Diferencia entre revisiones de «José Bodes»

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Batista y sus secuaces, al huir a Miami en los primeros días de la Revolución, habían dejado a Cuba casi sin divisas:
 
Batista y sus secuaces, al huir a Miami en los primeros días de la Revolución, habían dejado a Cuba casi sin divisas:
 
{{sistema:cita|―Comandante, ¿y cómo está la situación de las divisas?<br />―¿Qué tú eres primero, revolucionario o periodista?<br />―Primero revolucionario.<br />―Como revolucionario te puedo decir que la situación de las divisas está muy jodida, y como periodista te digo que esa información no es para publicar.|José Bodes<ref name="José Bodes en la octava década"/>}}
 
{{sistema:cita|―Comandante, ¿y cómo está la situación de las divisas?<br />―¿Qué tú eres primero, revolucionario o periodista?<br />―Primero revolucionario.<br />―Como revolucionario te puedo decir que la situación de las divisas está muy jodida, y como periodista te digo que esa información no es para publicar.|José Bodes<ref name="José Bodes en la octava década"/>}}
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[[José Bodes Gómez]] (La Habana, 1935) es un periodista cubano de larga data y un escritor de reciente irrupción. Su carrera periodística se inició trabajando en varios diarios cubanos. En 1959 ―al inicio de la Revolución cubana― ingresó en la agencia de noticias [[Prensa Latina]]. Durante su carrera de corresponsal trabajó en las oficinas de Prensa Latina en [[Santiago de Chile]] de 1990 a 1994. Anteriormente realizó la misma función en [[Moscú]], [[Buenos Aires]] y [[Lima (Perú)|Lima]].
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Ha recibido varias distinciones
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Fue corresponsal en [[Moscú]] ([[Unión Soviética]]), [[Buenos Aires]] ([[Argentina]]) y [[Lima (Perú)|Lima]].
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Entre 1990 a 1994 fue corresponsal en las oficinas de [[Prensa Latina]] en [[Santiago de Chile]]. Allí se casó y tuvo una hija (que actualmente vive allí en Santiago de Chile, y que Bodes visita regularmente).
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Ha recibido varias distinciones y publicado también diversos libros, entre ellos ''Desafío a la desinformación'' y ''Mate y ron'', en colaboración con otros autores. En 2003 trabajaba como analista de noticias de Prensa Latina.
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Trabajó como analista de noticias de Prensa Latina.
  
 
== Obras ==
 
== Obras ==
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* 2003: ''[[Juan Domingo Perón|Perón]]-[[Fidel Castro|Fidel]]: línea directa (cuando la Argentina rompió el [[bloqueo estadounidense contra Cuba|bloqueo a Cuba]])''. En coautoría con el periodista [[Rosario (la ciudad del Che)|rosarino]] [[José Andrés ''Coco'' López|José Andrés ''Coco'' López]]. La&nbsp;Habana: [[Editorial Política]], 2003.<ref>[https://www.pagina12.com.ar/diario/cultura/7-17650-2003-03-16.html «Adelanto del libro "Perón-Fidel, línea directa", de Bodes y López.] Cuando [[Juan Domingo Perón|Perón]] rompió el bloqueo. El periodista cubano José Bodes y el argentino [[Coco López]] realizaron esta investigación sobre una de las decisiones más importantes del gobierno peronista en 1973 y menos recordada en la Argentina. A modo de adelanto exclusivo, ''Página/12'' publica un capítulo de este libro sobre Cuba y Argentina en 1973»], artículo publicado el 16 de marzo de 2003 en el sitio web del diario ''Página/12'' (Buenos Aires).
 
* 2003: ''[[Juan Domingo Perón|Perón]]-[[Fidel Castro|Fidel]]: línea directa (cuando la Argentina rompió el [[bloqueo estadounidense contra Cuba|bloqueo a Cuba]])''. En coautoría con el periodista [[Rosario (la ciudad del Che)|rosarino]] [[José Andrés ''Coco'' López|José Andrés ''Coco'' López]]. La&nbsp;Habana: [[Editorial Política]], 2003.<ref>[https://www.pagina12.com.ar/diario/cultura/7-17650-2003-03-16.html «Adelanto del libro "Perón-Fidel, línea directa", de Bodes y López.] Cuando [[Juan Domingo Perón|Perón]] rompió el bloqueo. El periodista cubano José Bodes y el argentino [[Coco López]] realizaron esta investigación sobre una de las decisiones más importantes del gobierno peronista en 1973 y menos recordada en la Argentina. A modo de adelanto exclusivo, ''Página/12'' publica un capítulo de este libro sobre Cuba y Argentina en 1973»], artículo publicado el 16 de marzo de 2003 en el sitio web del diario ''Página/12'' (Buenos Aires).
  
