Endre Ady

Endre Ady
Información sobre la plantilla
260px
NombreEndre Ady
Nacimiento31 de Noviembre de 1877
Hungría
Fallecimiento27 de enero de 1919
OcupaciónPoeta
Endre Ady. Poeta lírico de la lengua húngara del siglo XX, y uno de los más grandes representantes de la poesía moderna en toda Europa, siendo completamente desconocido en castellano. Las traducciones que existen del autor, son muy escasas, la última traducción al castellano aparecida en 1977 del cubanoDavid Chericián, realizada para la editorial Corvina Budapest, que es prácticamente inaccesible, y tan sólo contiene un pequeño número de poemas.

Biografía

Nació en [Hungría]] el 31 de noviembre de 1877, de origen noble campesino, frágil de salud y medroso, de espíritu femenino, aristocrático, cobarde y bárbaro. Desde muchacho se refugió en la nicotina, el alcohol y otros vicios, disfrazando su soberbia y su timidez con un tono agresivo y violento, tanto en su actitud vital como en sus primeros escritos periodísticos.

Influido por Carlos Marx y Charles Darwin, se situó a la izquierda en política como en literatura, compatibilizando esa actitud con un marcado gusto aristocrático por el refinamiento. Consideró desde muy temprano a la Rusia de su tiempo como un modelo de lucha.

Con cuarenta y seis años, produjo una magna obra poética. Endre Ady irrumpió en la lírica húngara mostrando las posibilidades de este idioma asiático, destruyendo y creando simultáneamente. Resulta prácticamente imposible traducir a un idioma románico, los efectos bárbaros, ungrofínicos, del húngaro, cuyas bases sintácticas, fonéticas e incluso lógicas, son diametralmente opuestas a las del castellano.

La literatura húngara de su tiempo era, según sus propias palabras

"un gran campo de barbecho", "lugar de viejas batallas, estupidez y torpor", donde "la no muy numerosa elite estaba buscando la fe".

Era una literatura burguesa y apocada, reducida a una elite gobernante, a un cántico al conformismo, contra lo que Endre Ady se rebeló desde el principio.

Vida

Influido por Karl Marx 1818-1883, y Charles Robert Darwin 1809-1882, se situó a la izquierda tanto en política como en literatura, compatibilizando esto con un marcado gusto aristocrático por las buenas cosas de la vida. En sus poemas, habla insólitamente del pueblo como parte esencial de la cultura nacional húngara. Los comunistas le consideran, no del todo, como un precursor suyo, pero si es cierto que no se puede negar los ideales socialistas que respiran sus poemas. También es cierto que toda su vida fue un continuo rechazo de la rutina burocrática, que aún dentro de la extremada flexibilidad del actual régimen húngaro, es la base del sistema burocrático impuesto por Moscú a Hungría hace años. Volviendo la espalda al vecino germánico, vio desde el principio un modelo de lucha en la Rusia revolucionaria de su tiempo: "Rusia esta realizando dos revoluciones al tiempo, la vieja, por la que Europa ya pasó, y la nueva, que en Rusia, se hace con sangre, excepcionalmente y a pesar de las enseñanzas de Marx". Este fermento revolucionario ruso le preocupaba enormemente: "¿Serán nuestros hijos germanos, eslavos, o qué?

Los largos, complejos e itinerantes amores con Léda Adele Brull, su amante y musa de largos años, son demasiado intrincados para ser narrados. En París, con y sin Léda, Endre Ady vivió varios años como corresponsal de periódicos húngaros, tomando de la prensa francesa los temas de sus crónicas y viviendo casi exclusivamente entre bohemios y emigrante húngaros. Viajó también por Italia ganando y perdiendo fuertes sumas de dinero en Mónaco, ciudad a la que dedica una de sus más brillantes prosas. Recelaba de Austria, como buen húngaro, le repelía Alemania y nunca sintió el más mínimo interés por Inglaterra.

Pasa el final de su vida en Hungría. La atmósfera de [[Budapest] le resultaba asfixiante, era un invernadero político e intelectual. Se queja de "no tener hogar ni morada", y dice de sí mismo, que como escritor se ha convertido en el ejemplo húngaro de ininteligibilidad, pero "tengo un miedo más mortal aún a ser comprendido". Para entonces ya era Endre Ady el eje en torno al que giraba, e iba a seguir girando la lírica húngara. Además era el centro de la gran revista literario-política Nyugat Occidente, que ha quedado como uno de los hitos de la historia de la cultura húngara moderna. Pero entre el hombre y los dioses siempre se crea un abismo, el de la inaccesibilidad a los dioses, quienes sólo abrirán hacia los efímeros el puente del sacrificio, por medio de lo que Sören Kierkegaard 1813-1855 llamó el temor y el temblor. Era por ello, el eje de una controversia política: aclamado como profeta por los grupos de izquierda y vituperado por los nacionalistas de derechas, mientras él acentuaba el tono político de sus poemas, aunque quitándoles agresividad.

Cuando en 1912 rompe con Léda, a quién en sus escritos llama Madame Prétérite, Endre Ady no tarda en refugiarse primero, en diversos sanatorios de Austro-Hungría, donde su salud va deshaciéndose poco a poco, y finalmente en Berta Boncza, una muchacha muy joven, con quien se había carteado en 1911, estando ella interna en Suiza y con quien se casaría contra la voluntad de la familia de ella, en 1914, "habiendo ya pasado legalmente el límite de treinta y tres años asignado a los poetas líricos húngaros" y sintiéndose ya como "un campo completamente arado".

Sus últimos poemas fueron recogidos en un volumen póstumo: "Los últimos bajeles" 1932.

"Soy feliz" dice en alguno de sus escritos "desde que me di cuenta de que la vida y la muerte no son realmente emperadores, sino sólo cancilleres eternos, obedientes al más grande de los déspotas: el azar". Así como es posible concebir la poesía a la vez como lenguaje y como trascendencia del mismo, es posible pensar en el ser y en él desprendiéndose de sí hacia la trascendencia: el camino fundado por la poesía de Endre Ady es el mismo de las ansias del ser.

La vanguardia poética es, entonces, necesariamente experimental con respecto a su lenguaje, es decir, no sería vanguardia si no estableciera proyectos radicales de escritura y lectura los llamados "efectos bárbaros" de origen ungrofínico, presentes en los poemas de Endre Ady. No se trata de manipular los signos de cada lenguaje en una fruición redundante de soluciones ya conocidas y aceptadas por el sistema cultural vigente, en un ejercicio insubstancial de virtuosismo epigonal. Trata de generar información que cuestione al lenguaje empleado en sus poemas y, por extensión, a todos los lenguajes. También, sus poemas experimentales interpelarán a la sociedad que los reciben, cuestionando y obligando a rehacer sus estructuras a la luz de los procesos que despierta. Estos reacomodamientos, en los variados y distintos repertorios, no sólo artísticos sino sociales, generarán, a su vez, nuevos planteamientos que revertirán y modificarán aquella información, provocando nuevos avances en el conocimiento, de lo relativo a lo absoluto.

Obras

  • Poemas 1899
  • Una vez más 1903
  • Nuevos Poemas 1906
  • Sangre y oro 1907
  • En el carro de Elías 1908
  • Quisiera que me quisieran 1909
  • Las Poemas de Todos-Secretos 1910
  • La vida que huye 1912
  • Margarita quiere vivir 1912
  • El amor Nuestro 1913
  • ¿Quién me ha visto? 1914
  • A la cabeza de los muertos 1918
  • Los últimos barcos 1918.

Fuentes