Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand

Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand
Información sobre la plantilla
(MASP)
Saopaulo1.jpg
Información geográfica
PaísBandera de Brasil Brasil
CiudadSao Paulo
Información general
Construcción1947
Inauguración1962
TipoPúblico
ColeccionesEl Museo de Arte de Sao Paulo posee 8.000 piezas, entre las que destaca la colección de pinturas, esculturas, dibujos, etc.; de Europa, en donde se pueden encontrar trabajos de las escuelas francesa e italiana en su mayoría. Igualmente, tiene una gran colección de arte brasileño.
Superficie10 000 m² .
Información visitantes
DirecciónAvenida Paulista en la ciudad de Sao Paulo
Horarios de aperturaMartes a domingo de 11:00h a 18:00h

Museo de arte de Sao Paulo Assis Chateaubriand (Masp) , uno de los más importantes de Latinoamérica, es considerada Patrimonio de la Humanidad. Este museo, que es una organización sin ánimo de lucro, posee una colección que data del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Situación

Se encuentra en punto privilegiado de la ciudad, el cruce entre dos ejes viarios superpuestos, Avenida Paulista y el túnel de la Avenida 9 de Julio. Un lado del terreno da a la calle y el otro al Parque Trianon, donde antiguamente se ubicaba el Belvedere de Trianon. Desde allí se puede ver el centro de la ciudad y la Sierra de Cantareira.

Inauguración

El Museo de Arte se inauguró por el periodista Assis Chateaubriand, propietario de los Diários Asociados [cadena de periódicos]. Con la ayuda del crítico de arte, marchante y anticuario italiano Pietro Maria Bardi, director del museo desde su fundación hasta 1990.

En los tres primeros años de actividades, el Museo funcionó en una sala de mil metros cuadrados, inicialmente, en el edificio sede de Diários Associados en la Calle 7 de Abril. En el espacio abierto al público el 2 de octubre de 1947, fueron presentadas las primeras adquisiciones, dentro de las que se destacaban una obra de Picasso y otra de Rembrandt.

El proyecto museo gráfico de la arquitecta italiana Lina Bo Bardi, esposa de Pietro María Bardi, dividió el espacio en cuatro ambientes: la pinacoteca; una sala de exposición didáctica sobre la historia del arte mundial; una sala de exposiciones temporales y un auditorio. Esta división reflejaba la vocación del Museo de Arte de Sao Paulo como centro generador de conocimiento y cultura, oponiéndose a la ideas de museo como simple depósito de obras de arte. El MASP fue el primer museo brasilero en abrir espacio al arte moderno. Allí también eran dados cursos sobre Historia del Arte y fueron realizadas exposiciones temporales de artistas nacionales y extranjeros de todas las corrientes, incluidas manifestaciones teatrales, musicales y cinematográficas, transformando el nuevo espacio en un punto de encuentro de artistas, estudiantes e intelectuales en general.

El creciente volumen y la importancia de la colección de obras de arte exigían la construcción de una sede propia. Con este intento, la prefectura donó el terreno antes ocupado por el Belvedere Trianon, tradicional punto de encuentro de la élite paulista, que había sido demolido en 1951 para acoger la primera Bienal Internacional de Arte de Sao Paulo. El terreno en la Avenida Paulista había sido donado a la municipalidad con la condición de que la vista sobre el centro de la ciudad fuera preservada a través del valle cubierto por la Avenida Nueve de Julio. Lina Bo Bardi concibió arquitectónicamente el edificio actual del MASP. Para preservar la vista sobre el centro de la ciudad exigida, la arquitecta diseñó un edificio soportado sobre cuadro grandes pilares. La construcción era considerada única en el mundo por su peculiaridad: un cuerpo principal posando sobre cuatro pilares laterales con un vacío libre entre los pilares más extremos de 74 metros. Esta innovación fue viabilizada por el ingeniero José Carlos de Figuereido Ferraz. Construido entre 1956 y 1968, la nueva sede del MASP fue inaugurada el 7 de noviembre de 1968 con la presencia de S.M. la Reina Isabel II de Inglaterra.

