María Baldomera Maceo Grajales

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María Baldomera Maceo Grajales
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De Baldomera no se conserva retrato alguno. Así la imaginó la realizadora Teresita Gómez en su documental "Mariana. Raíz del alma", en plena manigua con dos de sus hijos.
NombreMaría Baldomera Maceo Grajales
Nacimiento20 de febrero de 1947
Majaguabo,San Luis, Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento6 de marzo de 1893
Bandera de la República Dominicana República Dominicana
Causa de la muertetuberculosis
CónyugeMagín Rizo
PadresMariana Grajales y Marcos Maceo

María Baldomera Maceo Grajales. Primera hermana de Antonio Maceo. Mujer de la familia Maceo Grajales que como toda la familia desde muy joven se incorpora a la manigua.

A María Baldomera Maceo Grajales -de la cual no se posee una imagen que muestre sus rasgos físicos- se ha de recordar como esa mujer plena de amor por su familia y por la patria, quien dedicó grandes esfuerzos a la lucha por la independencia, en cuya labor supo ofrecer solidaridad, aliento y cuidado a los necesitados -heridos y enfermos, cubanos y españoles-, expresión del profundo humanismo que la caracterizó, como digna representante de la estirpe gloriosa de los Maceo Grajales.

Síntesis biográfica

Infancia y juventud

Nació el 20 de febrero de 1947. Una de las hijas de la unión de Mariana Grajales Cuello y Marcos Maceo. Fue bautizada el 19 de septiembre de 1847, fueron sus padrinos Don Ramón Cabrales y Antonia Fernández, padres de María Cabrales.

La amistad entre los Cabrales y los Maceo se había iniciado en Majaguabo, San Luis, donde ambas familias poseían propiedades. Fue bautizada como hija natural de Mariana Grajales, como sus hermanos Rafael Maceo Grajales, Antonio Maceo Grajales y José Maceo Grajales, al no haberse realizado aún el matrimonio legal entre sus padres; pero por decreto del arzobispado, librado en Santiago de Cuba el 5 de febrero de 1938, aparece al margen un hago constar del cura párroco Simeón Obanos, dando fe que es hija legítima del matrimonio entre Marcos Maceo y Mariana Grajales.

Educación

Recibió la educación propia del hogar, se formó en los altos principios morales éticos en que fueron educados el resto de sus hermanos, el respeto a los mayores, la limpieza, la pulcritud, el odio a las injusticias y el amor a la patria.

Matrimonio e hijos

El 26 de octubre de 1864, en San Luís contrajo matrimonio con Magín Rizo Nescolarde, esto estrechó más la relación entre los Rizo y los Maceo, en tanto José Maceo estuvo comprometido con Patrocinia Rizo Nescolarde, de cuya relación no legalizada nació su primer hijo, nombrado Elizardo Maceo Rizo.

El 22 de agosto de 1865, Baldomera trajo al mundo a su primer hijo, una niña a la que pusieron por nombre Timotea Lucila, bautizada el 13 de noviembre siguiente en la parroquia de Morón 7 y teniendo como padrinos a sus abuelos maternos. Dos años después, el 21 de junio de 1867 nació su segundo hijo, un varón a quien nombraron Luís, bautizado en la misma iglesia el 20 de noviembre siguiente 8 y teniendo también como padrinos sus abuelos maternos.

Trayectoria revolucionaria

Cuando la familia Maceo Grajales se incorpora a la guerra, contaba con 21 años. Desde el inicio de la contienda acompaña a su madre y demás mujeres a la manigua, donde tuvo que adaptarse a los grandes cambios que implicaba la vida guerrillera, en cuevas o campamentos improvisados; su labor estuvo dirigida esencialmente a la cura de heridos y enfermos; bajo circunstancias difíciles trabajó como enfermera en los hospitales mambises, donde utilizó sus conocimientos acerca de la utilidad de las plantas medicinales, pues eran escasos los medicamentos, lo que obligaba a poner en práctica otros medios para la cura de los aquejados. La muchacha se enfrentó a situaciones difíciles y disímiles, hasta tener que socorrer y perder a sus seres más queridos, su padre y algunos hermanos.

Exilio

El matrimonio se estableció en Kingston, donde fomentaron una pequeña finca con plantaciones de tabaco y frutos menores, destinados al sustento familiar. Luego en fecha no precisada hasta el momento se trasladaron hacia República Dominicana y se establecieron en el caserío “El Ahogado”, cerca de Montecristi, Santo Domingo.