{{sistema:cita|Desarrollar las relaciones comerciales entre la Argentina y Cuba era una tarea que demandaba una buena dosis de voluntad política. Cuba tenía una economía centralmente planificada, lo cual significaba que el intercambio con otros países debía estar vinculado con los objetivos de producción, consumo e inversiones fijados con una perspectiva de uno a cinco años.<br>La economía cubana había crecido a un promedio anual de 3,6&nbsp;% en la [[años 1960|década del sesenta]], período en que se introdujeron los principales cambios en el sistema de propiedad. La nacionalización de las empresas extranjeras, la confiscación de los bienes malversados por antiguos funcionarios de la dictadura batistana, la expropiación de las fincas rurales de más de 60&nbsp;hectáreas y otras medidas de regulación de la economía significaron un cambio casi total en la posesión y uso de los recursos del país. La participación del Estado en el valor de los fondos básicos alcanzó el 100&nbsp;% en la industria, el comercio, la banca, la construcción y el transporte. En la agricultura llegó al 75&nbsp;% porque fue mantenido un sector de propiedad privada, que contaba con créditos oficiales y contribuía con sus productos al abastecimiento de la población.<br>El año 1970 marcó un momento de viraje en la política económica debido, fundamentalmente, a que el plan de desarrollo de la producción azucarera, concebido como el pivote de la futura industrialización del país, no pudo ser cumplido. Los recursos invertidos para el logro de esa meta determinaron, de forma indirecta, la caída de los demás sectores de la economía nacional.<br>En lo que respecta al sector externo, las fuentes de financiamiento estaba limitadas a la Unión SOviética y algunos otros países socialistas porque los organismos internacionales de crédito, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, no prestaron ayuda a Cuba desde 1959.<br>La Argentina, por su parte, tenía una economía basada eminentemente en el capital privado y las relaciones con el exterior se manejaban de manera directa por las empresas de este sector; mientras que el Estado cumplía las funciones de gestor de negocios dentro de una concepción, muy controvertida, de que los beneficios de unos pocos se revertirían a largo plazo en beneficio de la mayoría.<br>El cumplimiento de esta labor promocional corría a cargo de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, una repartición disputada por muchos años entre la Cancillería y el Ministerio de Economía, y que ahora se encontraba en la esfera de este último.<br>Para ninguno de los interesados cabían dudas de que el comercio era la vía más idónea para impulsar las relaciones económicas, luego de varios años de inercia provocada por los condicionamientos políticos. Las exportaciones argentinas a Cuba nunca fueron muy elevadas, pero en los [[años 1960|años sesenta]] se derrumbaron a un ritmo vertiginoso. Todavía en 1964, a dos años de la ruptura de relaciones oficiales, el monto ascendió a 1&nbsp;665&nbsp;600&nbsp;dólares.<br>En los cuatro años siguientes ―bajo la influencia de la resolución de la OEA de cesar todo trato comercial con la Isla― se redujeron a cifras insignificantes y desde 1969 hasta 1972 no hubo operaciones. Las importaciones, que siempre estuvieron muy por debajo de las ventas, habían cesado a partir de 1963.<br>Los sucesivos gobiernos argentinos se habían sumado al bloqueo de los Estados Unidos contra la Isla, a pesar de que con esa decisión privaban a la industria nacional de un mercado en el que podían colocar sus productos no tradicionales de exportación, los que por otra parte no tenían la más mínima posibilidad de acceso al consumidor estadounidense.<br>En los meses previos a la asunción de [[Héctor Cámpora|Cámpora]], cuando [[Juan Domingo Perón|Perón]] conferenciaba en Puerta de Hierro con el futuro ministro de Economía, José Ber Gelbard, sus instrucciones fueron precisas: "Usted debe abrir una agenda de trabajo con los países socialistas, especialmente con la URSS, Cuba y China". Gelbard era entonces el presidente de la Confederación General Económica (CGE) y desde esa posición estaba sumamente interesado en abrir nuevos mercados para los pequeños y medianos empresarios argentinos. Durante su desempeño en el Ministerio de Economía, desde el fugaz mandato de [[Héctor Cámpora|Cámpora]] hasta los primeros meses del tormentoso mandato de [[María Estela Martínez]], viuda de Perón, siempre auspició la diversificación del comercio argentino como un arma de independencia política que, a la vez, representaba pingües beneficios para los sectores económicos a los que pertenecía.<br>Nacido en Polonia en 1926, su familia de origen judío emigró a Sudamérica con la aparición de las primeras nubes del antisemitismo, lanzadas sobre la Europa por el pujante nazismo. Su lugar de destino fue la provincia de Tucumán, en el norte argentino, José era entonces casi un adolescente. Las estrecheces familiares le impidieron completar los estudios primarios y a muy temprana edad comenzó a trabajar como vendedor ambulante.<br>En su juventud, se esforzó por adquirir una preparación cultural básica que le permitiera emprender modestos negocios. Estos fueron paulatinamente mejorando su posición económica a la vez que cimentando su prestigio como portavoz de los pequeños comerciantes y empresarios de la provincia de Catamarca, donde se había asentado. Esta actividad representativa iría en desarrollo en los años siguientes, y junto con el crecimiento de su capital, lo avalarían como fundador y presidente de la CGE.<br>Mientras tanto, sus inclinaciones políticas lo llevaron a ingresar en las filas del Partido Comunista, filiación esta que, según algunos dirigentes del PC en los años ‘70, no abandonó nunca, aunque optó por desempeñarse como "compañero de ruta" y en funciones de gestor financiero para la colectividad.<br>Para Gelbard, la apertura orientada por [[Juan Domingo Perón|Perón]] no solo constituía una alternativa económica de máxima prioridad sino también un derrotero estratégico muy acorde con su pensamiento. Romper la inercia comercial con Cuba heredada de las viejas administraciones exigió crear una estructura financiera que allanara el camino, puesto que la Isla contaba con limitados recursos en divisas convertibles para destinarlos a compras, más o menos voluminosas, a nuevos proveedores.<br>Las conversaciones oficiales en Buenos Aires avanzaron rápidamente. Los interlocutores eran el embajador Emilio Aragonés Navarro y, por la parte argentina, unas veces Gelbard y otras el propio [[Juan Domingo Perón|Perón]].<br>En un reportaje realizado en La Habana en el año 2000 y luego de décadas de silencio, Aragonés relató aquella histórica entrevista con Perón.<br>Cuando Aragonés entró a la reunión con el General, tenía inquietud por saber qué facilidades podrían ofrecer los argentinos para el intercambio comercial con su patria. Confiaba en la buena relación con [[Juan Domingo Perón|Perón]], pero aquí se trataba de números y no solo de simpatías políticas o afinidades personales.<br>En esa época, que Cuba obtuviera 200 millones de dólares de crédito de un país era celebrado como un triunfo.<br>―Yo había pensado en esa cifra, General ―arriesgó Aragonés luego de las conversaciones previas de rigor y cuando [[Juan Domingo Perón|Perón]] ya lo habilitó para entrar directamente al tema de fondo. Perón meneó la cabeza en silencio, como analizando el monto.