Oficina del Programa Martiano

Oficina del Programa Martiano
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
Oficina programa martiano.jpg
Fundación:9 de abril de 1997
Director/a :Eduardo Torres Cuevas
País:Bandera de Cuba Cuba
Sede:Plaza de la Revolución
Dirección:Ciudad de la Habana

Oficina del Programa Martiano. Es una institución histórico – cultural perteneciente al Consejo de Estado de la República de Cuba cuyo rol es apoyar el estudio y la difusión del legado martiano dentro y fuera de Cuba.

Ubicación

Se encuentra ubicada en la calle Calzada No. 803, e/ 2 y 4, el Vedado, Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana.

Objeto fundamental

Tiene como objeto fundamental coordinar todos los empeños con relación a la más amplia difusión y conocimiento de la vida, obra y pensamiento de José Martí y la vigencia de su cosmovisión, realizados por los organismos, organizaciones, entidades e instituciones del país, tanto en Cuba como en el exterior, apoyándose en el Programa Nacional Martiano, el Centro de Estudios Martianos, la Sociedad Cultural José Martí y otros.

Reseña histórica

Antecedentes

Si bien el culto a la figura de José Martí tiene larga data en Cuba, no pasaba de la conmemoración formal por las escuelas cubanas, con desfiles y ofrendas florales a los monumentos escultóricos dedicados al Maestro en la fecha de su natalicio, el 28 de enero. Sí realizaron muy meritoria labor algunas personalidades e instituciones. Hay que citar, en primer lugar, el enorme aporte de Gonzalo de Quesada y Miranda, el hijo del albacea literario de Martí, en la celosa conservación del archivo con los manuscritos y otros documentos originales del más relevante de todos los cubanos, y la publicación de sus Obras Completas.

La Fragua Martiana, centro donde radicaba Gonzalito, como le llamaban sus amigos, fue un faro martiano que no se apagó nunca y aún sigue alumbrando. Por eso en el año del centenario del natalicio de Martí, la simbólica marcha de las antorchas organizada por los estudiantes de la Universidad de La Habana, hizo el trayecto desde la escalinata del Alma Mater hasta la Fragua, marcha que se ha convertido en una tradición.

El esfuerzos también de algunas personas honestas, como el juez Waldo Medina, en la década de los años cuarenta del pasado siglo, tratando de fomentar los rincones martianos en las escuelas, incluyendo las privadas, y creando la “Orden de la Rosa Blanca” entre los niños escolares para estimular el conocimiento de la obra y el pensamiento del Apóstol.

Figuras de la importancia de Julio Antonio Mella y su compañero Carlos Baliño, amigo de Martí y uno de los miembros fundadores del Partido Revolucionario Cubano, insistían a fines del primer cuarto del siglo XX en la necesidad de redescubrir a Martí como guía para la obra pendiente en la república neocolonial.

No olvidar al Historiador de la Ciudad de La Habana, desde su creación en la segunda mitad de los años treinta, Emilio Roig de Leuchsenring, quien fue un divulgador de aspectos esenciales del pensamiento martiano tales como el antimperialismo y el antirracismo, o los estudios de otras personalidades, de la izquierda o la derecha políticas como Juan Marinello y Jorge Mañach, respectivamente.

El consenso en torno a la importancia de la figura de Martí en la historia de Cuba puede apreciarse cuando, al surgir la idea de la construcción de una nueva área para edificios gubernamentales en la que existiera una gran plaza central, la Plaza Cívica, hoy Plaza de la Revolución, se decidió que esta fuera presidida por un extraordinario monumento a José Martí.

Como los procesos políticos electorales vigentes desde la aprobación de la Constitución de 1940 fueron interrumpidos por el golpe militar del 10 de Marzo de 1952, las mejores fuerzas del país se arroparon bajo el manto del Apóstol, cuyo centenario se cumpliría diez meses más tarde.

