Sheol

Seol
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Concepto:Según la antigua religión israelita, y en algunos círculos cristianos y judíos caraítas actuales, el lugar a donde van a parar los muertos.

Sheol o Seol​ (en hebreo: שאול‎, romanizado: She’ol, lit. 'el sepulcro' o 'el abismo'), según el Antiguo Testamento es un lugar de oscuridad al que van los muertos. Sheol también es llamado Hades en el Nuevo Testamento y en la Septuaginta.

Los antiguos hebreos lo interpretaban como un lugar sombrío y sin conciencia o sensaciones, donde justos e injustos descansaban tras la muerte, sin distinción y sin connotaciones de castigo o recompensa, reflejando así el concepto que hoy es conocido como la mortalidad del alma

Etimología

Se han propuesto muchas posibles explicaciones para explicar el origen de la palabra hebrea scheʼóhl, una es que posiblemente derive del verbo hebreo scha·ʼál, que significa «pedir; solicitar». El estudioso Samuel Pike escribió con respecto al Seol en su obra A Compendious Hebrew Lexicon que se trata del «recinto común o región de los muertos; deriva su nombre de la insaciabilidad de la sepultura, como si siempre estuviese pidiendo o reclamando más» (Cambridge, 1811, pág. 148).

Seol se escribe en hebreo similar a Saúl.

Traducción en las biblias actuales

El término aparece un total de 62 veces en el Antiguo Testamento, es frecuentemente usado en los salmos y en otros libros poéticos.

No existe un equivalente exacto para «seol» en español; según el contexto, las bíblias modernas suelen traducir Seol como «sepultura», «tumba» o «infierno».

La Enciclopedia Collier (1986, vol. 12, pág. 28) comenta sobre el empleo de la palabra "infierno" en la traducción bíblica: «Puesto que el Sheol de los tiempos veterotestamentarios se refería simplemente a la morada de los muertos sin indicar distinciones morales, la palabra infierno, según se entiende hoy día, no es una traducción idónea».

Significado

Texto bíblico en una sinagoga en Holešov, República Checa: «HaShem mata y da vida; Él hace descender al Seol y lo levanta». (1 Samuel 2:6)

El Seol se refiere a un lugar al que van las personas después de la muerte, pero no tiene una connotación claramente de castigo o recompensa, como lo tendría el concepto del infierno o el cielo en algunas tradiciones posteriores.

El Seol es más bien un «reino de sombras», un lugar sombrío y oscuro donde las almas de los muertos descansan o permanecen sin conciencia. En la visión bíblica antigua, no era un lugar de tormento ni de felicidad, sino un estado de existencia inerte o de olvido. Era visto como un espacio donde tanto justos como injustos iban después de morir, sin distinción.

En el antiguo Israel no existía una creencia de la inmortalidad del alma universal, no obstante, es verdad que algunos israelitas podían adoptar prácticas paganas o idolátricas. Por ejemplo, en algunas excavaciones arqueológicas en Israel, se han encontrado amuletos en tumbas (como los famosos rollos de Ketef Hinnom). Estos amuletos, generalmente se utilizaban para que el difundo tenga asegurado el paraíso en el más haya. A pesar de esto, el consenso académico actual es que los biblistas no compartían estas creencias, ya que por todas las Escrituras el Seol es asociado con la muerte y nunca la vida (1Sa 2:6; 2Sa 22:6; Sl 18:4, 5; 49:7-10, 14, 15; 88:2-6; 89:48; Isa 28:15-18).

Brynmor F. Price y Eugene A. Nida comentan sobre la palabra «Seol»:

«La palabra aparece con frecuencia en los Salmos y el libro de Job para referirse al lugar al que van a parar todos los muertos. Se representa como un lugar oscuro, en el que no existe ninguna actividad propiamente dicha. No se hace en él ninguna distinción moral, por lo que ‘infierno’ [DK; Mod; Val, 1868] no es una traducción apropiada, pues implica un contraste con el ‘cielo’ como morada de los justos que han muerto. En cierto sentido, hablar de ‘la sepultura’ de manera genérica es un equivalente aproximado, con la salvedad de que Seol es una sepultura común en la que se hallan todos los muertos. [...] En vista de que Jonás se hallaba atrapado en el interior del pez, puede que en este pasaje [Jonás 2:2] se haya considerado apropiado el uso de esta metáfora en particular». (A Translators Handbook on the Book of Jonah, 1978, pág. 37).

La Encyclopædia Britannica (ed. 1965, vol. 11, pág. 276) comenta:

«A lo largo de la mayor parte del período del Antiguo Testamento [...] los israelitas pensaban que el Seol era la gran democracia de todos los muertos. Seol estaba situado en alguna parte debajo de la tierra. Cuando ‘el aliento de vida’ había salido de un hombre y regresado a Yahweh de donde vino originalmente, y cuando su cuerpo enterrado se había descompuesto, lo que quedaba de lo que había sido como persona dormía en el Seol. La condición de los muertos no era ni de dolor ni de placer. Con el Seol no estaba asociada ni la recompensa para los justos ni el castigo para los inicuos. Lo mismo los buenos como los malos, los tiranos como los santos, los reyes como los huérfanos, los israelitas como los gentiles, todos estaban dormidos juntos sin conciencia los unos de los otros».

En el capítulo 12 del libro de Daniel, el ángel de Dios (posiblemente Gabriel) se refirió a todos los muertos como si estuvieran en un estado de sueño (es decir, de inconsciencia), del cual serían despertados en la resurrección.

«Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión eterna». (Daniel 12:2).

Inmortalidad del alma en el cristianismo

La mayoría de los cristianos interpretan el concepto de «gehena» mencionado por Jesús de Nazaret como referente al infierno, a un fuego eterno literal o al alguna especie de estado de dolor perpétuo, y otros interpretan que Enoc y Elías fueron llevados al cielo espiritual con Dios, pero los Testigos de Jehová y los adventistas del Séptimo Día rechazan estas posturas, aseverando con toda seguridad que ni las escrituras cristianas ni hebreas respaldan estas creencias. [1][2][3]

Recientemente en otros movimientos evangélicos y católicos también se ha cuestionado la existencia del infierno, o incluso, si existe, qué es exactamente.

Fuentes

  • Perspicacia para comprender las Escrituras - «Seol».

Referencias