<br>―Puede ser mayor ―dijo [[Juan Domingo Perón|Perón]]. Y el viejo guerrillero [Aragonés] tragó saliva. La situación estaba clara. El propósito de los gobernantes argentinos era abrir un nuevo mercado donde tuviesen cabida los productos manufacturados, preferentemente los procesados por la industria nacional. Cuba, mientras tanto, aspiraba a revitalizar sus relaciones comerciales con América Latina y, de ese modo, romper el bloqueo económico en una región que durante décadas estuvo consideraba el patio trasero de los Estados Unidos.<br>El presidente argentino preguntó en qué sectores se invertiría el dinero. Comenzaron entonces a analizar rubro por rubro. Los dos evidenciaban saber de qué estaban hablando. Y la cifra fue creciendo... Aragonés terminó la entrevista con [[Juan Domingo Perón|Perón]] y partió raudo a la provisoria sede de la Embajada cubana. A pesar de su corpulencia, no bien se detuvo el automóvil bajó de un salto y entró sin contestar el saludo de una secretaria. A los pocos minutos salía un cable para Fidel: «Acabo de firmar un crédito por 1600 millones».<br>Inmediatamente, Fidel respondió con una pregunta llena de expectativas: «¿En dólares o en pesos argentinos?».<br>En esta última moneda, el crédito representaba unos 160&nbsp;millones de la divisa estadounidense, lo cual ya era por sí solo un préstamo importante para Cuba. El cable cifrado que llevaba la respuesta era breve y no admitía dudas: «En dólares de los Estados Unidos de Norteamérica".<br>La adaptación al mercado cubano sería una prueba de fuego para la industria argentina. Por empezar, cualquier aparato eléctrico, de uso industrial o doméstico, tendría que funcionar con la corriente de 110&nbsp;voltios y 60&nbsp;ciclos que se utilizaba en Cuba, lo cual exigía una preparación especial para su entrega al cliente [ya que en Argentina todos los electrodomésticos utilizan 220&nbsp;voltios a 50&nbsp;Hz]. Los herrajes y toda clase de objetos metálicos estarían sometidos a una corrosión mucho más destructora que la de la Argentina, ya que la Isla está expuesta, en sus 111&nbsp;000&nbsp;kilómetros cuadrados de superficie, a los aires marinos cargados de sal.<br>Otro desafío, pero éste no de orden natural, surgiría de la gran cantidad de maquinaria y útiles de manufactura soviética y de otros países de Europa del Este que había sido instalada en Cuba desde los [[años 1960|años sesenta]], cuando comenzó el bloqueo estadounidense y no entraron más repuestos para los equipos Made in USA que tanto abundaban allí.<br>Es decir, en algunos casos las importaciones argentinas tendrían como destino reemplazar la planta industrial de procedencia estadounidense que había tenido que ser paralizada y, en sentido general, mejorar la calidad de vida de los cubanos creando un surtido de productos y servicios que en esos momentos no estaban disponibles para la población.<br>Todo esto lo sabía Aragonés y lo repasó mentalmente en segundos. Pero ahora era el momento de la euforia.<br>El corpulento diplomático salió y se disculpó con la secretaria por no haberla saludado momentos antes. El experimentado guerrero sonreía, consciente de que se abría una etapa sin precedentes en la historia diplomática y económica de la Argentina y Cuba. Sabía que nada sucedería sin escollos, pero estaba acostumbrado a ellos. Por un genuino acto de soberanía, la Argentina abría una grieta en la política dictada por el Departamento de Estado.|[[Coco López]] y José Bodes: ''[[Juan Domingo Perón|Perón]]-[[Fidel Castro|Fidel]]: línea directa (cuando la Argentina rompió el bloqueo a Cuba)'' (2003)}}</ref>
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{{sistema:cita|Desarrollar las relaciones comerciales entre la Argentina y Cuba era una tarea que demandaba una buena dosis de voluntad política. Cuba tenía una economía centralmente planificada, lo cual significaba que el intercambio con otros países debía estar vinculado con los objetivos de producción, consumo e inversiones fijados con una perspectiva de uno a cinco años.<br>La economía cubana había crecido a un promedio anual de 3,6&nbsp;% en la [[años 1960|década del sesenta]], período en que se introdujeron los principales cambios en el sistema de propiedad. La nacionalización de las empresas extranjeras, la confiscación de los bienes malversados por antiguos funcionarios de la dictadura batistana, la expropiación de las fincas rurales de más de 60&nbsp;hectáreas y otras medidas de regulación de la economía significaron un cambio casi total en la posesión y uso de los recursos del país. La participación del Estado en el valor de los fondos básicos alcanzó el 100&nbsp;% en la industria, el comercio, la banca, la construcción y el transporte. En la agricultura llegó al 75&nbsp;% porque fue mantenido un sector de propiedad privada, que contaba con créditos oficiales y contribuía con sus productos al abastecimiento de la población.<br>El año 1970 marcó un momento de viraje en la política económica debido, fundamentalmente, a que el plan de desarrollo de la producción azucarera, concebido como el pivote de la futura industrialización del país, no pudo ser cumplido. Los recursos invertidos para el logro de esa meta determinaron, de forma indirecta, la caída de los demás sectores de la economía nacional.<br>En lo que respecta al sector externo, las fuentes de financiamiento estaba limitadas a la Unión SOviética y algunos otros países socialistas porque los organismos internacionales de crédito, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, no prestaron ayuda a Cuba desde 1959.<br>La Argentina, por su parte, tenía una economía basada eminentemente en el capital privado y las relaciones con el exterior se manejaban de manera directa por las empresas de este sector; mientras que el Estado cumplía las funciones de gestor de negocios dentro de una concepción, muy controvertida, de que los beneficios de unos pocos se revertirían a largo plazo en beneficio de la mayoría.<br>El cumplimiento de esta labor promocional corría a cargo de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, una repartición disputada por muchos años entre la Cancillería y el Ministerio de Economía, y que ahora se encontraba en la esfera de este último.<br>Para ninguno de los interesados cabían dudas de que el comercio era la vía más idónea para impulsar las relaciones económicas, luego de varios años de inercia provocada por los condicionamientos políticos. Las exportaciones argentinas a Cuba nunca fueron muy elevadas, pero en los [[años 1960|años sesenta]] se derrumbaron a un ritmo vertiginoso. Todavía en 1964, a dos años de la ruptura de relaciones oficiales, el monto ascendió a 1&nbsp;665&nbsp;600&nbsp;dólares.<br>En los cuatro años siguientes ―bajo la influencia de la resolución de la OEA de cesar todo trato comercial con la Isla― se redujeron a cifras insignificantes y desde 1969 hasta 1972 no hubo operaciones. Las importaciones, que siempre estuvieron muy por debajo de las ventas, habían cesado a partir de 1963.<br>Los sucesivos gobiernos argentinos se habían sumado al bloqueo de los Estados Unidos contra la Isla, a pesar de que con esa decisión privaban a la industria nacional de un mercado en el que podían colocar sus productos no tradicionales de exportación, los que por otra parte no tenían la más mínima posibilidad de acceso al consumidor estadounidense.