Mariano Rodríguez

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Mariano Rodríguez
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Destacado artista de la plástica, su pintura es exuberante, alegre, dinámica.
NombreJosé Mariano Manuel Rodríguez Alvarez
Nacimiento24 de agosto de 1912
La Habana,Bandera de Cuba Cuba.
Fallecimiento25 de mayo de 1990
en la La Habana
NacionalidadBandera de Cuba Cuba
CiudadaníaCubana
Obras destacadasHombre con guitarra, Figura con gallo.

José Mariano Manuel Rodríguez Alvarez. Miembro de la llamada Escuela de Pintura de La Habana, artista comprometido con la lucha antimperialista, se dice que su pintura es exuberante, alegre, dinámica, esencial por algo el gallo le acompañó de alba en alba (nunca despide al sol; siempre lo anuncia).

Síntesis biográfica

Nace el 24 de agosto de 1912 y muere el 25 de mayo de 1990. Artista de la plástica, habanero de nacimiento, Pintor Autodidacta, inició su carrera artística al calor del Movimiento muralista mexicano, el cual ejerció una gran influencia en su formación. En 1943 logró exponer en el extranjero y también realizó su primera exposición personal en Cuba, hechos estos que lo colocaron al lado de Amelia Peláez, Carlos Enríquez, René Portocarrero y Eduardo Abela, entre otros pintores de la época.

La divisa fundamental de Mariano Rodríguez fue “Vivir y pintar, pintar y vivir”, y así lo hizo, pintó hasta sus últimos momentos, dejando al Patrimonio cultural de nuestro país una importante colección de Óleos, Carteles y Dibujos.

Formación y primeros pasos

Ingresó en la Academia de San Alejandro y luego viajó a México para continuar estudios en la Academia de San Carlos. En ese país entró en contacto con el grupo de Diego de Rivera, que marcaría decisivamente su obra.

En 1944 viajó a Nueva York y se relacionó con maestros de la plástica universal como Picasso y Cézanne. Ya para la década del cincuenta era un artista reconocido y de gran madurez expresiva.

De 1959 a 1961 fue representante cultural de Cuba en la embajada de la India. De regreso a Cuba fundó y presidió la Sección de Artes Plásticas de la Unión de Escritores y Artistas y laboró además en Casa de las Américas, de la que fue su presidente entre 1980 y 1982, año en que se retira de las funciones públicas para dedicarse por entero a la creación artística

Desempeño artístico

Cuando se otorgó a la Casa de las Américas la condición de Monumento Nacional, con lo que se enriqueció nuestro Patrimonio tangible e intangible, pensaba en Mariano Rodríguez, el pintor de la luz, la sensualidad y la alegría que se desbordaba en sus lienzos, una de las grandes personalidades de la Plástica cubana del [[siglo XX]] y que, en 1963, pasó a integrar el colectivo de la Casa llamado por Haydee Santamaría, a quien secundó desde 1970 en calidad de vicepresidente de esa institución y a quien sucedió en la presidencia desde 1980 hasta 1986, cuatro años antes de su fallecimiento.

Un amigo suyo, entrañable para Cuba, el escritor uruguayo Mario Benedetti afirmó de la obra pictórica de Mariano:

Cuando la crítica trató de encasillarlo, cuando intentó subordinarlo a algún rasgo peculiar, definitorio, paradójicamente sólo pudo echar mano a los adjetivos de la insubordinación, y así se dice que su pintura es exuberante, alegre, dinámica, esencial. Por algo el gallo le acompañó de alba en alba (nunca despide al sol; siempre lo anuncia). Cada jornada o etapa de su obra incluye una alegría temprana, como un gallo, una alegría que a veces puede venir maniatada y convicta, pero Mariano supo siempre cómo desatarla, intuyó que en el nuevo amanecer volverían a cantar los gallísimos sueños…

Y es que ese habanero universal, que con dieciséis años ingresó en  San Alejandro, en la asignatura para cursar Dibujo natural y Modelado, y que hizo de las Artes visuales su lenguaje más íntimo, es uno de esos continuos dentro de la Cultura cubana y, también, de toda nuestra América.

Trayectoria

Hombre con guitarra 1954 No olvidemos además que sus vínculos con México fueron esenciales en su formación artística, como lo fue su tránsito por el emblemático Estudio Libre de Pintores y Escultores, y su presencia renovadora dentro de la transformación de la expresión de la plástica cubana, en la proyección de la vanguardia.

Como también lo fue su presencia en el mundo de las Revistas literarias, desde su participación en la revista Espuela de plata, antecedente del Movimiento de los origenistas, hasta su sostenida presencia en las páginas de Orígenes, de cuyo comité editor fue miembro desde su fundación y en Nadie parecía, así como en la edición de poemarios que contaron con sus diseños e ilustraciones, de amigos suyos como José Lezama Lima y Eliseo Diego, con Enemigo Rumor, del primero y En la calzada de Jesús del Monte, del segundo lírico que hemos mencionado.

En Cuba, como en los Estados Unidos, Francia, México y otros países, estaría Mariano.

Y la explosión de sus gallos, desde aquel “Gallo amarillo” con el que ganó el premio en el VIII Salón Nacional de Pintura y Escultura, para después emprender su viaje, y ganar en nuevas dimensiones estéticas por Italia, Francia, Portugal, España y Estados Unidos entre otros. Después con la Revolución, y reconocido como figura de la plástica cubana contemporánea, se presentaría con sus obras en Nueva York, dentro de la exposición La pintura nueva de los Estados Unidos, exhibida en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y en la Bienal de Sao Paulo, Brasil. Y mientras sus piezas se muestran en la exposición Pintura contemporánea cubana por México, Brasil, Venezuela y Uruguay, Mariano enrumba hacia la India, como consejero cultural, vivencias que se expresarán en su paleta.

Figura con gallo 1959 Estuvo en el congreso fundacional, en 1961, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, cuya sección de Artes Plásticas presidió hasta que comenzó en la Casa de las Américas, también como director del Departamento de Artes.

Más tarde, en la Galería de La Habana vuelve a exponer y cuenta, en el catálogo, con las palabras de su entrañable amigo José Lezama Lima.

En los 70 estará en el Salón de Mayo, de París, y continúa su labor creativa, que jamás abandonó, con sus responsabilidades en la Casa, vida y producción que la documentalista cubana Marisol Trujillo atraparía en el documental Mariano.

En la última década de su existencia, el pintor encontraría un nuevo sujeto pictórico, que él llamaría Masas, serie que expondría primero en el Museo Nacional de La Habana, al tiempo que algunos de sus cuadros serían traducidos al lenguaje de la danza, como Frutas y realidad, que fue coreografiado por Gladys González y estrenado en el VII Festival Internacional de Ballet de La Habana.

En esa misma década recibiría varios homenajes y galardones como la Orden Félix Varela de primer grado, máxima condecoración del Consejo de Estado de la República de Cuba, y presenta la Exposición retrospectiva (1937-1981) en el Museo de Arte Moderno de México y otra en Ecuador, en la sala Benjamín Carrión de la Casa de Cultura de Guayaquil, país sudamericano al que viaja como miembro del jurado del I Premio del XV Salón Nacional de Pinturas de la Fundación Guayaquil.

Se le rinde tributo, en Cuba, con la categoría de Doctor Honoris Causa en Arte del Instituto Superior de Arte y la Medalla Haydee Santamaría, que le entrega su Casa.

Galería

Fuentes

  • Personalidades cubanas del siglo XX, Leonardo Depestre Catony, Luis Ubeda Garrido.