Colecciones

Exposición Las 100 Maravillas,en el sótano del MASP

El Museo de Arte de Sao Paulo posee la mayor y más completa colección de arte occidental en América Latina y del Hemisferio Sur. Dentro de las más de 8 mil obras de la colección se destaca el segmento referente a pinturas, esculturas, diseños, grabados y artes decorativas europeas, desde el siglo XIII hasta el presente. Al lado de las obras italianas, las obras francesas constituyen el principal núcleo del acervo, seguidas por las escuelas española, portuguesa, flamenca, holandesa, inglesa y alemana. El Museo también mantiene una significativa colección de arte brasilero y arte relacionado con el Brasil, atestiguando el desenvolvimiento de las artes en este país desde el siglo XVII hasta la actualidad.

Ya en el contexto del arte occidental, son importantes los conjuntos de obras referentes a América del Norte y América Latina. En menor escala, también hacen presencia en el acervo de la institución objetos relacionados con la producción artística de diversos períodos de civilizaciones no occidentales como África y Asia, y otras que se destacan por su importancia arqueológica, artística e histórica como un selecto conjunto de antigüedades egipcias, etruscas y greco-romanas, además de otros artefactos de culturas precolombinas y arte medieval de Europa.

Espacios

Interior del Museo de arte de Sao Paulo. Foto tomada por Lucas Bianchi

En el edificio del museo, de aproximadamente 10.000 metros cuadrados, además de las exhibiciones permanentes y temporales, se puede encontrar: librería, galería fotográfica, galería cinematográfica, galería de videos, dos auditorios, un restaurante, una tienda, las oficinas administrativas y espacios de trabajo.

La cubierta del basamento constituye una gran plaza. Dentro del basamento se encuentra un extenso hall cívico sede de reuniones públicas y políticas, un teatro – auditorio y un pequeño auditorio con sala de proyecciones.

En el volumen suspendido se ubican la pinacoteca con sus escritorios, salas de exposiciones temporales, salas de exposiciones particulares, una fototeca, filmoteca y videoteca. Para exhibir las pinturas, la arquitecta utilizó láminas de cristal templado soportadas por un bloque de base que imitaba el hormigón. Esto rememoraba la posición del cuadro sobre el caballete del artista. Actualmente, esas bases no se utilizan.

El vacío que constituye la plaza seca y hall de entrada al edificio toma gran importancia en el proyecto. Éste articula ambos lados del edificio con la ciudad: por un lado los edificios de la avenida Paulista que se encuentra al mismo nivel de cota que el vacío, y por otro lado, el espacio que se abre en las cotas escalonadas hasta el interior del túnel de la avenida 9 de Julio. El vacío brinda al proyecto un espacio de aire y sombra entre los altos edificios de la ciudad.

La idea de vacío, de aire, se relaciona con la forma de exposición dentro del museo y expresa también un concepto de tiempo, en donde el espectador es el que domina y gestiona el espacio y no al revés. El gran espacio libre, tanto exterior como interior es gestionado por el visitante, sin obligarlo a tomar una dirección u otra sino que se mueve libremente. El individuo es el fundamental, es el que hace suyo el espacio en la manera en que quiera tomarlo.

Una escalera al aire libre y un ascensor en acero y vidrio permiten comunicar los niveles. La escalera representa tanto el paso del pasado al futuro, la idea de tiempo, como una forma de articular el espacio, un sitio de encuentro entre el exterior y el interior. En un extremo del vacío, recoge a los visitantes actuando como un imán, los prepara y los hace ascender lenta y pausadamente a través de esta escalera con descansillo, una escala humana dentro de un vacío de escala desmesurada.

El Belvedere se transformó en una plaza con plantas y flores alrededor, y rectángulos de pavimento que rememoran la tradición ibérico-brasilera.

Con la reforma de 2001, se efectuó una impermeabilización general. Las vigas se pintaron de rojo lo que marcó aún más su estructura, la cual salva 70 metros de luz en su dirección longitudinal. También, se realizó un cambio en el piso original, que había sido escogido inicialmente por la arquitecta Lina Bo Bardi, además de la instalación de un segundo elevador, la construcción de un tercer subsuelo y la sustitución de los espejos de agua por jardines.

Materiales

Se utilizó hormigón visto, cristal templado y paredes plásticas. Los pavimentos son de caucho negro tipo industrial en toda la obra excepto en el hall cívico donde se revistió con piedra goiás.

Galería

Fuentes