado entre ellos relaciones cordiales, más no bastantes intimas para saber sus opiniones políticas. Lufriu y Trista se saludaron de pronto y exclamaron aquel ¿Usted es Bayamés?, interrogación sugerida porque en aquellos días ser coterráneo de Céspedes significaba insurrecto. Tristá dio afirmativa respuesta y disertaron ambos jóvenes acerca del acontecimiento nacional. "¿Quieres ir a la guerra?" pregunto el oriental al habanero: "Otra cosa no busco", replico él. Lufriu y Tristá concertados se reunieron por la noche en la calle de San Lázaro esquina de San Nicolás, morada de la señora Ana Téllez, donde se congregaban varios cubanos dirigidos por Agustín Santa Rosa, que obedecían instrucciones de la junta superior de la que nunca obtuvieron otras noticias de los subalternos que se presunta misteriosa existencia. En realidad Santa Rosa no estaba de acuerdo con Francisco Javier Cisneros y desde hacia tiempo proyectaba un movimiento revolucionario en occidente. Y con Hilario Cisneros que para contribuir a estés afiliaba cubanos en el cuerpo de voluntarios, en periodo de reorganización a fin de conseguir armas.

Al rededor de Santa Rosa se agruparon pues, los patriotas y designados Lufriu, ayudante de campo conoció sus planes bélicos. A parte de ellos, en una casa en la calle Estrella guardaban una caja, era un deposito de armas bastantes para equipar 50 hombres. Santa Rosa tan pronto tuvo adhesión de doce hombres dispuso de inmediato sin contar con los Cisneros.

Había escogido en el concurso generado del joven estudiante José Antonio Cintras como punto de la sublevación de 5ta "Cintras" - Después la Asunción de la compañía de Jesús - que en el barrio de Luyanó poseía la señora Asunción Garay viuda de Cintras, en determinado día se reunieron allí los conjurados y al grito de independencia avanzarían hacia el Cerro a fin de tomar el cuartel de la guardia civil, para retar así a las puertas de La Habana, al poder español con la afluencia de miles de hombre que la fantasía delirante de Santa Rosa soñaba y prometía.

El día 2 de noviembre de 1868, veintitrés días después del alzamiento de Céspedes, dos antes del de Camagüey, los comprometidos se trasladaron en varios coches a Luyanó. Eran Pedro Díaz Ubiarreta, José A Agramonte Piña, Emilio Batlo, José Miguel Nin Pons, José Camer, Carlos Trista, Miguel González, Tomás Thomson, José Cintras Garay, y Francisco Lufriu, que con el adalid hacían una decena.

Arístides Rodríguez al acercarse a la finca lanzó el grito de Cuba libre él cual no pudo contener sus ímpetus patrióticos. Al formarse el alboroto en el lugar, el cochero de la finca por cobardía o por ser español simpatizante del gobierno desaparece, temerosos de que haya ido a delatarlos, y al ver que Santa Rosa no llegaba con los hombres que había prometido, deciden dispersarse antes de caer prisioneros.

Santa Rosa había confiado a Lufriu la salvación del armamento y dio la orden de que lo guardaran en Estrella y Belascuain una hora. El ayudante protegido por la oscuridad de la noche lluviosa espero en los portales de la casa de la viuda y al no venir Santa Rosa condujo las armas a la morada de la señora Téllez.

Mientras Lufriu custodiaba la caja de armas, las tropas españolas posesionadas de la quinta removían el terreno en busca de aquellas. Nada mas fue el grito de Luyanó, breve, desconocido, verse suelto del romancero cubano, forjado por la audacia y el patriotismo que tintinea cascabeles de carabeada y traduce en latino del alma habanera, que sojuzgada por abrumada fuerza material lo lanzo a la carga de la tiranía a falta de otro medio de acción.

Resultados

Aunque este alzamiento fue fallido y las autoridades españolas lograron controlar la situación con rapidez, enardeció el patriotismo en otras regiones para secundar a Céspedes.

Fuente