La Poza Milagrosa (Honduras)
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La Poza Milagrosa. Ubicada en Lempira, comunidad que encierra muchos encantos entre los que resalta el misterio de la poza de la Virgen de los Remedios y la vuelve el lugar más visitado en el municipio. Los milagros que le atribuyen los pobladores son tantos que este sitio se ha convertido en un verdadero templo de adoración.
Localización
Se encuentra localizada en el Lempira, en Honduras.
Historia
Cuentan que Tomalá no estaba ubicada en las tierras que ahora llevan su nombre, sino en la zona de La Cuchilla de Azacualpa. Óscar Pineda, uno de los pobladores relata que en ese tiempo eran pocas las casas y tenían como patrona a la Virgen de los Remedios, apuntó que:
Una inmensa piedra sobresale en este punto de Tomalá, sobre la cual ha sido colocada una cruz como testigo fiel de la fe del pueblo. La piedra con la Poza de la Virgen de los Remedios se ubica a unas cinco cuadras del palacio municipal del lugar.
Hay un hermoso paraje y un pequeño boulevard que abre paso a los visitantes. Imponente sobresale la piedra que todos también veneran con fe. Hombres y mujeres se reúnen con devoción frente a la poza. Mientras toma un poco de agua en el hueco de sus manos Miguel Rueda, dice que
Una enorme cruz de metal se divisa a lo largo cuando el visitante se aproxima al “lugar de los milagros”. Agrega que a diario llegan muchos visitantes quienes confirman que el agua es bendita por los favores que reciben y manifestó que:
Enfermos sanados y favores recibidos son apenas parte de los muchos milagros que aseguran llegan a través de las aguas y la piedra bendita. Al subir a la cima de la piedra hay dos pequeñas huellas que todos afirman son los pies de la virgencita. Ésta es la evidencia del deseo de la Santa de que Tomalá se construyera en este punto del sur de Lempira, por eso aseguran se venía de La Cuchilla de Azacualpa, a pesar de habérsele construido en ese lugar su templo.
José Antonio Aguilar, alcalde de Tomalá , comentó:
Las personas en romería tienen que transitar por caminos de difícil acceso, para llegar hasta el lugar. Magdalena Martínez de San Marcos Ocotepeque tiene una gran fe por la piedra, cuenta que cada vez que visita el lugar con sus amigas llevan en bolsas un poco de material que logran sacar de la piedra.
Historias como éstas fluyen al igual que el manantial. Hasta aquéllos que han llegado como curiosos al lugar han salido convencidos del encanto especial de este sitio donde se sienten una paz y tranquilidad únicas.