Emilio Hernández Cruz

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Emilio Hernández Cruz
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Combatiente revolucionario cubano
NombreEmilio Hernández Cruz
Nacimiento28 de mayo de 1932
ArtemisaLa Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento26 de julio de 1953
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
PadresJosé Hernández Collazo y Amada Cruz

Emilio Hernández Cruz. Joven artemiseño que participó el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953. Nació el 28 de mayo de 1932 en una humilde casa, en Mártires No. 37, en Artemisa.

Participó en el asalto al cuartel Moncada y logró escapar; es uno de los 10 artemiseños que se reunió con Fidel Castro, en la Granjita Siboney después del asalto, pero en su ascenso a la cordillera de la Gran Piedra, se desvió y se separó del grupo. Es capturado y asesinado por la dictadura, la cual lo informó como caído en la acción, dentro del Cuartel Moncada.

Fue un activo militante de la Juventud Ortodoxa junto con Ramiro Valdés, Pepe Suárez, Guillermo Granados Lara, Severino Rosell González, Tomás Álvarez Breto y otros compañeros que participaron después en el ataque al Moncada.

Síntesis biográfica

Primeros años

Nació el 28 de mayo de 1932 en una humilde casa, en Mártires No. 37, en Artemisa. Hijo de José Hernández Collazo y Amada Cruz Hernández. Su padre, obrero agrícola, dependía de un mísero jornal para mantener nueve hijos, siete varones y dos hembras.

Comenzó a asistir a una escuelita privada del barrio y después a la escuela pública, pero no pudo pasar del tercer grado, pues debía ayudar a la familia. A los once años, sin decírselo a sus padres, comenzó a trabajar en el taller de Caruncho, para aprender carpintería.

Conociendo algo ya del oficio, pasó a trabajar en el taller de carpintería de Norberto Barrios, que se encontraba en la calle Reconcentrados. Se especializó en la construcción de marcos de puertas y ventanas.

Antes de su partida para al Moncada, trabajaba en el taller de pintura de Luis Acosta, una labor esporádica que le permitía ayudar a la familia.

Trayectoria revolucionaria

Desde muy joven manifestó su inconformidad ante los problemas existentes en el país. Ingresó en la Juventud Ortodoxa y compartió las ideas de libertad con otros jóvenes del territorio. El golpe del 10 de marzo de 1952 fue un verdadero impacto para el joven ortodoxo, el cual manifestaba que:

“….no era posible permitir que la juventud continuara sin trabajo, mientras los políticos y los militares se enriquecían…”

En varias ocasiones en que se habló en su casa sobre el tema del golpe de estado de Batista y su camarilla, daba un fuerte golpe en la mesa y decía:

"…hay que acabar con esto".

Distintos documentos recogen el incremento de la preparación del movimiento a finales del año 1952. A mediados de diciembre, José Suárez Blanco y Ramiro Valdés realizan un recorrido por la provincia de Pinar del Río con el objetivo de obtener recursos económicos para la causa revolucionaria. A finales del mismo mes, se efectuó una reunión en la Logia Evolución, donde participó Fidel y otros dirigentes del Movimiento. En ella se discutieron asuntos que posteriormente incluiría el programa del Moncada. El Movimiento entra en una etapa de consolidación. Los integrantes saben que se combatirá y que la acción armada era necesaria, pero desconocen el lugar y el plan de acción. [1]

La periodista y escritora Marta Rojas, con relación a la presencia de Fidel en el territorio artemiseño, señaló:

“La presencia de Fidel en Artemisa tuvo calurosa acogida, su tesis de inaplazable acción armada contra el régimen prendió entre aquellos jóvenes artemiseños, casi todos de origen campesino; así las primeras células revolucionarias no tardaron en integrarse y robustecerse, al extremo de que casi una tercera parte de todos los hombres que atacaron —comandados por Fidel— el cuartel Moncada y el de Bayamo, el 26 de julio de 1953, eran artemiseños”. [2]

Comenzó a integrarse al Movimiento Revolucionario de Artemisa, participó en las prácticas de tiro y en reuniones.

Armamento con el que realizaban las prácticas de tiro.

El incremento de la preparación incluyó, además, la intensificación de los entrenamientos y las prácticas de tiro en diversos lugares dentro y fuera del territorio, principalmente en las fincas Larrazábal, cerca de Candelaria, San Miguel, del barrio Capellanías, donde vivía Carmelo Noa Gil; La Tentativa, entre Artemisa y Guanajay, donde vivía Ismael Ricondo; Las Tumbas, Cayajabos; la finca Sánchez, perteneciente a Francisco Chirino, padre de la novia de Santana y otros lugares. [3]

Amada, su madre, señala en sus testimonios, que:

“Emilio hablaba de Fidel como un joven que había conocido en la juventud ortodoxa y según enfatizaba,sería el que encabezaría la lucha, tenaz e incansable, para superar la crisis nacional, derribar la tiranía, acabar con el desempleo y la miseria...”