La correspondencia emitida por la familia, durante los primeros años de exilio, evidencia que atravesaron duros momentos de crisis económica; una muestra de ello es la carta escrita por Baldomera a Máximo Gómez, fechada en julio de 1885, en la cual pide ayuda, por la difícil situación en que se encontraba; ésta carta constituye además, un valioso documento, en tanto es la única misiva de la patriota que hasta el momento se conoce y cuyo texto se expone íntegramente:

Temple Hall 29, Julio / 85.

Sor. General Gómez y familia. Esta se dirige à decirle que encontrándome falta de recursos, espero se servirá buscarme facilitarme alguna cosa para poder pasar estas angustiosas oras.[sic]
Si se sirve contestarme dìgasela à José (mi hermano).

Sìrvase dar mis respetuosos (à) afectos a Manana y à todos los niños en general, y que lo reciban de mis niños Baldomera Maceo”.

Todo indica que esta crisis económica pudo superarse, a partir del establecimiento de Antonio en Costa Rica; existen muchas cartas posteriores que así lo confirman. Maceo aspiraba a crear las condiciones adecuadas en alguna región, donde pudiera reunir a familias y patriotas, como cuartel general para fomentar la preparación de la guerra, y en Nicoya encontró el sitio adecuado.
Su propósito lo expresó en misiva dirigida a Alejandro González, “Gonzalito”:

“voy a traer a mi vieja primero y luego iré o mandaré por el resto.”

No existe documento alguno que pruebe que Baldomera estuvo en Nicoya, pero hay cartas y notas que evidencian la relación mantenida con su hermano Antonio, a través de su esposo.
En una de ellas Magín le da cuenta a Maceo de una gestión que su compadre le había solicitado en torno al encargo de algunas cajas de tabaco.

Muerte

Los restos de Baldomera fueron inhumados en la misma tumba del cementerio Santa Ifigenia donde también reposan los de su madre y su hermana Dominga.

Baldomera y su familia se trasladan hacia República Dominicana y se establecieron en el caserío El Ahogado, cerca de Montecristi, Santo Domingo, donde el 6 de marzo de 1893 falleció Baldomera Maceo, como consecuencia de tuberculosis, pero antes pidió que su cadáver no fuera sepultado en el campo, para, una vez liberada Cuba del yugo opresor, sus restos fueran llevados a su amada tierra natal. Fue con ese propósito que, en 1930, se creó el Comité Pro Rizo-Maceo, entre cuyos fines estuvo también el de repatriar a su hijo Luis, que se encontraba ciego y en extrema pobreza.

Muchas fueron las gestiones realizadas, hasta que, gracias al empeño del Ayuntamiento de Santiago de Cuba, el Consejo Territorial de Veteranos y la Asociación Nacional Femenina Mariana Grajales, arribó al puerto de esta ciudad, un 20 de agosto de 1938, el crucero Cuba, con los venerados restos de la patriota, que, luego de recibir honores durante toda la travesía desde República Dominicana, fueron acogidos con merecido tributo por el pueblo y las autoridades, hasta ser sepultada en el cementerio Santa Ifigenia, en la misma tumba en que desde 1923 reposaba su madre, Mariana Grajales.

Traslado a Cuba

Antes de morir pidió al General del Ejército Libertador Ezequiel Rojas, que su cadáver no fuera sepultado en el campo, para una vez liberada Cuba del yugo opresor, se encargara de traer sus restos a su amada tierra natal.

En 1930 se creó el Comité Pro Rizo Maceo, con el propósito de cumplir el último deseo de la patriota y repatriar a su hijo Luís que se encontraba Ciego y en extrema pobreza. Muchas fueron las gestiones realizadas por el Comité, pero la idea no pudo materializarse sino hasta 1938, gracias al empeño del “Consejo Territorial de Veteranos” y la “Asociación Nacional Femenina Mariana Grajales”.

El 20 de agosto de 1938 arribó a puerto santiaguero el crucero “Cuba”, trayendo a bordo los venerados restos de la patriota, que habiendo recibido honores durante toda la travesía desde República Dominicana, fueron recibidos con merecido tributo por el pueblo y las autoridades de Santiago de Cuba. Expuesto el nicho durante todo el día en el Ayuntamiento santiaguero, se le dio el último adiós en nombre de toda Cuba y en horas de la tarde recibió cristiana sepultura en el cementerio Santa Ifigenia, en la misma tumba en que reposaban los restos de su madre Mariana Grajales.

La obra patriótica de Baldomera, es una muestra de la contribución que la mujer cubana hizo al proceso emancipador, siendo ella digna representante de una estirpe gloriosa, en la que juntos, hombres y mujeres, habían tomado y hecho suyo el camino de la Patria.

Fuentes