José María Sbarbi y Osuna

José María Sbarbi y Osuna
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Musicólogo, novelista, sacerdote y escritor español
NombreJosé María Sbarbi y Osuna
Nacimiento1834
Cádiz, Bandera de España España
Fallecimiento24 de abril de 1910
Madrid Bandera de España España
Ocupaciónsacerdote

José María Sbarbi y Osuna. Nació en Cádiz, en el año 1834, fue sacerdote y escritor español. Extraordinariamente fecundo y erudito, entre su extensa y variada producción figuran obras como Cervantes teólogo, El libro de los refranes, Ambigú literario, Diccionario de andalucismos, y Diccionario de refranes, adagios y locuciones proverbiales.

Síntesis biográfica

Hizo sus primeros estudios en el Colegio de San Agustín, con tan excepcional aprovechamiento, que a los quince años de edad explicaba a sus condiscípulos en dicho Colegio las clases de Francés y de Música; poco tiempo después pasaba a desempeñar la cátedra de Francés y la de Canto llano en el Seminario Conciliar. Su inquebrantable propósito de dedicarse al estado eclesiástico le hizo abandonar momentáneamente la enseñanza; en 1857 se ordenó de Presbítero, obteniendo, tras una empeñada oposición, la prebenda de música como organista y maestro de Capilla en la Catedral de Badajoz; trasladado a Sevilla, desempeñó el mismo cargo en su iglesia metropolitana, y por nuevas y brillantísimas oposiciones en la de Toledo, donde permaneció hasta 1871, año en que definitivamente vino a establecerse en la Corte, siendo nombrado Director de la Capilla musical del Real Monasterio de la Encarnación. Fue organista en las catedrales de Badajoz, Sevilla, Toledo y Madrid.

Trayectoria profesional

Don José María Sbarbi y Osuna fue autor de un imprescindible Diccionario de refranes, fue musicólogo, novelista, lexicógrafo, folclorista, paremiólogo, y eruditísimo escritor. Fue profesor del Colegio de San Felipe Neri de Cádiz y catedrático por oposición del Seminario y de la Escuela Naval de San Fernando, y elocuente orador en Sevilla.

En 1886 publicó Sbarbi su novela Doña Lucía, en la que con su peculiar sal ática censuró y desmenuzó todo el trabajo de la docta Corporación, la RAE, sobre la elaboración de la duodécima edición Diccionario, la de 1884: El docto doctor Juan Delgado Casado pone la figura de Sbarbi por las nubes y no repara en elogios en su tesis doctoral sobre los concursos bibliográficos de la Biblioteca Nacional, considerándole como “una de las figuras más originales del mundo intelectual español de la segunda mitad del siglo XIX,” “filón inagotable de curiosidades”, y refiriéndose a su estudio y bibliografía de los refranes y proverbios apostilla Delgado: “su bibliografía posiblemente no haya sido superada a pesar del tiempo transcurrido desde su aparición”; “todos los que se han ocupado de la paremiología reconocen que la obra de Sbarbi es el punto de partida para cualquier estudio sobre el tema” . Sostiene Delgado que su obra fundamental es el Refranero general español, en 10 tomos, publicada entre 1874 y 1878. Parte de sus escritos están por desgracia dispersos en las numerosas revistas en las que colaboraba y especialmente en El averiguador universal, que dirigió y cuyo mismo título da justa idea de su carácter, y de su destino. Sbarbi no tiene quien le recopile.

También ejerció de cervantista con Cervantes teólogo (1870), Intraducibilidad del Quijote, pasatiempo literario o apuntes para un libro grueso y en folio (1876) e In illo témpore, y otras frioleras, bosquejo Cervántico o pasatiempo quijotesco por todos cuatro costados (1903). P. Payán estudio este aspecto en la revista Anales cervantinos. España buscaba entonces su identidad perdida en Cervantes y en don Quijote.

Es también notable su contribución a la musicología y sus partituras como compositor. Fue el redactor de las innumerables definiciones sobre el arte músico incluidas en el notable cuanto olvidado Diccionario enciclopédico hispano-americano de literatura, ciencias y artes que la editorial Montaner y Simón de Barcelona publicó entre 1887 y 1910 en 29 volúmenes.


Sbarbi tuvo el mérito de explicar razonadamente y con gracia muchos refranes y frases algo enigmáticas o misteriosas. Y acertadamente. No en vano se le llamó el padre de los refranes y se le ha saqueado y pirateado a más no poder.


El libro de los refranes 1872 Sbarbi.jpg


Este diccionario se reeditó en Buenos Aires en 1947, precediendo al título el adjetivo gran, cosa muy del gusto de los editores de este tipo de obras y reflejo de las manías de grandeza de algunos editores.

Antología de refranes y frases comentadas por Sbarbi en su Diccionario de refranes

Todo ÁRBOL es madera, pero el pino no es caoba. Todos los hombres somos iguales, a excepción de la fortuna, posición, carácter, etc.

El ATÚN para la gente común. Se da a entender en Andalucía que el atún, como pescado ordinario y barato, es manjar más propicio de gente pobre que de personas acomodadas.

Ir por ATÚN y ver al duque. Aplícase al que hace una cosa con doble intención.

A barba muerta, poca vergüenza. Quiere decir que generalmente se guarda poco respeto a la memoria del que ha fallecido.

Sin mirar, o pararse, o reparar, o tropezar, en BARRAS. Hacer algo sin reparar en los inconvenientes o dificultades que pueden salir al paso, atropellando por cualquiera obstáculos. Tomar una cosa a BENEFICIO de inventario. Descuidarla; no hacerla con interés; hacerle poco o ningún caso

Ser un BOLONIO. Aplícase a la persona necia, ignorante o estúpida. El pueblo español ha falseado la verdadera significación de esta palabra, dándole un sentido sarcástico y despectivo, contrapuesto en todo a la acepción primitiva, que se refería al estudiante del colegio fundado en el siglo XIV, para uso de los españoles, por el cardenal de Toledo D. Gil Carrillo de Albornoz, en la ciudad de Bolonia (Italia)

Muerte

José María Sbarbi y Osuna fallece el 24 de abril de 1910, en Madrid a la edad de 76 años.

Fuentes