Iglesia de los Santos Juanes

Iglesia de los Santos Juanes
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Monumento Histórico Artístico Nacional
Fundaciónsiglo XIII
Plaza del Mercado 46001, Valencia

La Iglesia de los Santos Juanes se declarada en 1947 Monumento Histórico Artístico Nacional, ostenta desde 1858 por decreto de la reina Isabel II, el titulo de Real Iglesia de los Santos Juanes. En ocasiones y de una forma simpática a los Santos Juanes se le ha llamado la "iglesia de los pillos", porque en su interior se refugiaban "los pillos" (niños que se dedicaban a pequeños hurtos) y que hacían sus pillerías en el trasiego de gente en los alrededores del Mercado o con los propios vendedores del mercado.

Descripción

La primitiva iglesia se alzó en el siglo XIII en el arrabal de la ciudad conocido como "la Boatella", fuera de las murallas musulmanas. La primera mención de la que disponemos es de Teixidor y nos dice que en 1240 el obispo de Valencia Ferrer de Pallarés (1240-1243) hace donación de una antigua mezquita para que sobre ella se construya una iglesia dedicada a San Juan Bautista. En 1245 ya estaba construida pues se tiene constancia de la firma de Petrus Ferran como rector de Sant Joan de la Boatella en un documento de la época. Puede ser que este antiguo templo compartiera todavía parte de la estructura de la mezquita. Después pasaría a tener como segundo titular del templo a San Juan Evangelista. En 1311 un incendio obligó a edificarla de nueva planta siguiendo el estilo gótico. En 1362 otro incendio, este de menores dimensiones afecta al Altar Mayor y obliga a reedificarla de nuevo manteniendo el estilo gótico anterior. Este templo gótico era de una sola nave, con capillas laterales entre los contrafuertes, cabecera recta y cubierta con bóvedas de crucería tanto en la nave como en las capillas laterales. De esta antigua estructura gótica aún queda la nave única, los contrafuertes y el gran óculo cegado, conocido como "la O de Sant Joan", que fue concebido como un gran rosetón en la fachada de los pies, pero que nunca se llegó a abrir. La iluminación de este templo se realizaba mediante óculos situados en las portadas (hoy cegados) y ventanas de arcos apuntados, algunos de los cuales todavía se mantienen pese a las reformas posteriores.

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La nueva reconstrucción impulsada por el patriarca San Juan de Ribera, se basaba en un nuevo concepto decorativo y dinámico derivadas del Concilio de Trento. Esta reconstrucción se divide en dos fases: en la primera entre 1603 y 1608, se modifica el ábside plano adoptando una forma poligonal pero se mantiene la nave única, se construyen las sacristías de la cabecera, se alarga la longitud del templo en un tramo más con sus correspondientes capillas laterales y se construye el arco triunfal. Además se levanta un muro exterior para ocultar los contrafuertes y se abre una galería de vanos adintelados que recorre el perímetro exterior del templo por la fachada de la calle Vieja de la Paja y la plaza del Mercado. Esta galería sólo tiene efectos decorativos y no cumple ninguna función práctica. En este momento la nave central está formada por siete tramos con capillas laterales y presbiterio poligonal. El Altar Mayor sería decorado en 1628 con un retablo del escultor aragonés Juan Miguel de Orliens (retablo quemado en 1936). Este desaparecido retablo que conocemos a través de fotos, era de estilo manierista-barroco y se articulaba con tres cuerpos horizontales y tres calles verticales rematados en un ático. En el centro dos grandes esculturas de los santos titulares: San Juan Bautista y San Juan Evangelista, flanqueados por San Jerónimo y San Gregorio. El centro del segundo piso estaba ocupado por una imagen de la Inmaculada Concepción flanqueada por San Ambrosio y Moisés y por San Agustín y David. En el ático Cristo en la Cruz en compañía de la Virgen, San Juan y la Magdalena. Flanqueaban al crucificado San Pedro y San Pablo. El resto del retablo estaba ocupando por hornacinas con diversas esculturas de la iconografía cristiana. El dorado del retablo fue obra del artista Luis Campos. En una segunda fase que se alarga durante el restante siglo XVII, se construye la Capilla de la Comunión (1644-1653), se construye la torre campanario (1625-1650) y se construyen en 1647 las dos capillas exteriores de arcos apuntados que se abren en la plaza de la Comunión de San Juan, al objeto de que los fieles puedan oír misa en dichas capillas desde la misma plaza.

