Queratosis solares

Queratosis solares
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Clasificación:No Transmisible
Región de origen:Piel
Forma de propagación:Causa desconocida.

Queratosis solares Son lesiones por acumulación de sol sobre la piel y pueden evolucionar en un cáncer. En las zonas más expuestas al sol (cuero cabelludo, frente, nariz) aparecen costras, principalmente en personas mayores de piel clara.

Generales

Las queratosis solares aparecen como resultado del proceso de daño solar o daño actínico, es decir, la acumulación de sol sobre la piel a lo largo de la vida.

Son especialmente frecuentes en las personas de piel clara que pasan muchas horas al sol como resultado de su trabajo (albañiles, marineros, trabajadores del campo) o sus actividades recreacionales (amantes de la playa, golf, tenis, etc.).

La luz ultravioleta del sol es capaz de alterar las células de la piel provocando un crecimiento incontrolado que puede llegar a evolucionar hacia un verdadero cáncer.

Aspecto

En general, las queratosis solares aparecen a partir de los 30 o 40 años en las zonas más expuestas al sol, como el cuero cabelludo (en especial en las personas calvas), la frente, la nariz, las orejas o el dorso de las manos. Su aspecto habitual es el de pequeñas costras sobre una base enrojecida, que pueden arrancarse, pero que persisten, vuelven a salir o crecen.

Es habitual que las queratosis solares aparezcan sobre áreas amplias de piel muy dañada por el sol, como la zona del cuero cabelludo en los hombres calvos y ancianos, y en estos casos denominamos a toda esta área alterada campo de cancerización.

Complicaciones

Los casos no tratados pueden evolucionar a grandes placas cubiertas de costras que sangran al ser retiradas. Las queratosis que evolucionan hacia el carcinoma son reconocibles porque aparecen tumores con una consistencia dura, sangrantes y cubiertos de costra, que pueden crecer y dar lugar a metástasis en los ganglios cercanos en cuestión de meses.

Diagnóstico y tratamiento

El dermatólogo está entrenado para reconocer las queratosis actínicas y diferenciarlas de otros procesos similares. En muchos casos es necesario practicar una biopsia para descartar que se esté produciendo la evolución hacia un carcinoma invasivo.

Existen tratamientos dirigidos hacia cada lesión, que básicamente persiguen el destruirlas de forma individual. Esto puede conseguirse fácilmente con crioterapia (congelación con nitrógeno líquido), o electrocoagulación con un bisturí eléctrico. También pueden emplearse los láseres, pero no ofrecen ninguna ventaja.

Sin embargo, son más ventajosos los tratamientos dirigidos a tratar todo el campo de cancerización, es decir, a tener controlada al máximo la zona de la piel dañada por el sol sobre la que aparecen las queratosis.

Entre los tratamientos destacan el imiquimod, el diclofenaco, el 5-fluouracilo, o la terapia fotodinámica. El dermatólogo indicará en cada caso cuál es la mejor opción de tratamiento. La mayoría de los casos se tratan con una combinación de todos estos tratamientos.

Prevención

Es evidente que la prevención se basa en la protección solar. Esto es especialmente importante en las personas de piel clara que trabajan o pasan muchas horas al sol. El daño solar es acumulativo y es muy importante evitarlo en la infancia.

A pesar de que existen excelentes protectores solares en crema, no debemos olvidar que la mejor protección solar es la física, es decir, el empleo de gorras y camisetas, en especial en los meses soleados y en las horas centrales del día.


El sol tiene un efecto beneficioso sobre el estado de ánimo y contribuye a la producción de vitamina D en la piel, pero no hay que olvidar que la exposición crónica a la radiación solar, sobretodo a la ultravioleta, puede producir fotoenvejecimiento prematuro y la aparición de lesiones premalignas como son las queratosis actínicas.

Estas lesiones descamativas, adherentes, rugosas, secas, bien delimitadas, únicas o múltiples, aparecen en la piel expuesta de los adultos, y son las lesiones premalignas cutáneas más frecuentes. Para muchos autores las queratosis actínicas constituyen el comienzo temprano del cáncer.


Es una lesión de la capa más externa de la piel, la epidermis y se produce por una exposición continuada a la luz ultravioleta del sol. Aparecen sobre todo a partir de los 40-50 años, más frecuentemente en personas con piel blanca.

Las lesiones típicas son secas, escamosas, del color de la piel o rojizas, situadas mayoritariamente en las áreas expuestas al sol, como cara, manos o escote. También pueden ser lesiones sobreelevadas con una lesión en superficie de aspecto costroso.

Algunas veces pueden crecer anormalmente pareciéndose morfológicamente a un 'cuerno cutáneo', ya que se parecen a los cuernos de un animal. Otra forma de presentación es como una descamación permanente en el labio inferior, denominándose entonces queilitis actínica.

Fuentes

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