<br>En los meses previos a la asunción de [[Héctor Cámpora|Cámpora]], cuando [[Juan Domingo Perón|Perón]] conferenciaba en Puerta de Hierro con el futuro ministro de Economía, José Ber Gelbard, sus instrucciones fueron precisas: "Usted debe abrir una agenda de trabajo con los países socialistas, especialmente con la URSS, Cuba y China". Gelbard era entonces el presidente de la Confederación General Económica (CGE) y desde esa posición estaba sumamente interesado en abrir nuevos mercados para los pequeños y medianos empresarios argentinos. Durante su desempeño en el Ministerio de Economía, desde el fugaz mandato de [[Héctor Cámpora|Cámpora]] hasta los primeros meses del tormentoso mandato de [[María Estela Martínez]], viuda de Perón, siempre auspició la diversificación del comercio argentino como un arma de independencia política que, a la vez, representaba pingües beneficios para los sectores económicos a los que pertenecía.<br>Nacido en Polonia en 1926, su familia de origen judío emigró a Sudamérica con la aparición de las primeras nubes del antisemitismo, lanzadas sobre la Europa por el pujante nazismo. Su lugar de destino fue la provincia de Tucumán, en el norte argentino, José era entonces casi un adolescente. Las estrecheces familiares le impidieron completar los estudios primarios y a muy temprana edad comenzó a trabajar como vendedor ambulante.<br>En su juventud, se esforzó por adquirir una preparación cultural básica que le permitiera emprender modestos negocios. Estos fueron paulatinamente mejorando su posición económica a la vez que cimentando su prestigio como portavoz de los pequeños comerciantes y empresarios de la provincia de Catamarca, donde se había asentado. Esta actividad representativa iría en desarrollo en los años siguientes, y junto con el crecimiento de su capital, lo avalarían como fundador y presidente de la CGE.<br>Mientras tanto, sus inclinaciones políticas lo llevaron a ingresar en las filas del Partido Comunista, filiación esta que, según algunos dirigentes del PC en los años ‘70, no abandonó nunca, aunque optó por desempeñarse como "compañero de ruta" y en funciones de gestor financiero para la colectividad.<br>Para Gelbard, la apertura orientada por [[Juan Domingo Perón|Perón]] no solo constituía una alternativa económica de máxima prioridad sino también un derrotero estratégico muy acorde con su pensamiento. Romper la inercia comercial con Cuba heredada de las viejas administraciones exigió crear una estructura financiera que allanara el camino, puesto que la Isla contaba con limitados recursos en divisas convertibles para destinarlos a compras, más o menos voluminosas, a nuevos proveedores.<br>Las conversaciones oficiales en Buenos Aires avanzaron rápidamente. Los interlocutores eran el embajador Emilio Aragonés Navarro y, por la parte argentina, unas veces Gelbard y otras el propio [[Juan Domingo Perón|Perón]].<br>En un reportaje realizado en La Habana en el año 2000 y luego de décadas de silencio, Aragonés relató aquella histórica entrevista con Perón.<br>Cuando Aragonés entró a la reunión con el General, tenía inquietud por saber qué facilidades podrían ofrecer los argentinos para el intercambio comercial con su patria. Confiaba en la buena relación con [[Juan Domingo Perón|Perón]], pero aquí se trataba de números y no solo de simpatías políticas o afinidades personales.<br>En esa época, que Cuba obtuviera 200 millones de dólares de crédito de un país era celebrado como un triunfo.<br>―Yo había pensado en esa cifra, General ―arriesgó Aragonés luego de las conversaciones previas de rigor y cuando [[Juan Domingo Perón|Perón]] ya lo habilitó para entrar directamente al tema de fondo. Perón meneó la cabeza en silencio, como analizando el monto.<br>―Puede ser mayor ―dijo [[Juan Domingo Perón|Perón]]. Y el viejo guerrillero [Aragonés] tragó saliva. La situación estaba clara. El propósito de los gobernantes argentinos era abrir un nuevo mercado donde tuviesen cabida los productos manufacturados, preferentemente los procesados por la industria nacional. Cuba, mientras tanto, aspiraba a revitalizar sus relaciones comerciales con América Latina y, de ese modo, romper el bloqueo económico en una región que durante décadas estuvo consideraba el patio trasero de los Estados Unidos.<br>El presidente argentino preguntó en qué sectores se invertiría el dinero. Comenzaron entonces a analizar rubro por rubro. Los dos evidenciaban saber de qué estaban hablando. Y la cifra fue creciendo... Aragonés terminó la entrevista con [[Juan Domingo Perón|Perón]] y partió raudo a la provisoria sede de la Embajada cubana. A pesar de su corpulencia, no bien se detuvo el automóvil bajó de un salto y entró sin contestar el saludo de una secretaria. A los pocos minutos salía un cable para Fidel: «Acabo de firmar un crédito por 1600 millones».<br>Inmediatamente, Fidel respondió con una pregunta llena de expectativas: «¿En dólares o en pesos argentinos?».<br>En esta última moneda, el crédito representaba unos 160&nbsp;millones de la divisa estadounidense, lo cual ya era por sí solo un préstamo importante para Cuba. El cable cifrado que llevaba la respuesta era breve y no admitía dudas: «En dólares de los Estados Unidos de Norteamérica".<br>La adaptación al mercado cubano sería una prueba de fuego para la industria argentina. Por empezar, cualquier aparato eléctrico, de uso industrial o doméstico, tendría que funcionar con la corriente de 110&nbsp;voltios y 60&nbsp;ciclos que se utilizaba en Cuba, lo cual exigía una preparación especial para su entrega al cliente [ya que en Argentina todos los electrodomésticos utilizan 220&nbsp;voltios a 50&nbsp;Hz. Los herrajes y toda clase de objetos metálicos estarían sometidos a una corrosión mucho más destructora que la de la Argentina, ya que la Isla está expuesta, en sus 111&nbsp;000&nbsp;kilómetros cuadrados de superficie, a los aires marinos cargados de sal.<br>Otro desafío, pero éste no de orden natural, surgiría de la gran cantidad de maquinaria y útiles de manufactura soviética y de otros países de Europa del Este que había sido instalada en Cuba desde los [[años 1960|años sesenta]], cuando comenzó el bloqueo estadounidense y no entraron más repuestos para los equipos Made in USA que tanto abundaban allí.<br>Es decir, en algunos casos las importaciones argentinas tendrían como destino reemplazar la planta industrial de procedencia estadounidense que había tenido que ser paralizada y, en sentido general, mejorar la calidad de vida de los cubanos creando un surtido de productos y servicios que en esos momentos no estaban disponibles para la población.<br>Todo esto lo sabía Aragonés y lo repasó mentalmente en segundos. Pero ahora era el momento de la euforia.<br>El corpulento diplomático salió y se disculpó con la secretaria por no haberla saludado momentos antes. El experimentado guerrero sonreía, consciente de que se abría una etapa sin precedentes en la historia diplomática y económica de la Argentina y Cuba. Sabía que nada sucedería sin escollos, pero estaba acostumbrado a ellos. Por un genuino acto de soberanía, la Argentina abría una grieta en la política dictada por el Departamento de Estado.|[[Coco López]] y José Bodes: ''[[Juan Domingo Perón|Perón]]-[[Fidel Castro|Fidel]]: línea directa. Cuando<br />la Argentina rompió el bloqueo a Cuba'' (2003)}}</ref>
  
