Rodolfo Fernández Álvarez

Rodolfo Fernández Álvarez: Héroe eterno de la Patria, caído en Playa Girón.

Nacimiento

Nació en Alto Songo, Provincia Santiago de Cuba, el día 10 de diciembre de 1941, de extracción social campesina, hijo con otros tres hermanos del matrimonio de Magdalena y Julio.

Le gustaba mucho el deporte: practicaba pelota, el boxeo y la natación, pero no tuvo tiempo para sistematizar sus prácticas.

Juventud

A  los 15 años inicia sus actividades dentro del Movimiento Revolucionario 26 de julio en San Benito, donde realiza las actividades de clandestinaje hasta que se incorpora al Ejército Rebelde en la Sierra Maestra. Él participo en numerosas batallas y se mantiene en la lucha armada hasta el triunfo de la Revolución.

Trayectoria

En enero de 1959 ingresa en la Policía Nacional Revolucionaria, en La Habana, y comienza a trabajar en la antigua 3ra unidad. Después cursa una escuela en El Pitirre y de allí pasa a la comandancia (en Cuba y Chacón), bajo el mando del comandante Efigenio Ameijeiras

Labor desempeñada

A pesar de su enfermedad, cuando se produjo el incendio criminal de "El Encanto", Rudy acudió incorporándose a las brigadas de trabajo voluntario que efectuaron el escombreo de la tienda. En esa labor se encontraba cuando se produjo el ataque de Playa Girón. Inmediatamente, Rudy, sin importarle el haberse herido una mano en el trabajo que realizaba en "El Encanto", se dirigió a la Escuela de la PNR, en "El Pitirre", para salir con sus compañeros a combatir, a los mercenarios el 18 de abril.

Muerte

El día 18 de abril de 1961 partió hacia Girón, y cae en arrematida heroica ese mismo día, frente al enemigo. Momentos antes de morir arengó a sus compañeros diciéndoles: "¡Adelante, compañeros, adelante!..."

Anécdota

Teresa la esposa: Era un muchacho muy inquieto. Nada hubiera podido detenerlo. Por encima de todo para el estaba Cuba, aunque no fue designado para ir a Playa Girón, de todos modo logro el permiso y salio en el camión con el resto de sus compañeros.
Yo le insistí en que no fuera, haciéndole diferentes observaciones sobre su enfermedad y su mano herida. Sobre nuestro hijo que iba a nacer. Pero el me respondió:

Teresita, yo no puedo quedarme aquí mientras mis compañeros pelean contra el enemigo. Mi conciencia me acusaría por toda la vida como si fuera un traidor, me sentiría como un cobarde al no acudir cuando la Patria necesita de todos sus hijos.

Bueno, cuídate. Ten cuidado, le dije al despedirnos. El me abrazo y me beso, a la vez que repetía: Si, si, hasta luego. No olvides lo que he dicho: si me pasa algo ponle mi nombre a nuestro hijo, el será la continuación mía.

Su hijo nació el 31 de julio después de su muerte.

Fuente

• Libro Héroes eternos de la Patria de Justina Álvarez. Edición Venceremos. La Habana 1964
• Archivos del Museo Memorial Comandancia de las FAR.