Juana de la Torre Pupo

Juana de la Torre
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NombreDe la Torre Pupo, Juana Isabel
Nacimiento1836
ciudad de Holguín,
provincia de Holguín,
capitanía general de Cuba,
Reino de España Bandera de España
Fallecimientoposiblemente en el siglo XX
ciudad de Holguín,
provincia de Holguín,
República de Cuba Bandera de Cuba
ResidenciaHolguín
Nacionalidadcubana
Ciudadaníaespañola, y desde 1902, cubana

Juana de la Torre Pupo (Holguín, 1836 - Holguín, ¿?) fue una revolucionaria cubana. Mujer humilde, buena esposa, valiente, decidida y luchadora por los ideales de la independencia.

Síntesis biográfica

Vivió en una sólida edificación en la calle Martí No.17 esquina Narciso López, poseía varias propiedades y dos esclavos domésticos. Los padres con buena posición en aquel entonces le posibilito que Juana desde muy pequeña estudiara. Se caracteriza por las ideas independentistas, la capacidad creadora y la voluntad de luchar. Comienza a frecuentar la casa de la familia Grave de Peralta que en aquellos años era uno de los más importantes centro de propaganda y correspondencia en Holguín contra el dominio colonial en Cuba.

Allí conoce a Manuel Hernández Perdomo maestro camagüeyano que se estableció en Holguín y participo directamente en las actividades conspirativas de la zona, alrededor del año 1963 la vida de Juana de la Torre Pupo y Manuel Hernández Perdomo quedaron unidas por el amor y la lucha, fue criticada por la sociedad por no presentarse ante el altar, este hombre vivió las demandas de su tiempo, nunca se cansó ni se desalentó.

La casa de Juana pronto se convierte en un centro de conspiración, donde se guardaban armas y propagandas así como la celebración de reuniones, Juana se convierte en la más eficaz auxiliar de los conspiradores holguineros su vida y su obra soportaron la prueba del tiempo.

Trayectoria revolucionaria

El día 10 de octubre de 1868 en el ingenio La Demajagua, Carlos Manuel de Céspedes se levanta en arma frente a un grupo de revolucionarios, iniciándose así la guerra de los 10 años, en la noche del 12 de octubre de 1868 recibe el jefe militar de la plaza un telegrama comunicándole, el alzamiento en Manzanillo, inmediatamente se ordena a detener a Manuel Hernández Perdomo.

Un grupo de soldados se dirige a la casa de Juana de la Torre pero Manuel enterado de la presencia enemiga logra alcanzar el techo de la casa y salir a la calle, durante todo el resto de la noche someten a la valiente mujer a un cruel interrogatorio sin poder hacer que hablara.

En el registro de la casa encontraron sables, varias libras de pólvora, un revólver, plomo, propaganda revolucionaria y otros objetos.

Durante los siete días que le siguen a su encarcelamiento, esta digna revolucionaria holguinera continuó siendo interrogada y vejada. Su respuesta fue siempre el silencio.

Mientras los acontecimientos se precipitan rápidamente los insurrectos se apoderan de los campos y pronto atacan a la ciudad, los españoles se ven obligados a refugiarse en la manzana donde esta situada La Periquera, se encuentra ubicada en la calle Frexes 198 entre Libertad y Maceo. Es allí donde conducen a Juana que en medio de su penosa situación se siente feliz de ver a la ciudad en poder del Ejercito Libertador.

Cita

En la página 75 de la obra Huellas de la gloria, escrita por Emeterio Santovenia (presidente de la Academia de la Historia), aparece relacionando el hecho con el asedio de La Periquera:

Los defensores de La Periquera, necesitados de tiempo para obtener refuerzos y mejorar su atrincheramiento, utilizaron como subterfugio salvador las negociaciones entabladas para la rendición.
Así fue que resultaron baldías tanto la carta conminatoria que el 22 de noviembre de 1868 dirigió el general Julio Grave de Peralta al jefe español Camps Feliú, las nuevas entrevistas de españoles e insurrectos y las amenazas de Amadeo Manuit.
No abandonaron los sitiados la casa fuerte y hasta lograron posesionarse otra vez de la ciudad, gracias a la llegada de las tropas esperadas y a los sentimientos humanitarios fomentados por mambises por la presencia en La Periquera de mujeres y niños.
El alcance de aquel recurso desigual fue aquilatado por una holguinera, por una heroína: Juana de la Torre, quien, capturada por los españoles, fue llevada a la La Periquera y compelida a exigir de los revolucionarios la retirada de Holguín, para salvar su vida.
La heroína pronunció estas palabras:
¡Si debo morir bajo los escombros de este edificio para que triunfe la santa causa de la libertad, que no detengan un instante el fuego del cañón!
Eloy Pérez Montejo:
Juana de la Torre, heroína holguinera[1]

Homenaje

Juana de la Torre Pupo

En su casa se reunían
valientes conspiradores
que luchaban diariamente
contra los enemigos españoles.
En silencio ella hizo
lo que el enemigo nunca supo
y con amor recordamos
a Juana de la Torre.
Autor anónimo
Una mambisa holguinera

Era valiente holguinera,
con valor siempre luchó,
ayudando a los mambises
que en su casa ella reunió:
en manos de los españoles
Juana de la Torre cayó,
y frente a La Periquera
con mucha fuerza gritó:
“Que no se detenga el fuego
que sale por el cañón:
prefiero morir mil veces
antes traicionar la nación.
Autor anónimo

Fallecimiento

No se conoce cómo ni cuándo murió Juana de la Torre Pupo pero lo más importante es su actitud y firmeza revolucionaria que quedaron demostradas en este decisivo momento de la historia de la guerra de independencia cubana.

Se haría patente una vez más la sentencia notable del héroe nacional José Martí cuando expresó:

En los andes puede estar el pedestal de nuestra libertad, pero el corazón de nuestra libertad está en nuestras mujeres.
José Martí

Fuentes