* 2008:<ref>[http://www.cadenagramonte.cu/articulos/ver/55653:autor-cubano-presenta-en-chile-obra-dedicada-al-che-guevara «Autor cubano presenta en Chile obra dedicada al Che Guevara»], artículo publicado el 3 de noviembre de 2015 en el sitio web Cadena Agramonte ([[Cienfuegos]]). "En la senda del Che, biografía de Elmo Catalán", primera edición en 2008 (en La Habana) y ahora en Santiago de Chile.</ref> ''En la senda del Che, biografía de [[Elmo Catalán]]''. Santiago de Chile, 2015.<ref>[http://www.confederaciondelcobre.cl/erbocefnoc/tag/jose-bodes/ «Trabajadores del Cobre homenajean a Elmo Catalán Avilés»], artículo publicado en el sitio web Confederación del Cobre ([[Santiago de Chile]]). El jueves 12 de noviembre, la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) realizó el relanzamiento del libro ''En la senda del Che, biografía de [[Elmo Catalán]]'', escrito por el periodista cubano José Bodes Gómez.</ref><ref>[http://www.radioenciclopedia.cu/noticias/presentan-chile-libro-periodista-cubano-jose-bodes-gomez-20151102/ «Presentan en Chile libro del periodista cubano José Bodes Gómez»], artículo publicado el 2 de noviembre de 2015 en el sitio web Radio Enciclopedia (La&nbsp;Habana).</ref>
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* 2008:<ref>[http://www.cadenagramonte.cu/articulos/ver/55653:autor-cubano-presenta-en-chile-obra-dedicada-al-che-guevara «Autor cubano presenta en Chile obra dedicada al Che Guevara»], artículo publicado el 3 de noviembre de 2015 en el sitio web Cadena Agramonte ([[Cienfuegos]]). "En la senda del Che, biografía de Elmo Catalán", primera edición en 2008 (en La Habana) y ahora en Santiago de Chile.</ref> ''En la senda del Che, biografía de [[Elmo Catalán]]''. Santiago de Chile, 2015.<ref>[http://www.confederaciondelcobre.cl/erbocefnoc/tag/jose-bodes/ «Trabajadores del Cobre homenajean a Elmo Catalán Avilés»], artículo publicado en el sitio web Confederación del Cobre ([[Santiago de Chile]]). El jueves 12 de noviembre, la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) realizó el relanzamiento del libro ''En la senda del Che, biografía de [[Elmo Catalán]]'', escrito por el periodista cubano José Bodes Gómez.</ref><ref>[http://www.radioenciclopedia.cu/noticias/presentan-chile-libro-periodista-cubano-jose-bodes-gomez-20151102/ «Presentan en Chile libro del periodista cubano José Bodes Gómez»], artículo publicado el 2 de noviembre de 2015 en el sitio web Radio Enciclopedia (La&nbsp;Habana).</ref><ref>[https://books.google.com.ar/books/about/En_la_senda_del_Che.html?id=4nJGAQAAIAAJ&redir_esc=y «José Bodes: "En la senda del Che, biografía de Elmo Catalán". Prensa Latina, 2009 (131 páginas)»], ficha bibliográfica del libro y fotografía de la tapa del libro, publicados en el sitio web Libros Google.</ref>
  
