Valle de M ' Zab

Valle de M ' Zab
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Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
Ciudaddelvalle.jpg
Mezquita en la ciudad
Coordenadas32°28′59.988″N 3°40′59.988″E
PaísBandera de Argelia Argelia
TipoCultural
Criteriosii, iii, v
RegiónEstados Arabes
Año de inscripción1982 (VI sesión)

El Valle de M ' Zab, es un oásis situado en el wilayato de Ghardaïa, a unos 600 km al sur de Argel, en Argelia. Este territorio está formado por un área de 72 kilómetros cuadrados, donde se encuentran un conjunto de poblaciones que ocupan desde el siglo XI un valle en medio del territorio árido, y que se caracterizan por un sentimiento riguroso de su concepción espiritual y religiosa. El M ' Zab es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1982.

Descripción

El Sahara argelino puede dividirse a grandes rasgos en dos depresiones de distinta altitud, separadas entre sí por un relieve central norte-sur llamado el M'zab o Mzab. El valle de M'zab es un importante oasis sahariano en la wilayah (provincia) de Oasis, a 600 kilómetros al sur de Argel.

El oasis se extiende a lo largo del Ued Mzab, en una superficie de 4000 ha, y está rodeado por chebka, un extenso terreno árido cruzado por cauces secos de ríos. Comprende la Pentapolis, cinco ksuro, que son ciudades de distinto tamaño e importancia. Ghardaia es el principal asentamiento, mientras al-Ateuf es el más antiguo (1014). Beni Isguen (1347) es, sin embargo, la ciudad sagrada de la Liga Mozabita, no permitiendo pasar la noche en el interior de sus murallas a árabes, judíos o europeos. Melika (1350), poblada por africanos negros, alberga vastos cementerios. Bu Nura (1046), erigida sobre una roca que domina el lecho del río, es la más modesta de las ciudades.

Vista de una de sus ciudades.

Historia

Estas poblaciones deben su existencia a los ibaditas, un grupo religioso disidente, considerado como una secta herética, que logró agrupar algunos seguidores entre los bereberes, la etnia autóctona de la región del Magreb, y llegó a dominar en el siglo X el África septentrional (imanato de Tiaret). Huyendo de la persecución de los musulmanes ortodoxos, abandonaron sus viviendas en las llanuras de Tell Atlas y más tarde de Uargla, para instalarse finalmente en una zona más segura: el M'zab. Aquí, a principios del siglo XI, fundaron El Ateuf. En el M'zab esta fe puritana continuó floreciendo, gracias al rigor, el secreto y la abnegación de sus fieles. El valle de M'zab fue anexionado a Francia en 1882 y devuelto a Argelia en 1962. El conjunto de las cinco ciudades sumaba a mediados del siglo XX cerca de 30.000 habitantes, casi la mitad de los cuales vivía en Ghardaia, la capital.

Recursos económicos

Uno de sus monumentos.

Cada ksar posee su palmeral. Son de creación artificial y se remontan a los primitivos pueblos sedentarios del valle. Ocho kilómetros de cultivos de palmeras datileras son irrigados por un complejo sistema hidráulico de seis presas construidas a lo largo del río y sus afluentes para controlar sus fuertes crecidas. Innumerables pozos, de hasta 60 m de profundidad, con ingeniosos artilugios para el bombeo de agua por tracción animal (asnos y dromedarios) y una importante red de canales, garantizan la irrigación. Al sonido de las poleas de los más de tres mil pozos del valle lo llaman la canción de M'zab. El agua es aquí un bien precioso, y se miden cuidadosamente sus tiempos de consumo, a fin de que el líquido elemento sea repartido de la forma más equitativa posible.

La sombra de estos palmerales esconde jardines con árboles frutales, cereales, legumbres y hortalizas, así como plantas ornamentales. Los palmerales son también el lugar de descanso y de residencia estacional de los habitantes de la pentápolis, que poseen, más allá de los muros de color pan tostado que delimitan los huertos, mansiones y jardines a los que se mudan las familias para pasar los rigores del verano, en medio de los perfumes de los granados, las rosas y las violetas. Un sistema defensivo compuesto de torres de vigía asegura el avistamiento de posibles enemigos o de crecidas. Tratándose de un centro comercial del Sahara, el oasis sustenta sus recursos primarios en el cultivo de dátiles y en la artesanía. Durante casi mil años, generaciones de mozabitas abandonaron su valle natal para marchar en busca de nuevos mercados. La mayoría de los mozabitas varones viajan al norte como comerciantes, para regresar a sus hogares a intervalos regulares. Sólo cuando hayan ahorrado suficiente dinero, volverán para quedarse definitivamente. Por lo general no se permite a las mujeres salir del oasis. Además de ocuparse de los trabajos domésticos, las mujeres se dedican a la confección de tejidos de lana, ornamentados con dibujos geométricos y vistosos colores.