Antes de partir el 24 de julio de 1953, se acercó a su mamá y le dijo:

“Tengo que llegarme a Andorra, prepárame el baño y ropa limpia y una muda completa en un paquetico, pues cuando regrese sigo para Santiago de las Vegas”.

Más tarde, después de bañarse y cambiarse de ropa, se acercó a Amada y metiéndose los dedos en el pantalón, sacó dos monedas americanas de veinte y cinco centavos y le dijo:

“Guárdalas que yo sé que te gustan mucho”.

Luego la abrazó para despedirse, ante el llanto de la madre, la miró como nunca antes y con voz firme le dijo

“Cuando las madres tienen tantos hijos machos en el mundo,tienen que tener un poco más de valor”.

Luego partió rumbo a Santiago de Cuba y participó en el asalto al cuartel Moncada. Participó en el asalto al cuartel Moncada y logró escapar; es uno de los 10 artemiseños que se reunió con Fidel Castro, en la Granjita Siboney después del asalto, pero en su ascenso a la cordillera de la Gran Piedra, se desvió y se separó del grupo.

De acuerdo con los planes previstos para el caso de que fracasara el ataque al Moncada, un grupo de 36 asaltantes logró regresar a la Granjita Siboney. Fidel se reúne con ellos y analiza la nueva situación. Planteó las siguientes alternativas: continuar la lucha en la Sierra Maestra o tratar de regresar a sus respectivos pueblos. Aclaró que él iría para las montañas y dejó que sus compañeros eligieran qué hacer. [4]

Santana recuerda ese histórico momento:

“Fidel salió, dio una vuelta y de pronto… se para y dice: ¡los que estén dispuestos a seguirme que levanten la mano… den un paso al frente! Se colocó su arma al hombro y salió andando. Y nosotros lo seguimos… Nos pusimos a caminar por las montañas; y lo seguimos hasta cerca de la Gran Piedra…” [5]

Diecinueve moncadistas dieron el paso al frente para seguir a Fidel. Estaban decididos a continuar la lucha en las nuevas condiciones.

Estos fueron los que decidieron ir a las montañas: Juan Almeida Bosque , Jesús Montané Oropesa , Oscar Alcalde Valls , Reinaldo Benítez Nápoles , Francisco González Hernández , Israel Tápanes Vento-Aguilera , Armando Mestre Martínez , Jaime Costa Chávez , Mario Chanes de Armas , Eduardo Montano Benítez , José Suárez Blanco, Roberto Galán Betancourt, Orlando Galán Betancourt, Severino Rosell González, Rosendo Menéndez García, Mario Lazo Pérez, Emilio Hernández Cruz, Gerardo Granados Lara y Ricardo Santana Martínez .[6]

Fidel y sus compañeros aquel histórico 26 de julio de 1953 salieron de la granjita Siboney en dirección a las montañas, como lo tenían planificado.

Después de casi tres horas de marcha hicieron un alto para descansar. En el trayecto, Emilio Hernández Cruz se extravió. Luego se supo que fue capturado y asesinado por la soldadesca de la tiranía. [7]

Muerte=

Horas después del asalto al Moncada, cuando comenzaron a llegar noticias, su madre pensó que su Emilio estaría allí. Pero esperó hasta la una de la tarde de ese 26, hora en que él dijo que regresaría. Pero pasaron 11 días de incertidumbre, hasta que le pidieron los documentos de la Junta Electoral con sus huellas digitales para enviarlas a Santiago de Cuba.

El 26 de julio es capturado y asesinado por la dictadura, la cual lo informó como caído en la acción, dentro del Cuartel Moncada. Sus restos se encuentran en la Cámara mortuoria del Mausoleo a los Mártires de Artemisa, monumento inaugurado el 16 de julio de 1977.

Referencias

Fuentes

  • Archivos de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.
  • Beltrán Colunga, Ángel L.: Con los pobres de la tierra, Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 1988.
  • Castro Ruz, Fidel: La Historia me absolverá, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2001.
  • Datos aportados por la Lic. Mabel Martínez Deulofeu, directora del Mausoleo a los Mártires de Artemisa, en julio del 2023.
  • Dirección Política de las FAR: Moncada: Antecedentes y preparativos.
  • Elsa Claro: Con Fidel en el Moncada, Bohemia, 29 de julio de 1988.
  • Enrique Garcés Montero: El artemiseño que rescató a Fidel. Editora Política, Ciudad de La Habana, 2012.
  • Emilio hernádez
  • Ignacio Ramonet: Cien horas con Fidel. Segunda edición cubana. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, Ciudad de La Habana, 2006.
  • Lazo Pérez, Mario: Recuerdos del Moncada, Editora Política, La Habana, 1987.
  • Marta Rojas: El juicio del Moncada, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1988.
  • Mencía, Mario: El grito del Moncada, Ed. Política, La Habana, 1986.
  • Plegable realizado por Agenzia Giornalistica Televisiva Italiana-Roma, Italia. Director Responsable Ivano Selli de la “Associación Nacional de Amistad Italia-Cuba”.
  • Salvador Escalona Virgil: Los campesinos también ayudaron a asaltar el Moncada, Granma Campesino, La Habana, 7 de noviembre de 1973.