 
* ''De la confrontación al diálogo, historia para persuadir'', trabajo biográfico sobre [[José Felipe Carneado]].<ref>[https://radio.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=2143&SEO=de-la-confrontacion-al-dialogo-historia-para-persuadir «"De la confrontación al diálogo", historia para persuadir»], artículo publicado en el sitio web [[Prensa (La&nbsp;Habana). El libro ''De la confrontación al diálogo'', del periodista e investigador cubano José Bodes Gómez, es un ejemplar que revela la vida de [[José Felipe Carneado]], un luchador y defensor del ideal socialista en Cuba.</ref><ref>[https://www.youtube.com/watch?v=O0_hRNt8tgo «Presentan volumen sobre el revolucionario José Felipe Carneado»], video publicado el 30 de junio de 2017 por [[Prensa Latina]] en el sitio web YouTube.</ref>
 
* ''De la confrontación al diálogo, historia para persuadir'', trabajo biográfico sobre [[José Felipe Carneado]].<ref>[https://radio.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=2143&SEO=de-la-confrontacion-al-dialogo-historia-para-persuadir «"De la confrontación al diálogo", historia para persuadir»], artículo publicado en el sitio web [[Prensa (La&nbsp;Habana). El libro ''De la confrontación al diálogo'', del periodista e investigador cubano José Bodes Gómez, es un ejemplar que revela la vida de [[José Felipe Carneado]], un luchador y defensor del ideal socialista en Cuba.</ref><ref>[https://www.youtube.com/watch?v=O0_hRNt8tgo «Presentan volumen sobre el revolucionario José Felipe Carneado»], video publicado el 30 de junio de 2017 por [[Prensa Latina]] en el sitio web YouTube.</ref>
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:* Tardo, Nayara: [http://www.nacionyemigracion.cu/content/vigencia-del-compromiso-con-la-verdad «Vigencia del compromiso con la verdad»], artículo publicado en el sitio web Nación y Emigración (La&nbsp;Habana). Muestra una foto de José Bodes a los 80&nbsp;años, delante de un cuadro de [[Fidel Castro|Fidel]] y de [[Hugo Chávez|Chávez]].
 