La comunidad mozabita

Los habitantes del M'zab son bereberes que hablan un dialecto particular cercano al kabilio. La población mozabita ha imprimido su carácter al oasis. También conocidos como Kharijitas (recusadores), rechazaron la autoridad de Ali, y formaron la primera secta islámica. Su sociedad excluye todos los demás grupos musulmanes y religiosos, y está basada en un código moral puritano, en la pureza de la fe, y en rituales secretos. El mozabita es celoso guardián de su intimidad. Las cinco ciudades son administradas por una asamblea de doce sabios (halqah de los Azzabas) que componen el Consejo de la Mezquita, la más elevada institución, que asume a su cargo todas las funciones religiosas. Otras instituciones de carácter religioso son las de los estudiantes o clérigos menores, que ayudan a la halqah en sus tareas, y los imasurdanes, encargados de los trabajos de mantenimiento de la mezquita. Además de en las religiosas, la población del M'zab se asienta en otras instituciones de carácter laico: la familia; la achira o fracción, que reúne a las familias descendientes de un mismo antepasado, y que es conducida por un consejo de sabios; la djemaa o asamblea, detentadora del poder ejecutivo municipal; y por fin el cadi, designado por la djemaa, que representa el poder judicial, si bien estos dos últimos han sido recientemente sustituidos en sus atribuciones por el gobierno argelino.

La arquitectura del M'zab

Panorámica de sus construcciones.

Es manifiesta la unidad arquitectónica de las cinco ciudades mozabitas. Sobre una colina rocosa, el casco urbano, rodeado de amplios cementerios, crece en torno a la mezquita que, desde su minarete, lo domina y lo unifica. Las viviendas se construyen aterrazadas en círculos concéntricos alrededor del santuario, hasta llegar a las murallas que las rodean. Las casas cúbicas, rematadas por terrazas, son semejantes en dimensiones y concepto. Cubos encalados de azul pastel, pimienta, ocre. El suelo está profundamente cavado con pozos para encontrar agua. Antiguas reglas de urbanismo preservan la intimidad y realzan la luminosidad determinando la orientación y altura de los edificios. Es una arquitectura austera y desornamentada, que refleja el riguroso purismo de la comunidad jariyi del M'zab argelino.

Existen tres tipos de mezquitas en el valle de M'zab, que poseen funciones diferentes. Las mezquitas de las ciudades están generalmente situadas en las partes más altas de los ksury rematadas por un minarete de gran altura, cuyas funciones son la llamada a la oración y la vigilancia. Este alminar se caracteriza por su talud, que le confiere una afilada forma troncopiramidal. La mezquita ibadita, dividida en varias secciones, no tiene más decoración que la armonía rigurosa de su estructura. Su desnudez decorativa de formas impecables creó escuela hasta en el Níger. La mezquita de Agades, por ejemplo, es un virtuoso logro que parte de la herencia ibadita norteafricana: la gran altura y verticalidad constructiva reflejan las aspiraciones del creyente. Alrededor de las ciudades, en los cementerios, entre una infinidad de nichos y criptas, se levantan también mezquitas y áreas de oración, utilizadas básicamente los viernes de invierno para los rezos, la lectura del Corán y la distribución de alimentos. También los palmerales poseen sus mezquitas. Éstas, como las de los cementerios, carecen de minarete. A una veintena de kilómetros del valle, los oasis chaambas (como Metlili, que se levanta como una fortaleza dominando una roca), están los poblados constituidos por nómadas semi-sedentarios, que se dedicaban antaño a saquear los pueblos del M'zab.

Ghardaia: la capital

Capital del oasis de M'zab, se levanta en la orilla izquierda del ued M'zab. Su fundación en el siglo XI d C (1048) es atribuída al sheik Baba Uld Djemma. La ciudad fue construída alrededor de la cueva (ghar) supuestamente habitada por la mujer santa Daia, a quien el sheik desposó tras descubrirla una noche cerca del lugar donde había plantado su tienda (la cueva es todavía venerada por las mujeres mozabitas). Esta etimología árabe del nombre de Ghardaia es considerada por otros como una mera leyenda; el nombre mozabita de Ghardaia sería en realidad Taghardeyt, que en bereber significa altura, acantilado o movimiento de terreno.

Es una ciudad fortificada de planta elíptica; sus casas de adobe blanco y rojo se elevan en terrazas y arcadas hacia la mezquita con minarete piramidal del centro. Ghardaia está dividida en tres sectores amurallados. En el centro está el sector mozabita, construído alrededor de la mezquita y de una extensa plaza porticada, la Plaza del Mercado.

Fuentes