La gran reforma efectuada en el templo se realiza entre 1693 y 1710, consiste básicamente en redefinir el espacio interior del templo y en la decoración interna adaptándola a los gustos barrocos de la época. Una de las primeras obras que se efectúan es cubrir las antiguas bóvedas de crucería por una bóveda de cañón con lunetos. Se construye la fachada exterior de la cabecera recayente a la Plaza del Mercado, y la portada a los pies del templo y la lateral situada en la calle Vieja de la Paja. La reforma interior adopta una decoración de tendencia italiana y centroeuropea, en el que tienen una decisiva responsabilidad artistas extranjeros como el italiano Giovanni Giacomo Bertessi (Jacobo Bertessi) (Soresina-Cremona 1643 - Cremona 1710) y el alemán Antonio Aliprandi (Laino-Austria 1654 - 1718). A inicios de la Guerra Civil de 1936, el templo es incendiado, durante tres días y tres noches estuvo ardiendo y gran parte del patrimonio mueble (retablos, pinturas, archivos etc.) se perdió para siempre. A día de hoy todavía las pinturas de la bóveda permanecen ennegrecidas a consecuencia del incendio y las mismas que podíamos encontrar en el ábside se perdieron para siempre. La Iglesia de los Santos Juanes tiene cuatro fachadas: la principal situada a los pies, recae a la plaza de Brujas, la trasera a la plaza del Mercado y las laterales la situada al sur a la calle Vieja de la Paja mientras que la norte a la plaza de la Comunión de San Juan.

Fachada principal

En la reforma se abrió en la fachada de los pies, la portada barroca bajo el gran óculo de piedra (la O de Sant Joan) en cuyo interior se abrió una ventana poligonal. Este de origen medieval siempre ha estado cegado pese a lo que pudiera parecer. Se desconoce el motivo por el que no fue abierto pero se especula con la posibilidad que dado el tamaño del mismo no hubo voluntad de acometer una obra de tal envergadura. En la portada realizada en 1701 por el cantero Domingo Laviesca y Gil Torralba destaca el cordero (símbolo de Juan el Bautista) y el águila (símbolo de San Juan Evangelista), los Santos Juanes titulares de la iglesia. El águila se sitúa en el interior del óculo mientras que el cordero de menor tamaño se sitúa en la misma portada.

Torre campanario

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A los pies de la iglesia encontramos la torre campanario de tres cuerpos, el inferior conserva una ventana circular que nos recuerda su original origen gótico y una ventana con un pequeño arco conopial; mientras que el segundo cuerpo es macizo y conserva una ventana con arco conopial igual que la del piso inferior. La torre fue realizada entre 1625 y 1650, tiene planta cuadrada que apoya sobre los dos primeros contrafuertes del templo. El tercer cuerpo lo forma el cuerpo de campanas. De estructura barroca, se abre en cada lado un arco de medio punto flanqueada por dos pares de pilastras dóricas. Por encima de este tercer cuerpo una balaustrada de piedra con adornos flamígeros, y coronando el conjunto una linterna octogonal de dos cuerpos y un cupulín cubierto con teja vidriada de color azul. El nombre de las campanas son: el Borrego de san Juan (el Borrego) (1738), san Juan (el Joanot), san Pedro (el Pere), María Inmaculada (La Marieta), san Roque (el Roc), san Juan (el Joanet) y san Rafael (el Rafaelet), estas últimas todas de 1942. La campana "El borrego de sant Joan" es la campana más grande de uso litúrgico en Valencia ciudad. La primera vez que se fundió la campana fue en 1647 con el nombre de Lo Antoni, en 1681 se volvió a fundir y se le puso por nombre "san José", finalmente en 1738 se volvió a fundir con el nombre de "Evangelista" en su forma actual. De esta campana hay que contar que durante la guerra civil fue tirada desde el campanario, al finalizar la guerra fue localizada en el puerto de Barcelona y pudo retornar a la ciudad. La campana el Pere también se le llama en el gremio como de la peixcateria ya que es la campana que asoma a la parte del mercado central donde se vende el pescado. La campana el Joanet se rompió hace años y permanece muda.

Fachada lateral sur

En esta fachada lateral se elevó el muro y en ella se abrió una galería de ventanas rectangulares a principios del siglo XVII. Este nuevo paramento tapa casi completamente los contrafuertes. En 1701 se construyó la portada de estilo barroco a la que rodean ventanas apuntadas con parteluz y tracería gótica de la antigua fábrica. Esta portada está formada por dos cuerpos, en el inferior se encuentra la puerta adintelada, mientras que en el cuerpo superior destaca la presencia de una hornacina, con una imagen de la Inmaculada bajo una concha de venera, escultura realizada por Leonardo Julio Capuz (1660-1731). Completa la portada diversa decoración al gusto barroco de la época, como son adornos de bolas, jarrones y lámparas. En la parte más alta de la portada, dos ángeles niños. Sobre el dintel de la puerta un medallón de San Juan Evangelista en el interior de una corona vegetal. La portada es obra del cantero montañés Domingo Laviesca.