:* Tardo, Nayara: [http://www.nacionyemigracion.cu/content/vigencia-del-compromiso-con-la-verdad «Vigencia del compromiso con la verdad»], artículo publicado en el sitio web Nación y Emigración (La&nbsp;Habana). Muestra una foto de José Bodes a los 80&nbsp;años, delante de un cuadro de [[Fidel Castro|Fidel]] y de [[Hugo Chávez|Chávez]].
 
:* [https://www.elciudadanoweb.com/un-triunfo-de-la-solidaridad/ «Cuba: "Un triunfo de la solidaridad"»], artículo publicado el 5 de enero de 2015 en el sitio web del diario ''El&nbsp;Ciudadano Web'' ([[Rosario (la ciudad de Che)|Rosario]]).
 
:* [https://www.elciudadanoweb.com/un-triunfo-de-la-solidaridad/ «Cuba: "Un triunfo de la solidaridad"»], artículo publicado el 5 de enero de 2015 en el sitio web del diario ''El&nbsp;Ciudadano Web'' ([[Rosario (la ciudad de Che)|Rosario]]).
 +
:* Bodes Gómez, José (2009): [http://www.cadtm.org/Le-cauchemar-de-la-dette «Le cauchemar de la dette»] (‘la pesadilla de la deuda’), artículo en francés publicado el 7 de marzo de 2009 en el sitio web del Comité para la Abolición de las Deudas (París).
  
