José Aniceto Iznaga

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José Aniceto Iznaga
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Revolucionario cubano.
NombreJosé Aniceto Iznaga Borrell
Nacimiento21 de abril de 1791
Trinidad, Las Villas, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento3 de diciembre de 1860
Sancti Spíritus, Las Villas, Bandera de Cuba Cuba
CónyugeLuisa Mariana del Camino y Pablo Vélez
María Dolores Castillo y López

José Aniceto Iznaga Borrell. Patriota cubano durante las Guerras de Independencia de Cuba, nació el 21 de abril de 1791 en Trinidad y murió el 3 de diciembre de 1860 en Sancti Spíritus, Cuba. Junto a Narciso López, el poeta Miguel Teurbe Tolón, José María Sánchez Iznaga, Cirilo Villaverde y Juan Manuel Macías confeccionó la bandera de Cuba y sobre ella juraron luchar y ofrendar la vida por hacer Cuba independiente.

Síntesis biográfica

José Aniceto Iznaga Borrell nació en la ciudad de Trinidad el 21 de abril de 1791 y fue bautizado el 8 de enero de 1792 en dicha villa. Se casó por vez primera el 2 de noviembre de 1814 con Luisa Mariana del Camino y Pablo Vélez, natural de Sancti Spíritus, hija de Félix Ramón del Camino y Santiago y Luisa Pablo Vélez y Segarte. Luego se casó en 1820 con la cubana María Dolores Castillo y López. Murió el 3 de diciembre de 1860 en la villa de Sancti Spíritus.

Labor revolucionaria

En el seno de esa sociedad selecta trinitaria nació la idea de la libertad de Cuba en 1819 con el inolvidable patriota Don José Aniceto Iznaga Borrell, idea que debió de calar tan hondo en ciertos círculos de nuestra sociedad que llevó hasta el atrevimiento inaudito de colocar, a principios de 1822, en las paredes exteriores del mercado, es decir, en el lugar más concurrido de la ciudad, aquel famoso pasquín, escrito con fingida letra y ortografía por mano segura y experta, que decía:

Biba la Independencia por la razón o la fuerza. Señor Ayuntamiento de Trinidad
yndependencia o muerte

Intentos de anexión a EE.UU.

El 25 de mayo de 1848, desde Cienfuegos, José María Sánchez Iznaga escribió una carta a José Aniceto Iznaga, residente en los Estados Unidos, para informarle de la marcha de un movimiento revolucionario organizado en Cuba. Este se desarrollaría en cuatro etapas, a saber:

  1. Derrocamiento de las autoridades españolas.
  2. Instalación de un gobierno provisional.
  3. Reconocimiento de la independencia por Washington.
  4. Solicitud de anexión a los Estados Unidos.

José Aniceto Iznaga comunicó el contenido de aquella epístola a Gaspar Betancourt (El Lugareño), domiciliado en Filadelfia. Ambos concertaron ponerse al habla con Alonso Betancourt. Los tres se reunieron y acordaron buscar la manera de conferenciar con James K. Polo, a fin de recabar su concurso para una empresa llamada a culminar en una cosa grata al Presidente: la incorporación de Cuba a los Estados Unidos.

José Aniceto Iznaga, Gaspar Betancourt y Alonso Betancourt pasaron a Washington con el propósito de satisfacer el de entrevistarse con Polk. Para llegar a esto, solicitaron la intervención de Jefferson Davis, senador por el Estado de Mississippi, y William J. Brown, subsecretario de Comunicaciones. Se presentaron todos en la Casa Blanca el 23 de junio de 1848.

Davis pasó antes que sus acompañantes a la presencia de Polk. Informó a éste que en la antesala había tres cubanos, deseosos de notificarle que en Cuba estaba próxima a estallar una revolución y que, en caso de triunfar, los insurrectos pedirían la anexión de la Isla a los Estados Unidos. El Presidente dijo al Senador que el asunto enunciado era demasiado grave para que él pudiese sostener una conversación con tales desconocidos. Se hallaba dispuesto a oírlos, mas se abstendría de darles respuesta alguna. Tras esta aclaración, penetraron todos en el despacho de Polk.

José Aniceto Iznaga, Gaspar Betancourt y Alonso Betancourt hablaron con Polk de la inminencia de una insurrección en Cuba. Esperaban que estallase del 23 al 24 de junio. Los cubanos, según ellos, querían romper los lazos que los mantenían dependientes de España y anexarse a la Unión. No pedían la intervención oficial de los Estados Unidos en la contienda. En cambio, les parecía hacedero que las tropas norteamericanas estacionadas en Cayo Hueso y otros lugares de las inmediaciones del Golfo de México se aprestasen a defender los intereses de los ciudadanos de los Estados Unidos residentes en Cuba.