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Portada lateral plaza de San Juan

En esta plaza se construyó la Capilla de la Comunión antes citada. Podemos ver la puerta de acceso a esta capilla y otra puerta que da acceso al interior de la iglesia. Estas portadas son las mas sencillas de todas las puertas de que dispone la iglesia. En la portada de acceso a la iglesia destacan en un nicho situado en el dintel, dos esculturas muy deterioradas, pero que se adivina que son los dos animales representativos de los Santos Juanes: el águila y el cordero. Al otro extremo de la fachada dos arcos góticos rehundidos, recuerdo de la antigua fabrica, que bien podría tratarse de nichos sepulcrales o capillas exteriores. En esta fachada podemos encontrar un panel de azulejos con una oración del Cardenal Benlloch a la Virgen de los Desamparados y que dice así: "Mare de Deu dels Desamparats no me desampares ni en la vida ni en la mort ni en el tribunal de Deu".

Fachada plaza del Mercado

Destacada por lo infrecuente la amplia fachada del Mercado, concebida como un grandioso retablo de piedra sobre una terraza que domina la plaza frente a la Lonja de los Mercaderes, formando un conjunto urbanístico único. Esta terraza era un lugar de representación de espectáculos de carácter religioso y formativo. En la parte inferior de la terraza, se abren las conocidas como covetes de Sant Joan, semisótanos en los que antaño se ubicaban talleres artesanales y tiendas de viejo, pero que en la actualidad permanecen cerradas y tapiadas. Realizadas entre 1700 y 1702 por Leonardo Julio Capuz con su patrimonio particular. En la actualidad estas covetas están en manos particulares, menos una de ellas que es propiedad de la parroquia. En 1700 esta fachada era completamente lisa, a excepción de la galería de ventanas de la parte superior. En esta reforma de principios del siglo XVIII se modificó la fachada: se abrieron las dos puertas que flanquean a la Virgen del Rosario y se levantó en la parte superior el campanil triangular de inspiración italiana. En la cornisa de la fachada, encontramos de izquierda a derecha cuatro estatuas exentas que representan a San Francisco de Borja con la corona ducal sobre un cráneo, San Juan Bautista, San Juan Evangelista y San Luis Bertrán con un cáliz sobre un libro, talladas de la mano de Leonardo Julio Capuz y Felipe Corral. Completa la decoración de la cornisa diversos adornos de bolas. Se levanta en el centro un campanil triangular con un reloj obra de Bernardo Pons, tres pequeños balcones de hierro flanqueados por columnas salomónicas en cada una de sus esquinas; el campanil se remata con unas pequeñas esculturas de san Vicente Mártir, san Vicente Ferrer y san Lorenzo mártir. En lo mas alto una pirámide con una esfera sobre la que descansa la veleta. Todo el conjunto profusamente decorado con motivos propios del barroco. Debajo del reloj la presencia del "Agnus Dei" o cordero místico sentado sobre el libro de los siete sellos del Apocalipsis. Y debajo de este los símbolos de los titulares del templo sostenido por dos ángeles. La veleta es una representación del águila del Apocalipsis con el tintero en la boca, está construida en metal y es obra moderna junto con la esfera, de Antonio Almela y Gregorio Ucell. Recibe el nombre de "Pardal de Sen Joan", y según cuenta la tradición se hacía mirar a los niños cuando sus humildes padres los abandonaban en la plaza. En el centro de la fachada encontramos el retablo de la Virgen del Rosario. La imagen se encuentra bajo un tejadillo realizado por José Martínez. La Virgen del Rosario sostiene con su brazo izquierdo al Niño Jesús que a su vez sostiene una gran esfera con una pequeña cruz, en la mano derecha, la Virgen sostiene un rosario. El conjunto se eleva sobre una gloria de nubes y querubines; a los pies de la Virgen los Arcángeles San Miguel y San Gabriel. En la parte superior un ángel sostiene sobre la cabeza de Nuestra Señora el nimbo de santidad, mientras que a su espalda irradia un haz de rayos luminosos. En la parte inferior un cartucho con una inscripción en latín dice: "Non tibi sit grave diccere Mater Ave", que en mi latín olvidado quiero traducir como "Que no te pese decir Ave María". Debajo de este conjunto escultórico vemos una ventana cerrada por una reja de hierro; en su momento era un transparente que proporcionaba luminosidad al trasagrario. Por encima de la ventana una cartela donde constaba una inscripción dedicatoria. A cada lado de este retablo una puerta barroca, con imágenes en sendas hornacinas de San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Estas puertas permiten el paso a las sacristía y a la sala vestuario.

