Castillo de Atarés

Castillo de Atarés
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Fortaleza)
Castillo de Santo Domingo de Atarés.jpg
Vista aérea del Castillo de Atarés
Descripción
Tipo:Fortaleza
Localización:La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Uso inicial:Fortaleza militar
Uso actual:Unidad militar
Datos de su construcción
Inicio:1763
Término:1767
Otros datos
Arquitecto(s):Silvestre Abarca

Castillo de Santo Domingo de Atarés o, sencillamente, Castillo de Atarés. Fortaleza militar que forma parte del sistema defensivo de La Habana construido por los colonialistas españoles para proteger la ciudad. Desde su construcción el castillo ha sido utilizado como fortaleza militar, sede de la guardia presidencial, prisión y unidad militar. Es de las fortalezas españolas de La Habana que en la actualidad se encuentra abierta al público desde el 14 de noviembre de 2019, luego de una compleja restauración a cargo de la Oficina del Historiador (La Habana) con la cooperación de Italia.

Historia

Cuando España recuperó La Habana tras once meses de ocupación ingles, decidió convertir a la ciudad en una plaza inexpugnable. Para ello se construyó la fortaleza de La Cabaña, en la zona este del canal de la bahía de La Habana y dos castillos más que venían a completar en forma de triángulo el sistema defensivo, entre ellos el castillo de Atarés.

El Castillo de Santo Domingo de Atarés debe su nombre al entonces gobernador de la Isla, el Conde de Ricla, cuyos padres eran los Condes de Atarés. Su construcción estuvo bajo la dirección del ingeniero Silvestre Abarca y la intervención del ingeniero belga Agustín Crame.

Durante la colonia fue usado como fortaleza militar pero nunca llegó a entrar en combate. Al inaugurarse la república de Cuba continuó teniendo funciones militares y en sus instalaciones radicaron los cuarteles de la guardia presidencial. Durante la dictadura del general Gerardo Machado alcanzó triste celebridad por los asesinatos de opositores que se llevaron a cabo en ese lugar.

El 8 de noviembre de 1933 fue ocupado por elementos desafectos al gobierno provisional de Ramón Grau San Martín y bombardeado por mar y tierra por fuerzas del ejército y la Marina de Guerra de Cuba[1].

Descripción

El castillo tiene aproximadamente la forma de un hexágono irregular, sin baluartes y coronado en sus vértices por garitas también de forma hexagonal, lo cual se corresponde plenamente con las formas que se empleaban en el Siglo XVIII en este tipo de construcciones. Posee además una pequeña plaza de armas central, la cual se encuentra rodeada por varias construcciones, seis bóvedas a prueba de bombas entonces, para el alojamiento de los soldados, los almacenes de víveres y pertrechos, armería y otros servicios propios de la instalación.

Desde su construcción el castillo ha sido utilizado como fortaleza militar, sede de la guardia presidencial, prisión y unidad militar. Es de las pocas fortalezas españolas de La Habana que en la actualidad no se encuentra abierta al público y no ha sido convertida en museo. Su arquitectura es la típica de las construcciones de la época: rodeado por un foso perimetral y edificado con el empleo de los llamados bloques de cantería.

Vista panorámica del Castillo de Atarés

La planta del castillo tiene aproximadamente la forma de un hexágono irregular, sin baluartes y coronado en sus vértices por garitas también de forma hexagonal, lo cual se corresponde plenamente con las formas que se empleaban en el Siglo XVIII en este tipo de construcciones.

Un camino cubierto por frondosos árboles, terraplenado, cortado por seis traveses distribuidos en la cercanía de los vértices, para el tiro en enfilada, permite la entrada y desplazamiento en la fortaleza.

Posee además una pequeña plaza de armas central, la cual se encuentra rodeada por varias construcciones, seis bóvedas a prueba de bombas entonces, para el alojamiento de los soldados, los almacenes de víveres y pertrechos, armería y otros servicios propios de la instalación.

En sus azoteas fueron construidas las plataformas para el emplazamiento de la artillería pesada, compuesta por veintiún cañones de a veinticuatro montados y cestones.

Para llegar al castillo en aquella época había que ascender por una falda áspera y preparada por los constructores para que fuese realmente imposible de escalar por un enemigo que intentase asediarla por tierra o por mar. Las naves podían acercarse al sitio pero difícilmente al castillo.

Restauración

Fue sometido a una compleja restauración a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad con la cooperación de Italia.

El museo acoge también la obra de Leonardo Da Vinci vinculada con los temas militares, de fortificaciones e ingeniería, y que tiene mucho que ver con lo que tratará el castillo. “Es una colección fabulosa con los modelos a partir de los códices de Da Vinci”, que quedará permanentemente en Atarés.

Al hablar en la apertura, Eusebio Leal recordó el gesto del príncipe Modesto Vecchia, presidente de la Fundación Anthropos, que en 2012 donó la colección a La Habana. Desde entonces, fue exhibida en el Salón Blanco del Convento de San Francisco de Asís.

Entre las piezas que se pueden apreciar -diseñadas por Da Vinci y que nunca fueron realizadas en vida del genio italiano- están su “ciudad ideal”, un telar, taladradora horizontal, máquina para levantar objetos largos, excavadora, grúa de plataforma rectangular, tornillo sin fin, martillo de levas…

Ha sido una obra muy difícil por las complejidades estructurales de la fortaleza. Desde finales del XIX el puente dejó de ser levadizo, y en 1901 los norteamericanos, tras intervenir la fortaleza, construyeron uno de hormigón.

Durante la Colonia, el castillo fue usado como fortaleza militar, pero nunca llegó a entrar en combate. Su construcción concluyó en 1767, luego de tres años de obras.

La actual restauración, señaló el especialista de la OHCH, “se ha hecho con lupa, basada en la documentación histórica. Fueron rescatadas las garitas destruidas en el bombardeo durante la sublevación militar de 1933. Ha sido fuerte el trabajo de cantería y en la reconstrucción de la fachada del fondo de la plaza de armas, modificada en la época en que fue escuela de oficiales”.

Para ese proceso fue importante la colaboración de la Asociación de Amigos del Castillo de Montjuïc, de Barcelona, “que nos ayudó a localizar todos los planos originales existentes en los archivos militares de Madrid para esta restauración”, lo cual permitió regresar el castillo a su imagen original luego de las transformaciones que sufrió a lo largo del tiempo.[2]

Referencias

  1. Briones Montoto, Newton. Aquella decisión callada. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 2005. ISBN 959-06-0796-9
  2. Castillo de Atarés restaurado y abierto al público en los 500 de La Habana. Disponible en Cubadebate. Consultado el 8 de diciembre de 2020,

Fuentes