Así, fue Martí, en palabras de Fidel, el autor intelectual de las acciones del 26 de julio de 1953. A los jóvenes participantes en esa epopeya se les bautizó como “la generación del centenario del Apóstol”. También fue Martí la bandera de la organización de las mujeres cubanas de entonces para luchar contra la tiranía.

Surgimiento

El Dr. Armando Hart Dávalos,fue director de la Oficina y presidente de la Sociedad Cultural José Martí, perteneció además a la Generación del Centenario, después de aportar sus mejores energías como primer Ministro de Educación al triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959 y haber estado a cargo de la campaña de alfabetización que convirtió a Cuba en el primer país americano libre de analfabetismo, y de haber sido el primer ministro a cargo del Ministerio de Cultura, que abrió nuevos horizontes para los trabajadores del arte y la literatura en el país, ahora también nos deja una nueva contribución como fundador con su obra en torno al Héroe Nacional, la Oficina del Programa Martiano, la cual surge el 9 de abril de 1997, con su desempeño logro en pocos años dar un impulso inusitado al interés público por el estudio de la vida y la obra del Apóstol.

El 10 de diciembre de 2019, fue designado por el Consejo de Estado Eduardo Torres Cuevas como su director.

Paso al Ministerio de Cultura

El acta resumen del proceso de traspaso de la Oficina del Programa Martiano (OPM) al Ministerio de Cultura, paso que se inscribe en el proceso de fortalecimiento de la institucionalidad en el país, se firma el lunes 23 de diciembre de 2013, en La Habana, en presencia de Miguel Díaz Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Partido y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Víctor Hernández Torres, subdirector de la mencionada oficina, explicó que:

Con este acto la entidad se fortalece, y con ella la Sociedad Cultural José Martí y el Centro de Estudios Martianos, e incluye el compromiso de contribuir a desarrollar la cultura de la nación, seguros de que en Martí podemos encontrar el camino, las ideas, los valores, la ética y el decoro.
Tenemos el compromiso de no ser simples repetidores de frases martianas, sino hombres y mujeres que piensen y actúen como martianos de estos tiempos, sin olvidar que si la Generación del Centenario, comandada por Fidel, no dejó morir al Apóstol en el año de su centenario, «las nuevas generaciones lo mantendremos vivo».

Este proceso de traspaso se realizó a solo unos días de que se cumpliría el aniversario 160 del natalicio de José Martí, período en el que quedó evidenciada la capacidad organizativa de la Oficina y el poder de convocatoria de sus instituciones para sumar martianos de Cuba y del mundo.

Instituciones que atiende

  • Bajo los impulsos del Programa, se creó la Sociedad Cultural José Martí, de carácter nacional, que agrupa en organizaciones de base en centros de trabajo y de estudios a los interesados en vincularse al legado vivo del hombre para quien la ley primera de la república debía ser el respeto a la dignidad plena del hombre, idea recogida en la Constitución vigente desde 1976.
  • Para el trabajo de investigación permanente de la obra y la vida del Apóstol, se crea también el Centro de Estudios Martianos. A su existencia contribuyeron jóvenes profesores de talento y noble condición humana como Ramón de Armas y figuras para todas las antologías de literatura y patriotismo cubanos, Cintio Vitier y Fina García Marruz, quienes desde la Biblioteca Nacional iniciaron obra de rigor académico y amor a la virtud que desembocó en el Centro de Estudios actual. A Cintio habrá que agradecerle siempre su libro “Ese sol del mundo moral” y su capacidad, casi increíble, de llevar el pensamiento martiano hasta la prensa japonesa, nada menos que por medio de su correspondencia con el dirigente de una poderosa organización budista de aquel país.

A nivel internacional

La capacidad para unir a todos en trabajo sincero y útil a la patria y a la humanidad, la llevó el Dr. Armando Hart hasta los organismos internacionales, logrando que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), aprobara la institución del Premio Internacional José Martí y la creación del Programa de Solidaridad Mundial José Martí. Se trata ya de la repercusión en otros países del pensamiento martiano como contribución, muy actual, a la solución de los problemas que enfrenta la sociedad humana contemporánea.

Fuentes