Nutrición en el adulto mayor
|
Sumario
Introducción
El estado nutricional del adulto mayor está determinado por los requerimientos y la ingesta. La actividad física, el estilo de vida, la existencia de redes sociales y familiares, la actividad mental y psicológica, el estado de salud o enfermedad y restricciones socioeconómicas son otros factores que influyen.
Requerimientos nutricionales
El envejecimiento produce cambios fisiológicos que afectan la necesidad de muchos nutrientes esenciales. Los requerimientos energéticos disminuyen con la edad, como la pérdida de masa magra y la disminución de la actividad física, más aún si existen incapacidades que limitan su actividad física. La carencia de patrones de referencia y puntos de corte ajustados por edad para valores antropométricos, bioquímicos y clínicos dificulta una adecuada evaluación nutricional de los ancianos.
Proteínas
Se recomienda: 1-1,25 g/kg/día. En situaciones especiales: infecciones agudas, fracturas o intervenciones quirúrgicas: 1,25-2 g/kg/día (8, 9). Las necesidades de proteínas están influidas por: Disminución del compartimiento muscular condicionando una menor disponibilidad de aminoácidos para la síntesis proteica. Ingesta calórica inadecuada que dificulta la utilización eficaz de las proteínas ingeridas. Infecciones y enfermedades crónicas comunes en adultos mayores.
Hidratos de carbono
Las dietas hipocalóricas o los ayunos prolongados pueden favorecer la aparición de trastornos metabólicos como la lipólisis, la producción de cuerpos cetónicos, el catabolismo proteico y la pérdida de sodio, potasio y líquidos. Hidratos de carbono complejos: 50-60% de la ingesta energética. H.C. simples no deben exceder el 10% del total, para evitar la resistencia periférica a la insulina. En personas intolerantes a la lactosa, debe valorarse la cantidad de lactosa tolerada y elaborar la dieta estricta sin lactosa o con pequeñas cantidades, hasta 7g por ración (10).
Grasas
No deben sobrepasar el 30% del total energético ingerido en un día. De estos el 7-10% en forma de saturados, 10% en forma de poli-insaturados, y el resto en forma de mono-insaturados (10-18%). El consumo de colesterol menos de 300mg/día.
Requerimientos vitamínicos
Cuando no se realiza un plan de alimentación adecuado pueden presentarse los estados subcarenciales de vitaminas, con manifestaciones clínicas menores o no evidentes. La demanda metabólica de vitamina B6 para mantener en forma adecuada la tolerancia a la glucosa y la función cognitiva son mayores que lo establecido anteriormente. Las vitaminas B6 y E pueden mejorar la respuesta inmune deteriorada con la edad.
Sed y requerimientos de agua
El agua es uno de los nutrientes esenciales para mantener la homeostasis en ancianos, debido a que participa en la regulación del volumen celular, el transporte de nutrientes, la remoción de desechos y la regulación de la temperatura. En esta etapa de la vida el mecanismo que desencadena la sed está alterado, se recomienda ingerir líquidos con regularidad a lo largo de todo el día, teniendo en cuenta las necesidades hídricas diarias, sobre todo en los meses calurosos, y en situaciones con necesidades aumentadas y cuando existe indicación de ingesta hídrica restringida: edemas, insuficiencia cardiaca congestiva, insuficiencia renal. Se recomienda, en condiciones normales: 1,0 ml por caloría consumida, cuando las necesidades están aumentadas, por ejemplo cuando hay presencia de fiebre, sudoración o diarrea: 1,5 ml. por caloría consumida.
Conclusión
La nutrición es un importante factor que contribuye a la salud y habilidad funcional en el anciano. La investigación ha demostrado que la mejor manera de retardar y aun revertir los efectos del envejecimiento y las enfermedades degenerativas asociadas a la edad, es a través del ejercicio físico y de una dieta nutritiva y balanceada.