Planta de la iglesia

El interior del templo es de una desbordante imaginación barroca, con estucos de Antonio Aliprandi. La nave central queda separada de las capillas laterales mediante arcos de medio punto, decorados por Aliprandi con tallas y estucos en los pilares que separan las capillas. Sobre los arcos, óvalos pintados al fresco por Antonio Palomino, en la mayoría ennegrecidos por el incendio de la iglesia ocurrido durante la Guerra Civil Española. A ambos lados de cada óvalo dos figuras de mujer, alegorías en estuco realizadas por Jacobo Bertessi que guardan relación con la escena pintada en el óvalo. En total 17 óvalos y 34 alegorías, seis óvalos en cada lado de la nave central, dos en el presbiterio y tres a los pies del templo. El resto es una desbordante decoración barroca de hojarasca y otros elementos decorativos salidos de la mano de Antonio Aliprandi. Por encima de los óvalos unas cartelas alusivas a la pintura del óvalo. En los Santos Juanes podemos encontrar tres niveles decorativos: el primero formado por los estucos con las esculturas de Jacob y las doce tribus de Israel y las alegorías antes citadas, el segundo nivel formado por las pinturas de los óvalos que sobre los arcos de las capillas laterales y el presbiterio narran la vida de los Santos Juanes, y el tercer nivel, las pinturas al fresco de la bóveda. Los óvalos pintados al fresco por Antonio Palomino narran aspectos de la vida de los Santos Juanes. En el lado del evangelio historias alusivas a San Juan Bautista y en el lado de la epístola a San Juan Evangelista. Las narraciones de los frescos están tomadas de las Sagradas Escrituras y del libro escrito por Santiago de la Voragine, llamado "La Leyenda Dorada" que narra la historia de los primeros santos de la iglesia. Las representaciones de las alegorías están recogidas de la Iconología de Cesare Ripa aunque hay evidentes interpretaciones personales del autor del programa iconográfico. Una alegoría la podemos definir como una figura masculina o femenina que en función de los elementos que lleva entre sus manos o que aparecen junto a ella, encarna una virtud; en caso de estar asociado como es el caso a un personaje, lo interpretamos como virtudes asociadas al personaje. En el lado del evangelio comenzando por la cabecera encontramos los siguientes óvalos pintados al fresco y dos alegorías realizadas en estuco por cada pintura. En la parte superior una cartela con un texto aclaratorio de la pintura inferior. Prácticamente la totalidad de las pinturas se han perdido o están ennegrecidas como consecuencia del incendio del templo en 1936, pero conocemos su contenido gracias a Palomino que las describe en su trabajo: "Descripción de la idea de la pintura del presbiterio de la iglesia parroquial de San Juan del Mercado. Año 1699". En total en el templo encontramos 34 alegorías, 17 óvalos y 17 cartelas.

Retablo Mayor

El actual retablo mayor de la iglesia procede de la desaparecida Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Betolaza (Álava) y fue traído a este templo en [[1969**. El retablo barroco construido sobre 1700 por Domingo de Ascorbe Beitia, consta de tres calles, de madera policromada y dorada. La hornacina central alberga la talla de la Virgen de la Asunción y a su lado en sendas hornacinas, imágenes de San Pedro y San Pablo entre cuatro columnas salomónicas doradas adornadas con pámpanos y racimos. En el ático Cristo en la Cruz con un fondo pictórico del Gólgota con la Virgen y San Juan. Por debajo del ático un relieve policromado con la degollación de San Juan Bautista, y en los extremos del cuerpo inferior del retablo otros dos relieves representando a San Pedro ante el Sanedrín y la Conversión de San Pablo. El dorado del retablo fue obra del cántabro Fernando Antonio de Fonteagudo. En los muros laterales del presbiterio, a ambos lados del retablo encontramos dos grandes imágenes, la primera de San Juan Bautista y una segunda de San Juan Evangelista ambas obras del escultor Octavio Vicent. Ambas obras se encuentran en unas hornacinas que siguen el mismo modelo arquitectónico y decorativo que el resto de las capillas laterales del templo y llevan sus animales representativos a los pies.


Fuente