Rolando Hernández Lemus
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Rolando Hernández Lemus. Combatiente revolucionario cubano que luchó incansablemente contra la tiranía batistiana, a favor de obtener la liberación junto al Ejército Rebelde.
Síntesis biográfica
Infancia y Juventud
Hijo de Francisco y Primitiva, nació el 16 de junio de 1936 en la Finca de Caguasal (Fomento), fue inscripto en Báez y a los 3 años sus padres tienen que mudarse a las lomas de Pedraza y vivió allá 2 años, de allí se trasladaron al poblado de Agabama (Fomento), donde vivió otros 2 años y de este se trasladan a Fomento, lugar donde comenzó sus primeros estudios en una escuela pública primaria cursando hasta el 3er grado.
A petición de él sus padres lo matriculan en la escuela privada Cheo la Paz, viendo el interés que tenía en estudiar y la pobreza se sus padres al contar solo con el sueldo de uno de ellos y no fijo, las hermanas decidieron trabajar para ayudar al costo de sus estudios. Más tarde ingresó en el Instituto Zerquera donde cursó el 8vo grado, entonces contaba 16 años y no fue posible seguir pagándole más clases debido a que eran 8 pesos mensuales y no alcanzaban los recursos.
A los 16 años fue para La Habana a buscar trabajo y con lo poquito que ganaba pagaba clases de mecanografía, comía y hasta le ayudaba a sus padres. Perdió el trabajo y tuvo días de comer una sola vez; la vida se le hizo imposible allí y regresó a Fomento. Poco después se colocó en Santa Clara, pero su espíritu rebelde no le permitió soportar ciertas cosas y dejó la colocación.
Sus padres fueron militantes del Partido Socialista Popular antes y después de la clandestinidad y debido a eso y a su rebeldía propia desde los primeros días del año 1957 se entregó a los trabajos clandestinos de la Revolución.
Al darse cuenta la madre, le dijo que tuviera mucho cuidado que eso era muy peligroso, él le dijo que se acostumbrara a eso porque a la Patria le hacían falta hombres decididos y llegaría el día en que habría que decidirse.
Fue siempre de carácter alegre y juguetón, cariñoso con sus padres y hermanas y al mismo tiempo preocupado por no poder ayudar con los problemas económicos de la casa, a eso decía: "Siempre no puede ser así, esto tiene que cambiar algún día" En el años 1958 consiguió un trabajo en Fomento ganando 14 pesos mensuales, trabajando todo el día y hasta las 9 de la noche, entregándose además de tal modo a la lucha que casi ni dormía.
Labor revolucionaria
El 28 de agosto del mismo año, saliendo por el Manguito a Dos Arroyos, hasta llegar a ingresar a las fuerzas del 26 de Julio bajo el mando del capitán Zábalo. De allí tomó parte en la acción de Báez, quedándose después al cuidado de un compañero herido.
Al llegar el Che al Escambray pasó a su mando ingresando a la escuela militar de Caballete de Casa. Desde allí se comunicó con sus padres y en una carta decía: "No me pesa ni me pesará estar en las fuerzas rebeldes porque ahora sé más que nunca por qué se pelea ¡Hay que morir o vencer!".
Disfrutando de un permiso, después de pasar la escuela, tomó parte de una acción y desarmó a los 11 soldados del poblado de Agabama (Fomento), después de presentarse al Che este lo mandó a disfrutar del permiso hasta el 17 de diciembre para entregarle un grupo de 30 hombres, pero sabiendo que las fuerzas bajarían a Fomento se presentó el día 16 pidiendo su ingreso en la pelea y se le concedió, quedando así bajo las órdenes del entonces teniente Roberto Rodríguez El Vaquerito y las fuerzas comandadas por el Che.
Muerte
Fue mandado a situar postas en lugares, donde se encontraban acuartelados los soldados de la tiranía. Al poner una posta frente al Hotel Florida fue herido un compañero en la mano, cogió su fusil y se tiró en la azotea frente al hotel para combatir desde allí. Una bala enemiga puso fin a su vida. Contaba al morir justamente 22 años y medio, murió el 16 de diciembre de 1958.
Con el ataque lateral a los soldados, preparado por El Vaquerito, fue rescatado su cadáver, fue velado por familiares y amigos y sepultado en el cementerio de esta localidad, a pesar de los ataques aéreos a los alrededores de ese lugar.
Recuerdo eterno para él y todos los mártires caídos por la libertad de todos los pueblos. Amante de las causas justas y guardián celoso de la libertad de la patria, cuando esta mostró sus cadenas acudió presto a su llamado dispuesto a ofrendar su vida, si preciso fuera, por el sagrado triunfo de la libertad. Así, firme en su ideal, se inmoló el día que una artera bala de fusil disparada por un esbirro de la tiranía tronchó su preciosa existencia.
Cayó en su tierra natal, la que le viera nacer y a la que ofrendara su vida en holocausto de su más preciado ideal: la libertad.
Fuentes
- Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC)
- Biblioteca Municipal Rolando Hernández Lemus
- Joven Club de Computación y Electrónica, Fomento
- Poder Popular Municipal
