Diferencia entre revisiones de «Carlos Darwin Amengual García»
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Contaba Carlos Darwin Amengual García con 18 años de edad, al caer tronchaba su valerosa vida por perdidas balas de la tiranía que oprimía al pueblo, regándose así la tierra [[República de Cuba|cubana]] con más sangre joven, pero esta no se derramó en vano, porque meses más tarde se reafirmaba el [[Triunfo de la Revolución|triunfo revolucionario]] de una vez y para siempre, acabando así con la explotación del hombre por el hombre, la miseria, el hambre y los abusos. Haciéndose realidad sus sueños de cubano digno. En [[1961|1961]], [[Ernesto Guevara de la Serna|Ernesto Guevara]] visitó la casa de Carlos Amengual García y felicitó a su madre por el hijo que había dado a la [[República de Cuba|Patria]]. | Contaba Carlos Darwin Amengual García con 18 años de edad, al caer tronchaba su valerosa vida por perdidas balas de la tiranía que oprimía al pueblo, regándose así la tierra [[República de Cuba|cubana]] con más sangre joven, pero esta no se derramó en vano, porque meses más tarde se reafirmaba el [[Triunfo de la Revolución|triunfo revolucionario]] de una vez y para siempre, acabando así con la explotación del hombre por el hombre, la miseria, el hambre y los abusos. Haciéndose realidad sus sueños de cubano digno. En [[1961|1961]], [[Ernesto Guevara de la Serna|Ernesto Guevara]] visitó la casa de Carlos Amengual García y felicitó a su madre por el hijo que había dado a la [[República de Cuba|Patria]]. | ||
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Revisión del 16:59 23 sep 2010
Sumario
Reseña de su infancia
Carlitos para uno y Caco para otros, desde el mismo 1ro de junio de 1940 enseñaba su fortaleza cuando para asombro de quienes lo rodeaban en su cuna y a todo pulmón gritó con tal fuerza que pareciera despertar el primer día de este mes a Cuba de un sueño que parecía no abrir sus ojos todavía.
Su crianza fue al lado de sus hermanas Raquel, Belkys y de su tutor Arcel Figueredo. Pasaron los primeros 7 años, se veía crecer en un barrio pobre de Yara a un inquieto niño, vivo, inteligente, bellaco y juguetón, quien se divertía mucho jugando con bolas, trompos, al boxeo entre otros juegos, así como realizar actividades de exploración y campismo.
Era un niño muy saludable, no padecía de ninguna enfermedad. Su corta vida de estudiante transcurrió en el centro escolar que actualmente lleva su nombre. A pesar de no tener definida ninguna profesión hace un viaje a La Habana donde pudo ejercer como gastronómico en un pequeño barrio de la capital. De regreso a Yara realiza otras actividades, su niñez fue dura, con frecuencia se podía ver limpiando zapatos frente al bar Bello Club con un cajoncito sentado a la sombra de los álamos y le pagaban 10 centavos por cada persona, en ocasiones también se dedicaba a vender jazmines.
Ya a los 11 años comenzó a trabajar en una arrocera arrancando hierba, jornada de trabajo que duraba hasta 9 horas diarias, enfermándose las piernas por tanta humedad. Su mayor aspiración era pertenecer a la Marina Mercante, pues su anhelo era conocer el mundo y viajar; llegó a estudiar mecánica por correspondencia.
Acciones revolucionarias en el llano
Se despierta en Caco el interés por la libertad de su Patria cuando conoce de la existencia del movimiento revolucionario 26 de julio liderado por Fidel Castro. Entre los 12 y 14 años comienza las actividades clandestinas, ponían banderas del 26 de julio, alcayatas, fondos de botellas en la carretera, su mayor deseo y lo comentaba con su madre cada vez que podía era defender su Patria.
Con 16 años de edad, continúa participando en múltiples actividades revolucionarias y clandestinas en apoyo a la rebeldía, demostrando así su temprana inquietud por los problemas que afrontaba la Patria en aquel período, destacándose entre sus compañeros por su arrojo, valor y tenacidad. La madre decide enviarlo para La Habana a ver si se olvidaba de estas acciones tan peligrosas; pero aumentó su fervor por liberar a la Patria, pues allí sus primos estaban incorporados de lleno también en la clandestinidad, Carlos se toma una foto en la arboleda del Zoológico de la Ave. 26 del Vedado y al dorso le escribe en la dedicatoria a su mamá: “Mami te envío esta foto para que te hagas la idea que estoy en la Sierra Maestra.”
