Manuel Hernández Perdomo

Manuel Hernández Perdomo
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Coronel del Ejército Libertador
NombreManuel Hernández Perdomo
LealtadEjército Libertador Bandera de Cuba Cuba
Participó enGuerra de los Diez Años (1868-1878)
NacimientoManzanillo, Oriente, Bandera de Cuba Cuba
FallecimientoEn campaña Bandera de Cuba

Manuel Hernández Perdomo. Coronel del Ejército Libertador cubano.

Síntesis biográfica

Nació en Manzanillo, Oriente, aunque también se dice que su nacimiento ocurrió en Venezuela.

Lucha mambisa

Guerra de los Diez Años (1868-1878)

Alrededor del año 1863 la vida de Hernández Perdomo quedó unidas por el amor y la lucha a la de Juana de la Torre (de 27 años). Fueron criticados por la sociedad holguinera por no presentarse ante el altar. Esta pareja vivió las demandas de su tiempo, nunca se cansaron ni se desalentaron.

La casa de Juana pronto se convirtió en un centro de conspiración donde se guardaban armas y propagandas así como la celebración de reuniones, Juana se convierte en la más eficaz auxiliar de los conspiradores holguineros. Su vida y su obra soportaron la prueba del tiempo.

El día 10 de octubre de 1868, en el ingenio La Demajagua, Carlos Manuel de Céspedes se levanta en armas frente a un grupo de revolucionarios, iniciándose así la Guerra de los Diez Años (1868-1878).

En la noche del 12 de octubre de 1868 recibe el jefe militar español de la plaza un telegrama que le comunicó el alzamiento en Manzanillo. Inmediatamente ordenó que se detuviera y fusilara a Manuel Hernández Perdomo.

Un grupo de soldados se dirigió a la casa de Juana de la Torre pero Manuel Hernández, enterado de la presencia enemiga, logró alcanzar el techo de la casa y salir a la calle. En el registro de la casa encontraron sables, varias libras de pólvora, un revólver, plomo, propaganda revolucionaria y otros objetos. Durante los siete días que le siguieron a su encarcelamiento, De la Torre continuó siendo interrogada y vejada. Su respuesta fue siempre el silencio.

Hernández Perdomo se unió, al frente de un grupo de patriotas, al general Julio Grave de Peralta y el 30 de octubre de 1868 participó en el ataque a la ciudad de Holguín.

Tres semanas después, el 22 de noviembre, los españoles fusilaron a su mujer, Juana de la Torre, por haberse negado a ofrecerse como rehén y obligar a su compañero a entregarse.

Hernández Perdomo fue trasladado al distrito de Jiguaní, con grado de comandante.

El 7 de julio de 1870, el mayor general Máximo Gómez lo nombró jefe de operaciones de Jiguaní, con grado de teniente coronel, y le hizo entrega de 200 hombres para que se mantuviera al frente de ese mando hasta que el general de brigada Calixto García, quien se encontraba herido, pudiera asumirlo, lo cual ocurrió días después.

El 9 de abril de 1871 fue ascendido a coronel.

[Se formó la] Conspiración de la Vuelta Abajo, cuyo centro radicaba en La Habana, y de la que asegura el meritísimo investigador Vidal Morales y Morales en su obra Iniciadores y primeros mártires de la Revolución cubana, que en ella “figuraron elementos de gran valer en la sociedad cubana y era una de las más vastas y mejor organizadas que hasta entonces habían existido”.
Efectivamente, se contaban entre sus miembros al poeta Ramón de Palma, a los hermanos Bellido de Luna, a Francisco Valiente, a Francisco Estrampes, Luis Eduardo del Cristo, Fernando de Peralta, Carlos del Castillo, Joaquín Fortún, Juan González Álvarez, Antonio Franchi Alfaro, Antonio Gassié, el poeta José Agustín Quintero, José A. Echeverría, Juan de Miranda Caballero, Manuel Hernández Perdomo, Joaquín Balbín, Joaquín María Pintó, Andrés Ferrer, el poeta Felipe López de Briñas y el insigne habanero Francisco de Frías.
Esta Junta Cubana, que dirigió la Conspiración de la Vuelta Abajo, y publicó, para decirlo con las palabras de Vidal Morales, “el primero y único periódico infidente, subversivo y revolucionario que jamás había aparecido en la capital de la colonia cubana”, estaba presidida por un habanero de extraordinarias dotes intelectuales y morales, el abogado Anacleto Bermúdez y Pérez, discípulo de Félix Várela. Pero la conspiración no pudo ser más desdichada. Descubiertos sus trasiegos de armas e iniciada la correspondiente causa criminal, al mes de comenzar los procedimientos murió repentina y misteriosamente, a los cuarenta y cinco años, Anacleto Bermúdez...[1]

Manuel Hernández Perdomo murió en campaña.

Fuentes