 
{{NF|1935||Bodes Gomez, Jose}}
 
{{NF|1935||Bodes Gomez, Jose}}

última versión al 02:15 4 nov 2018

José Bodes
Información sobre la plantilla
Jose Bodes a los 80, radio.prensa-latina.cu.jpg
NombreJosé Bodes Gómez
Nacimiento9 de noviembre de 1935[1]
ciudad de La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
ResidenciaLa Habana
Nacionalidadcubana
Ciudadaníacubana
Ocupaciónperiodista, investigador, ensayista, economista y docente
Partido políticoPartido Comunista de Cuba

José Bodes Gómez (La Habana, 9 de noviembre de 1935) es un periodista, investigador, ensayista y economista cubano.[2]

Síntesis biográfica

Cuando terminó la escuela secundaria tuvo que empezar a trabajar para ayudar a su familia. Consiguió trabajo como suplente en la estación ferroviaria de Luyanó. Allí ganaba unos 50 pesos al mes. Como no tenía trabajo todos los días, cuando estaba vacante asistía a las clases de periodismo en la antigua Escuela de Periodismo Manuel Márquez Sterling (en La Habana). En la huelga revolucionaria del 9 de abril de 1958 se convirtió en el delegado de cuarto año de su carrera, y tuvo la misión de conseguir el apoyo de sus compañeros de curso para esa protesta revolucionaria. Desde ese momento faltó mucho a la escuela, sin embargo logró graduarse.[2]

Comenzó escribiendo críticas de películas que se estrenaban en los cines habaneros en el periódico Diario Nacional, de La Habana, que tuvo una corta existencia entre mediados de los años cincuenta y principios de los sesenta. Allí trabajó en un turno fijo desde las 7:00 de la noche hasta la 1:00 de la madrugada como redactor de mesa y titulista.[2]

Después del triunfo de la Revolución (1 de enero de 1959) abandonó su trabajo en el ferrocarril y se dedicó a tiempo completo al periodismo, ya como profesional pagado, porque antes nadie me pagó por mi trabajo en la prensa. En pocos meses consiguió empleo en tres medios a la vez. Por la mañana era redactor en el vespertino Combate, del Directorio Revolucionario; por la tarde era reportero para el matutino Revolución, del Movimiento 26 de Julio, y por la noche era redactor-titulista en el Diario Nacional, donde le asignaron un salario.[2]

En octubre de 1959 entró a trabajar en la agencia Prensa Latina como redactor de noche. Allí conoció a su primer director, el argentino Jorge Ricardo Masetti. Ese mismo mes (octubre de 1959), Bodes entrevistó al comandante Ernesto Che Guevara cuando este asumió la presidencia del Banco Nacional.[3] Batista y sus secuaces, al huir a Miami en los primeros días de la Revolución, habían dejado a Cuba casi sin divisas:

―Comandante, ¿y cómo está la situación de las divisas?
―¿Qué tú eres primero, revolucionario o periodista?
―Primero revolucionario.
―Como revolucionario te puedo decir que la situación de las divisas está muy jodida, y como periodista te digo que esa información no es para publicar.
José Bodes[2]


José Bodes Gómez (La Habana, 1935) es un periodista cubano de larga data y un escritor de reciente irrupción. Su carrera periodística se inició trabajando en varios diarios cubanos. En 1959 ―al inicio de la Revolución cubana― ingresó en la agencia de noticias Prensa Latina. Durante su carrera de corresponsal trabajó en las oficinas de Prensa Latina en Santiago de Chile de 1990 a 1994. Anteriormente realizó la misma función en Moscú, Buenos Aires y Lima. Ha recibido varias distinciones

Fue corresponsal en Moscú (Unión Soviética), Buenos Aires (Argentina) y Lima. Entre 1990 a 1994 fue corresponsal en las oficinas de Prensa Latina en Santiago de Chile. Allí se casó y tuvo una hija (que actualmente vive allí en Santiago de Chile, y que Bodes visita regularmente).

Ha recibido varias distinciones y publicado también diversos libros, entre ellos Desafío a la desinformación y Mate y ron, en colaboración con otros autores. En 2003 trabajaba como analista de noticias de Prensa Latina.

Trabajó como analista de noticias de Prensa Latina.

Obras

Premios y galardones

Fuentes

* «La vida de Masetti con "La Palabra Empeñada" llega al cine», publicado el 27 de mayo de 2011 en el sitio web YouTube.