Pedro Jimeno
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Pedro Jimeno. Fue un anatomista, médico, catedrático universitario y humanista español.
Trayectoria profesional
Nace en Onda (Castellón), alrededor de 1515.
Jimeno estudió artes y quizá también medicina en a la Universidad de Valencia. Durante el trienio 1540-1543 asistió en Padua a las lecciones anatómicas de Vesalio, acontecimiento central de su trayectoria científica, ya que a partir de entonces se convirtió en uno de sus más tempranos y fieles seguidores. De regreso en Valencia, pasó a ocupar en 1547 la cátedra de anatomía y simples, que desempeñó durante dos años. En 1549 fue nombrado titular de la cátedra de "práctica", pero al terminar el curso académico se trasladó a la Universidad de Alcalá, donde fue profesor de anatomía y colaboró además como disector en la enseñanza que impartía Francisco Valles, máxima figura de su escuela médica. En este cargo continuó hasta su fallecimiento pocos años más tarde, según el testimonio del propio Valles.
En los reducidos límites de apenas una década, Jimeno desarrolló una actividad científica de notable fertilidad. En primer lugar, convirtió la Universidad de Valencia en una de las primeras de Europa en las que se impartió enseñanza anatómica de acuerdo con las ideas de Vesalio. En su opinión, el método adecuado de la enseñanza anatómica era la disección de cadáveres humanos realizada y explicada por el mismo profesor. La exposición verbal, por el contrario, la consideraba llena de limitaciones, ya que una cuestión anatómica solía ser "ardua atque difficillima dictu, fieri longe facillima". Jimeno incorporó también otros aspectos propios de la reforma didáctica vesaliana, como la utilización en sus lecciones de un esqueleto montado y no solamente de huesos aislados, como hasta entonces era habitual.
La segunda aportación de Jimeno fue publicar el primer texto anatómico que incorporó plenamente la nueva anatomía vesaliana, enriqueciéndola además con el resultado de sus propias investigaciones. Su título es Dialogus de re medica, compendiaria ratione, praeter quaedam alia, universam anatomem humani corporis perstringens y apareció impreso en Valencia en 1549, cuando su autor había desempeñado ya durante dos años la cátedra de anatomía y simples. Con la excepción de un apéndice dedicado a problemas dietéticos, está consagrado a la exposición de la anatomía del cuerpo humano. Formalmente corresponde al género renacentista de los diálogos. Las cuestiones planteadas por "Gaspar, un ciudadano" son contestadas por "Andrés, un médico", obvio reconocimiento del anatomista valenciano a su maestro. El texto se ocupa sucesivamente de la anatomía general, los huesos, los músculos y, con menor detalle, del corazón y los vasos, los pulmones, los órganos de la cavidad abdominal, el cerebro y los órganos de los sentidos. El apoyo en la Fábrica de Vesalio es continuo. "De hecho -ha afirmado O'Malley- el Dialogus es un apretado resumen de esta obra con algunas frases citadas literalmente".
Jimeno, sin embargo, no se redujo a una mera asimilación de la obra de Vesalio. Entusiasta y experto cultivador de la disección de cadáveres humanos, supo utilizarla no sólo como instrumento didáctico sino como método de investigación. Pudo de esta forma descubrir el estribo, tercero de los huesecillos auriculares, del que publicó la primera descripción impresa:
Por otra parte, Jimeno fue consciente de la trascendencia que la nueva anatomía iba a tener para los más variados problemas médicos. Después de la descripción por Vesalio de las venas torácicas, la disputa entre los seguidores del galenismo arabizado y los partidarios del humanista en torno a la sangría en el "mal de costado" le parece, por ejemplo, definitivamente resuelta. Seguir polemizando acerca del tema es tan inútil como "tratar de la lana de las cabras o de la sombra de los asnos", afirma con una expresión de Erasmo de Rotterdam, de quien era un ferviente admirador.
La tercera gran contribución del valenciano consistió precisamente en servir de catalizador del influjo de la anatomía vesaliana sobre la medicina en su conjunto. Aparte del desarrollo en este sentido de la propia escuela valenciana, el magisterio de Jimeno fue decisivo en la orientación de Francisco Valles y de Francisco Díaz, dos figuras centrales de la medicina castellana de la época.
Valles, que fue autor de la obra médica más importante e influyente de la medicina renacentista europea de orientación "hipocratista", dice al ocuparse de sus lecciones acerca de las localizaciones de las enfermedades (1559):
Díaz fundamentó en la morfología su Tratado de todas las enfermedades de los riñones, vexiga y carnosidades de la verga y urina (1588), generalmente considerado como el título fundacional de la urología moderna, en el que se refiere a:
Muere en Alcalá de Henares, alrededor de 1555.