Polk no mostró satisfacción por la visita de José Aniceto Iznaga, Gaspar Betancourt y Alonso Betancourt. Fijó su atención en la circunstancia de que ninguno de aquellos tres cubanos había llegado recientemente de la Isla. No podía complacer a Polk la opinión de los portavoces de la insurgencia de la Isla. Hablaron ellos de estados de conciencia colectiva en la Colonia. Y a él importaba mucho más la disposición de los rectores de la política española respecto del traspaso de Cuba a la Unión.

Entrevista con Simón Bolívar

En febrero de 1827, el general Briceño Méndez, aconsejado por su secretario, el principeño Fructuoso del Castillo, como antes se anotó, así como el general Montilla, le extienden cartas de presentación a José Aniceto para los allegados del Libertador, ahora en Caracas, en particular a su secretario, Revenga. A esta nueva gestión, como era de esperarse, se une una vez más Francisco Javier Yanes, así como otros influyentes miembros del gobierno y del estado en Caracas. Revenga, por su parte, concertó la entrevista entre Bolívar e Iznaga, siendo tratado el trinitario con mucha afabilidad e interés. La entrevista duraría más de una hora, concluyendo con una cena a la que Bolívar invitó a Iznaga.

El cubano le presentó sus argumentos militares: la factibilidad de atacar a la Cuba española, entregándole un estado de las defensas de la Isla, con sólo unos 4.500 hombres del ejército regular según él. Por otro lado, desde el punto de vista político, le indicó al Libertador el deseo de los cubanos de imitar y secundar a la América insurreccionada, con el apoyo de la Gran Colombia y, para concluir, le argumentó el plan del grupo villareño-principeño liderado por él.

Bolívar, por su parte, le reiteró a Iznaga lo que éste conocía sobradamente, la oposición declarada de Gran Bretaña y los Estados Unidos a que se invadiesen las islas de Cuba y de Puerto Rico, impedimento que el Libertador consideraba prácticamente insuperable entonces. Sin embargo, este último añadió a seguidas que Libres Cuba y Puerto Rico, Colombia no tendría que temer a las armas españolas y estaría tranquila, reduciría su ejército considerablemente y establecería un plan de economía que disminuyese los gastos, debiendo, además, contar con los auxilios que pudieran prestarle Cuba y Puerto Rico libres concluyendo con vehemencia El Libertador:

Si los cubanos proclamasen su independencia, presentando siquiera un simulacro de gobierno, y pidiesen entonces auxilio al Gobierno de Colombia, entonces ni el Gobierno de Inglaterra ni el de los Estados Unidos se opondrían, ni aunque se opusieran Colombia se detendría.

José Aniceto Iznaga se dirige por última vez a Simón Bolívar, en carta de 27 de marzo de 1827, fechada en esa misma ciudad colombiana. En ésta le informa que se ha visto en la necesidad de disolver la reunión de cubanos que aquí se hallaban existiendo a expensas mías, catalogando el hecho como dura necesidad por la carencia de fondos, pues ni los míos en particular bastaban para llenar este objeto. A ello añade que ni han concurrido (...), como debían muchas de las personas interesadas en el asunto, y que podían contribuir a darle alma. Y este hombre, riquísimo de cuna e integrante de una de las familias más poderosas de la Isla, como bien sabía ya Bolívar, le dice muy humildemente:

¿Yo, por mi parte, Excmo. Señor, estoy dispuesto a permanecer aquí por si las circunstancias variaren, o V.E. tiene a bien emplearme en algo?

Fuentes

  • Iznaga Genealogy 1420 - 2009
  • Los principeños ante el título de Muy Noble y Muy Leal
  • Cuba and Africa: Cuban Question Considered in Relation to the African Race By José Aniceto de Iznaga y Borrell - Published by Blondeau, 1853 -16 pages.
  • Periódico La Verdad 1848-1860 - escritos sobre la Independencia de Cuba.
  • Márquez Sterling, Carlos: Historia de la isla de Cuba - p. 77, 1975.
  • Marin Villafuerte, Francisco: Historia de Trinidad, 1945.
  • Venegas Delgado, Hernán: El fantasma de la Revolución Haitiana y la Independencia de Cuba (1820-1829)
  • Santovenia, Emeterio: Un Día Como Hoy, Editorial Trópico, 1946, pp 297-298.