Pedro Puig Adam

Pedro Puig Adam
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Matemático e ingeniero español
Fecha de nacimiento12 de mayo de 1900
Lugar de nacimientoBarcelona, Bandera de España
Fecha de fallecimiento1960
Lugar de fallecimientoMadrid, Bandera de Argentina
NacionalidadEspañola
CampoMatemática
InstitucionesInstituto San Isidro de Madrid
Alma máterInstituto San Isidro de Madrid
Conocido porProfundizar en el estudio de la didáctica de las matemáticas
Premios
destacados
Orden del Mérito Civil y la medalla de Alfonso X el Sabio.

Pedro Puig Adam fue uno de los matemáticos españoles que mas trabajaron en la didáctica de las matemáticas. Ingeniero industrial, doctor en matemáticas y académico numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Su preocupación por los problemas de la enseñanza lo llevó a ser un destacado miembro de la C.I.E.M. (Comisión Internacional para la Enseñanza de las Matemáticas).

Síntesis biográfica

Nació en Barcelona, el 12 de mayo de 1900. Fue avanzando en el conocimiento del francés y su padre decidió enviarle a un internado en Lyon, allá por marzo de 1908 hasta junio de 1909 y donde volvería otra vez, de mayo a octubre de 1912. Hizo bachillerato en el único instituto que había entonces en Barcelona, acabándolo con premio extraordinario. Ingresó en la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona simultaneando los dos primeros cursos de ingeniería con los tres primeros años en la Facultad de Matemáticas. Al terminar la licenciatura, también con premio extraordinario, pasó a cursar el doctorado en Madrid, donde conoció a Julio Rey Pastor, de quien fue primero discípulo y luego amigo y colaborador.

Con su tesis doctoral Resolución de algunos problemas elementales en Mecánica Relativista Restringida obtuvo de nuevo premio extraordinario. Continuó los estudios de Ingeniería -que había interrumpido- pero por breve tiempo, pues a los 25 años, atraído por la docencia, obtuvo la cátedra de Matemáticas en el Instituto San Isidro de Madrid. Rey Pastor le propuso colaborar con él en la redacción de libros de Matemáticas para el bachillerato, que constituyeron durante muchos años la base de las enseñanzas en este nivel. Siendo ya catedrático del San Isidro terminó en Madrid sus estudios de Ingeniería Industrial en 1931.

Tres años más tarde se hizo cargo de la cátedra de Cálculo de la Escuela Superior de Aerotécnica y de la cátedra de Metodología y Didáctica de la Facultad de Ciencias. Fue un gran pedagogo que adaptó al Bachillerato español las obras de su maestro Rey Pastor. En 1950 fue elegido miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En 1955 dirigió la sección para mejora de la enseñanza en el Bachillerato en el C.O.D. de Enseñanza Media. Desde 1950 perteneció a la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Fue condecorado con la Orden del Mérito Civil y la medalla de Alfonso X el Sabio. En sus ratos libres componía música, era pintor y, a veces, componía versos.

Aportes a las Matemáticas

Participó activamente en la Comisión Internacional para el estudio y mejora de la enseñanza matemática y a formar parte desde 1956, del comité que presidido por Piaget redactó las Recomendaciones para la enseñanza de la Matemáticas, así como a organizar, en 1957, la Exposición Internacional de Material Didáctico y Matemático, celebrada en Madrid.

Como matemático aplicado, escribió diversos trabajos y artículos en los que se refleja su visión de las Matemáticas, uno de ellos el estudio sobre la estabilidad del movimiento de las palas del autogiro en la que respondió al problema que le planteó personalmente el ingeniero Juan de la Cierva y Codorníu, que tenía en construcción un modelo de autogiro para velocidades mayores que las ya ensayadas y en el que le propuso la estabilidad del movimiento de las palas del mismo, expresado por una ecuación diferencial lineal, homogénea y de coeficientes periódicos. Resolvió el problema en colaboración con sus alumnos de la Escuela Superior Aerotécnica, aplicando métodos numéricos de Runge y gráficos de Meissner, encontrando resultados que confirmaban plenamente las intuiciones de De la Cierva.

Quizás la parte más original de su obra científica la constituyen sus trabajos sobre Fracciones Continuas de cocientes incompletos diferenciales, publicados en los años 1951 a 1953. Estos trabajos fueron inspirados, en perfecta consonancia con las directrices que se observan en toda su obra, por un problema de índole técnica: la impedancia de una línea eléctrica con autoinducción y capacidad repartidas en forma continua a lo largo de ella. Generalizando el paso al límite de una función de partición que conduce a la definición de la integral de Riemann, construye otra función de partición aplicando a las diferenciales de dos funciones dadas el algoritmo de las fracciones continuas. Obtiene así, por paso al límite, un funcional de la pareja de funciones citadas que resuelve el problema de partida. Este funcional no lineal tiene interesantes propiedades, y así como la integral de Riemann resuelve la ecuación diferencial consistente en la obtención de la primitiva de una función, el nuevo funcional resuelve la ecuación de Riccati.

En 1958 redactó el Decálogo del Profesor de Matemáticas en el que recogía sus opiniones sobre la enseñanza de las matemáticas en los Institutos de Bachillerato. El Decálogo, siempre en vigor, nos muestra cómo los actuales pontífices didácticos no nos descubren nada nuevo.

Fue autor de libros de texto fundamentales como Elementos de Aritmética intuitiva, Elementos de Geometría intuitiva, Lecciones de Aritmética y Geometría, Elementos de Geometría racional, Álgebra y Trigonometría, Curso de Geometría analítica, Curso teórico-práctico de Cálculo Integral y Curso teórico-práctico de ecuaciones diferenciales.

Fuentes