Rumbo a la Sierra Maestra
De regreso a Yara en la tarde del 12 de abril de 1958 al compartir la noche con su familia, la madre al contemplarlo presentía su pronta partida, porque cruza una triste y profunda mirada, él a su vez, le pasaba la mano por los cabellos de plata, la contemplaba y se inspiraba en aquella canción que dice: “Se está poniendo blanca toda tu cabellera, la niebla de los años te está cayendo ya, y arrugada tu frente de tantas primaveras”. Se pone de pie y le dice a Miñín que iría en busca de cigarros a la tienda de Luis René Pérez. Miñín espera que regrese muy pensativa y triste hasta las 11:00 pm, Caco no regresó, había partido para la Sierra Maestra, contaba con 17 años de edad, fue el día escogido, pues él debió salir el día anterior con el grupo que integraban: Harry Villegas, Manuel Peña (Lange), César, Mongolo y otros, no pudo salir el día antes pues debía cumplir todavía una misión importante en Yara.
En esta ocasión no se pudo quedar en la Sierra, pues al verlo tan niño y sin armas lo rechazan y el Ché le dice: “La Revolución necesita hombres y armados”, a lo que el respondió: “el hombre está aquí, volveré con el arma”.
Retorno a su pueblo
Regresa a Yara y lo primero que hace es comprar un sombrero y le bajó las alas para no ser reconocido. En un bar del pueblo del señor Juan Martínez se reunían los casquitos, (esos fueron jóvenes reclutados por el ejército de la tiranía) que le pagaban un sueldo menor que a los oficiales, y servían de carne de cañón cuando tenían que enfrentarse con el enemigo, Carlos se hace amigo de uno de ellos prácticamente de su misma edad, quien cuidaba la locomotora cargada de caña y de miel, lo invita a tomarse un trago, ya que para ir hasta el bar tenían que dar la vuelta completa a la locomotora y se alejaban de la luz, cuestión esta que aprovecha Carlos y le quitó el arma.
En la Sierra Maestra
En una de esas noches del propio mes con la ayuda de la madre parte rumbo a Minas del Frío (Sierra Maestra), y se hizo realidad aquel propósito de presentarse armado. Esta acción valiente hace que lo incorporen a la columna invasora No. 8 Ciro Redondo al mando de nuestro querido Comandante Ernesto Che Guevara, quien siente por éste joven gran admiración desde los primeros momentos de su vida en la Sierra Maestra.
Lo caracterizaba su gran valentía, tenacidad, arrojo, audacia, coraje, consagrado, con una disciplina intachable, siempre era el primero en el combate y frente a las balas enemigas peleaba de pie. El propio Guerrillero Heróico manifestó que Carlos Amengual fue uno de los primeros en dar un paso al frente al solicitar los voluntarios a participar en la Invasión de Oriente a Occidente, en la misma demostró durante la gloriosa gesta y en toda la campaña un máximo grado de generosidad y valentía.
Últimas acciones
Participó en 6 combates sin recibir lesiones ni heridas de gravedad, al hacer el 7mo combate que fue en la toma del cuartel del pueblo de Güínea de Miranda, en Fomento, Las Villas, Carlos valientemente disparando de pie le grita en medio del combate a los enemigos, ¡ríndanse que no queremos acabar con ustedes!, y es cuando una bala enemiga le atraviesa el estómago y cae herido. En la madrugada del 27 de octubre de 1958 se segó para siempre la vida de este gran hombre en el poblado de Güínea de Miranda, y muere heróicamente este joven combatiente revolucionario legando su glorioso ejemplo a las futuras generaciones.
Su muerte no fue en vano
Contaba Carlos Darwin Amengual García con 18 años de edad, al caer tronchaba su valerosa vida por perdidas balas de la tiranía que oprimía al pueblo, regándose así la tierra cubana con más sangre joven, pero esta no se derramó en vano, porque meses más tarde se reafirmaba el triunfo revolucionario de una vez y para siempre, acabando así con la explotación del hombre por el hombre, la miseria, el hambre y los abusos. Haciéndose realidad sus sueños de cubano digno. En 1961, Ernesto Guevara visitó la casa de Carlos Amengual García y felicitó a su madre por el hijo que había dado a la Patria.
Sus restos fueron trasladados para su pueblo natal el 31 de enero de 1959 y se encontraron expuestos en el cementerio de Yara hasta el 3 de octubre del 2009 que fueron exhumados para trasladarlos a Santa Clara junto a los restos del Guerrillero Heróico y los demás miembros de la columna.
Fuentes
- Escuela Primara Carlos D. Amengual García
- Museo Municipal Yara